1 de septiembre de 2009

Tajy: La tierra en flor



Fotos de Ismael Villalba.
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Los tajy kuéra en flor eran para los antiguos señal de que el frío había acabado, que ya no vendría el hielo matador de los brotes, el manto blanco de la escarcha ya no era peligro para las semillas que el pueblo había guardado para la próxima siembra. Era el tiempo de retomar el yvyra-hakuáva para plantar mandi·o, avati, kurapepé, jety, manduví, kumandá y otras semillas.
También anunciaba la llegada del pirayu, el dorado fantástico de nuestros ríos, de carne sabrosa, de pesca fascinante, siempre.
Anuncia venturas, revoluciona el alma, tiene poderes mágicos sobre el corazón, la sensualidad, la vida, nos cuenta una indígena avá en la plaza Uruguaya días antes de que se levante el campamento de protesta. “Nos protegieron, protegen a todos en este tiempo, si hace un te con las flores le van a curar la tos”, recomendó.
Están profundamente vivos, es un desafío para los reporteros gráficos, sabios de la temperatura del color, de los contraluces, de tanta mirada que ya ha visto casi todo, que se vuelve a despertar, que emociona.
Mirar las copas florecidas, cambia el ánimo, es una terapia que se puede hacer desde la ventanilla del colectivo, en el paso del automóvil, en el tiempo que se puede tomar el oficinista para mirar por la ventana desde el piso 8 de un edificio.
Se maravillan hasta en la web “A woman passes by a pink lapacho”, escribe un inglés y muestra una foto de Asunción y dan ganas de hacer tomas desde un avión como el francés Yann Arthus-Bertrand o tener el satélite directo del Google Earth para ver su fenómeno en dimensión.
Está en flor desde el sur austral en Argentina hasta en el mar Caribe. En Brasil le dicen Pau D·Arco en el portugués del conquistador, pero algo sabe la vieja lingua geral de este habitante milenario, dueño a su manera de un continente.
“Es un habitante del bosque tropical pero que sin embargo se adaptó de manera fantástica a la ciudad, es muy resistente”, explica Isabel Basualdo, directora de Biodiversidad de la Secretaría del Ambiente. “Es impresionante como crece en las grietas, en las calles llenas de smog, siempre vuelve a crecer”, explica para contar que otros árboles del gigantesco patrimonio de nuestras selvas mueren con la tala brutal de la expansión agrícola y ganadera.
“Son lo más”, dice un amigo.
El mainumby bebe el néctar de las flores amarillas de un árbol en esplendor. El hechizo inmortal de esta tierra tiene que ver con la flor.
Jorge Zárate

4 comentarios:

Ismael Villalba Salum dijo...

Muy buena la nota. Cuando vea las flores de lapacho sabré que ya no hará frío.

Alain Dumont dijo...

Excelente las imagenes, Jorge...
Por aca tambien se cubren de color las plazas y avenidas.
Un abrazo, hermano.-Alain, de Resistencia-Chaco-Arg.

TINTA NEGRA dijo...

Loco, está buenísimo el artículo. Y las fotos de Isma taem! No sabía lo de las flores para la tos. Mirá vos! Y conste que mi abuela Ña Ramona era buenísima en estas cuestiones. Ahora hay una receta más!
Segúi así, mi cuate.
añuá.
rubén

Anónimo dijo...

el tajy es la primavera en todo su esplendor y diversidad de colores...no sabia que tenia propiedades medicinales,exelent dato.. debemos impedir la poda agresiva de las municipalidades xq nos privan del maravilloso paisaj q nos obseqia el maravilloso continent americano osvaldo