12 de mayo de 2025

Día de la Enfermería: La diaria lucha de las guardianas de la salud

 

De emblemática tarea, las 600 enfermeras del Hospital del Trauma, son vitales en la estructura  del centro de salud de referencia nacional en materia de emergencias médicas. Aquí un grupo de ellas cuentan de su día a día, de los desafíos que plantea la relación con pacientes y familiares, del llanto y la risa en la difícil tarea de ayudar a recuperar salud y salvar vidas.

 

Elizabeth Maidana Arzamendia
“En el bolsillo de una licenciada puede haber cualquier cosa”, cuenta una enfermera mientras sus compañeras vacían los bolsillos para que sus delantales se vean prolijos en la foto. Sobre la mesa quedan unas tijeras que mueven a preguntarles para qué las usan.

“Siempre nos dicen “Nooo… mi jean, no me cortes mi jean…! Y shshs… ya cortamos para limpiar las heridas”, explican.

Fracturas, contusiones, heridas de armas, violencia familiar, son parte de la larga lista de afecciones que a diario atienden las enfermeras del Hospital del Trauma “Manuel Giagni”.

Este 12 de mayo, “Día de la Enfermería”,  las homenajearán con una celebración religiosa, un acto cultural, sorteos de obsequios y un brindis. También tendrán un almuerzo para celebrar su día. En ese contexto, dialogaron con Nación Media sobre el oficio.

Elizabeth Maidana Arzamendia es la jefa de Enfermería y se muestra “orgullosa” de su equipo de trabajo. “Vemos sufrir todos los días ya sea a un padre, a una madre, a un hermano, a un niño. Nos ponemos el caparazón, porque no podemos demostrar debilidad y  luego salimos, respiramos y volvemos otra vez”, cuenta.

“No hay que olvidar que somos seres humanos y más de una vez necesitamos contención, agrega recordando que el humor es un aliado fundamental.  “Hacemos bromas para poder  sobrellevar los momentos difíciles para mantener el ánimo claro. Ese elemento y el trabajo en equipo es lo que nos ayuda a superar todos los desafíos”, resume.

El cuerpo de 600 trabajadoras a cargo, cubre, haciendo 6 horas por turno, el trabajo diario de este gigante que no para durante los 365 días del año.

“Es un trabajo arduo el que se hace día a día, requiere mucho compromiso y es vital hacerlo en equipo para, sobre todo, darle respuesta al usuario que ingresa en la institución. Ayudarle a que recupere rápido su salud para integrarlo otra vez a su obra”, comenta primero.

Preparado para responder inclusive ante accidentes masivos, la clave de la atención está “en organizarnos. Tenemos todo un programa en caso de que hayan víctimas en masa lo que hace que  siempre estemos en comunicación para ajustar la coordinación del personal” para garantizar la atención.

Recuerda que “tuvimos varios eventos difíciles como el Ykua Bolaños o el Marzo Paraguayo y después accidentes que involucraron muchas personas pero pudimos dar respuesta gracias a nuestros protocolos que vamos actualizando constantemente”.

Un rol esencial

Maidana Arzamendia recuerda que el papel de las enfermeras es vital porque de las primeras atenciones puede depender una buena recuperación de una fractura, por ejemplo. “Es fundamental la atención oportuna y continua, eso es un principio para la enfermería”

Un equipo de enfermeras dialoga sobre el particular: “Vamos a empezar de la boca por donde entra todo, ¿verdad?”, dice entre risas Carla Rodríguez, enfermera de Urgencias recordando que “es allí donde hacemos el primer contacto con el paciente. Y es un sube y baja de felicidad, alegría, tristeza, llanto, sufrimiento a veces, pero me gusta lo que hago, recibir un “gracias” del paciente, del familiar es muy satisfactorio para nosotros, porque el flujo de pacientes a veces no nos deja mucho hacer un contacto con más por más tiempo, entonces el tiempo que estamos con ellos pasamos bien, pero a veces tenemos guardias buenas y otras malas como todo en la vida”.

Fanny Sosa,  jefa de Urgencias recuerda que “es muy dinámico nuestro servicio, es un entrar y salir constante de pacientes en el que tenemos que interactuar con los familiares por lo que  un poco de “psicóloga” también tenemos que ser”

Julia Jara
 Julia Jara es enfermera asistencial de Terapia Intensiva (UTI) cuenta que “el flujo de pacientes nos apura mucho” a la hora de la atención, pero que en general se tienen insumos para responder. “La parte difícil es que los pacientes entran muy delicados y muchas veces nos cuesta psicológicamente lidiar con ellos, pero a medida que se recuperan sí, con toda la alegría después le sacamos de alta, estamos todos felices con sus familiares compartimos muchas cosas, mucha tristeza también cuando el paciente está delicado cuando fallecen y tenemos que darle la noticia a los familiares”, describe.

Insisten en que la clave es “tener buen espíritu” y tener atención de salud mental que pueden cumplir con ayuda de la Fundación Buen Gobierno “que siempre nos da charlas sobre manejo de estrés laboral y el nuestro es un gran equipo donde nos respetamos mucho, a veces bromeamos, en el trabajo y pasamos muy bien”, agrega.

Pamela Vega, está en los consultorios ambulatorios: “A mí me toca la parte ambulatoria, cuando ya pasaron de la urgencia, ya salieron de la sala, ya salieron de alta y vuelven, generalmente con muchas dudas, a veces están también insatisfechos, a veces vienen con más preguntas de lo que salieron y es la enfermera la que está ahí”, cuenta.

“Por encima de las indicaciones del médico, nosotras estamos respaldando cada una de las palabras a ver si entendió realmente ese paciente, si es que sabe dónde se tiene que dirigir. Muchos son post-operatorios, pero no solamente eso, nuestro consultorio también cuenta con el Servicio de Generalidades y ahí tenemos diversos casos”, agrega.

Pamela Vega
 “Tenemos pacientes pediátricos, tenemos adultos mayores, tenemos pacientes con diferentes tipos de dolencias. Como dicen las compañeras, todos los días se presenta una dificultad nueva, pero al par presentamos una solución. Nos faltan muchas cosas, tenemos muchos desafíos por afrontar, pero tenemos el apoyo”

Mucho que contar

Sonia Cáceres, es una de las coordinadoras de turno, agradece la oportunidad de expresión: “En 24 años de antigüedad que estoy acá agradezco este reconocimiento, por valorar el trabajo del día a día que hacemos que es nuestra mayor satisfacción. Este es el hospital de referencia a nivel país, acá no hay sábado, domingo, feriado es un día normal, a veces un lunes, un martes puede ser muy movido”, relata.

“Hacemos este trabajo por amor, porque nos gusta, yo creo que esto es una vocación y que la mayor satisfacción se da cuando el paciente va de alta, porque no es fácil, es todo un proceso que implica a la familia”, apunta.  “Nosotros atendemos la parte humana entonces, a veces uno absorbe, trata de dar una contención, un apoyo para que puedan sobrellevar. Porque no es fácil ser familiar y no es fácil el trabajo”, cuenta.

Su compañera, Siris Estigarribia apunta: “Muchas veces nos convertimos en familiares de los pacientes. Porque tenemos muchos indigentes, pacientes NN o inclusive algunos a los que les abandonan a sus familiares acá por algún motivo. Gente que está hasta dos o tres meses con nosotros mientras que se les busca un hogar transitorio. Y mientras eso ocurre somos las enfermeras las que 24/7 estamos ahí con ellos”.

Explicando la situación de los pacientes sin documentos o ficha en el registro civil apunta que “hay pacientes que tienen que ser identificados a los que se les busca en el registro policial, pero hay algunos que no están ni siquiera allí. Generalmente son adultos mayores, personas que viven en la calle, indigentes”.

“Hay personas que son dadas de alta como NN y trabajamos en conjunto con servicio social para conseguirles un hogar transitorio o definitivo ya en el caso de ellos que no tienen ningún lugar donde quedarse, es una situación un poco difícil”.

Carolina Britos señala que “el hospital recibe pacientes muy atípicos. Jóvenes, niños y en ocasiones una tiene que ponerse en el lugar de la madre, del padre y es necesario estar fuertes para poder asistirles y contenerles también a los familiares que están llegando desesperados sin saber la situación de salud”.

Consultada sobre las necesidades de personal que se dan en el sistema de salud, Maidana Arzamendia admite que harían falta más enfermeras: “Si, faltan más. Siempre hacemos la solicitud y el nivel central que es el Ministerio de Salud (MSPYBS) es el que tiene que aprobar, tenemos también las enfermeras que se jubilan y a veces la respuesta es lenta para la reposición de personal. Entonces, ahí es gerenciar, organizar, redistribuir, hacer lo posible por mantener un buen servicio”, concluye.

Una escuela del oficio

El Hospital del Trauma hace también las veces de escuela de formación para muchas enfermeras. Su jefa de Enferería, Elizabeth Maidana Arzamendia explica: “Tenemos los alumnos que vienen de las universidades que son los de pre-grados. También nos capacitamos con un plan anual donde nos formamos en todos los temas transversales que son el trato humanizado, la empatía, resolución de conflictos y también los específicos relacionados a la profesión”.

También que las problemática propias del Trauma requieren una capacitación permanente: “Solemos tener talleres, asistimos a jornadas, ya sea virtuales o presenciales, de atención o manejo del paciente politraumatizado”.

Juan Fernández
 Lina Soria es la coordinadora de Docencia y tiene 25 años de experiencia profesional, en las que formó a generaciones de compañeras de oficio. “Hacemos las capacitaciones continuas al personal, presenciales y virtuales desde enero hasta diciembre. Existen capacitaciones específicas y transversales, las primeras son requerimientos de los servicios y las transversales implican educación en valores, en fortalecer la empatía. También educamos a los familiares en protocolos y normativas a seguir, por ejemplo, el lavado de manos es algo esencial para evitar infecciones y es algo en lo que hay que insistir de manera permanente”.

 “Ellas nos instruyen en muchas cosas”

“El médico sin enfermeras, no es nada”, resume Juan Fernández, director del Hospital del Trauma apuntando que “como en cualquier hospital, Enfermería es una de las áreas más importantes”.

De su experiencia personal rescata: “Nosotros somos siempre muy agradecidos a las enfermeras que inclusive nos instruyen muchas cosas cuando somos médicos jóvenes”.

Puntualmente recuerda una anécdota: “En este hospital por ejemplo nosotros no tenemos ginecólogos y antiguamente venían pacientes embarazadas y las enfermeras obstetras las ayudaban a dar a luz en esos casos excepcionales en el que las mujeres ya estaban alumbrando”.

Jorge Zárate

Fotos de Matías Amarilla

 

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