18 de noviembre de 2013

La gente percibe que la policía está involucrada en la delincuencia



Alrededor de un 50% de la población cree que los agentes de la fuerza son parte de los problemas de seguridad que aquejan al país, según reveló el Regional de Desarrollo Humano. Seguridad Ciudadana con Rostro Humano 2013/14 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).


El problema de la corrupción también quedó marcado en el informe ya que un 13,6% de los consultados en el país respondió que recibió un pedido de coima de un policía, un 7,4% que recibió un pedido de un funcionario público y un 14,4% consideró que se justifica pagar un soborno. 
Ante esta realidad que se reproduce en todo el continente, el estudio recomienda: “Es necesaria una política de acercamiento entre la policía y las comunidades, que permita mejorar la imagen de esta institución: la policía debe ofrecer un trato respetuoso y mostrar una buena respuesta a los problemas de inseguridad local. Asimismo resulta clave responder de manera oportuna y decidida a los casos de corrupción y abuso policial, estableciendo sanciones claras que les den certeza a los ciudadanos”. 
Por ello explica que “las reformas policiales deben aspirar a reorganizar los mandos policiales, incluyendo una gestión descentralizada y la racionalización de la toma de decisiones; establecer y reestructurar los mecanismos internos y externos de rendición de cuentas; profesionalizar la gestión
de policías y administrativos, e incrementar la colaboración entre la policía y las comunidades”. 
Esta posibilidad de construir una policía comunitaria “implica un amplio cambio en la estructura
organizacional, en el proceso de toma de decisiones y en la cultura institucional de la policía en relación con las comunidades. Este cambio incluye la descentralización operativa en territorios más pequeños y el acercamiento a la comunidad para labores de diagnóstico, colaboración y fiscalización de la labor policial por parte de los ciudadanos”, señala el estudio. 
Expone entonces que “la participación de las organizaciones civiles, los empresarios y grupos religiosos, entre otros actores claves, aporta un valor importante”.
Apunta entonces que “se debe fortalecer la presencia policial en las zonas más críticas a partir del conocimiento previo de la concentración territorial de la violencia y el delito. Dicho despliegue debe ir acompañado de programas sociales y del trabajo cercano con las comunidades.
Para los delitos de mayor impacto- homicidios, secuestro, extorsión, trata de personas, explotación sexual y desapariciones- deben impulsarse respuestas intersectoriales que involucran a las policías, ministerios públicos y demás instancias competentes”, indicó. 

Responsabilidad mediática
“La cobertura noticiosa debe proteger la integridad y la intimidad de las víctimas y sus círculos cercanos; asimismo, debe evitar la exposición de la violencia y el amarillismo, así como la proliferación de mensajes que sobredimensionen la ocurrencia de los delitos”, señala el informe haciéndose eco de una extendida práctica de los medios de comunicación, principalmente televisivos de sobredimensionar la cobertura policial. 
“La difusión mediática de un hecho real puede llegar a generar alarmas que superen a la misma realidad”, apuntó remitiendo al profesor de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, Jorge I. Domínguez que explicó que en América Latina “es tanto el ruido mediático que producen el crimen y la violencia, que pareciera que hay autoparlantes en las calles anunciándolos. Las telenovelas que glorifican a los capos de la droga contribuyen a la distorsión”, señala. 

Ejemplos de cambio
En República Dominicana, se lanzó en 2013 un Plan de Seguridad Ciudadana que tiene como objetivo reformar la estructura de la Policía Nacional. Con este fin, se creó un Consejo de Seguridad, encabezado por la Presidencia y compuesto por los demás actores estatales en materia de seguridad.
En Nicaragua el alto grado de aceptación con el que cuenta la Policía Nacional está vinculado al modelo comunitario desarrollado desde su fundación, durante la revolución sandinista en los años ochenta (Policía Nacional Sandinista).
Ésta es bien valorada por sus buenos resultados y su legitimidad. El PNUD en Nicaragua identifica ocho procesos que explican los éxitos de la policía entre ellos: el perfil comunitario; el abordaje preventivo de la violencia juvenil; el abordaje diferenciado, preventivo e integral de la violencia intrafamiliar y sexual; el sistema de educación policial y el enfoque de género entre otros. 
En El Salvador y Guatemala, surgieron nuevas instituciones de policía civil como parte de los acuerdos de paz. Sin embargo, el incremento de la criminalidad ha fortalecido el apoyo a respuestas represivas que han amenazado los procesos de reforma.
En Colombia, destaca el esfuerzo de cambio institucional llevado a cabo en los años noventa a partir de los escándalos de corrupción asociados al tráfico de estupefacientes y la mala imagen
pública. Entre ambas reformas hubo una depuración policial importante que ha contribuido a mejorar la eficacia y la percepción de la institución por parte de la ciudadanía.
El reto de la policía continúa siendo superar la estructura y el carácter militar que ha tenido desde 1953.
La Policía de Investigaciones de Chile estaba tan desprestigiada al final de la dictadura que se discutió la posibilidad de que fuera absorbida por los Carabineros. Sin embargo, fue depurada, reorganizada y modernizada con éxito. Los carabineros de Chile también han sido objeto de procesos institucionales de modernización, lo que les ha dado buenos niveles de imagen interna y externa, reporta el Regional de Desarrollo Humano. Seguridad Ciudadana con Rostro Humano 2013/14 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

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