30 de mayo de 2014

Cuarentaysiete

Dice Mamá que te apures que ya se están escuchando los disparos de los colorados, que ya se acercan a Pilar.
Mi voz de niño sonó con la gravedad del mensaje.
Papá dejó el arado, desató el caballo, lo dejó en el corral, montamos juntos de regreso y cuando llegamos le dijo a Mamá que nos vistiera adecuadamente que nos abrigara y que no olvidara algunos alimentos porque nos teníamos que ir.
Ese mediodía llegamos a la casa del caudillo liberal. Don Fernández estaba sereno, tenía esas seguridades de las familias antiguas, de ese linaje que todavía se respeta. Los Pynandy eran salvajes, venían de reivindicación, la sangre de los suyos había regado los latifundios liberales y la venganza sería así de viscosa, una verdadera mitología nacional.
La gente comenzó a concentrarse en la cabecera de esa estancia que tenía costas sobre el río Paraguay. Los peones vinieron a Fernández con cara de haber visto al mboi jagua, aunque solo traían la noticia de que los colorados habían pasado por la costa recogiendo todas las canoas que pudieron. No había embarcaciones disponibles para cruzar el río.
Ya eran más de 50 las personas que se agrupaban en el galpón de acopio del algodón, el espacio que se dispuso para refugiar esas familias libradas al destino.
Mi padre, Fernández, los otros hombres, los peones, todos pensando cómo hacer para burlar la traba de quedarse sin poder llegar a la orilla argentina.
Los hombres eran valientes, duchos nadadores los más, que ofrecieron su habilidad para ir a buscar canoas del otro lado. No serían suficientes, entendió Fernández con razón hasta que brotó la idea de mi padre de utilizar como flotadores los tambores de 200 litros del combustible que se usaba para el tractor de la estancia.
Así se les fue la tarde, entre la discusión de cómo construir la embarcación y en diseñar el dispositivo de seguridad para prevenir un reguero de pólvora que se aproximaba. La clave para la defensa estaba en unas pocas escopetas para caza, un par de buenos rifles y revólveres de diferentes calibres que la gente tenía para entrar en combate.
Al anochecer comenzó la construcción de la balsa, con unos listones que habían quedado para armar una suerte de rancho, la cubrieron con unas chapas y unas terciadas y la liaron con sogas, una verdadera balsa de náufrago, una metáfora del momento.
Fernández decidió tripularla a pesar de la oposición de toda la gente, arguyó que sería al único que podrían llegar a respetar si era interceptado en el río. La vida no tenía ya valor.
Todos reflexionaron esas largas horas hasta la partida de la balsa sobre la muerte absurda en un país entregado al diablo en pago de quien sabe qué injusticia histórica, de qué extraño juicio. La convicción llegó por el lado de que había alguna posibilidad de contactar al amigo del patrón en la prefectura argentina. Las canoas no alcanzarían para programar una huida, siempre entendiendo que después del saqueo de Pilar comenzarían a aventurarse hacia las propiedades más retiradas y tarde o temprano darían con ese refugio azul.
El cielo albergaba algunas estampidas, el centelleo de las luces de pólvora, el festejo de un botín que caía en la ciudad, esas eran las que llegaban como colores de espectro en una noche negra, en la que la balsa partió con dos hombres remando para alcanzar la orilla vecina.
Los que quedaron apagaron todas las luces de la quinta, el silencio era quebrado por algún ñakurutu, por espectros, por el sollozo de las mujeres, por la inquietud de pecho de algún niño. Una vigía imposible contra una amenaza real.
El problema nunca fue que la balsa flote, el tema era que tuviera alguna dirección en su bogar endiablado. Los remolinos del río hicieron de ella algo difícil de manejar a pesar del improvisado timón, a pesar de la habilidad con los remos de sus tripulantes, a pesar de tener que hacer los esfuerzos en el silencio, de sentir delatores los golpeteos de los remos, la respiración agitada, el temor de que surja un farol incriminatorio, un barco de cebados, una trampa de camalotes, un monstruo del río, del monte, una tormenta.
En tierra el sonido opaco de las escopetas se acercaba.
La claridad de alguno pudo detener la desesperación.
Guardavela.
Le faltó una vela, bromeaban los marineros mojados, exhaustos sobre la costa, la travesía había tenido un primer paso a favor. Recostados en los pastizales, recuperando el aire, alguien vio una buena estrella en la senda del mborevi rape.
Hasta que se murió papá sostuvo que ella nos salvó la vida.
Las orillas del Paraguay son difíciles, porque es tierra caprichosa acostumbrada a estar debajo del agua, siempre hay camalotes, siempre juncos, víboras, siempre un pasillo del carpincho que te saca hacia el alto.
De la larga caminata, del temor de quedar presos si los agarraba algún tahachi curepa bruto de los que hay a montones en la frontera. Habrán caminado hora y media hasta alcanzar la ruta de tierra, la única guía, referencia para saber cómo llegar. Otra fortuna si se ve la cosa en perspectiva.
De allí ya era cuestión de caminar a la izquierda, hasta alcanzar el puesto de la Prefectura.
En aquella guarida de la estancia las cosas comenzaban a complicarse porque el avance era inminente. Nadie se animaría a atacar en la noche, porque también el rumor hizo crecer que había un ejército en resistencia. Todos sabían que del tenor del ataque dependería la defensa a hacer.
Si cargaban entre muchos, sería indefendible, pero era bien imposible que eso ocurra a esa hora porque el botín de Pilar se estaba festejando y recién la noción, la ambición del día despertaría la codicia y sería el momento. El tema es que amanecería en breve. Al ritmo que venía la noche era imposible pensar en otra cosa.
Ake tapiti, con la mano en reposo, el gatillo más duro puede ser el más liviano. Un tiro puede descubrirlo todo.
Duermevela
Una vela encendida, los tahachi jugando truco, la obvia botella de vino escondida, Fernández que se identifica, que le dice a la gente que quiere ver al comandante. Su trato fino fue necesario, ahí comprendió Papá. Los muchachos entendieron la gravedad a causa de él. La desesperación es alimento para la terquedad de los hombres de uniforme. Farías era un buen hombre, pocos milicos lo son. Escuchó a Fernández terminar la oración pero ya había decidido qué hacer en las primeras palabras que le oyó. Sólo el que alguna vez se preparó para la muerte sabe del absurdo absoluto de la guerra, del pestilente agravante del fratricidio.
Tenía dos lanchas viejas, pero en buen estado y una nueva que ya había surgido de los astilleros argentinos y que era su orgullo. El comandó la nueva, en las dos viejas fueron cada uno de los marineros paraguayos. En media hora estarían en la costa de la Estancia.
Resta contar que hubo que abusar del gesto universal de las enfermeras para pedir silencio, el dedo sobre las bocas para aplacar apenas el rumor, ese shshshsh de serpientes que hace callar a los hombres.
Asi abordaron, llenaron las lanchas con lo puesto, no había lugar para grandes equipajes. Era subirse y ya.
Solo el tiempo y su durar relativo.
Aquí estamos mirando el río, viendo las lanchas cruzar, la gente bajar desesperada, las risas nerviosas que se desatan como también las matulas y lo poco que se trajo para compartirlo con los canitas de la prefectura, la inasible sensación de haber salvado la vida.
En la memoria se guarda una avanzada improbable de aquellos colorados envueltos en estruendos de escopeta y sapukais del demonio, gente incomprendida también pienso hoy, de grande, aquel cruce del río en la memoria.
La necesidad de saber cómo esa matriz del latifundio había dejado los primeros marginales, los primeros migrantes que ya estaban en Argentina de cosecheros, de hacheros, de domadores, de peones de estancia… era todo como era.
Los que fueron rápidamente organizados por los colorados que siempre dieron un poquito más y no tenían ningún problema en recepcionar a quien se había hecho robando ganado ajeno, cosecha ajena, en el juego, fuera del esquema tradicional de la acumulación de unos pocos que se puede verificar hasta hoy en las ciudades del interior, Villarrica, Pilar, Concepción, ni decir Misiones.
Algo parecido ocurre hoy, salvando distancias…, ¿verdad?, me pregunta una linda profesora mientras hacemos el cruce en la lanchita entre Colonia Cano y Pilar.
No, hoy es otra cosa. Es un pueblo que sabe que nada ganó con los azules ni los colorados. La historia lo demostrará, me responde esa voz gigante que solo escuchamos dentro nuestro.

Jorge Zárate

*Basado en hechos reales


26 de mayo de 2014

Segundo Censo Penitenciario, radiografía de un país cruel e injusto

Una celda de la cárcel de Tacumbú, en Paraguay, el 13 de diciembre de 2013 (AFP / Norberto Duarte) Foto ganadora del concurso anual que organiza la Asociación de Reporteros Gráficos del Paraguay con el Centro Cultural del Citibank.
Impactante, como una radiografía de una fractura social expuesta, resulta el Segundo Censo Nacional Penitenciario presentado el 22 de mayo pasado. Un 94% de las personas privadas de libertad (PPL) son hombres, en lo que constituye el dato más impactante. Entre los varones más jóvenes el hecho punible más frecuente está relacionado al hurto y robo, y en los adultos mayores a 40 años, el abuso y coacción sexual. Las mujeres representan sólo el 6% de la población carcelaria y la mayoría está en esa situación por tráfico de drogas.
El Censo comprendió a 9.414 personas privadas de libertad (PPL) en 14 penitenciarías y dos granjas comunitarias y el levantamiento de datos se realizó durante los meses de noviembre y diciembre 2013, mientras que la depuración, el ingreso de la base de datos y el análisis, durante los meses de enero a marzo del corriente, informó el Ministerio de Justicia (MJ).
Los datos son crudos: Un 16% de las PPL son analfabetas y un 36% tiene la primaria incompleta, aunque un 79% tiene ganas de estudiar y capacitarse.
Los procesados suman un 60% y los condenados un 39% con 1% de personas que tienen ambos procesos.
”El 65% señala que es la primera ocasión en la que comete un hecho punible, mientras que el 35% se declara ya reincidente. Entre este último grupo, se tiene que el mínimo número de reincidencias es 1 y el máximo 84, siendo la moda 2 y el promedio 2,9”, reseña el informe.
El promedio de tiempo de procesado es de 1.8 años llegando algunos hasta 5 años sin ser condenados, mientras que el 48% de la PPL no recibe la visita de su abogado defensor, “lo que apunta a la necesidad de fortalecer el trabajo con el Poder Judicial y el Ministerio de la Defensa Pública”, admite en las conclusiones.
De acuerdo al censo sólo un 14% se encontraba desempleado al momento de su detención y de los que trabajaban el 17% eran changueros, un 13% trabajaba en construcción y un 8% como vendedor ambulante. También que el 35,6% de los internos afirmaba recibir menos del salario mínimo por su trabajo, además, con respecto a dependencias de sus hogares, declararon poseer de un promedio de: 0,8 cocinas, 0,7 salas y 1,1 baños por vivienda.
En lo que hace a expectativas de reinserción, se ve que el 33% trabaja en el centro penitenciario aunque en buena proporción ganan menos del salario mínimo.
El MJ menciona como objetivos “lograr que toda la PPL se alfabetice y termina la educación primaria es un objetivo prioritario para el programa educativo que se desarrolla en conjunto con el Ministerio de Educación (MEC).
Además, lograr que, en el marco del programa de reinserción social, la totalidad de la PPL esté empleada, generando un salario mínimo mensual, generaría beneficios en la calidad de vida de la PPL y sus familiares, así como para el sistema penitenciario conforme a la Ley 210/70”.
Jorge Zárate

Sin preservativos
Los agentes de salud se sorprendieron ante el dato de que un 77% no usa preservativos en sus relaciones sexuales dentro del penal lo que predispone a las ITS y el VIH. Un estudio de prevalencia de estas patologías se encuentra en etapa de preparación.
Es grave también la cuestión de la atención médica ya que un 44% declaró haberla recibido contra un 56% que afirmó lo contrario. A pesar de ello el Ministerio de Justicia indica que “el concepto de salud integral que apunta a la prevención de enfermedades y promoción de la salud en el área física, mental, social y espiritual -por un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud como psicólogos, médicos, enfermeras, psiquiatras, odontólogos, nutricionistas y trabajadores sociales- es un concepto ya desarrollado por esta administración, a través de acciones concretas”.

Panorama a revertir
√ Un 96% de los reclusos son hombres
√ El 79% de la población tiene entre 18 y 37 años
√ Un 16% es analfabeto, cifra que casi triplica la media nacional que es de 4,6%
√ El 36% tiene la primaria incompleta
√ El 14% se encontraba desempleado al momento de su detención
√ Un 79% desea estudiar y capacitarse
√ Del 6% de reclusas mujeres, la mayoría está presa por tráfico de drogas
√ Un 77% no usa preservativos en sus relaciones sexuales
√ Un 60% del total están procesados, sólo un 39% tiene condena y un 1% está en una situación intermedia
√ En promedio se pasan 1,8 años para ser condenados, aunque en la realidad pueden pasar hasta 5 años para recibir una condena
√ El 48% no recibe la visita de su abogado defensor
√ Hay un 35% de reingreso al sistema
√ Tacumbú concentra el 42,8% de los recluidos
√ La Penitenciaría Regional de Ciudad del Este tiene el 12,7% del total.
√ Solo el 44% declaró haber recibido atención médica en el sistema penitenciario
√ Un 25,9% dijo no haber tenido ningún contacto con el juez de su causa
√ El 17% eran changueros, un 13% trabajaba en construcción, un 8% vendedor ambulante

Fuente: Segundo Censo Nacional Penitenciario, trabajo conjunto de los ministerios de Justicia (MJ) y Salud (MSP).

12 de mayo de 2014


 


“Estamos parados antes el desafío o seguimos produndizando el falso desarrollo que se sostiene sobre la base de endeudar más y más al estado o unimos fuerzas en un frente que avance hacia el desarrollo nacional y tome un control político que supere el latifundio y la depedencia, que retome la independencia”, expone la politóloga Cecilia Vuyk.
Su estudio “Subimperialismo brasileño y depedencia del Paraguay. Los intereses económicos detrás del Golpe de Estado de 2012” deja en claro el avance del capital trasnacional a un punto donde sólo parece quedar una república formal dominada económicamente por el extranjero, casi una colonia.
¿Hay sectores que protestaron, Constructores, Industriales, que alertaron sobre el peligro que implica la ley de Alianza Público Privada (APP) en la que no parece vayan a tener participación?
Es que van siendo desplazados, el capital brasileño toma el comando de la producción y los que no van aliándose, van quedando excluídos o son absorbidos. Ahí está el caso Maris Llorens, cuyo frigorífico terminó en manos de un monopolio brasileño. Así como vamos el sector de la burguesía nacional vinculada a la industria va a ir siendo absorbido o irá desapareciendo…
¿También en el agro?
En el caso del agro es especial porque la producción si bien está en manos de brasileños, brasiguayos, hay todavía muchos paraguayos. Sin embargo en la producción sojera, también están siendo desplazados.. Ahora en el resto de la cadena, en el acopio y la comercialización externa ya se ve un control de los americanos como Cargill. Penosamente no se pueden acceder a los datos de actividad de las empresas, que deberían ser públicos, para poder ir viendo cómo esto se da en la realidad.
¿Es posible revertirlo?
El desafío es plantear un proyecto de desarrollo que implica retomar el control nacional de producción porque toda nuestra estructura sigue respondiendo a las necesidades de afuera sin pensar siquiera en el mercado interno.
Dichos y hechos
“Usen y abusen de Paraguay porque es un momento importante de oportunidades”. La frase textual del presidente Horacio Cartes fue escuchada con atención por los empresarios de la Confederación Nacional de la Industria (CNI) de Brasil en un acto protocolar en el Palacio de López, sede del gobierno.
El exabrupto presidencial confirmó sus intenciones de construir alianzas con el capital extranjero en torno a su amplio plan de privatizaciones que comenzó a tomar forma con el alquiler de la empresa Aceros del Paraguay (Acepar) al grupo brasileño Vetorial. La firma se comprometió a invertir 20 millones de dólares para la recuperación de instalaciones y pagará un alquiler de 400 mil dólares por mes por el arrendamiento, más un plus de 50 dólares por tonelada producida por encima de las cinco mil, que en teoría representarán 250 mil dólares más. La cooperativa de trabajadores Cootrapar, propietaria del 33% de las acciones de la empresa, alertó que la “solución” no termine siendo un despojo para ellos y para la propia Acepar, que puede reponer la inversión inicial en menos de un año.
Al recibir a 180 empresarios de 92 firmas brasileñas Cartes confesó que “Paraguay ya no quiere pedir limosnas al Brasil. Paraguay cree que hoy tiene atractivos para sentarse junto a Brasil y colaborar donde Brasil crea que Paraguay le pueda ser útil”. Resumió que su estrategia de alianza será “todo con Brasil, nada contra Brasil”.
El ministro paraguayo de Industria y Comercio, Gustavo Leite, explicó que su gobierno “quisiera generar las condiciones para que se creen entre 250 mil a 300 mil empleos los próximos cinco años” con el capital brasileño. Afirmó que al cabo del primer trimestre de 2014 se habrán inaugurado 17 empresas que generarán más de cuatro mil empleos.
El titular de la Unión Industrial (UIP), Eduardo Felippo, expuso las falencias que tiene la ley de Alianza Público-Privada (APP), la norma madre para las privatizaciones. “Preparamos un caldo de cultivo para que los abogados se diviertan en los próximos 10 años peleándose con las multinacionales”, dijo.
El empresario se quejó de la forma en que se licitan las compras públicas, en general en un solo paquete, pese a que las empresas nacionales que pueden competir se dedican solamente a un rubro. Alertó que esto fortalece el contrabando y la compra de equipos importados.
También protestó la Cámara Vial (Cavialpa) ante la posibilidad de que consorcios extranjeros se lleven la cuota grande de las obras públicas. Cartes respondió que “si Paraguay tiene proyectadas obras por 500 millones de dólares para el 2014, por qué no consorciarse; por qué tener miedo, si nosotros vamos a necesitar (…) Este país va a crecer con nosotros y abriendo el país al mundo. A todos nos hace bien cuando entra plata fresca”.

Jorge Zárate

9 de mayo de 2014

A un año de su victoria electoral, Cartes no da respuesta a las demandas sociales


Distancia: el Gobierno mostró un informe según el cual la pobreza pasó del 32,4% a 23,8% de la población en dos años. Este “descenso” exhibido como logro de la gestión del presidente Horacio Cartes fue desacreditado por investigadores independientes. Cuestionan errores metodológicos y la intención de usufructuar estadísticas que se desprenden de las políticas del derrocado presidente Fernando Lugo. El Ejecutivo modificó la base de dinero que necesita una familia para vivir y que separa la pobreza de la pobreza extrema. Aparte de la inacción frente a las recientes inundaciones, el hecho es que uno de cada cuatro paraguayos padece hambre y alrededor de un millón 165 mil personas vive en pobreza extrema.

Un año después de haber ganado las elecciones presidenciales Horacio Cartes intentó exhibir como logros de su gobierno índices sociales que fueron cuestionados por estudios no gubernamentales y atribuidos a la gestión del derrocado presidente Fernando Lugo. El titular del ejecutivo, que asumiera con la promesa de “combatir la pobreza”, intentó presentar los resultados de la encuesta de hogares que hace la Dirección de Estadísticas, Encuestas y Censos (Dgeec) en los que se señala un “descenso” de la pobreza. El informe en cuestión detalla que la pobreza pasó de 32,4% a 23,8 % de la población en los últimos dos años.

De acuerdo a los últimos estudios oficiales comprobables uno de cada cuatro paraguayos padece hambre y alrededor de un millón 165 mil personas vive en la extrema pobreza. Pero la Encuesta Permanente de Hogares (EPH 2013) señala que la pobreza extrema fue reducida a poco más de 677 mil. “Nosotros no hacemos un ordenamiento por clases sociales. Nuestra medición tiene las categorías de pobres, pobres moderados y no pobres”, explicó Elizabeth Barrios de la Dgeec al dar cuenta de los términos del estudio.

Pero al analizar las cifras presentadas por el Gobierno, prestigiosos investigadores independientes dieron cuenta de los errores metodológicos de la encuesta. Destacaron que si se había registrado algún descenso en el período 2011/2013 se debía a las políticas sociales del gobierno de Fernando Lugo, específicamente al plan Tekopora, que brindó asistencias monetarias a padres de familia en extrema pobreza.

A los efectos del estudio la Línea de Pobreza Extrema en el Área Metropolitana de Asunción se fijó en un ingreso de 364.241 guaraníes (poco menos de 100 dólares estadounidenses). Con este dinero una persona podría hipotéticamente comprar una canasta de alimentos por mes. Las cifras para la Gran Asunción y las áreas urbanas de las grandes ciudades del país a la que se define como Resto Urbano es aún inferior, ya que fue fijada en 279.524 guaraníes (70 dólares). En el Área Rural el ingreso se fijó en 258.654 guaraníes (65 dólares).

Ese dinero es insuficiente para alimentar a una familia paraguaya ni 15 días. Esta valoración es la que puede contribuir a una lectura engañosa de los números si se tiene en cuenta la otra línea monetaria que diferencia a pobres de no pobres: 607.855 guaraníes (150 dólares) para el Área Metropolitana; 435.067 (110) para el Resto Urbano; 375.801 (90) para el área rural. En la realidad, muchos de los considerados no pobres por la encuesta siguen siendo pobres en los hechos.

 
Lecturas

El ministro de la Secretaría Técnica de Planificación (STP), José Molinas, consideró que “hubo es un crecimiento récord y una estabilidad en los precios de los productos”. Apuntó que se generó más trabajo y también mejores ingresos para los grupos más pobres y que el aumento de dinero que percibe el grupo se incrementó en 44% entre 2012 y 2013. Aclaró que a pesar de la expansión de lo que se percibe se trata de montos pequeños y especificó que el 20% de las personas más pobres recibe unos 470 mil guaraníes mensuales, mientras que en el 2013 dichos ingresos se habrían incrementado a 620 mil guaraníes por mes.

Para el economista Luis Rojas “la encuesta presentada por el Gobierno que habla de una reducción de 10 puntos de la pobreza no tiene explicación. O está mal la medición o hubo manipulación”. Según la encuesta cuestionada en 2012 decreció el Producto Interno Bruto (PIB), pero la pobreza se redujo 4%. El mismo trabajo determinó que “la reducción de la pobreza es constante” (ya que) “entre 2012 y 2013 bajó casi 5% anualmente”. El investigador cuestionó que “en esos años no hubo nada nuevo en políticas públicas que puedan explicar la reducción, sólo conflictos políticos”. Rojas agregó que “en cuanto a ejecución del presupuesto público fueron años de queja por falta de pago a proveedores y falta de salario para funcionarios públicos”.

El sociólogo Ramón Fogel sostiene que “hay un error metodológico cuando (el Gobierno) dice que la reducción de la pobreza no responde a transferencias del programa Tekopora”. Según los datos mencionados las transferencias sólo han pesado el 3% para la reducción de la cantidad de pobres. De acuerdo a lo apuntado por el especialista, el informe señala que hay un aumento sustancial de los ingresos de los pobres rurales; sin embargo en el quintil más pobre el ingreso mensual per cápita es de sólo 129 mil guaraníes.

Fogel expresó que “obviamente los que perciben transferencias por el programa Tekopora, que son unas 100 mil familias, tienen un monto mayor al mencionado”. Agregó que “los que salieron de la pobreza son los que están en Tekopora”. A las cerca de 200 mil personas que se encuentran dentro del programa Tekopora deben sumarse las personas que han ingresado bajo el programa de pensión a adultos mayores, que perciben alrededor de 500 mil guaraníes. “Definitivamente los que salieron de la pobreza extrema rural de manera muy importante responden a las transferencias, ya que no hay ingresos por otras fuentes”, comentó.

 
Curiosidad

El presidente Horacio Cartes recibió en septiembre de 2013 a Michael Porter, de la Escuela de Negocios de Chicago. Este profesor de Harvard coordina el Social Progress Imperative (SPI), una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos que mide los resultados de 132 países por su desempeño social y ambiental, identificando fortalezas y debilidades.

En la región, Paraguay se convirtió en el primer país en el mundo en adoptar oficialmente el Indice de Progreso Social como una medida de desempeño nacional “usando la información para evaluar las necesidades sociales de sus ciudadanos, y para informar y monitorear las decisiones de gasto e inversión social”, informó SPI.

Lo curioso del caso fue que esta entidad, contratada por el propio Gobierno, ubicó a Paraguay en el puesto 72 de su índice. Explicó que “Paraguay tiene déficits muy importantes en lo que hace a la dimensión de las necesidades humanas básicas, específicamente en la nutrición (109º entre los 132 países en lo que hace a subnutrición, y 106º en el déficit de alimentos); el componente de agua y saneamiento (118º entre 132 países en el acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento en las zonas rurales frente a las zonas urbanas); y el componente de la Vivienda (104° entre 132 en la calidad del suministro eléctrico)”.
 
Las intensas lluvias registradas durante abril dejaron al desnudo la incapacidad del Gobierno de asistir en forma inmediata y acorde a las poblaciones en pobreza. Más de tres mil personas fueron damnificadas en el sureño departamento de Ñeembucú donde los barrios bajos de su capital, Pilar, fueron los más afectados. Algo similar ocurrió en el norteño departamento de Concepción y en Presidente Hayes, en el Chaco paraguayo, donde comunidades indígenas clamaban por asistencia. En total más de 15 mil familias que sufrieron la emergencia y vieron anegadas sus viviendas no encontraron la respuesta adecuada.

Desde Asunción, Jorge Zárate
 


Resolución urgente en un juicio injusto

La lucha popular en Paraguay se anotó otro hito cuando el 12 de abril un tribunal de Guaira dispuso el arresto domiciliario de cinco campesinos detenidos acusados de haber participado en la llamada masacre de Curuguaty que le costó la vida a 17 personas entre campesinos y policías. La orden judicial permitió suspender la huelga de hambre que los imputados mantuvieron durante 58 días.

El estado de salud de Felipe Santiago Benítez Balmori, Adalberto y Néstor Castro, Arnaldo Quintana, y Rubén Villalba se había deteriorado notablemente como consecuencia de la medida de fuerza que contó con la solidaridad nacional e internacional. Pese a todo Villalba fue vuelto a recluir en la cárcel de Tacumbú, mediante una maniobra judicial calificada de “artera” por la defensa, que reflotó un caso del 2008 que debía estar extinto por supuesta invasión de inmueble ajeno.

El caso Curuguaty es otro elemento fundamental en la agenda política de los movimientos que reclaman la nulidad del juicio al que consideran “espurio” en el que el fiscal Jalil Rachid acusa a los principales imputados de “tentativa de homicidio” de seis policías en un caso en el que también fueron asesinados 11 campesinos. El caso es cuestionado en Paraguay y en foros internacionales que lo consideran amañado y parcial.

El 15 de junio de 2012 más de 300 policías ingresaron a las tierras de Marina Kue, departamento de Canindeyú, a desalojar un asentamiento campesino. Allí murieron 11 campesinos y seis policías. La mayoría de los campesinos fueron capturados con vida y ejecutados sumariamente por la fuerza policial de acuerdo a las pruebas que constan en el caso. Casi dos años después de aquella matanza el fiscal general del Estado, Javier Díaz Verón, admitió que evaluará “investigar también” la muerte de los campesinos.

El hecho motivó una semana después el juicio político express que destituyó al presidente Fernando Lugo.