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Edición de Marzo de América XXI |
Máscaras:
el gobierno de Teherán reafirma su programa atómico con un mayor
desarrollo de energía nuclear con fines pacíficos, convoca a reanudar el
diálogo a las potencias de Occidente y acepta nuevas inspecciones de la
Agencia Internacional de Energía Atómica, a la vez que anuncia la
suspensión de las exportaciones de petróleo a quienes se suman al
bloqueo. Washington y Bruselas afirman que la prohibición de compra de
petróleo iraní está dando sus frutos. El temor es que ese bloqueo
encarezca los precios internacionales del crudo, un mazazo en plena
crisis capitalista. Irán busca dejar sin argumentos a Estados Unidos y
sus aliados europeos y aplastar diplomáticamente la exigencia israelí
para poner en marcha una ofensiva militar.
Desde Teherán, informe
especial. El pasado 23 de enero los 27 países de la UE
decidieron reforzar las sanciones financieras contra el gobierno de
Mahmoud Ahmadinejad y prohibir la compra de petróleo a Irán a partir del
próximo 1º de julio si no suspende su programa nuclear.
Sólo el frío implacable en el hemisferio norte demoró la respuesta de
Teherán, que siguió con los envíos de crudo a varias naciones por
razones humanitarias.
“Creemos en el camino del diálogo, siempre que se dé en condiciones
de igualdad. Cualquier otra vía está condenada al fracaso”, dijo el
canciller iraní, Ali Akbar Salehi en diálogo con una delegación de
periodistas latinoamericanos en la sede del Ministerio de Relaciones
Exteriores, en Teherán. Salehi, que es ingeniero nuclear y una autoridad
internacional en la materia, anticipó allí los pasos que algunos días
después daría Ahmadinejad.
Una partida difícil se resuelve con juego fuerte. Así pareció
entenderlo el gobierno iraní al ordenar la construcción de cuatro nuevas
centrales nucleares. Un comunicado oficial explica que se trata de
equipos destinados a la producción de radioisótopos, útiles para
terapias contra el cáncer.
De forma paralela anunció la suspensión de las exportaciones de
petróleo a España, Francia, Grecia, Holanda, Italia y Portugal como
señal inequívoca contra el bloqueo programado por Estados Unidos y la
Unión Europea (UE).
Finalmente, el 19 de febrero Irán suspendió las exportaciones de
crudo a Francia y el Reino Unido. El Ministerio de Petróleo iraní afirmó
que “la exportación de crudo para las empresas inglesas y francesas se
ha suspendido” y que “ha considerado clientes alternativos para
reemplazar (las ventas) a las empresas del Reino Unido y Francia”. Unos
días antes, el ministerio de Exteriores iraní había convocado a los
embajadores de España, Italia, Francia, Grecia, Holanda y Portugal para
tratar sobre las sanciones europeas.
La UE y Turquía importan alrededor de 800 mil barriles por día (Bpd)
del petróleo iraní, mientras que los restantes 1,8 millones de
producción diaria fluyen hacia Asia.
Según fuentes europeas, Grecia, España e Italia reciben de Irán entre
un 13 y 14% del crudo que consumen, mientras Francia, Alemania, Holanda
y Gran Bretaña importan cantidades menores. Un barril por encima de 200
dólares puede ser catastrófico para la economía internacional.
Derecho al desarrollo
Las tensiones generadas por la decisión de la UE y Estados Unidos de
prohibir la compra de petróleo iraní y la posterior respuesta de
Teherán, dieron lugar a un escenario de alta presión que se palpa en los
pasillos oficiales en la capital iraní. Hacía falta un elemento de
descompresión. Por ello, el negociador nuclear iraní, Said Jalili,
remitió una carta a la Unión Europea, en la que ofrece abrir un proceso
de diálogo sobre su programa nuclear, siempre y cuando se respete el
derecho de su país a llevarlo adelante.
En materia de desarrollo atómico, la idea del gobierno iraní es
retomar el plan que en su momento contó con el acuerdo de Brasil, como
representante continental en las discusiones internacionales. La
propuesta, impulsada por el entonces presidente Lula Da Silva, tenía dos
condiciones:
a) Proteger el derecho que el Tratado de No Proliferación Nuclear
otorga a los países de dominar la técnica de enriquecimiento del uranio;
b) que no haya dudas de que no habrá uso militar de dichos conocimientos.
“Hay una posibilidad potencial de que Irán pueda estar listo para
iniciar las conversaciones. Seguiremos discutiendo y asegurándonos de
que lo que está planteado es concreto”, dijo Catherine Ashton, jefa de
la política exterior de la UE. “Soy cautelosa y optimista al mismo
tiempo” agregó. Jalili dirigió la carta a Ashton, que representa en las
conversaciones a Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania, China y
Rusia, conocidos como grupo 5+1, o los cinco miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de la ONU, más Alemania.
También fue buena la recepción de la secretaria de Estado de los
Estados Unidos, Hillary Clinton, quien calificó la misiva iraní como un
“importante paso”, tras una reunión que mantuvo con Ashton para analizar
esta cuestión. Acorde con una primera reacción de occidente, el propio
The New York Times tituló: “Las negociaciones con Irán sobre el programa nuclear podrían reanudarse”.
Una primera percepción puede hacer creer que en occidente leyeron la
carta iraní como un buen resultado de las medidas de bloqueo económico
que impulsa Barack Obama y sus aliados. Sin embargo, entre europeos y
estadounidenses existe una innegable preocupación por la escalada de
precios del petróleo que puedan desencadenar las sanciones a Irán. Las
consecuencias de esta jugada se convirtieron en el principal tema de
agenda de la Semana Internacional del Petróleo (IPW por su sigla en
inglés) que comenzaba al cierre de esta edición en Londres.
Después de que Irán aceptó retomar las negociaciones sobre su
programa nuclear, se produjeron atentados con bomba en objetivos
diplomáticos israelíes en Georgia y la India, y en Bangkok, la capital
de Tailandia. Sin demora Israel atribuyó esos hechos al estado iraní. El
15 de febrero, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní,
Ramin Mehmanparast, rechazó cualquier participación en los atentados y
condenó esas acciones terroristas. Dijo que las afirmaciones de Israel
“son absurdas” y que marcan una continuación de las acusaciones falsas
hechas por Estados Unidos a Irán en octubre pasado, cuando Washington
afirmó que Teherán planeaba atentar contra la embajada de Israel y
asesinar al embajador saudí en Washington.
Desde Irán,
Jorge Zárate
Avance tecnológico y ortodoxia religiosa
El año iraní comienza el 20 de marzo y se rige por el
calendario solar de los zoroastristas. El Norouz, día nuevo en persa,
conmemora el primer día de la primavera, por lo que este país ingresa a
partir de entonces en 1996. Pero esto no es todo lo que llama la
atención de los visitantes latinoamericanos por estas tierras. El país
tiene un gobierno religioso, el líder de la Revolución Islámica es el
ayatollah Alí Jamenei, que sucedió al héroe nacional, Ruhollah Komeini, a
su muerte en 1989. Jamenei fue elegido por un Consejo de sabios del
Islam, conformado por 80 ayatollahs como él. Ellos aconsejan, lideran
espiritualmente. Las autoridades civiles, inclusive el presidente
Ahmadinejad, les deben respuestas. La ortodoxia religiosa convive así
con una generación de técnicos y científicos con visiones más seculares.
¿Cómo es posible?, le pregunta este enviado al sheij (sacerdote) Alí
Qomi. La respuesta llega con una cita religiosa y una sonrisa: “En el
Corán se cuenta que un día el profeta ingresó a un cuarto en el que un
grupo rezaba y otro estaba estudiando. ‘Me quedo con los que están
estudiando’, dijo el profeta”. Para los creyentes, el Corán es, como la
Biblia para los católicos, dogma indiscutible. “Todos los avances
científicos están previstos en el libro sagrado”, agrega Qomi. Recuerda
que él mismo enseña informática a los aspirantes en Qom, la ciudad
religiosa por excelencia, a 146 kilómetros de esta ciudad. El desarrollo
tecnológico iraní es sorprendente y es el principal orgullo de sus
ciudadanos, que se sienten parte de este progreso. Es lo primero que
destacan los iraníes cuando uno recorre las ciudades y habla con ellos.
Se sienten ejemplo para el mundo árabe que se mira frecuentemente en el
espejo de la Revolución Islámica que derrotó a la monarquía corrupta del
Sha Reza Pahlevi, aliado de Washington. Irán posee la cuarta reserva de
petróleo del mundo y a partir de las exportaciones de sus hidrocarburos
fue construyendo un aparato industrial y tecnológico, con el apoyo de
un sistema de universidades públicas que rinde sus frutos. El programa
nuclear es la estrella de este esquema y de allí la férrea defensa que
hacen los iraníes.
Lo curioso es que Estados Unidos alentó al Shá en
la década del 50 a construir una planta nuclear, para lo cual aportó
técnicos y conocimientos estadounidenses. Todo ese desarrollo quedó
paralizado en 1979 con la victoria de Komeini. Ya en un contexto de
Guerra Fría, la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
(Urss), siguió fogoneando el programa hasta su caída en 1989. Las
investigaciones y pruebas continuaron hasta que el 12 de septiembre de
2010 se inauguró Bushehr 1, el primer reactor nuclear en las afueras de
la ciudad del mismo nombre, situada a orillas del Golfo Pérsico a 1.200
kilómetros de capital del país. El número de artículos científicos
publicados antes de la Revolución Islámica era de casi 300 al año. Entre
2005 y 2010, fueron divulgados casi 35 mil artículos, como resultado
directo de los primeros cinco años de aplicación del Plan Visión, un
programa desarrollista que muestra sus primeros efectos. “Tenemos un
alto desarrollo en nanotecnología, en biología, en el desarrollo de
células madres”, señala Mohammad Husseini, ministro de Cultura y Guía
Islámica. “Pasamos a ser el primer país en desarrollo científico en el
Oriente Medio y el 16º en el mundo. Estamos exportando conocimientos a
otros países”, agregó, durante un diálogo con periodistas
latinoamericanos invitados por la Fundación Cultural Oriente. La
economía de Irán es exitosa en medio de la crisis sistémica que vive el
capitalismo. Se estima que este año exportará por valor de 43 mil
millones de dólares y no sólo petróleo. Las importaciones disminuyeron
un 5% durante el año pasado, otro dato de buena salud económica. Los
iraníes fabrican todo lo que necesitan, desde electrodomésticos y
computadoras hasta autos y tractores. Tienen una importante industria
alimenticia y el fenómeno de la construcción es perceptible en esta urbe
gigante de 14 millones de habitantes.
J.Z.
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Atentados terroristas
“Mi hijo hizo lo que tenía que hacer y ahora estará
mejor. Además, los que hicieron esto, deben tener la seguridad que otros
cientos de jóvenes vendrán a tomar su puesto de lucha”. Conmueve el
testimonio de Mohamad Roshan, padre del científico nuclear asesinado
recientemente, en diálogo con los periodistas latinoamericanos
visitantes. “No nos pueden prohibir lo que ellos mismos hacen, ¿O
Estados Unidos e Israel no tienen armas nucleares?” se preguntó el
hombre, todavía de riguroso negro por el luto que los musulmanes llevan
durante 40 días. El 11 de enero pasado, el científico Mostafa Ahmadi
Roshan, vicedirector para los asuntos comerciales de la planta nuclear
de Natanz, murió por la explosión de una bomba magnética colocada en su
automóvil, cerca de la universidad Allameh Tabatabai, al este de
Teherán. Su padre no tiene mayores dudas sobre la responsabilidad de
Israel y Estados Unidos, pero asegura no estar triste. “Allah sabe que
él hizo todo lo mejor por su pueblo”, dice, sonriendo.
El
desarrollo de su programa nuclear le costó a Irán durante los últimos
dos años cuatro actos de terrorismo que pasaron casi desa-percibidos en
Occidente, incluyendo el reciente atentado que cobró la vida de Roshan.
El 12 de enero de 2010, Masud Alí Mohamadi, físico nuclear
internacionalmente reconocido, profesor de la universidad de Teherán,
murió en la explosión de una moto bomba delante de su domicilio. El 29
de noviembre de 2010, Majid Shahriari, fundador de la Sociedad Nuclear
de Irán y encargado de uno de los grandes proyectos de la Organización
Iraní de la Energía Atómica fue muerto en Teherán por la explosión de
una bomba magnética fijada a su automóvil. Ese mismo día Fereydoun Abasi
Davani, otro físico nuclear, sufrió un atentado similar cuando
estacionaba su coche delante de la universidad Shahid Beheshti, en
Teherán. Tuvo la fortuna de resultar apenas herido.
El 23 de julio
de 2011, el científico Dariush Rezainejad, que trabajaba en proyectos
del Ministerio de la Defensa, fue muerto a balazos por desconocidos que
se desplazaban en una moto, también en la capital del país. El 13 de
febrero, el fiscal general y portavoz del Poder Judicial, Gholam Husein
Mohseni Ejei, aseguró que Irán presentó denuncias ante organismos
internacionales por los asesinatos, de los que Teherán responsabiliza
públicamente al servicio secreto israelí, el Mosad, y a la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.
J.Z.
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Nueva misión de la Aeia
Técnicos de la Agencia Internacional de Energía
Atómica (Aeia, en inglés) realizaron durante febrero dos inspecciones en
Irán. Dos grupos de esta agencia de la ONU se reunieron con autoridades
de este país para saber si efectivamente el país avanza hacia el
desarrollo de un arma nuclear. La misión concluyó que la República
Islámica aceleró la producción de uranio enriquecido, algo que el
gobierno de Teherán nunca negó. Una primera inspección había dejado en
los representantes de la Aeia la idea de que el gobierno iraní estaba
dispuesto a colaborar con las investigaciones.
La capacidad de Irán
“de producción de uranio enriquecido al 3,5% en el reactor de Natanz
aumentó un 50%”, según se informó oficialmente. Irán puso en marcha tres
mil nuevas centrifugadoras que fueron totalmente diseñadas y
construidas en este país. Estos equipos alcanzan un total de ocho mil,
de los cuales 6.200 están en actividad, con una capacidad productiva de
150 kg. de uranio al 3,5%. También se anunció la carga de un reactor con
el primer lote de combustible producido internamente. Tras una primera
reacción burlona de Estados Unidos e Israel sobre la capacidad nuclear
de Irán y los anuncios del presidente Mahmoud Ahmadinejad, circuló un
reporte de la Corporación Británica de Emisoras (BBC), que cita como
fuente a “un diplomático con sede en Viena”, en el que se anuncia que
Irán tiene una planta subterránea fortificada en cercanías del centro
religioso Qom, también conocido como la Ciudad de los Ayatollahs.
Según la BBC, esa fuente aseguró que parece que el Gobierno de Teherán
está listo para instalar miles de centrifugadoras de nueva generación en
una planta subterránea fortificada. “La instalación de Qom contiene
ahora los circuitos eléctricos y el equipo requerido para las nuevas
centrifugadoras, aunque éstas no han sido todavía ajustadas”, dijeron
las fuentes diplomáticas que no quisieron identificarse. J.Z.