21 de abril de 2013

Elecciones al Tiki Taka


Prudencia… Como pedían al principio las tragedias griegas.
Así para este domingo.
Porque las últimas encuestas hablan de una elección muy reñida y la violencia política entre liberales y colorados jalona la historia del siglo XX.
Sobre todo porque hay una posibilidad de que gane Efraín Alegre
Los azules con la plata dulce del Estado tienen más recursos para movilizar a la gente en la guerra de aparatos que veremos el domingo, una cuestión que bien puede verificarse en el pago al contado que habría hecho Federico Franco para quedarse con una quinta en las laderas de maravilla del Ybytyruzú.
También porque puede que gane Horacio Cartes que no tuvo ningún problema en amenazar a propios y a extraños durante la campaña electoral, así que imaginen lo que puede ser cuando ya esté viendo de cerca el poder.
“Ndaipori la viru, el domingo viene”, dicen los operadores colorados de base asegurando que el famoso dinero que iba a llegar a raudales todavía no apareció.
Justo cuando todo el mundo está haciendo la gran Silvio Ovelar, tratando de comprar los últimos votos que van a parar al que pone el dinero.
También se están esperando los dos millones de dólares que la ANR pidió prestado a un banco para asegurar votos el día D, aunque por lo menos les queda la tranquilidad de que el encuestador Tiki Taka ya les hizo ganar por goleada.
Así de patética es la democracia burguesa en países donde más de la mitad de la población está en pobreza: Pone el voto de la gente a subasta.
Se cobrarán 300 mil guaraníes de partida en la Gran Asunción dicen los que saben de estos menesteres y que incluso los grupos que sepan esperar y negociar alcanzaran sumas inéditas.
Lo curioso del caso es que son delitos electorales que no se verificarán consecuentemente, aunque puede aparecer la policía y volverse todo más caro.
Otro punto difícil será el control de las mesas electorales.
Allí el punto fuerte del acuerdo entre el Partido Liberal y la Unión de Ciudadanos (Unace) es que tienen dos miembros de tres de cada una de las mesas electorales del país.
La distribución partidaria de las autoridades de mesa es un despropósito inconstitucional que los colorados nunca objetaron porque confiaban en la capacidad de comprar o de acordar con unos y otros y ahora es un tiro por la culata.
Que los miembros de mesa deben elegirse del padrón universal sin filiación partidaria es un reclamo que sólo se le escuchó hacer a Coco Arce, candidato a presidente del Partido de los Trabajadores (PT) que incluso le transmitió las barbaridades del código electoral al observador, nunca mejor puesto el nombre, Oscar Arias.
El que esto escribe es de la opinión de que debe disolverse la Justicia Electoral, un órgano prebendario creado por el pacto de gobernabilidad entre el entonces presidente colorado Juan Carlos Wasmosy y el liberal Domingo Laíno para preservar cupos de empleos de los partidos tradicionales.
De esa forma se reparten también el subsidio electoral y mantienen una estructura cerrada de participación.
La inscripción debería ser automática a partir de los 18 años para todos los ciudadanos del país. Es una norma que iguala y amplia el universo electoral hasta su justo tamaño.
Hoy tenemos la oscura realidad de que cientos de miles de jóvenes no se inscribieron y que sólo 20 mil de los compatriotas que ganaron el voto en el exterior podrán expresar su parecer sobre las propuestas de entrega del país de los candidatos de los partidos tradicionales.
En las izquierdas queda la esperanza de unos pocos curules en el Congreso que sería bueno se consigan para quitarle ese tono monocorde de la oligarquía a lo que se supone la representación del pueblo.
Igual queda la esperanza de que tanta decadencia haga reflexionar a la ciudadanía, la despierte en presente para levantarse en futuro.
Ojalá en paz, sin miedos.

Jorge Zárate

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