Itaipú producirá un 15% menos de energía este año y Yacyretá funciona al 50% de su capacidad. Como el río tiene un caudal un 40% menor que el promedio histórico los puertos graneleros sobre su vera no se puedan utilizar porque no hay calado para llevar las barcazas. Pescadores comienzan a mostrar preocupación por la salud de la fauna ictícola y apenas los contrabandistas aparecen celebrando que haya partes en las que sólo hay que atravesar un hilo de agua. En Argentina temen que haya problemas con la energía y el abastecimiento de agua potable. En Brasil, Matto Grosso tiene emitida un alerta y el corazón de la generación energética está en crisis. El gigante hijo del mar de los guaraníes parece decir que algo debe hacerse contra el desmonte y el cambio climático.
Se cree que será la sequía más grande de la historia del
gran río Paraná, un problema que ya está causando serios inconvenientes en los
tres países que recorre, Brasil, donde nace, Paraguay donde ejerce su potencia
hidroeléctrica y Argentina a la que baña in extenso.
“Esperamos que se prolongue hasta septiembre u octubre cuando comienza a llover más y los niveles normales son superiores a los que se registran entre junio, julio, agosto, que estacionalmente son los más bajos”, dice con cierta esperanza Nelson Pérez hidrólogo de la Dirección de Meteorología.
La bajante ya tiene dos o tres años y se adjudica a la falta
de lluvias en un fenómeno histórico, sólo comparable a las marcas registradas
en los años 68 al 71, con algunos registros ya igualados, incluso.
“En principio tuvimos una “Niña”, fenómeno climático que se
caracteriza por la falta de precipitaciones”, dice Pérez.
Banco de arena entre Ita Corá/Itatí |
Ecologistas y defensores del medio ambiente aseguran que en el descomunal desmonte de las áreas de su cuenca madre, que tiene más de un millón de kilómetros cuadrados, está la matriz del problema.
“Pienso que sí, que el desmonte y el cambio climático tienen
que ver, cualquier cambio del terreno influye en el régimen de lluvias pero no
puedo afirmarlo a ciencia cierta porque faltan estudios que lo demuestren”,
dice.
Hugo Zárate, superintendente de Operación de la Binacional
Itaipú admite el bajón en la producción: “Hablamos de un 10% menos en el primer
semestre de 2021, con relación al mismo periodo de 2020. Se estima que esta
diferencia pueda llegar al 15% al final del 2021, dado que el año pasado la
producción ha sido de 8.696 MW promedio”.
Y agregó: Como la producción de energía en la central es
baja a consecuencia de la situación actual, el volumen total de agua descargado
también será bajo, dificultando las condiciones de navegabilidad”.
En concreto el caudal del Paraná es en este momento un 40%
menor que su promedio histórico: “A partir de la tres fronteras aguas abajo
esta en los 5 mil M3 por segundo (M3/s), siendo que el promedio normal
histórico es de 10.500 M3/s lo que dificulta la navegación porque el nivel del
río baja pronunciadamente y está muy visible. Nuestras reglas hidrométricas en
el puente de la Amistad suelen tenerlo a 105 metros sobre el nivel del mar y
hoy estamos cerca de 92 metros estamos hablando de 13 metros de diferencia”,
ejemplificó.
Zárate se mostró esperanzado en las previsiones de la dirección
Técnica que “puntualiza que no hay que descartar la posibilidad de que en los
próximos meses ocurran crecidas de corta duración en la cuenca cercana al
embalse. Ello permitirá generar valores de afluencia más cercanos al promedio
histórico por algunas semanas, pues serviría para almacenamiento en el embalse
de la central y su eventual uso en los meses siguientes obteniendo así una
mayor generación de energía, que además proporcionarían momentáneamente
condiciones de navegabilidad”.
Frontera entre San Rafael del Paraná/Montecarlo |
Leopoldo Melo es jefe del departamento técnico de Yacyretá y
cuenta que las estadísticas para encontrar algo parecido lo remontan al año
1944. “En septiembre iría repuntando, se daría cierta normalización porque hoy
estamos haciendo 1200 MVH de promedio, menos del 50% de la capacidad de la
represa en condiciones de caudal normal. Estamos con 12 de las 20 turbinas en
operación lo que nos da espacio de ir haciendo mantenimientos programados”.
Por su parte, Lucas Chamorro, jefe de Hidrología de la
Entidad Binacional Yacyreta (EBY) aseguró que “estarán garantizados los
caudales mínimos ecológicos en el Brazo Aña Cua como también los caudales de
aguas para las tomas de riego y agua potable”, un tema sensible que hace a la
salud de las poblaciones.
También está lo económico: Hay 14 pasos difíciles de navegar
río debajo de Yacyreta que hoy necesitan más caudal para poder superarse,
especialmente Loro Cuarto y Cementerio.
Juan Carlos Muñoz, vicepresidente del Centro de Armadores
Fluviales estimó que “cien millones de dólares se dejó de facturar el año
pasado y en este año se podría dejar de percibir unos 120 a 150 millones de
dólares… Son números que manejamos en el sector prestatario de servicios”, ya
que “un viaje que normalmente se hace en ocho días se hace ahora en quince y se
imposibilita cumplir con los plazos de entrega”.
Para Wilson Sedy, directivo de la Cámara de Terminales
Portuarias (Caterpa) analizó en diálogo con La Nación: “El río Paraguay tiene
hoy 1.400 metros cúbicos por segundo y se navega, pero el río Paraná con 5.300
metros cúbicos por segundo que tiene hoy no se puede navegar y es por la falta
de dragado”.
Lo hizo exponiendo el histórico del movimiento por el río, señalando que en el 2017, el movimiento fue de 3.2 millones de toneladas por el río Paraná que se redujo durante 2020 a sólo 1.5 millón de toneladas, lo que equivale a una reducción del 50%.
“En los puertos estamos prácticamente con la capacidad
ocupada al 100%, son 600 mil toneladas que tenemos hoy en los puertos. En la
retaguardia, es decir, en silos de acopio, cooperativas de productores, de
empresas que se dedican al almacenaje de granos, hay más o menos un millón de
toneladas también”, contó Sedy en junio pasado.
El presidente de Caterpa, Ricardo Dos Santos, fue más
dramático: “Una tragedia es lo que está pasando”, apuntó señalando que a pesar
de los ventajosos precios de la soja, los comercializadores no pueden navegar
el Paraná.
El mes pasado, en entrevista con este diario, Mauro Alvarez,
directivo del Puerto OTS situado en Presidente Franco, graficaba la situación:
“Desde el Puerto Tres Fronteras llegamos a la zona cercana a Yacyretá, pero con
problemas. Cuando normalmente se navega con seis barcazas, hoy se navega con
una o dos barcazas. Eso representa mucha lentitud y altísimos costos en la
logística”
También se ven afectadas importantes cargas de
combustible.
Nueva pandemia
Oscar Rivas, ex ministro del Ambiente; especialista en
desarrollo del territorio y sustentabilidad asegura que “las sequías serán la
nueva pandemia”.
Según señala “venía anunciándose un período de grandes
sequías en 2019 y 2020 en los ríos Paraná y Paraguay, donde la escasez de
precipitaciones provocada por la disminución del tránsito de aire cálido y húmedo
durante los veranos desde la cuenca amazónica hacia los territorios del sur del
continente”.
El cuadro es grave: “Estamos con graves problemas en la
cuenca Amazónica, en la del San Francisco y la del Paraná, Paraguay, Del Plata…
estas constituyen las tres grandes cuencas de América del sur. La interconexión
de aguas a través de los ríos voladores, la recarga de los acuíferos se vio
interrumpida en un gran porcentaje por la deforestación, por el cambio de
ecosistemas, fundamentalmente”, explica.
“Los ríos se han drenado para la navegación y los grandes
humedales también para la producción de granos para la exportación
(comodities). Muchos cuerpos de agua fueron colmatados por la deforestación y
el arrastre de sedimentos que es la consecuencia más que lógica es la gran
sequía que va a empeorar porque el sistema continúa. Y tendremos escenarios de
fuego, matando vida, biodiversidad y amenazando a las comunidades humanas”,
comentó.
Rivas recordó que “dos de los grandes ecosistemas,
fundamentales en la provisión de agua, arroyos y riachos hoy están casi secos:
El Cerrado y la Selva Atlántica que fueron objeto de una destrucción
inmisericorde… La expansión imparable de la megaproducción de comodities, , el
avance de la deforestación, el sobrepastoreo, la minería que avanza hasta en
zonas donde normalmente no existían constituyen una acción antrópica (del
hombre)”.
Relexionó luego: “No se trata de un fenómeno natural como
muchos quieren mostrar para esconder la verdad. Tampoco vemos acciones claras que
impliquen cambios estructurales, o medidas que reviertan esta situación que
toma a la humanidad como rehén de su propia civilización en crisis que está
ante un escenario de gran extinción de especies, porque si no se cambia de verdad,
se camina hacia la muerte”, advirtió el experto.
Argentina preocupada
Según cita el diario argentino Clarín, en junio, la represa
de Yacyretá generó 309.260 megawatts (MWh) menos que en idéntico mes de 2020.
La generación bruta de energía pasó de 1.098.676 (MWh) a apenas 789.416 MWh.
“La caída del 30% la llevó a sus niveles de generación más bajos en mucho
tiempo. Antes de abril, la generación mensual nunca había bajado del millón de
MWh. Ya en ese mes y en mayo se había ubicado cerca de 930.000 MWh, que ya eran
niveles bajos. Cuesta encontrar registros inferiores a los actuales, según
especialistas”, expuso.
“La disminución contribuyó a que Argentina tenga que
recurrir a más cantidad de gas importado y combustible líquidos, que se utiliza
para la generación térmica”, aportó el matutino recordando que la represa
aporta casi un 15% del consumo eléctrico del país vecino.
Rosario en dos tomas la Agencia Espacial Europea |
Por su parte el sitio especializado EconoJournal apuntó que Yacyretá está aportando 800 MW para la Argentina y 200 MW para Paraguay… La EBY cree “muy probable la profundización de la bajante del río Paraná… Desde Cammesa (Operadora eléctrica) estimaron que, si baja el (caudal) entrante en 1.000 m3/s, la baja en turbinado de Yacyretá para la Argentina sería de alrededor de 200 MW”.
A esto debe sumarse que están en riesgo potencial 2.400 MW
de distintas centrales térmicas y las nucleares de Atucha I y II que son
refrigeradas por las aguas del Paraná.
“Llevamos 1 año de sequia, se perdió un 25% de los productos
del campo... hoy sin sequía el gobierno recaudaba 3500 millones de dólares más
en impuestos” comenta un lector en un portal de la provincia de Santa Fe.
Se lee que la Bolsa de Comercio de Rosario calculó pérdidas por más de U$S300 millones y comentó que se está haciendo necesario ajustar el volumen de carga en barcazas que bajan por los ríos Paraná y Paraguay al Gran Rosario desde Paraguay, Bolivia y puertos locales. "Es mercadería de origen extranjero que trasborda en el Gran Rosario, poroto de soja que importa temporariamente nuestro país y granos argentinos que llegan desde puertos de cabotaje de Chaco y Entre Ríos", consignó el informe.
Brasil en crisis
“La cuenca del Paraná ya hace sentir los efectos de la
sequía en el agronegocio y la generación de energía”, es el título de un
reportaje de Folha de Sao Paulo en el que se fotografió el lago casi seco de la
hidroeléctrica Água Vermelha, en la frontera de São Paulo y Minas Gerais.
La eligieron como símbolo de la situación porque es la
última de las 12 hidroeléctricas del Río Grande, que nace en la Serra da
Canastra, en Minas Gerais, y forma el río Paraná después de unirse con el río
Paranaíba, apenas kilómetros después.
“En conjunto, los tres ríos representan dos tercios de la capacidad de
almacenamiento de energía del subsistema de energía Sudeste/Medio Oeste”, un
corazón eléctrico afectado por la falta de agua.
Ituzaingó, frente a Ayolas. Foto Favio Montiel |
Por ello la Agencia de Agua y Saneamiento (ANA) declaró una emergencia hídrica y limitó la captación de agua en los ríos para las explotaciones agroindustriales de la zona que van desde el ganado y la caña de azúcar hasta la piscicultura que se ve duramente comprometida por la sequía.
“Existe consenso entre los expertos en que la crisis es
estructural y necesita soluciones a largo plazo. "Estos son temas como el
cambio del uso de la tierra, el cambio climático, aspectos del desarrollo
económico que conducen a la supresión de la vegetación", dijo el presidente
del Comité Hidrográfico de la Cuenca del Paranaíba, Breno Esteves Lasmar.
"Donde no hay bosque, no hay agua", especificó en el artículo de
Folha.
Según el Cemaden (Centro de Monitoreo y Alertas de Desastres
Naturales), la cuenca del río Paraná ha estado experimentando precipitaciones
por debajo del promedio durante 22 años y la situación empeoró desde febrero de
2019, cuando recibió los peores volúmenes desde principios de la década de
1980. "En términos de caudal, se puede concluir que la parte alta de la
cuenca del río Paraná enfrenta una situación que se puede calificar como severa
y excepcional desde 2014", dice.
Por su parte, el 14/7 pasado, Reinaldo Azambuja, el gobernador Mato Grosso do Sul, declaró una situación de emergencia por 180 días "Las heladas han afectado mucho a algunas regiones y la sequía ha sido extremadamente dañina", consignó.
Jorge Zárate
Un gigante caudaloso
El Paraná es tiene habitualmente un caudal promedio de 16
000 m³/s. con picos que alcanzan los 20 mil M3/s. El máximo se da a fines del
verano (febrero–marzo) y el estiaje a fines del invierno (agosto–septiembre)
El volumen de agua que traslada lo hace comparable al
Misisipi (18 000 m³/s) y al Ganges (16 000 m³/s).
Con 4880 km de extensión, es el segundo río más largo de
Sudamérica, ya que sólo es superado por el Amazonas y el 14º a nivel mundial.
Es una continuación del río Grande, recibiendo el nombre del río Paraná en la
confluencia con el río Paranaíba.
Banco entre Paso de Patria/P. de la Patria |
Los sedimentos que le aportan el Paraguay y el Bermejo le
hacen construir un Delta de bancos e islas en la desembocadura.
Los pueblos originarios lo navegaron y usufructuaron de la
pesca por miles de años. Los primeros europeos que se internaron en el río
Paraná fueron Sebastián Caboto y el capitán Miguel de Rifos el 8 de mayo de
1527, al mando respectivo de la carabela San Martin y de la galeota Santa
Catalina, en la boca del río Paraná de las Palmas.
Alto Paraná
Comprende los primeros 1550 km del río, desde su nacimiento
hasta la confluencia con el río Paraguay. En este trayecto atraviesa el macizo
de Brasilia, por lo que es un río de meseta, que discurre sobre un lecho rocoso,
entre barrancas que se van distanciando progresivamente entre sí. En épocas
pasadas presentaba gran cantidad de saltos de agua y rápidos, entre ellos los
muy bellos Saltos del Guairá que han sido tapados por el embalses de Itaipú y
los rápidos de Yacyretá, que también desaparecieron.
El tramo brasileño es el más modificado por la acción
humana: la vegetación subtropical circundante ha sido completamente reemplazada
por campos dedicados a la agricultura y la cría de ganado y sus planicies de
inundación fueron sumergidas bajo los embalses, lo que alteró totalmente los
regímenes del río.
Tras la represa de Yacyretá presenta una clara dirección
hacia el oeste, ensanchándose progresivamente y ramificándose en varios canales
que forman gran cantidad de islas hasta unirse frente a Paso de Patria con el
río Paraguay.
Sus principales afluentes son: por la margen derecha, los
ríos Verde, Pardo, Ivinhema y Monday; y por la margen izquierda, los ríos
Tieté, Paranapanema, Ivaí, Piquirí e Iguazú.
Yacyretá
está produciendo un 30% menos de energía por la bajante del Río Paraná
(clarin.com)
Por
la bajante histórica del río Paraná, calculan pérdidas por más de U$S300
millones (clarin.com)
Diario
HOY | Crisis de los ríos Paraná y Paraguay seguirá al menos hasta setiembre
La
Nación / Falta de dragado acentúa crítica bajante del río Paraná
(lanacion.com.py)
La
Nación / Bajante del río Paraná: barcazas llegan con dificultad y altos costos
(lanacion.com.py)
Weekend
| Entre Ríos restringe la pesca para preservar las especies del río Paraná
(perfil.com)
Sequía
en Brasil atraviesa fronteras y afecta a Argentina (cnn.com)
COMIP – Comisión Mixta del
Río Paraná
Bajante
extraordinaria: su impacto sobre la fauna íctica – COMIP
Histórica
bajante del Paraná: todos podemos colaborar – COMIP
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