13 de octubre de 2025

Menonitas en Paraguay conmemoran 500 años del movimiento religioso

 

Incluyen eventos de reflexión y de agradecimiento. “Son momentos para mirar hacia el pasado con gratitud y hacia el futuro con la determinación de seguir siendo una luz para el entorno a través del testimonio de una vida de servicio en armonía con las enseñanzas de Cristo”, indicaron.

 El 11/10 pasado, la Iglesia Menonita Concordia de Asunción fue sede de un evento conmemorativo de los 500 años del movimiento religioso con participantes de todas las agrupaciones menonitas del Paraguay, juntamente con numerosos invitados adicionales.

La participación del Secretario Ejecutivo del Congreso Mundial Menonita, César García, dió un destaque especial e internacional a estas jornadas en las que “se desarrollaron ponencias, espacios de reflexión y diálogos enriquecedores”, informó el pastor Víctor Wall.

“Por la noche se celebró un culto unido de carácter multiétnico, en el que se reunirán menonitas de diversas comunidades de origen inmigrante, latino e indígena en un gesto de unidad y diversidad”, agregó.

“Estamos agradecidos en general por una patria como el Paraguay que nos ha acogido de manera muy generosa, así que con mucha gratitud celebramos nuestro aniversario, hacia dios y la sociedad paraguaya deseando que nuestra presencia, nuestra paraguayización, siga ocurriendo con bendiciones”, expuso. 

 La “paraguayización” de una fe

La llegada de los menonitas al Paraguay en la década de 1920 fue una culminación de la ola de migraciones. “Las primeras familias que se asentaron en el inhóspito Chaco buscaban un refugio donde pudieran practicar y vivir libremente su fe. La lucha por sobrevivir en ese entorno extremo fue una gigantesca prueba de su fe y perseverancia. El Chaco Paraguayo se convirtió para ellos en un lugar, donde su dependencia de Dios y de la comunidad fueron probados y se hicieron más fuertes”, indicaron en un texto alusivo a la conmemoración.

Al analizar la actualidad menonita en el país, Wall recordó que “en primer lugar ya no es una comunidad solo inmigrante y es bastante diversa en extensión, hay gente latina e indígenas. Más allá de esto, las inmigrantes están todavía con su propia cultura e instituciones y a la vez integrándose en las áreas económicas y sociales, en un proceso de transición muy interesante”, apuntó.

“Se está paraguayizando, no es que queramos dejar nuestros valores tradicionales, pero nos consideramos paraguayos también por nuestra ciudadanía, pero hay diversos niveles de integración, unas avanzadas y otras cautelosas Algunos grupos que mantienen un sentido muy fuerte de guardar tradiciones y otras están abiertos sin perder valores esenciales”, describió.

Recordó la importancia que le otorgan al servicio en su prédica y que la educación y la cultura tienen un valor muy alto, por lo que “tengo deseos personales que nuestra presencia arroje beneficios en todas las áreas de la vida, que sea una bendición”, apuntó.

En el texto arriba citado se agrega: “El Paraguay nos ofreció un santuario, no un imperio económico. Nuestros ancestros vinieron con nada más que sus Biblias, sus herramientas de trabajo y su fe profunda en que este era el lugar al que Dios los había guiado. La prosperidad económica que hemos logrado es entendida como un subproducto de nuestro trabajo diligente y nuestra obediencia a los principios de la unidad, la cooperación y la sencillez, no como un fin en sí mismo. Este aniversario es un recordatorio de que nuestra verdadera riqueza no está en nuestros campos ni en nuestras fábricas, sino en nuestra comunión con Dios y en el apoyo mutuo.”

La Diaconía: La Fe en Acción

El enfoque de los menonitas de Paraguay en una vida basada en su fe en Jesucristo se manifiesta a través de la diaconía, la práctica del “servicio desinteresado”, definieron. “Lejos de ser una comunidad aislada, los menonitas han invertido consistente y generosamente en el bienestar de la sociedad paraguaya, especialmente en los sectores más vulnerables. Por esto, para ellos los hospitales no son solo centros de salud; son extensiones de su llamado a cuidar en forma integral a los enfermos. Las instituciones educativas no solo instruyen académicamente; son expresiones de su llamado a fomentar el crecimiento integral personal y comunitario”, apuntaron.

“La convivencia con las comunidades indígenas del Chaco es otra manifestación de su compromiso con la paz y el servicio. A través de la evangelización y fundación iglesias y de desarrollo agropecuario, educación y salud, la colaboración entre menonitas inmigrantes e indígenas edifica puentes de entendimiento, cooperación y respeto mutuo que están enraizados en la convicción de que todas las personas deben ser tratadas con dignidad y respeto. Esta colaboración es un reflejo de su compromiso con la no violencia y la resolución pacífica de conflictos, principios fundamentales de su fe en Jesucristo”, concluyeron. 

Pastor Víctor Wall
 Celebración mundial

Los pastores Víctor Wall y Darío Ramírez apuntaron en un texto alusivo a la fecha que “esta conmemoración será una oportunidad para que el Paraguay y el mundo entiendan y aprecien cómo la historia de los menonitas es un testimonio del poder de la fe en Jesucristo para superar adversidades. Al mismo tiempo, es un ejemplo de cómo las comunidades pueden florecer cuando priorizan y promueven los valores arraigados en el evangelio de Jesucristo en todas las áreas de la vida”.

Las iglesias y comunidades menonitas del Paraguay se unen así a la celebración global del quincuagésimo centenario de los orígenes del movimiento anabautista-menonita, una tradición cristiana que inició en el año 1525. Wall, en diálogo con Nación Media recordó que este aniversario especial “lo estamos celebrando en todo el mundo, tuvimos un gran encuentro en Suiza en mayo y así seguirá siendo”.

Los menonitas tienen sus raíces en la Reforma Radical de Zúrich, Suiza, alrededor del año 1525.

“En el siglo XVI todo el tema de la libertad de conciencia, la libertad religiosa y las decisiones personales estaban prohibidas y se recibió persecución por la postura firme en la defensa de estos valores”, historió Wall 

 “Este movimiento nació de una convicción simple pero revolucionaria: que la fe en Jesucristo se basa en una decisión personal y consciente y se hace visible en una vida trasformada. Sus fundadores, a menudo perseguidos por sus creencias, practicaron el bautismo de adultos, el seguimiento radical de Jesucristo en sus vidas diarias, el pacifismo, y una vida de simplicidad. A través de los siglos, su compromiso con la libertad religiosa impulsó múltiples migraciones, motivados por el deseo de continuar y profundizar sus convicciones espirituales, forma de vida y su relación con Dios”, se señaló.

Jorge Zárate

6 de octubre de 2025

Un esfuerzo por cuantificar y proteger a los afroparaguayos

 

En coincidencia con movimientos regionales que revalorizan los orígenes africanos, una encuesta encontró una importante cifra de personas que se asumen afroparaguayos. El trabajo alienta a encarar políticas públicas desde el Consejo Nacional de Afrodescendientes (CONAFRO) en miras a mejorar los guarismos que los ubican en una situación de “pobreza multidimensional”. Aquí un análisis del estudio con sus investigadores. 

La población de 5 años y más que se identifica como kambá/afroparaguaya se estima en promedio en 85.596 personas que representan un 1,5% de la población total. El número se ubica por encima a lo observado en Argentina (0,7%), Bolivia (0,2%) y Chile (0,04), aunque, cómo se conoce, la presencia afro es notoriamente menor a la de Uruguay (10,6%) y Brasil (55,5%). 

Este es el dato principal que aporta Encuesta sobre la Población Afroparaguaya (EPAP 2024) indicando que el margen de error, hace que la cifra pueda ubicarse en realidad entre las 62 mil y 110 mil personas.  Apunta a su vez, que la mayoría está viviendo en la zona del departamento Central, revelando aspectos de la composición de nuestra población que habían sido obviados en el censo 2022.

El trabajo dio cuenta, por ejemplo, que más allá de sitios de reconocida presencia negra como Emboscada y el Barrio Camba Cua en Fernando de la Mora, zona norte, “más de la mitad de la población afro se encuentra en distritos intermedios del interior de la Región Oriental y en distritos pequeños de menos de 25 mil habitantes. En ellos vive 1 de cada 3 personas que se reconoce como afroparaguaya”.

Este dato fue revelador, ya que no surgía en informaciones previas del INE o algún otro ente oficial.  “Honestamente, fue una sorpresa”, cuenta su investigador principal, el sociólogo Sebastián Bruno, experto en población.

Sebastián Bruno

sesgo racista que omite la inclusión de la categoría hasta prácticamente nuestros días.

Señala que la EPAP 2024 hizo sus preguntas en 5932 hogares, distribuidos en 39 distritos. Las mismas se elaboraron recogiendo la experiencia de otros países latinoamericanos, buscando saber, en principio, si en una vivienda había alguna persona “que se identifica como kambá, afroparaguaya o negra. Y en el caso de que nos digan que no, se pregunta por sus padres, sus tradiciones y demás”, en un intento de no perder las filiaciones.

Según explicó, esta serie de preguntas, puede ayudar al Instituto de Estadísticas (INE) en futuros censos y encuestas como la Permanente de Hogares (EPH) a poder registrar datos de manera más eficiente y precisa sobre esta franja particular. 

Dificil situación

Un 32% de la población afro se encuentra en pobreza multidimensional “y esto es más que el doble que quienes están en dicha situación en la generalidad”, apunta Bruno para dar cuenta de la situación del grupo.

“Hay algunos indicadores que nos están marcando brechas sociales de acceso, especialmente en la educación. Los niños, niñas y adolescentes afro de 6 a 17 años están asistiendo a la escuela o al colegio en un poco más de 82%. Y esto es más bajo que la generalidad de los chicos y chicas de la Región Oriental donde asisten casi en un 96%”.

También los adultos tienen 8,5 años de estudio contra el promedio general
de 10 años y el nivel de analfabetismo crece a un 9% para las personas de hasta 15 años cuando el promedio general es 5%. Un dato curioso, es que el analfabetismo trepa un 21% en poblaciones rurales.

“En términos de salud, no encontramos grandes diferencias. Sí, en el acceso al trabajo tienen una participación laboral bastante similar en cuanto a las tasas de ocupación y demás. Son en mayoría cuentapropistas y menos de 1 de cada 10 tiene Registro Único de Contribuyentes (RUC) lo que indica que está predominando una situación de informalidad laboral”, describe Burno. 

Ignacio Telesca

Políticas públicas

Para Ignacio Telesca, investigador asociado de la EPAP 2024 estos datos “son fundamentales a la hora de pensar políticas públicas, de salud, de educación, de trabajo, que se puedan orientar a la población afrodescendiente, un desafío para el Estado que es bueno señalar que se está haciendo”.

Menciona entonces las sesiones de la Comisión de Afrodescendientes (Conafro) que tiene representación de los distintos ministerios, en la que van “dándose pasos para tener esa cuestión en cuenta, sobre todo a nivel del Ministerio de Educación (MEC), que es un punto interesante porque ahí no solo hay que atender a la población afrodescendiente como un sujeto de derechos, sino también ir incorporando en la currícula el tema afrodescendiente a distintos niveles. Es decir, crear capacidades para evitar la discriminación, para el reconocimiento histórico de esta población”.

Cuenta entonces: “He participado en varias reuniones y se espera que para 2026 se pueda ir profundizando este tipo de acciones, por lo que creo hay un punto de esperanza. Por supuesto es todo muy lento y va a necesitar tiempo, por los compromisos, peleas, discusiones, pero hay movimiento y cuando hay movimiento es siempre bueno”, considera. 

Equipo

El equipo de investigación estuvo integrado por Sebastián Bruno (Investigador principal), Ignacio Telesca (Investigador asociado); Edith Arrúa (Investigadora asociada); Leticia Alcaraz (Directora); Lilian Meza (Investigadora en formación) y Adolfo Ruiz (Investigador en formación)

El relevamiento fue implementado por un equipo de investigación del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), a través del Proyecto "Población afrodescendiente en Paraguay: estimación de magnitud y características". El proyecto es, cofinanciado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), como parte del programa PROCIENCIA con el apoyo del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI).

Parar la discriminación

Un 22% de los consultados experimentó mal trato o discriminación de acuerdo a su condición afro. “Esto realmente, por lo que hemos acompañado los encuestadores, nos muestra que es como un piso. Hay mucha gente que manifiesta situación de discriminación y demás pero entiende que es algo normal o está normalizado o naturalizado”, reporta el investigador principal Sebastián Bruno. Los hechos se dan en lugares públicos, “la calle, plazas y demás, en segunda instancia en el trabajo o buscando trabajos y después reuniones o eventos sociales. Ya en menor medida hay menciones a medios de transporte, redes sociales y centros educativos, ya es mucho más minoritario”, explica el sociólogo. 

Para Ignacio Telesca, investigador asociado de la EPAP 2024 “somos sociedades que discriminamos. Muchas veces nos pasa que como no tuvimos un apartheid como Sudáfrica o que tuvo Estados Unidos, entonces sentimos que no tenemos ese problema. Ciertamente no estamos a ese punto, pero siempre existe esa necesidad de diferenciarme del otro, pero diferenciarme de una manera que yo soy mejor, superior o algo más que el otro. Y buscamos cualquier diferencia para sobrevalorar lo mío y discriminar lo otro”.

Allí ingresan los fenómenos del racismo, el odio a los pobres, las cuestiones de género, “hay espacios de discriminación que son muy evidentes que existen: El fútbol testimonia algo que está en lo más profundo y se expone en los gritos y en los insultos. A lo mejor en una conversación normal lo vamos filtrando pero en el deporte no tenemos ningún filtro y salen. No son casos aislados, no es un loquito que le gritó “negro puto” a un jugador de fútbol, sino que es algo que atraviesa toda la sociedad”.

Allí es donde entiende importante proponerse un cambio. “Sólo reconocerlo no alcanza, hay que tomar medidas para que nos eduquemos y para que, si no tenemos filtro, bueno, aprendamos a usarlos y paguemos por no usar filtros. Porque discriminar implica ningunear, menospreciar y afectar a la otra persona. Entonces no podemos quedar impunes, entre todos tenemos que discutir cómo evitar ese tipo de discriminaciones a todo nivel, incluso lingüísticas”, sugiere. 

Ballet del Camba Cuá
Mestizaje

El mestizaje, un proceso continuo en las poblaciones, impacta en lo afro. Sebastián Bruno recuerda que “dado el pasado ligado al esclavismo, hubo un intento de la propia población afro por lograr este mestizaje, integrarse de otra forma con las poblaciones después de las aboliciones de la esclavitud a fines del siglo XIX”.

Recién a partir “de las organizaciones en la década del 60 en adelante hay una recuperación de las identidades afro y ahora hay una fuerte reivindicación y reconocimiento de estas poblaciones que le da números desde la demografía por lo que habrá que seguirla en un futuro”

Ignacio Telesca, autor del estudio “La historiografía paraguaya y los afrodescendientes”, recuerda que  en la mezcla de la población europea, negra e indígena está en la base de la población americana. “Entonces imaginémonos todos los derivados que hay entre estos 3 combinados”, propone.

Reflexiona sobre lo importante de mantener presente este diálogo interétnico teniendo en cuenta que “investigando un poco y haciendo cuentas y números, a nuestra región llegaron más africanos que europeos: A la zona del Paraguay llegaron europeos en el siglo 16 cuando se van a crear las otras ciudades, Santa Fe, Corrientes, Buenos Aires y al entender que Paraguay no es un lugar para llegar a Potosí, que no hay minas de oro ni de plata, entonces la gente deja de venir”. Insiste entonces en que “durante el siglo XVII y XVIII los que entraron de afuera eran esclavos, personas esclavizadas” que en gran mayoría eran africanos.

Recién a fines del siglo XVIII con la apertura de nuevos puertos comerciales llega una segunda oleada de españoles y europeos comerciantes.

Telesca, que es doctor en historia, recuerda que “Eladio Velázquez y Juan Carlos Garavaglia recogieron documentación de fin del siglo XVII, en donde desde la corona española se reconocía que el mestizo iba a ser tenido como español. Entonces no aparece la categoría de mestizo en los censos: Uno ve el censo en 1782 y no aparece, las categorías son españoles americanos; españoles europeos, indígenas o “indios” como se decía en esa época y afrodescendientes negros y mulatos”.

Jorge Zárate

 

Links

https://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/cea-unc/20121213113139/10tele.pdf

https://lapaginadeaguara.blogspot.com/2024/11/un-documental-recuerda-los.html