Sobre los 33 años de la
Revolución Islámica
Invitados por la
Fundación Cultural Oriente, un grupo de periodistas latinoamericanos
asistieron a la impresionante marcha del 10 de febrero de 2012 que
conmemoró la victoria del ayatollah Ruhollah Khomeini que derrocara
al Sha de Irán. Crónica de esa jornada.
Por Jorge Zárate
Fotos de Cristóbal Corral
La manifestación más grande de Medio Oriente, cada 10 de febrero en la plaza de la Libertad, en Teherán |
Teherán, Irán. (Enviado
especial). “En breve daremos a conocer avances de nuestro programa
nuclear” , dijo Mahmoud Ahmadinejad, presidente de Irán en un
discurso en la Plaza Azadi (libertad, en persa) en el que dijo estar
preparado para enfrentar un eventual conflicto bélico con los
Estados Unidos (EE.UU.).
Fue ante una bulliciosa e
impresionante movilización que los organizadores calcularon en más
de 2 millones de personas en ocasión de los festejos del 33
aniversario de la Revolución Islámica que derrocó al Sha. Hombres,
mujeres y niños, en una verdadera fiesta popular gritaron consignas
contra los Estados Unidos e Israel, en una marcha que se vive con
bailes y cánticos, muchos de ellos religiosos alabando al Islam, la
religión mayoritaria.
Un punto más en la
escalada del conflicto desatado desde que el gobierno de Barack Obama
en coordinación con las principales potencias de la Unión Europea
(U.E), decidieran implementar sanciones económicas, entre ellas
evitar la compra de petróleo, para “disuadir” a Irán de
continuar adelante con su programa nuclear.
Un 18% de los 2.6 millones
de barriles de petróleo diarios que exporta este país se destina a
los mercados europeos. Es así que las sanciones comerciales pueden
comenzar a tener efecto en la economía local a partir de julio,
según expuso la Agencia Internacional de la Energía (AIE) lo que
obliga al gobierno de Ahmadinejad a buscar opciones en todo el mundo,
incluyendo a Latinoamérica.
Por lo pronto tiene el
respaldo mayoritario de su pueblo, aunque a decir verdad, la
impresionante manifestación popular de hoy 10 de febrero respalda
los logros de la revolución de 1979, aquella que comandó el
Ayatollah Khomeini, cuyo rostro adorna las calles de esta gran
capital de alrededor de 14 millones de habitantes.
En Irán, un país de 80
millones de habitantes, hay pobres, pocos, pero no miserables, no hay
desempleo y las posibilidades de acceso a vivienda, educación, salud
y seguridad social se expandieron notoriamente durante los 33 años
de vigencia de la República Islámica de Irán, tal el nombre que
adoptara desde aquellas jornadas.
Este pueblo es pacífico,
pero tiene en la memoria cercana los sonidos de la guerra.
Aquella que lo enfrentó
al Irak de Saddam Hussein, entonces aliado de los Estados Unidos, en
una contienda que tiene el mismo trasfondo que estos fuegos de
artificio que se oyen en estos días:
El Petróleo
El cruce verbal entre
iraníes e israelíes es un clásico. Pero sin embargo ambos saben
que un intercambio de misiles crucero puede ser fatal para la región
a más de la posibilidad de convertirse en la mecha de la 3ª Guerra
Mundial, una imprevisible contienda atómica.
El reciente veto de China
y Rusia a las pretensiones de EEUU en Siria, alienta a creer que la
sutil Guerra Fría del comercio internacional seguirá adelante con
sus complicadas reglas de mercado.
China de seguír las cosas
como se presentan pasará a ser el segundo comprador de petróleo de
Irán y Rusia se anota en la lista por intereses geoestratégicos.
India es el actor
principal de esta película que bien podría filmar Bollywood, el
centro de producción de filmes más grande del mundo, que de hecho,
son los que más se ven aquí en Oriente Medio.
Todo indica que India será
el primer comprador del petróleo iraní y se apresta en estos días
a enviar la delegación comercial más importante de los últimos
tiempos a efectos de asegurarse la provisión y trabajar en la
complementariedad de las economías.
El gigante vecino juega un
rol cada vez más preponderante en los países de la región,
cuestión de la que para muestra vale un botón. En el modernísimo
aeropuerto de Doha, Qatar, este enviado pudo ver que sus ejecutivos
son mayoría en las salas de espera y que todos los destinos
regionales los tienen como tripulación principal.
Estados Unidos tiene las
armas, el poder de la presión militar que ejerce con sus más de 800
bases en todo el planeta, pero las cuestiones económicas juegan un
papel importante en un mundo gobernado por corporaciones
trasnacionales a las que ya poco importa el color de las banderas.
Aquí sin embargo flamean
las verdes, blancas y rojas que celebran los logros del capitalismo
islámico iraní, un gobierno que distribuyó riquezas.
“A costa de la
libertad”, dicen en occidente.
“Irán bloquea Google”,
pudo leer este enviado en la misma página del buscador apenas
emitido un cable de la agencia de noticias española Efe. Sin embargo
es real que hay problemas para acceder a las cuentas de correo de
Hotmail, Gmail, Yahoo y a todo tipo de blogs.
Es que Internet se
convirtió en la posibilidad de los iraníes opositores de reclamar
por libertades y por derechos igualitarios para las mujeres.
“De qué libertad
hablan”, se pregunta Alí agitando su banderita en el enorme acto
central.
Un debate que está
planteado y seguramente crecerá.
“Una revolución del
pueblo y sus sacerdotes”
Cuando ya era insostenible el contraste de riqueza y miseria, los sacerdotes alentaron a la revuelta. |
De allí en adelante la
presencia de la ley religiosa, del Islam, se hizo más preponderante
y puede verificarse en la obligatoriedad de cubrirse el cabello y el
cuerpo completo de las mujeres, por citar un ejemplo. Tampoco es
posible conseguir alcohol en bares y restaurantes aunque hay bodegas
clandestinas y la colectividad cristiana fabrica su propio vino.
El liderazgo político
recayó en Komeini desde el comienzo y fue reemplazado a su muerte
por el ayatollah Jameini que sufrió cárcel y tortura en una
mazmorra que construyeron los nazis en el centro de Teherán para la
agencia de inteligencia del Sha. El sitio, hoy convertido en un museo
para la memoria, remite directamente al de Asunción, aunque este es
más grande, sistemático y científico. “No se olvide que la
tortura primero se practicó en Oriente Medio y Africa y estos
métodos los que se trasladaron a Latinoamérica, recuerda el sheij
Abdul Karim Paz durante la recorrida que un grupo de periodistas
latinoamericanos realizó por el sitio.
“Sha traidor, te vas a
quedar sin casa”, cantaban los manifestantes hace 33 años, en la
más grande manifestación de la historia iraní en los últimos días
de 1978.
Los Pahlevi, si bien
fueron una dinastía corta, Mohamed heredó el trono de su padre en
1941 cuando este fue obligado a abdicar del poder por los aliados
por sus posturas pronazis .
“En 1953, el primer
ministro Mohammad Mosaddeq, fue expulsado del poder al intentar
nacionalizar los recursos petrolíferos, en una operación orquestada
por británicos y estadounidenses (Operación Ajax). El Shá, con el
apoyo de los Estados Unidos y el Reino Unido empezó la modernización
de la industria del país, y al mismo tiempo eliminó toda oposición
a su régimen con la ayuda de la agencia de Inteligencia Savak”,
cuenta Wikipedia.
Los Pahlevi fueron la
expresión más acabada del gasto suntuoso, del lujo insultante en un
país que exportaba petróleo por miles de millones de dólares y
tenía a la mayoría de su pueblo en la miseria.
Las organizaciones
solidarias islámicas contuvieron esa mayoría aportando alimentos y
la lectura del Corán para sostener la fe en un cambio que los
llevara al “gobierno de Dios”.
Cuando ya era insostenible
el contraste de riqueza y miseria, los sacerdotes alentaron a la
revuelta. Hubo miles de muertos y torturados, durante décadas una
lucha persistente de trabajadores, intelectuales comprometidos y
activistas religiosos.
En un punto, a fines de
1978, ganaron las calles y provocaron la huída de Pahlevi.
“Me siento cansado y
tengo que descansar”, dijo el Sha en enero de 1979 al subir al
avión que lo llevó al exilio.
El 1 de febrero de 1979
llegó el Ayatollah en un vuelo chárter desde París. “Khomeini es
el Iman (Jefe)”, cantaba una multitud de más de un millón de
personas que fue hasta el aeropuerto que hoy lleva el nombre del
sacerdote.
Como no se podía mover
por tierra, Komeini tomó un helicóptero de las fuerzas armadas
hasta el centro donde dio un discurso inaugural.
“Voy a formar gobierno,
no podemos tener dos gobiernos en el país, solo el legal funcionará.
El gobierno es que el tiene los votos del pueblo y el respaldo de
Dios”, dijo ante la tímida resistencia del parlamento que buscó
defender la separación de gobierno y religión sin fuerza política
alguna.
El 9 de febrero el pueblo
en las calles fue ganando posiciones de poder. Tomó las comisarías,
bastiones militares, los medios de comunicación y fue destruyendo
los íconos del reinado del Sha. “Una revuelta contra el gobierno
de Dios es una revuelta contra Dios”, avisó Khomeini a militares y
fuerzas políticas que se resistían. Las cartas estaban echadas.
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