17 de agosto de 2020

Asunción probará las supermanzanas, buscando ser una ciudad amable

Planean una superpeatonal desde Plaza Uruguaya a Loma San Jerónimo e incorporar a la Chacarita al centro histórico con parques y urbanizaciones

En el 2037 la ciudad alcanzará 500 años desde su fundación española, se cree Paraguay, el asentamiento guaraní que nombra un país, su río, es en al menos cien años preexistente.

Con su Centro Histórico despoblado y en riesgo patrimonial, agobiada por el ruido y la contaminación del aire de los vehículos, pocos espacios verdes y una administración municipal colapsada, el desafío de recuperarse debería ser un imperativo ciudadano.

“Esa es la idea”, dice Jorge Bosch, viceministro de Urbanismo y Hábitat al anunciar un programa de “revitalización” con más de 40 acciones, “entre ellas la parte de las Supermanzanas que es un proyecto en conjunto con la municipalidad de Asunción”, asegura.

Fue durante un encuentro virtual, webinario en la jerga de este tiempo, en el que expuso Salvador Rueda, el español cuyas ideas ayudaron a cambiar Barcelona y que está vinculado a un próximo ensayo de su idea de las Supermanzanas en la “Madre de Ciudades”.

“Urbanismo, Supermanzanas y Centro Històrico de Asunción” fue presentado por Javier Corbalán, arquitecto paraguayo, investigador en la Universidad de Venecia y profesor en las principales escuelas locales, la Universidad de Asunción (UNA) y la Católica (UCA).

Este se reconoce “discípulo” de Rueda al que invitó a implementar su idea y con el que viene trabajando desde hace 5 años en el diseño de una propuesta Asunción.

En octubre de 2019, Rueda visitó esta capital y congregó una pequeña multitud en el Centro Cultural Juan de Salazar, oportunidad en la que se presentó una maqueta de la idea desarrollada con Corvalán y el apoyo de la empresa Control del ingeniero Víctor Fuster. “Estamos asociados con el arquitecto Lucas Fuster para hacer un trabajo enmarcado en el Plan CHA para su revitalización”, contó.

“Hay un camino transitado, algo estudiado y no estamos en el punto cero, sino animarnos a volverlo ejecutivo y echarle mano a esto de organizar el CHA; que hay que cambiar la “inteligencia” que está metida, no quiere decir demoler construcciones ni cambiar calles, es solamente una cuestión de inteligencia, de cómo funciona la ciudad”, explica.

Se propone entonces “la peatonalización de Palma hasta la Loma San Jerónimo, cableado subterráneo para esa maraña de infraestructura… para que esté soportado por servicios modernos, contemporáneos, con equipamiento público en las calzadas, circulación para impedidos físicos y detalles constructivos”, resume.

Se plantea a su vez la incorporación de la Chacarita Alta y del Banco San Miguel como parte del CHA, “entendiendo la ciudad como un Ecosistema, un conjunto de elementos naturales y construidos”, expone.

Para ejemplificar el funcionamiento de la idea, se buscará experimentar en breve con la primera supermanzana piloto, “una experiencia académica con la UCA que haremos extensiva a las facultades del país para que compartan con nosotros la experiencia que se hace con un mínimo de esfuerzo, básicamente es trabajo de señalización siguiendo la Guía metodológica de Salvador Rueda. Estamos pensando en un aula abierta para hacer la primera supermanzana efímera, pero que ojalá sea permanente y queremos invitar a toda la ciudadanía porque este es un tema que corresponde a todos y no solo a la arquitectura y al urbanismo”, apunta.

Regeneración

 

Salvador Rueda, es Licenciado en biología y fue el director de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona. Su idea de las Supermanzanas y la recuperación de los espacios urbanos lo llevó a dar 800 conferencias en el mundo.

“Espero que lo proponga permita entender cómo hacer para la revitalización del CHA”, comienza señalando para exponer que el mismo “está en un proceso acelerado de degradación, deterioro tanto en su patrimonio histórico y cultural por lo que deberíamos plantear un proceso de reciclaje y regeneración urbana.

Un segundo elemento es el actual abandono económico, muchos puntos que no están ocupados y; un tercer aspecto es el despoblamiento, un CHA sin personas, es uno que va directo a la muerte, al deterioro a la inseguridad”, indica.

Propone entonces “incorporar la idea de inclusividad de aquellos grupos humanos que bien esten en el CHA o en el entorno como la Chacarita… Si queremos regenerar el centro no lo podemos hacer sin un escenario de seguridad que solo es posible si podemos incluir a todo el mundo, porque el que quede afuera reclamará su espacio de un modo o de otro.

Otra de las características es que está colapsado, hay más coches que personas y eso hace a la calidad del aire, el ruido y está desconectada de los elementos alternativos al coche… Una de las cuestiones claves está ligada al Puerto, al cómo se conectaba a pie, en bicicleta y con transporte público a ese centro que tenía que irradiar, hacer pasar centenares de personas”, describe.

Lo hace puntualizando que en su opinión la ciudadela de oficinas públicas edificada en el Puerto no debió haber tenido un acceso prioritario de automóviles como se ve ahora. “La solución que se ha tomado es una barbaridad, se podría recomponer, creo que estamos a tiempo, porque sin la participación de las miles de personas que van a coincidir en esa área portuaria que no puedan llegar a disfrutar de esa regeneración es una oportunidad perdida… también plantear la entrada al CHA con transporte público masivo.

El malogrado proyecto de Metrobús que debía conectar con el centro y con el Puerto, debería ser un proyecto a volver a poner en pie, cuestión clave para modificar el modelo de movilidad imperante basado en el coche”, señala.

Propone entonces “iniciar un proceso de cambio lo más rápido posible, con objetivos para el 2037, concibiendo una ciudad que estuviera en primera línea, en la liga de ciudades regeneradas en un proceso en que los ciudadanos que la habitan tengan una esperanza mejor posible”

Entiende que la Supermanzana brinda “la posibilidad de liberar el espacio… otorgando la mayor parte del espacio a la movilidad de paso, para otros usos, otros derechos, poner en el centro de la planificación a la persona…

Tu puedes circular alrededor, pero si quieres entrar en coche te sacará el 95% de los que circulaban ya no lo hagan, a pie y en bicicleta, y en tercer término, la velocidad con que los móviles circulan dentro de la supermanzan, a menos de 10 kilómetros por hora permite compatibilizar los usos, se hace así una red en la que definimos por donde va a circular la bicicleta, en las supermanzanas la prioridad es para el que va a pie… porque hay que comenzar a pensar que la ciudad no es solo para el coche”, dice.

La idea es “sustituir coche por vegetación… queremos que las calles se conviertan en plazas con esos árboles maravillosos que ustedes tienen y que el peatón se convierta en ciudadano que tiene derecho al ocio, al intercambio a la cultura y a la participación democrática, integrando el verde urbano. En las calles y en los interiores de manzana, se crea una alfombra que permite reducir las temperaturas fruto del efecto de isla de calor de nuestros entornos urbanos que los desprenden por la noche y que hacen difícil dormir y perjudican a personas enfermas y vulnerables”, señala.

Recuerda que en la experiencia de Barcelona se dio una “multiplicación de las actividades económicas, todas las supermanzans crecieron entre un 15 y un 60% por la calidad del espacio público, porque si es atractivo, las personas ocupan el espacio, es un intangible fundamental es clave para regenerar económicamente, así se multiplica también el número de puestos de trabajo”

Lo hace recordando que en Asunción el “nivel de calidad del aire es bajísimo, hay mucho ruido, el control térmico deteriorado, el piso despide mucho calor”, señalando que las supermanzanas promueven la actividad física y mejoran la calidad del aire y que se podrían extender “a toda la ciudad de forma muy barata” apuntando que se puede “implantar rápido merced a la voluntad política y haciendo parte a la población que se identifique con el sistema”.

La idea de Corvalán es presentar la experiencia en una supermanzana a ser practicada en los alrededores de la Escalinata de la calle Antequera. “Si aquí funciona, se puede hacerlo en otro lado, entendemos que en un barrio residencial podría tener mejor predisposición, pero queremos involucrar al transporte público, a los comerciantes; a la actividad económica, cultural”, señala.

La primera experiencia, explica Rueda, se hace con vallas y conos, “con carteles que expliquen que hay prioridad peatonal. La segunda fase, involucra pintura y algún elemento como mesas, para que bajen los trabajadores a comer, o a cenar, cuestiones tan baratas que permiten disfrutar de un espacio que de otra manera sería imposible… La tercera fase incorpora materiales de reciclaje urbanos que van cambiando el paisaje para bien”.

Para Rueda, “es importantísimo que los jóvenes se impliquen porque si no, qué futuro les queda… váyanse a vivir al CHA, generen lugares para vivir porque papá en un momento dejará de estar, el crecimiento está determinado por el nivel de autonomía e independencia, tienen en sus manos hacer un futuro distinto. Vamos a por ella…” propone. 

 

Otras miradas

“Asunción siempre fue una ciudad muy amigable con sus habitantes, el problema es que sus habitantes la hemos tratado muy mal en las últimas décadas, hasta diría que nos hemos ensañado con ella”, considera la arquitecta Ana Rosa Lluis O’Hara especialista en Intervención en el Patrimonio Arquitectónico y Urbano y miembra del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, su sigla en inglés).

En su mirada la ciudad “sigue tan amigable que a pesar de todo, nos sigue brindando su magia a través de sus monumentos que esperan ser restaurados, su patrimonio modesto que resiste el abandono y la desidia, sus lapachos que florecen aún antes de tiempo, sus bellas plazas destruidas y sucias pero llenas de recuerdos que nunca se borrarán de nuestra memoria y tantos otros detalles que hacen que Asunción sea siempre un lugar mágico y muy caro a nuestros afectos”

Luis O’Hara fue parte del Seminario Internacional de Revitalización de Centros Históricos de América Latina (Sirchal) cuya propuesta coincide con la idea fuerza de la propuesta de Salvador Rueda “que la ciudad sea de los habitantes, no del automóvil, como ocurre ahora”.

Creado por el arquitecto chileno/francés Leo Orellana el Sirchal aportó ideas para resolver la decadencia del Centro Histórico de Asunción (CHA) que también necesitan analizarse.

Por ejemplo: “Reafirmar la vinculación del ciudadano con el río. Ahora con la construcción de los edificios públicos en el puerto, esto se verá más difícil por el fuerte impacto negativo que este proyecto supone para el CHA, fundamentalmente en cuanto a que será como un muro divisorio entre la ciudad y el río. Aún así se encontrará la manera de permear ese muro y llegar al río de manera armoniosa”, explica la especialista.

Para el arquitecto Raúl Montero Bray no se dieron avances en el Plan CHA que considera “no fue un plan de desarrollo urbano, porque no fue pensado para resolver los problemas de toda la ciudadanía, sino se trató de recuperar algunas zonas, ribereñas o no y ponerla al servicio de la especulación inmobiliaria para diversos usos, sin pensar serieamente en la relocalización de una gran cantidad de gente desplazada del sitio.

También que la capital no es amigable con sus habitantes porque “no está adaptada al clima, no tiene protección al asoleamiento intenso, n las plazas tienen el diseño adecuado”. Sugiere que las plazas se diseñen como “masa, varias manzanas formando parques y no una sola manzana cada 10 cuadras como es ahora”, siendo fundamental que la ciudad sea inclusiva.

Entiende que es prioritario un “sistema que evite la tierra urbana ociosa que termina siendo un problema de salud pública” y una política “eficiente para la protección y mantenimiento de edificios patrimoniales. No se ha promovido un debate serio sobre lo que debe ser patrimonio histórico edilicio y casi solamente se considera así a los edificios lugares y sitios pos coloniales con lo que se realza la cultura opresiva y destructiva de lo colonial”

Sostiene que una eficiente organización del estacionamiento es vital y también la “municipalización del transporte público incorporando trenes urbanos, cable carril o trenes subterráneos.

Para el laureado arquitecto Solano Benítez “el plan CHA es el placebo para cubrir la indiferencia sobre el tema, incluso de las mismas personas que lo hicieron… es un instrumento inútil, para gestores inútiles, es por antonomasia un herramienta diletante”.

Explica que es fundamental tener un concepto integral: “Todo tema que se aborde por separado, necesariamente es sectario, marginante y xenofóbico, necesitamos refundarnos como sociedad que aspira a vivir en comunidad ocupando un territorio en común. ¿Puede una ciudad tener un destino distinto a la condición de vida de sus habitantes? Mucho antes que una ciudad se vuelva fea, son sus habitantes quienes lo son”, considera.

“Mientras no seamos capaces de tolerar las diferencias, e integrarlas como valores que nos completan, la exclusividad a la que aspiran determinados sectores de nuestra colectividad, serán siempre los obstáculos de exclusión, somos quienes de un modo perverso permitimos la confusión sustituyente de sociedad por mercado, y bajo esa lógica no hay lugar para la accesibilidad y menos de quienes tienen capacidades diferentes”, apuntó.

Jorge Zárate

 

Algunos datos

·         El CHA tiene 5,18 kilómetros cuadrados.

·         Segùn la DGEEC desde 2012 no tiene más de 22 mil habitantes, está prácticamente vacío, y el 50% de sus habitantes está en la Chacarita

·         Serían unos 40 habitantes por hectárea en el CHA, densidad que no es sostenible

·         En 1992, los asuncenos eran 500.998; en el 2023 alcanzarían los 521.091 y en el 2030, los 531.724, vale decir, habrá unas 30 mil personas más de las que residían en la capital 38 años antes, situación que contrasta con la ocupación de los bañados y el crecimiento del departamento Central que alcanzará las 2.638.439 personas, seis veces más que la población capitalina, a la cual, en 1992, apenas doblaba.

·         La población de los bañados aumentó de manera progresiva.  En 1992, habitaban dicha zona alrededor de 11.500 familias, un total de 47.159 personas, el 9,41por ciento de la población total asuncena. En el 2002, aumentó a 21.000 familias, un total de 94.098 personas, el 18,37 por ciento de la población total urbana. Actualmente, ocupan los bañados alrededor de 26.000 familias que suman 136.219 personas, el 25,7 por ciento de la población capitalina. Las proyecciones al 2030 instalan en los bañados al 33 por ciento del total de habitantes de Asunción.

·         Mientras la tasa total de crecimiento de la población asuncena total fue nula o negativa, la de los bañados aumentó 2.8 veces en 26 años.

·         En 1998, el 35,1 por ciento de los hogares de Asunción contaba con transporte propio y el 25.1 por ciento los del departamento Central. En términos absolutos, representaban 43.942 y 68.964 hogares, respectivamente.

·         Tras 20 años, en el 2018, el número de hogares asuncenos con transporte propio aumentó al 65,5 por ciento y en el departamento Central, pasó al 67,6 por ciento.

·         En el 2018, 89.798 hogares de Asunción contaban con transporte propio y sumaron 353.295 de Central. Hubo un aumento de 45.766 hogares asuncenos con transporte propio y de 284.331 hogares en el departamento vecino. 

Fuente: Revista Mandúa https://mandua.com.py/como-llegara-asuncion-al-2037-quinto-centenario-n628

Links

https://www.laboratoriodearquitectura.com.py/copia-de-hospital-barrio-obrero-1

https://www.youtube.com/watch?v=naDRiL_q8k0&feature=youtu.be&fbclid=IwAR3ChhvpV89rHKAS24dpNSjerO1G0HIPNJcIhQgIkO8Wbd3dPq4iSJcXzek

 

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