15 de septiembre de 2014

A 100 años del primer vuelo de Petirossi, una réplica de su avión se prepara para despegar


Juan Parini en uno de los primeros vuelos de prueba de la réplica del Deperdussin de Silvio Petirossi

Los aviones tienen apenas poco más de un siglo de surcar los cielos, de acercar a la realidad el sueño de volar que persigue a los hombres. Pero, ¿es posible hacer que un avión que se pensó hace 100 años pueda volver a despegar ?. Los fanáticos del Club de Vuelo Deportivo Yvytú de San Bernardino se convencieron y lo están consiguiendo.
Decidimos hacer una réplica del avión Deperdussin que utilizó Silvio Pettirossi y ya estamos ejecutando los vuelos de prueba”, cuenta entusiasmado Juan Parini, uno de los promotores de la idea. A su lado, Agustín Muñoz, dice que el objetivo del Proyecto Pettirossi es hacer un gran evento el 17 de noviembre próximo oportunidad en que se cumplirán los 100 años del primer vuelo del as de la acrobacia aérea nacional. “Tenemos el apoyo de la Dirección de Aeronáutica (Dinac), pero estamos necesitando sponsors para poder cumplir a cabalidad este largo anhelo”, expuso señalando que se pretende hacerlo para que miles de personas puedan acceder.
Hasta el momento el avión hizo pequeños tramos en la pista del Club ubicado en San Bernardino y se espera que pueda hacer su vuelo inaugural los próximos 4 y 5 de octubre en el marco del festival que realiza la aviación militar.
Desde hace 6 años que comenzaron con la idea que en principio pareció una lejana pretensión pero que hoy está muy cerca de la concreción. “Conseguimos los planos en una institución europea que guarda este tipo de material. Son unas 100 hojas impresas que nos costaron poco más de 100 dólares, muy baratos”, recuerda Parini.
A partir de allí, con maderas nacionales, principalmente cedro y telas de avión a las que después se aplica una terminación de barniz, se fue armando el avión que “se parece más a un ultraliviano de los que conocemos hoy”, cuenta.
En las primeras pruebas utilizó un motor de 40 caballos de fuerza (HP, su sigla en inglés) pero luego este fue reemplazado por uno de 65 HP que le da mejor rendimiento.
El primer piloto en volarlo fue Roberto Vera y el avión es ya la pieza codiciada de los poco más de 100 socios del club. Parini que también pudo tripularlo cuenta que “se desplaza muy lento, alcanza a despegar a poco más de 60 kilómetros por hora y sus movimientos son de otro tiempo, es una gran experiencia, realmente cada vez asombra más lo que pudo hacer Silvio”, comenta.
El avión no tiene flaps, y en su versión original no tenía frenos. “Ahora le adaptamos unos frenos de motos para cuidar la réplica, para controlarlo en tierra, es todo un desafío”, dice Parini dejando en claro el deseo: “Ojalá que el 17 de noviembre haya buen tiempo y se pueda volar”, pide.

Jorge Zárate

Un fenómeno mundial
En enero de 1913 Silvio Petirossi es el primer egresado de la Escuela de Aviación Deperdussin sita en Champagne, Reims, Francia y en octubre de ese año vuela 450 kilómetros sin escala uniendo París y Mourmelon una hazaña para su época. En ese mismo año, bate el récord mundial de 8 loopings consecutivos, realizando 30 de ellos continuos. Ya en Buenos Aires organiza un evento aéreo al que asisten 50 mil personas que aplauden sus “endiabladas maniobras” que tiene por objetivo recaudar fondos para un monumento para su amigo Jorge Newbery recientemente fallecido. En abril de 1914 deslumbra en Río de Janeiro y le ofrecen comandar la Escuela de Aviación de Brasil, oferta que declina manifestando su voluntad de venir a enseñar en el Paraguay. Crea la maniobra “Loop in the loop” o Looping invertido. Después de sorprender en Uruguay y en Chile el 17 de noviembre de ese año realiza su primer vuelo en nuestro país en los bajos del Cabildo donde se congregó una multitud par verlo. A fines de 1915 se consagra campeón de una competición internacional de acrobacia aérea en San Francisco, lo llaman “El rey del aire”. El 17 de octubre de 1916 en Punta Lara, Buenos Aires, Argentina, en un vuelo de prueba luego de reparaciones a su aeronave y en medio de maniobras acrobáticas, el Deperdussin suelta alguno de sus tensores, pliega sus alas y se precipita a tierra acabando con su vida.

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