12 de mayo de 2014


 


“Estamos parados antes el desafío o seguimos produndizando el falso desarrollo que se sostiene sobre la base de endeudar más y más al estado o unimos fuerzas en un frente que avance hacia el desarrollo nacional y tome un control político que supere el latifundio y la depedencia, que retome la independencia”, expone la politóloga Cecilia Vuyk.
Su estudio “Subimperialismo brasileño y depedencia del Paraguay. Los intereses económicos detrás del Golpe de Estado de 2012” deja en claro el avance del capital trasnacional a un punto donde sólo parece quedar una república formal dominada económicamente por el extranjero, casi una colonia.
¿Hay sectores que protestaron, Constructores, Industriales, que alertaron sobre el peligro que implica la ley de Alianza Público Privada (APP) en la que no parece vayan a tener participación?
Es que van siendo desplazados, el capital brasileño toma el comando de la producción y los que no van aliándose, van quedando excluídos o son absorbidos. Ahí está el caso Maris Llorens, cuyo frigorífico terminó en manos de un monopolio brasileño. Así como vamos el sector de la burguesía nacional vinculada a la industria va a ir siendo absorbido o irá desapareciendo…
¿También en el agro?
En el caso del agro es especial porque la producción si bien está en manos de brasileños, brasiguayos, hay todavía muchos paraguayos. Sin embargo en la producción sojera, también están siendo desplazados.. Ahora en el resto de la cadena, en el acopio y la comercialización externa ya se ve un control de los americanos como Cargill. Penosamente no se pueden acceder a los datos de actividad de las empresas, que deberían ser públicos, para poder ir viendo cómo esto se da en la realidad.
¿Es posible revertirlo?
El desafío es plantear un proyecto de desarrollo que implica retomar el control nacional de producción porque toda nuestra estructura sigue respondiendo a las necesidades de afuera sin pensar siquiera en el mercado interno.
Dichos y hechos
“Usen y abusen de Paraguay porque es un momento importante de oportunidades”. La frase textual del presidente Horacio Cartes fue escuchada con atención por los empresarios de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil en un acto protocolar en el Palacio de López, sede del gobierno.
El exabrupto presidencial confirmó sus intenciones de construir alianzas con el capital extranjero en torno a su amplio plan de privatizaciones que comenzó a tomar forma con el alquiler de la empresa Aceros del Paraguay (Acepar) al grupo brasileño Vetorial. La firma se comprometió a invertir 20 millones de dólares para la recuperación de instalaciones y pagará un alquiler de 400 mil dólares por mes por el arrendamiento, más un plus de 50 dólares por tonelada producida por encima de las cinco mil, que en teoría representarán 250 mil dólares más. La cooperativa de trabajadores Cootrapar, propietaria del 33% de las acciones de la empresa, alertó que la “solución” no termine siendo un despojo para ellos y para la propia Acepar, que puede reponer la inversión inicial en menos de un año.
Al recibir a 180 empresarios de 92 firmas brasileñas Cartes confesó que “Paraguay ya no quiere pedir limosnas al Brasil. Paraguay cree que hoy tiene atractivos para sentarse junto a Brasil y colaborar donde Brasil crea que Paraguay le pueda ser útil”. Resumió que su estrategia de alianza será “todo con Brasil, nada contra Brasil”.
El ministro paraguayo de Industria y Comercio, Gustavo Leite, explicó que su gobierno “quisiera generar las condiciones para que se creen entre 250 mil a 300 mil empleos los próximos cinco años” con el capital brasileño. Afirmó que al cabo del primer trimestre de 2014 se habrán inaugurado 17 empresas que generarán más de cuatro mil empleos.
El titular de la Unión Industrial (UIP), Eduardo Felippo, expuso las falencias que tiene la ley de Alianza Público-Privada (APP), la norma madre para las privatizaciones. “Preparamos un caldo de cultivo para que los abogados se diviertan en los próximos 10 años peleándose con las multinacionales”, dijo.
El empresario se quejó de la forma en que se licitan las compras públicas, en general en un solo paquete, pese a que las empresas nacionales que pueden competir se dedican solamente a un rubro. Alertó que esto fortalece el contrabando y la compra de equipos importados.
También protestó la Cámara Vial (Cavialpa) ante la posibilidad de que consorcios extranjeros se lleven la cuota grande de las obras públicas. Cartes respondió que “si Paraguay tiene proyectadas obras por 500 millones de dólares para el 2014, por qué no consorciarse; por qué tener miedo, si nosotros vamos a necesitar (…) Este país va a crecer con nosotros y abriendo el país al mundo. A todos nos hace bien cuando entra plata fresca”.

Jorge Zárate

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