2 de marzo de 2016

Oscar Pineda: “La gente no capta la dimensión de la Guerra Grande”


Oscar Pineda. Foto de S. Cáceres
Cuenta que el 1 de marzo lo encuentra casi siempre emocionado por sus significados. “Me emociono mucho, he leído mucho la historia de la primera y la segunda guerra, sobre el siglo XIX europeo, la colonización del Africa, pero lo que ocurre en la tierra es algo especial, viene en el ADN con los antepasados, de ahí viene la identidad como nación y personas, son nuestros familiares, si cada uno nos remontamos, encontraremos un ascendiente de 4 o 5 generaciones que estuvo o padeció la guerra de alguna forma”, expone el historiador.

Jorge Zárate

Hay mucha desmemoria, existe una suerte de irrespeto por la historia, se le plantea a Oscar Pineda, como que la Guerra de la Triple Alianza y sus consecuencias no están claras en este país de presente dificil. “Es cierto y si es que saben pareciera que no captan en su dimensión lo que fue aquello. Una guerra es una experiencia única que nuestra generación no conoció, los abuelos, los tíos tuvieron la Guerra del Chaco. La guerra es la experiencia social más nefasta de las que puede suceder, requiere la intención de dañar de un colectivo a otro”.
Fue una experiencia total, no fue como la guerra del Chaco donde buena parte de la población siguió con sus quehaceres diarios, todo el país lo sintió, involucró a toda la gente... exterminó a 2 tercios de la población paraguaya”, recuerda.
Indagar en el por qué, sigue siendo una materia de estudio.
Psico y sociológicamente hablando, el hermetismo de Jose Gaspar Rodríguez de Francia durante 30 años le dio identidad al Paraguay bajo la férula de un hombre fuerte. El habitante se sentía paraguayo y con un presidente, bajo ese predominio fue a la guerra. No se está alejado de la verdad cuando en los informes de los aliados se consigna que los soldados quedaban subyugados bajo la mirada de Francisco Solano López, y hacían proezas. Seguía fuerte la idea de el tendota, el mburuvicha, el paraguayo moría en el combate con la conciencia de haber cumplido con su deber, por la tierra y por López. Si observamos bien, hechos similares a los protagonizados no existen en la historia moderna, ni siquiera en el medioevo, hay que remontarse, a las guerras clásicas como la de las Termópilas para encontrar un paralelo”, apunta.
Es casi como una opera, porque es una tragedia en la que conviven, la guerra y el romance, el amor... Cerro Corá me trae a la memoria al Ragnarok, el día del juicio final escandinavo, donde los dioses van a sucumbir a manos de los gigantes”, agrega.

Por mi patria, con mi patria
Pineda dice que el Mariscal López pudo haber dicho la famosa frase final de las dos formas en se la recuerda y polemiza. “Muero con mi patria o por mi patria... las dos corrientes tienen acérrimos defensores. Trato de ver lo macro y no me quiero jugar por ninguna de las frases y pienso: Con: porque pensaba que la patria no existiría después de él, pensaba que muerta la mayor parte de la población se convertiría en una provincia argentina o brasileña. Por: dejar de existir defendiendo un imposible, es la dación máxima que uno puede hacer. Ambias tienen su justificación”, considera.
En la distancia se puede ver que cometió grandes errores, enfrentar tantos enemigos al mismo tiempo, pero también siendo aislado, al cerrarse el Río de la plata, no había forma de seguir. Entonces la gran estrategia es espectacularmente mala”, señala.
A pesar de ello cree que López enfrentó esos problemas porque “pensaba que la guerra no iba a durar tanto, que serían tres o cuatro encuentros y después terminaba. Así eran las guerras en la región. (Bartolomé) Mitre y (Justo José de) Urquiza se enfrentaron varias veces, había un choque y no eran guerras de exterminio donde se arrasaba a la gente que podía volver a luchar, no quedó nadie que pudiera empeñar un arma, es tremendo lo que ocurrió aquí”, dice
No podemos cambiar la historia, aprendemos de ella y habiendo tantos actos heroicos y sublimes, podemos sentir el legítimo orgullo arrobado de la gloria de nuestros mayores”, concluye.

Ficha
Oscar Pineda, es historiador, directivo de la Sociedad de Escritores del Paraguay y del Pen Club, Capítulo Paraguay. Trabaja en el Ministerio de Educación (MEC).
Estudioso de la historia en general y de la historia militar en particular tiene en su haber numerosos escritos como ser “Los Guaraníes, los Jesuitas y las Misiones del Paraguay” “Así fue la revolución rusa” y el trabajo en formato de enciclopedia “Grandes líderes militares de la historia” un apasionante recorrido por cinco mil años de encuentros bélicos a través de 212 biografias de connotados maestros de la guerra.

El sesquicentenario
Desde el 2015 en adelante se vienen conmemorando los 150 años de la Guerra de la Triple Alianza. “Es importante la memoria y hay un Plan e inclusive una Comisión del Sesquicentenario abocada al efecto”, apunta Oscar Pineda. Para situar el punto de inicio, el estudioso considera que los hechos no comenzaron en la toma por parte del Paraguay del buque Marques de Olinda, la guerra del 70 para nosotros comienza en la invasión de Venancio Flores al Uruguay. Se respondió a lo que ellos hicieron”, dijo.
Deseo que los jóvenes, las nuevas generaciones tengan en cuenta a los momentos capitales de la historia, el concepto de patria, recordando este episodio en el que el pais estuvo a punto de desaparecer con toda la población borrada del mapa, es un momento casi sacramental en la historia paraguaya, donde no se puede discutir la entrega del paraguayo. Allí surge una mística que le permitió aguantar tres años de guerra en el Chaco y llevarle a ese ejercito a los contrafuertes andinos, sabiendo que Bolivia sin la Triple Alianza no se hubiera animado a atacar al Paraguay, en gran medida atacó porque teníamos menos población”.

Una crueldad insólita que la
humanidad insiste en repetir
Para el historiador Oscar Pineda, la Guerra de la Triple Alianza repite las matrices de los conflictos bélicos que se dieron en el período de formación de las naciones. “Pasó en todos lados, las divisiones en Africa han dejado un pueblo en dos países. En ese tema de la ubicación de las naciones era normal la explosión de conflictos bélicos, pero la cuestión del exterminio que se llevó al extremo, es un caso único en América y en toda la historia moderna” expone.
Las guerras siempre comienzan con un ardor patriótico y va como aplacándose cuando comienzan a surgir las penurias, aquel romance de caballeros andantes que van a liberar el mundo se acaba cunado vienen los muertos, el ejemplo son los Estados Unidos después de Vietnam, por eso cada vez que entran a una guerra tratan de terminar rápido”, dice reflexionando sobre la actualidad.
La prevalencia del número a la técnica se acabo con Hiroshima, con la era nuclear, por eso hoy Estados Unidos sigue siendo la primera potencia militar a pesar de que China es la que más soldados tiene”, recuerda. También la tragedia de que en el mundo “existen 12 mil cabezas nucleares que pueden liquidar varias veces el planeta en que vivimos”
Pineda piensa que a pesar de ello “la historia en si, nos deja una lección, el hombre aprende de los errores y trata de no volver a tropezarse con la misma piedra”.

Fechas claves

1869

1 al 5 de enero: Tropas brasileñas bombardean, asaltan y saquean Asunción. Se constituye un gobierno títere. Caxias abandona el teatro de operaciones por problemas de salud. El Mariscal López fija su nuevo cuartel general en las estribaciones de la cordillera de Azcurra donde de a poco levanta un nuevo ejército. Comienza la Campaña de las Cordilleras.

Abril. Llega al teatro de operaciones el Conde D´Eu, yerno de Pedro II y nuevo comandante en jefe aliado. 
8 de junio Combate de Yacaré.

22 de junio: Los aliados nombran un Triunvirato conformado por Cirilo Antonio Rivarola, José Díaz de Bedoya y Carlos Loizaga para dirigir el país. El triunvirato declara a Francisco Solano López fuera de la ley.
12 de agosto: El ejército aliado ataca Piribebuy y es repelido pese a su gran superioridad en tres ocasiones. Luego de todo un día de heroica resistencia, Piribebuy capitula y son cometidos todo tipo de desmanes contra la población civil. El Mariscal abandona el campamento de Azcurra y se dirige al norte.
16 de agosto: Batalla de Acosta Ñu. Una división del ejército paraguayo completamente formado por niños y algunos ancianos es alcanzado por el enorme ejército imperial en la llanura de Barrero Grande. Los niños mártires de Acosta Ñu sucumben con heroísmo sin igual en el hoy llamado “Campo de la Gloria”.
31 de Agosto: San Isidro Labrador de Curuguaty se convierte en la cuarta y última capital de la República. En la retirada se celebran nuevos tribunales de sangre y son fusilados o lanceados honorables personalidades.

1870.
14 de febrero: Los restos del ejército paraguayo llegal al lugar conocido como Cerro Corá, entre los cerros del Amambay. El general Caballero parte con una partida de soldados a buscar alimentos. 25 de febrero: Se establece la Medalla del Amambay que no llega a acuñarse.
1 de marzo: Batalla de Cerro Corá. Los últimos 400 desahuciados y casi desarmados hombres del ejército paraguayo se enfrentan en desigual encuentro a una división de 6 mil hombres del ejército aliado, fuertemente armados y equipados y que al mando del general Correa da Camara les ha dado alcance. El mariscal López sucumbre peleando valientemente a orillas del Aquidavan Nigui. Antes que rendir la bandera, rinde su vida. Entre tantos paraguayos que son muertos en ese día, también se encuentran el coronel Panchito Lopez de sólo 15 años y el septuagenario vicepresidente Domingo Francisco Sánchez. Esta última masacre marca el fin de la guerra de la triple Alianza. El país está en ruinas, ha perdido durante la guerra mas de tres cuartas partes de su población y toda su agricultura, ganadería e industria están completamente destruidas.

Fuente: “Cronología básica de la historia paraguaya” de Oscar Pineda
 

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