Una novela que invita a viajar en los libros del país y el mundo Recibió el Premio "Beatriz Rodríguez Alcalá de González Odonne” que lo anima a seguir construyendo su especial y revelador mundo literario.
Una verdad
“"Cuaderno negro. Hoja suelta
El amor tiene muchos rostros, es increíblemente multifacético: cuando alguien dice que es sinónimo de placer, dice la verdad; cuando alguien dice que es sinónimo de dolor, dice la verdad; cuando alguien dice que es sinónimo de decadencia, dice la verdad; cuando alguien dice que es un grado de la evolución humana, dice la verdad; cuando alguien dice que es un grado de la involución humana, dice la verdad; cuando alguien dice que es la verdad, dice la verdad; cuando alguien dice que es la mentira, dice que es la verdad." (Carlos Bazzano en Librería San Macario).
“Este premio representa un gran estímulo para mi relación con la literatura”, dice Carlos Bazzano con gran felicidad. “Me alegra profundamente, tanto a mí como a mis seres queridos, y tengo mucho que agradecer a mi pareja, a mi madre, a mi hermana, a mis sobrinos y a mis amigos por la paciencia que me tienen. Como escritor, vivo en una constante soledad, inmerso en mis lecturas y escrituras. Un premio como este no solo me estimula a mí, sino también a todas las personas que me acompañan siempre”, expone.
“Es muy gravitante para continuar haciendo lo que amo y odio, me ayuda a lidiar en los momentos de crisis, me ayuda a seguir moldeando los apuntes y trabajos que tengo en proceso, cuentos, guiones, ensayos periodísticos, poesía y narraciones más largas, como así también animarme a seguir leyendo los libros pendientes, porque cada día hay más libros pendientes”, revela.
Aquí su diálogo con Nación Media:
-¿De qué va “Librería San Macario” cuál es su búsqueda, su intención si es que la tiene?
- Librería San Macario es un local de libros usados ubicado en una zona céntrica de Asunción que, sin embargo, logra permanecer oculta a la vista de todos. En ella se entrecruzan historias de poetas y periodistas modernistas de principios del siglo XX con la búsqueda de lectores compulsivos de libros usados y poetas de principios del siglo XXI. Busco hablar de sus esperanzas, realidades y utopías. En estos días ya me estoy encontrando con el retorno de los primeros lectores de la novela, y encuentran una variedad sobre la búsqueda y la intencionalidad del libro, y eso para mí es muy importante.
-Poeta siempre, narrador de oficio, ¿cómo fue para vos esta verdadera “empresa” de la novela?
Me desgasté emocionalmente, por meses no pude volver a leer el libro. Tras la llamada de la premiación y los trabajos editoriales, volví a esa frecuencia, y a esa fragilidad emocional, constantemente pienso en los personajes, y en las situaciones. Sucede, que en el momento de escritura llegué a niveles de desgaste emocional muy altos.
Mi historia comienza en Luque. Aquí aprendí a leer y a escribir, mis inicios con la literatura se dieron en el mercado de la ciudad, donde mi madre trabajó durante varios años. Ella hizo lo imposible para que mi hermana y yo accediéramos a la educación primaria y secundaria. Estudié en la Escuela Don Carlos Antonio López y luego en el Colegio Nacional de Luque. Mi encuentro con la poesía y la narrativa se dio en esta ciudad junto a mis amigos de infancia y adolescencia, y con maestros rebeldes e iconoclastas como Chester Swann…
- Después llegando a Asunción, otros escenarios…
-Si, como vivo en Luque y trabajo en Asunción la mayoría de las veces viajo en ómnibus en las madrugadas y regreso por la noche tiempo que aprovecho para leer y encontrarme con personajes.
A la salida del trabajo, voy a investigar principalmente en la Biblioteca Municipal Augusto Roa Bastos, que para mí es clave, porque ahí trabaja un poeta, Alberto Sisa, con muchos conocimientos literarios, y en el pasado fue dirigida por Jacobo Rauskin, situación que para mí es un privilegio gratuito…
-… ¿Biblioteca y espacio público como fuentes y cobertura…?
… Algo así, en la biblioteca fortalezco mis lecturas iniciadas en el colectivo y sucede que cuando no es posible leer, porque el ómnibus está lleno o porque la música está en muy alto volumen, me dedico a aprender de los personajes de la vida cotidiana y de las situaciones que voy encontrando, trato de imaginar, enfocarme en las historias subyacentes y, finalmente, cuando llego a casa, generalmente muy cargado ya sea por el calor o el frio, completo mi lectura y escritura en casa, hasta que me duermo.
Cada día tiene su énfasis en lecturas y escrituras pues en más de una ocasión sentí momentos de omnipotencia e impotencia absoluta en el mismo instante, viví situaciones de crisis emocionales, sin encontrar respuestas a qué es lo que estoy haciendo mientras la vida pasa.
-¿Qué se te hace “literario” en este Paraguay contemporáneo?
Desde la forma en que concibo la creación literaria, tu pregunta me resulta difícil de responder, pues creo que todo puede ser literario, todo puede ser objeto de un guión, de una novela, de un cuento, de un poema, de un ensayo.
Somos seres en situación, el mundo está en situación, en ese contexto el fondo y la forma de la creación literaria depende de la persona que escribe, de su sed, de su forma de mirar al mundo, toda situación puede ser literaria, el mismo hecho de que no encuentre literatura en una situación hace que esa sea una situación literaria. En ese sentido, muchas cosas son literarias desde el Paraguay contemporáneo y creo que en Librería San Macario pueden verse algunas de las situaciones, que para mí, de alguna manera, metaforizan mi forma de ver el mundo.
Sobre el autorCarlos Martín Noguera Bazzano es paraguayo, nacido en 1975. Estudió Psicología Social con Alfredo Moffatt y Mirtha Viamonte. Es licenciado en Comunicación para el Desarrollo por la Universidad Nacional de Pilar y actualmente realiza la Maestría en Lengua y Literatura Hispanoamericana en la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción.
Ha escrito artículos para el Semanario Cultural El Yacaré y colaborado con el Suplemento Cultural del diario ABC Color. Vive en Luque y es autor de poemarios y cuentos, habiendo obtenido el primer premio en certámenes literarios nacionales como el Premio Cabildo (Concurso de Cuentos, 2008), el Concurso de Cuentos Breves «Dr. Jorge Ritter» de la Cooperativa Coomecipar (2015 y 2024), y el Concurso de Arte y Cultura del Banco Central del Paraguay (modalidad Cuento Corto, 2021).
















































