27 de junio de 2022

La “Civilización de la Yerba”, una mirada integral a nuestro mate de todos los días

  

Esencial, la yerba mate tiene una historia milenaria que es importante recordar para comprender el derrotero de un pueblo que la lleva desde siempre consigo. Ritual en los guaraníes, deviene castigo en la superexplotación de los trabajadores de los yerbales. La tala indiscriminada para ampliar la frontera agrícola deja a los yerbales naturales casi arrinconados en territorios que cuidan comunidades campesinas e indígenas. A la vez es producto de exportación y de desarrollo económico. Todas estas aristas aparecen en una serie de podcasts que intentan articular pasado, presente y futuro de un árbol que está en los orígenes de nuestro ser. 

Mirar el mundo guaraní en la perspectiva de la yerba mate, desde el corazón geográfico que lo alberga, es lo que básicamente se propone la serie de podscast “La Civilización de la Yerba”, producidos por el Centro Cultural de España, Juan de Salazar (CCEJDS). Cuando se comprende el espacio que abarca desde el Matto Grosso en el Brasil, se sostiene en el hoy Paraguay y prosigue hacia el sur en Argentina, los estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul en el Brasil y el Uruguay, se ve que es una lente válida y sustancial.

La maravillosa planta es hasta hoy diseminada por los tucanes, cuyo fruto es el favorito de sus coloridos picos. Es parte de una milenaria tradición guaraní cuyas tribus enhebraban las hojas en un hilo, y la llevaban como si fuera un cinto del que las iban arrancando para mascar en las largas caminatas que nuestro pueblo ancestral hizo inaugurando el continente sudamericano que en buena parte se encargó de nombrar. 

“Los indígenas cortan ramas del tamaño de una brazada, un largo que es un poco más que el codo, para que la planta siga creciendo, la atan prolijamente en un ramo, porque de esa manera cuidan del espíritu femenino que dicen lleva dentro”, cuenta la cantante Norma Ávila Talavera en la presentación del segundo capítulo “Yerba del demonio. La historia colonial” de la serie del CCEJS. “Después, también de manera muy cuidada la van tostando y ahumando, es un tratamiento”, recuerda la también promotora de la yerba orgánica “SEA”.

En el capítulo 1, “Los rituales de la yerba”, Diego Gonçalves recordó que la yerba mate se usa como polvo para curar heridas y que tiene una fuerte importancia espiritual para proteger a los Ava Guaraní. El líder de la Comunidad Ka´a Poty, que tras resistir 7 meses en una plaza del centro de Asunción recupero sus tierras ancestrales esta semana y estos días emprendió regreso, contó algo esencial de su pueblo: “Los pai, los tamoi, que son los que hacen el ritual, cortan la yerba mate natural, silvestre que hay en el monte y la traen en el yeroky aty que es el lugar donde oramos. Entre nosotros los Ava Guaraní, ellos son los que cuidan, cosechan y bendicen en ritual; ponen una fecha a la comunidad y ahí dicen tal fecha vamos a tener chicha, kaa´guy y cortan la yerba y en el día que ponen la fecha, hacemos el ritual y ellos hacen los macitos de yerba. La dividen en pequeños atados, que después de ser bendecidos y recibir un nombre especial, protegen a la comunidad en las fuertes tormentas…  Hacemos el ritual y dios le da el nombre para poner a cada uno de los macitos”, comentó. 

El antropólogo Mito Sequera entiende que la yerba se debe recuperar como “el recurso forestal que es, esa es su dimensión cultural”, apunta con razón. En el Bosque Atlántico interior se hallaban ejemplares de árboles de yerba mate de hasta 15 metros de alto.  

“La yerba mate es importante en la cultura guaraní. Hay un interés geoestratégico en que Paraguay tome las amarras de su destino logrando reivindicar y considerar la yerba que tiene además diferentes usos y propiedades para la salud humana, para el colectivo desde el punto de vista psicológico, afectivo y cultural”.

Sequera entiende que la recuperación de bosques en tierras para campesinos e indígenas, tiene en la yerba un elemento sustancial para construir un rubro económico que ayude en todo sentido. En una reivindicación cultural profunda y en la subsistencia de la gente en su “teko”.

“Se pueden restablecer programas de arborización urbana con yerba mate, no puede ser que el campesino y el indígena no puedan replicar su conocimiento ancestral”, apuntó.

El botánico francés Augustin de Saint Hilaire la bautizó como Ilex paraguariensis en 1823, aunque Sequera recuerda que hay otra taxonomía hecha por campesinos e indígenas que preservan yerbas especiales en territorios cuidados por las comunidades. 

Por ello, considera con claridad que “es esencial recuperar yerbales”. 

Cita como ejemplo de esta tarea al asentamiento de Yvyrarovana en Canindeju donde se recuperaron unas 17 mil hectáreas en las que viven unas 2.400 familias Ava Guarani, y campesinas. “Allí la yerba es un producto clave para la recuperación”, expone.

El español Miguel Jiménez Buendía fue el director de los podscast y cuenta que la idea le vino al grupo cuando trabajaron en conjunto con la Coordinación de Mujeres Rurales e Indígenas (Conamuri) en un proyecto con el colectivo que elabora la yerba “Oñoirú” en Edelira, Itapúa.

“Estábamos haciendo talleres sobre violencia contra las mujeres en varias comunidades campesinas y nos pidieron ayuda para echarles una mano en ese lugar donde hay una radio comunitaria y si podíamos apoyar con videos, arreglar la radio que también reparamos y bueno nos dimos cuenta que tras hablar con los campesinos de la zona nos dimos cuenta que había mucho que contar sobre la lucha de las mujeres en el campo y que la yerba mate podía ser un buen vehículo conductor”.

Buendía tuvo también una conversión personal: “Yo soy un evangelizado, para mí era esa cosita que antes de venir por estas tierras era lo que tomaban los uruguayos y los argentinos, llegue y me ofrecieron tereré contra el calor, hermosa manera de refrescarse, además, con el trabajo de los yuyos, así que una cosa que te aparecía a priori desagradable y amarga me acabo gustando. No he tomado el hábito de ir cargando el termo pero me gusta”.

En torno a los episodios comentó que la idea es “que la gente pueda comentar y poder tener un feed back viniendo al Centro Cultural a cada charla encuentro, o verlas a través de Facebook live y YouTube, nos pueden escribir y saber qué opinan”.

Para escuchar y asistir

“La Civilización de la Yerba” son historias alrededor de este producto tan cotidiano, “que capaz no conocías: su valor cultural y social, su importancia en la historia de la región, la participación de las mujeres en el campo, la lucha campesina, los modelos de producción agroecológicos y el comercio internacional, actual e histórico”, comentó la producción.

Los próximos capítulos serán el 29/06: Vamos a quedarnos acá. La explotación histórica y laagroecología; 6/07: La lucha prolongada. La batalla de los campesinos y lasmujeres y 13/07: Los nuevos acentos de la yerba. El comercio internacional,antes y ahora.

Todos producidos por el Centro Cultural de España Juan de Salazar y Nomad Radio, con la colaboración especial de Conamuri y la cooperativa agroecológica Oñoirú.

Cuentan con guión y producción de Silvia Villalba, William Costa, Fátima Aguilar, Liv Cáceres, Concepción Oviedo y Miguel Buendía. La producción de campo de Marlene Villalba y Pedro Vega, la dirección de Miguel Jiménez Buendía y la edición y diseño de sonido de Martín De Lemos.

De manera presencial en auditorios del CCEJS que también se transmiten de forma virtual, a efectos de “profundizar en cada uno de sus temas, a cada lanzamiento le acompañará una conferencia por expertos en cada una de estas áreas: historiadores, activistas indígenas y campesinos, agricultores, investigadores. Voces diversas que también serán protagonistas de algunos de los episodios de la serie y que aportarán una gran variedad de historias y visiones”.

Entre los protagonistas destacados de estas historias se encuentran los investigadores Mito Sequera y Christine Folch; las activistas de la Conamuri; líderes indígenas como Bernarda Pesoa (Pueblo Qom) y Diego Gonçalves (Pueblo Avá Guaraní); los historiadores Milda Rivarola y Herib Caballero; los campesinos de Oñoirũ, además de un nutrido grupo de comunicadores que llevan investigando durante un año para la realización de la serie.

Además, cuenta con la música original de artistas paraguayos que han querido sumarse al proyecto, como Juanjo Corbalán, Santi & Tugçe, Tekoveté y Pynandi.

Yerbas especiales: SEA y Oñoirú

“Comencé a trabajar con los pueblos originarios hace 20 años y cuando más me metía, más me gustaba”, cuenta Norma Ávila Talavera, cantante y compositora del grupo Pynandi y también promotora y vendedora de la yerba agroecológica “SEA”.

Cuenta que, en uno de sus viajes, “cuando me levanté, preparé mate con la yerba que había llevado desde Asunción. Cuando estábamos tomando me dijo el abuelo que el mate no era rico, se río y después me dijo, vamos a volver a hacer yerba para vos. En ese momento no entendí que tenía otro significado, que era un volver a hacer porque durante casi 100 años ya nadie hizo yerba, porque tenían miedo de que les pillen y los lleven a esclavizar como fue durante siglos en la región”, contó.

Recordó que cuando se encontró con un árbol de yerba mate, se sorprendió por un brillo especial en sus hojas que consultó con el abuelo Francisco. “Él me dijo que ese árbol había traído mucho dolor a su gente”, contó. Así, en el tiempo, en las rondas de mate en la madrugada, le fueron contando la historia que liga al pueblo Ava Guaraní con la yerba.

Gracias a esa interacción, volvieron a hacer yerba. “Un día me llamó Francisco y me dijo que tenía 97 kilos de yerba para mí”, dice hoy entre risas. “Así comenzamos a dar conocer la yerba mate originaria, que es medicina porque tiene todas las propiedades medicinales que hacen a la irrigación de la sangre, la concentración, es buena para despertar, es refrescante, tiene aminoácidos y muchísimas virtudes más”, se entusiasma en comentar.

Hoy, en el Norte del departamento de San Pedro producen “SEA”, que es uno de los productos resguardados en el “Arca del gusto del planeta” que administra la Ong. Internacional Slow Food.

“Es un orgullo, una satisfacción, no por mí, sino porque nuestra yerba está allí como fortaleciendo los tres pilares importantes sobre los que se funda este proyecto que son la sustentabilidad, recuperación de saberes ancestrales que también y que también sea algo que reditúe a la comunidad”, apuntó.

Experiencia comunitaria

Ramón Benítez Brunaga, pionero de Asociación Agroecológica Oñoirû, recordó los orígenes de la yerba que producen. “Una familia de 6 personas consume 150 kilos por año, así que imaginen cómo impacta en la economía de la familia, entonces la idea era ahorrar. Teníamos aquí los árboles, así que de manera artesanal comenzamos a hacer con compañeros que sabían cómo. Se fueron haciendo pequeños barbacuá y así, se fue haciendo en solidaridad con los vecinos a los que convidábamos”, recordó en entrevista con la periodista Marlene Villalba.

Entonces Oñoiru fue un comité que nació en 1987 con el objetivo del autoabastecimiento, “también para generar algún arraigo e intentar que la juventud no se vaya a las ciudades o la Argentina. Fue una manera de resistir en el terreno. Para tener alimentos, avati moroti, manduvi, takuaree, se hizo el esfuerzo a pesar de las críticas de los vecinos y de la comunidad porque la gente quedó con miedo después de la dictadura, que no permitía los comités de campesinos, la acción comunitaria”.

Pedro Vega, gerente de la Aso, recordó que hoy ya se industrializa “un volumen interesante para su comercialización en un proceso que dura entre un año y medio a dos hasta llegar al mercado, porque es 100% artesanal. Tiene un estacionamiento prolongado para que pueda salir a la venta. Porque la yerba mate en esa forma gana su esencia, sabor, textura, color, aroma, su identidad como tal”, describe.  

“Hoy en día en 4 años de proceso estamos llegando a varios puntos del país para tener una idea con 1 distribuidor hacemos 130 puntos de ventas en supermercados. Otro nos ayuda en los departamentos de Ñeembucú, Misiones e Itapúa y también exportamos a Argentina, Chile,  Estados Unidos, República Checa y Rusia.

Vega cuenta además, un secreto esencial, la importancia de cosechar cuando la luna está en cuarto menguante: “la luna nueva “yasy rai” es cuando toda el agua, nutrientes y alimentos de la planta se concentran en lo aéreo, y en la menguante es cuando todos estos elementos se concentran en las raíces. Entonces, es la fase en la que menos se perjudica a la planta, porque es donde se comprueba que los nutrientes están en las raíces, no pierden elementos y hace que la planta después de recibir la poda, puede tener la capacidad de hacer nuevos brotes para hacer sustentable la producción”.

Dice que también se vino haciendo un esfuerzo para reemplazar los envases plásticos con que comenzaron la comercialización. “Fuimos evolucionando buscando que no contaminen el medio ambiente y que sea netamente orgánica, buscando que todo el círculo pueda ser un proceso 100% ecológico y que no esté dañando el medio ambiente, que sea biodegradable y que se pueda reciclar e identificar al producto. Ahora se puede usar el envoltorio como macetita en la huerta urbana y rural y estamos trabajando también para que la tinta sea ecológica”.

Prohibida 

“Prohibida la yerba, es un afiche que se pegaba en la ciudad”, cuenta Norma Avila sobre el texto que ilustra el paquete de la yerba “Sea”. “Le latigaban a la gente que consumía la yerba, es increíble”, dice.

Revisando la historia se pueden encontrar los castigos adheridos al consumo de yerba en el Paraguay colonial: “Excomunión al que la bebe, 15 días de cárcel al que la introduce en la ciudad, 100 latigazos al que fuese encontrado en posesión de yerba. Asquerosa, vicio abominable y sucio que hace haraganes y contagia a todos. Favorece a los enamorados, cuando les falta dicen que no pueden vivir, dan sus calzones cuando no tienen con qué pagarla”, se lee en diferentes documentos tanto oficiales como eclesiásticos.

El historiador Herib Caballero recordó que el poder cololonial intentó pero no logró prohibir el consumo del ka´a.  “A los pocos años se dieron cuenta de que podían ganar dinero, el principal producto para los comerciantes asuncenos y para los religiosos que con lo que vendían en Buenos Aires, podían pagar la encomienda de los indígenas al reino”, explicó.

“Eran los dos sectores que competían en su producción, los segundos dejaron de verla como la yerba del demonio. Los yerbales eran naturales y estaban principalmente en Amambay, Canindeyú, en lo que hoy es el Estado de Paraná, no queda muy claro quién, entre los españoles descubre las ventajas de la yerba que era llevada a los mineros del Potosí, ya que el principal mercado se encuentra en el Alto Perú”, comentó.

Poco tiempo después, la hoja se había convertido en el producto estrella del Paraguay colonial, ya que Bolivia, Chile y Peru, eran regiones de un gran consumo.  “El uso es general en el país” reporta Félix de Azara.

 Son los Jesuitas los que aprenden a cultivarla. Dice Caballero: “Las semillas de la yerba mate, estaban rodeada de una película que ellos limpiaban con lejía y después conseguían que germinen”.

Sin embargo, es central en la historia nacional la disputa entre los comerciantes de la provincia civil y la provincia jesuita por el uso de mano de obra indígena. “Es alto el costo humano de la prosperidad yerbatera. Los indígenas son oprimidos con excesiva tarea, teniendo por alimento solo un pedazo de carne “Hacen hasta 200 leguas caminando de ida y vuelta. Todos mueren sin sacramentos”, escribió el jesuita Diego Altamirano en el siglo XVII. Por ello, la batalla por el control de la mano de obra indígena se da hasta la expulsión de los jesuitas en 1677”

El impacto de la ida de los jesuitas está en que “se perdió el secreto de la germinación de la semilla, técnica que tardó 100 años en resurgir en tanto que el trabajo esclavo siguió hasta el siglo XX”, recordó Caballero.

Jorge Zárate

Con fotos de Will Costa y Marlene Villalba

 

Exportaciones

Eduardo Oswald, presidente del Centro Yerbatero Paraguayo comentó en estos días que “Actualmente el sector yerbatero se encuentra en plena cosecha que se inició después de la quincena de mayo y va hasta fines del mes de agosto. La merma de rendimiento por hectárea sería aproximadamente de 15 a 20%”, a causa de las sequías.

Oswald manifestó que la yerba mate paraguaya llega actualmente a un total de 27 países y desde el gremio buscan “intensificar las ventas en los mercados ya ganados y conquistar los mercados árabes como Siria, Emiratos Árabes; además de intensificar las ventas en el mercado asiático”.

Hasta mayo se exportó por valor de US$ 6,1 millones, correspondiente a 4.156 toneladas. Destacó que los mercados principales del producto son, España, Bolivia, Israel, Alemania, Chile, Polonia, Estados Unidos, República Checa, Líbano, así como también Canadá, Taiwán, Japón, Reino Unido, Turquía, entre otros.

Secadora

En la cooperativa Citricoop Limitada, se inauguró a principios de junio una moderna secadora de yerba mate con capacidad para procesar 120 mil kilos de hojas por día que beneficiará a 128 socios de la mutual asentada en la Colonia San Lorenzo, del distrito de Carlos Antonio López, Itapúa.

La inversión pública/privada ascendió a cerca de 2.250 millones de guaraníes, de los cuales 748 millones de guaraníes fueron desembolsados por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la contrapartida de la entidad mutual alcanzó los 1.700 millones de guaraníes.

El coordinador General Unidad Ejecutora de Proyectos (UEP) del MAG, José Giménez, manifestó que “el proceso fue largo e intenso, pero valió la pena. Hoy en día estamos en una planta modelo, hecho que era un sueño para nuestros pequeños productores. Debemos recuperar nuestras raíces y nuestro trabajo, recuperar el orgullo de ser campesinos y producir nuestra tierra para producir nuestros propios ingresos para mejorar la calidad de vida de nuestras familias y comunidad”, consideró 


 

Links

https://open.spotify.com/show/4GVEnGvmSm3ZRLuSdQNuAm?si=16a1fb00181c4f46

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6238797.pdf

https://www.lanacion.com.py/negocios/2022/06/20/sector-yerbatero-apuesta-a-intensificar-exportaciones-en-mercados-ya-ganados/

https://www.lanacion.com.py/negocios_edicion_impresa/2022/06/21/yerbateros-reforzaran-envios/

https://www.juandesalazar.org.py/ciudadania/la-civilizacion-de-la-yerba-serie-de-podcasts-conferencias

https://www.lanacion.com.py/reportaje/2021/10/11/yerba-mate-una-supersticion-diabolica-que-acarrea-muchos-danos/

https://es.wikipedia.org/wiki/Ilex_paraguariensis

https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_yerba_mate

https://www.ip.gov.py/ip/moderna-secadora-para-procesar-120-toneladas-de-yerba-mate-por-dia-fue-inaugurada-en-itapua/

20 de junio de 2022

“A propósito de Paraguay”, un fotolibro que se edita con la ayuda de sus lectores

Fotográfo ecléctico y creativo, Martín Crespo, apuesta a los libros de fotografía como objetos de memoria y recreación. Lleva hechos 5 y ahora emprende la tarea de editar el último de ellos. Con la ayuda de 48 “sponsors”, amigos o empresas que le aporten 1 millón de guaraníes, el libro tendrá su deseada impresión en papel, toda una aventura en estos tiempos digitales. Aquí su charla con Nación Media.


La composición de la imagen tiene secretos a develar, laberintos que siempre sorprenden.

La tarea de Martín Crespo, @Krezpoide en las redes sociales, es bucear en ellos de todas las maneras posibles. Así lo puede ver el lector con sólo poner su nombre en un buscador de internet y encontrarse con fotografía, videos y timelapses de gran factura en los que, desde hace más de dos décadas va retratando el paisaje humano y natural del Paraguay.

Compiló muchas de esas fotos en “A propósito de Paraguay”, otras, una segunda muestra busca ayuda a través del sponsoreo para llegar a editarse.

- ¿Después de la Trilogía “A propósito de Asunción” la idea fue mostrar tu registro país?

Exacto, mis 5 fotolibros están delimitados por la ciudad de Asunción, en este nuevo trabajo abrí la frontera de mis archivos más allá de Calle Última, son fotos que fui realizando durante 27 años en los lugares a los que viajé, sea por actividades laborales o por el simple hecho de viajar.

- ¿El libro tiene claves parecidas o pensás que se desarrolla otro tipo de acercamiento a propósito de las divergencias entre la imagen urbana y rural?

Me gustan los contrastes, el diálogo entre las páginas opuestas del libro o bien entre los diferentes temas tratados en esa historia visual que se cuenta en el fotolibro. Reconozco que tengo una forma personal de mirar a través de la cámara y a su vez fui desarrollando mi estilo de contar historias a través de las imágenes, por lo tanto, supongo que las personas que conocen mis fotolibros anteriores verán muchos puntos en común, y, de hecho, habrá fotos que estuvieron presentes en los libros anteriores, ya que no puedo excluir a Asunción; ese contraste entre la metrópoli y el resto del país es lo que le terminó de delinear el estilo al libro.

- ¿A la hora de salir a la calle, a la ruta, vas con alguna idea o estás abierto a las situaciones que aparecen en la marcha?

Hay veces que salgo con alguna idea, pero en general estoy abierto y alerta, ya que muchas fotos surgen cuando veo algo mientras estoy manejando, caminando, o bien, cuando fui a realizar algún trabajo a un lugar y veo algo del entorno o contexto que me llama la atención, entonces desvío la cámara y hago alguna foto “para mí”.

- Mondo Eusebio fue un trabajo que nos gustó especialmente porque en mi caso particular era como darle más tiempo a una mirada fugaz que tenía desde el colectivo o el auto de ciertos aspectos de la ciudad. ¿Cómo reflexionas sobre las posibilidades espacio/tiempo de la foto?

La Avenida Eusebio Ayala es una vía de paso y trabajo para gran parte de la población. No soy la excepción. En mi caso particular me llamaba la atención la noche en la avenida, puntualmente los autos semi desarmados en las veredas, con el entorno desierto de la noche y madrugada, eran como esculturas en una ciudad distópica, esa fue la punta de lo que fui registrando metódicamente a lo largo de los años.
En cuanto a tu pregunta, el espacio es algo que siempre delimito para realizar un ensayo. Puede ser una esquina o los límites de una ciudad o un país, es importante delimitar y acotar el objeto de estudio. En cuanto al tiempo, hay dos tiempos, uno que pueden ser años, los que llevo realizando el ensayo, de hecho, tengo material para Mondo Eusebio II, incluso ya diseñé varias opciones de tapa, es un eterno proyecto “en progreso”. Hay otro tiempo que es el día a día y en la Avenida hay un abismo entre el día y la noche, de la saturación al vacío humano.

- ¿Tu registro de la ciudad muestra la transformación que sufrió Asu en 20 años, esa idea aparece también en la mirada más totalizadora sobre el Paraguay?

No, si bien hay pinceladas de diferentes épocas y lugares no tiene punto de comparación, ya que Asunción tiene una superficie de 120 km2 y en ese espacio, que es en el que vivo, siempre encuentro calles y zonas por las que nunca había transitado a pesar de las décadas de residencia. Paraguay tiene una superficie 3.500 veces mayor, así que imaginate.

- Hiciste gráfica, publicidad, moda, video, ¿qué te aporta ese diálogo entre los diferentes lenguajes que abordás?

Todos suman y se complementan, ese bagaje conforma una amplia experiencia y sabiduría en el oficio. Por ejemplo Felinos de la Calle tiene un poco de street photography (fotografía de calle) y otro poco de Fotografía de Moda, ya que los gatos son elegantes por naturaleza; pensemos que la pasarela de los desfiles de moda se denomina en inglés “catwalk” en relación a la habilidad para desplazarse en un reducido espacio angosto y largo por parte de los modelos.
Mondo Eusebio es más cinematográfico, más cercano al video, una película nocturna.

En cuanto a la publicidad, trato de despojarme de esa faceta a la hora de seleccionar y editar, pero sí me sirve en el momento de promocionar el libro cuando salgo a buscar sponsors o compradores.

- Unas palabras sobre el desarrollo de la fotografía en el país mirado desde el punto de vista de la docencia que también ejercés en talleres.

Hoy todos somos fotógrafos y publicamos fotografías, cada vez más efímeras en su mayoría.

En cuanto a la fotografía como profesión, el mercado está cada vez más atomizado y saturado, y si nos referimos a la fotografía como arte, es mínimo el espacio que tiene en las galerías locales, aunque las nuevas generaciones le están dando otro lugar de mayor relevancia.

La Pandemia generó un quiebre y aceleró el proceso que tendrá como resultado final la desaparición de la fotografía como oficio del día a día para ganarse el pan, tal como la conocemos hoy. Los teléfonos cada día van ganando características que achican la brecha con respecto a las cámaras réflex y mirrorless: cada dispositivo puede tener múltiples cámaras, lentes y múltiples sensores (algunos “apilados”) que cumplen diferentes funciones en forma individual y conjunta, todo esto manejado mejores procesadores e Inteligencia Artificial.

- ¿Volvés siempre al blanco y negro? ¿Qué tiene de especial en la era del 4K?

El Blanco y Negro es una síntesis, prescinde del resto de los colores para que podamos tener un acercamiento directo, es otra forma de expresión, muchas veces he tomado fotos (o videos) digitales en Blanco y Negro directo desde la cámara cuando tenía una idea determinada que se ajustaba a esa estética, in situ podía saber ya si estaba funcionando; otras veces prefiero partir desde la foto color, que sin dudas brinda más opciones a la hora de revelar el archivo RAW hacia una imagen monocromática.

Siempre será diferente el enfoque del Blanco y Negro, más allá del soporte de captura y emisión.

-Pensás que el timelapse es una forma que merecería canales de difusión masivos. ¿Digo televisión y cine son posibles para este formato en Paraguay y el mundo?

El timelapse es un recurso visual que puede estar (y de hecho está) presente en todo tipo de piezas audiovisuales. Siempre que se necesite mostrar el paso del tiempo acelerado habrá un timelapse. Inclusive te puedo decir que en mis libros siempre hay alguna foto que es un frame de timelapse, de hecho en A propósito de Asunción III hay muchísimas, incluidos varios frames apilados en uno (stacked).

En casos puntuales una obra completa (corta en general) podría estar compuesta exclusivamente por timelapses. Hay largometrajes de hermosos paisajes realizados con timelapses, pero allí la técnica cobra mucho protagonismo y empalaga y es donde se cumple el aforismo del cineasta Robert Bresson: “un buen conjunto de imágenes puede ser detestable”}


- ¿Cómo surgió la idea de los sponsors y a cuánto estás de conseguir la meta?

Surgió a partir de la dificultad de conseguir empresas como sponsors de manera tradicional. Es un crowdfunding (micromecenazgo) que realizo a través de las Redes Sociales. Me quedan 33 sponsors para completar la Segunda Edición y 45 días para terminar de editar mi fotolibro y entrar en imprenta.

Jorge Zárate

Sobre el autor

Martín Crespo nació en Buenos Aires en 1967. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación especializado en Opinión Pública y Publicidad, recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Hace 27 años reside en Asunción.

Es autor del largometraje “La Enamorada” y decenas de cortometrajes y spots publicitarios.

Como fotógrafo abarco el ámbito editorial, publicitario, moda, la fotoanimación y la docencia. Realizó más de 100 tapas de revistas y más de 1.800 campañas publicitarias.

Lleva publicados 5 libros de fotografía dedicados a la ciudad de Asunción: “Mondo Eusebio”, “Felinos de la Calle” y “A propósito de Asunción I, II y III.

Fue también Gerente de Márketing y ejecutivo publicitario hace un par de décadas.

“Me especializo en todas las técnicas de fotoanimación e incursiono en la fotografía híbrida y 360. Me encuentran como @Krezpoide en todas las redes sociales”, contó.  


 

Click aquí para ver "A Propósito de Asunción I"

Links

https://www.youtube.com/c/Mart%C3%ADnCrespoide

https://youtu.be/Z5DDG5gee8Q

 

 

12 de junio de 2022

Feria de Antigüedades en la Vieja Estación, un viaje en el tiempo a través de los objetos


Es lo que propone el encuentro de coleccionistas en el espacio que durante más de un siglo fuera el corazón de Asunción. Quizá muchos de estos objetos llegaron al país en un tren que se detuvo frente a un gentío ruidoso y en apuros como sugiere el entorno. El encuentro, que está previsto se siga desarrollando en el primer sábado de cada mes de este 2022, es una invitación a disfrutar además, de artes plásticas, música en vivo y gastronomía muy especial. Quedan invitados.

Una manera de iluminar el Centro Histórico resultó este evento necesario que surgió en este proceso de postpandemia. Clarita Alarcón, su organizadora recuerda: “Nuestra Feria está enfocada a las antigüedades y el 70 % de nuestros feriantes son dedicados a ese rubro; ya sea para el coleccionismo, compra venta , decoración, restauración”, apunta.

Y para vestirla de atractivos visuales y musicales, “artistas plásticos, músicos, tangueros , bailarines, ajedrecistas, concurren generando un mix que le da color e identidad para convertirla en una muestra de las que existen en muchas partes del mundo”, dice la emprendedora que es dueña del Cafe Club Antique Reina Bohemia.

A partir de las 10, todo aquel que salió a “Palmear”, puede concluir o iniciar su sábado dándose una vuelta por el espacio que permanece abierto hasta las 18 ofreciendo también buen café, gastronomía al paso, pizzas caseras y cervezas artesanales, por citar alguna de las especialidades que se pueden degustar en un entorno lleno de recuerdos como lo es la sede del Ferrocarril Carlos Antonio López.

La Vieja Estación que preside la Plaza Uruguaya es el escenario donde se despliegan los stands de los anticuarios.

Apenas al cruzar el antiguo portal está el puesto de Juan Obregón que tiene una muestra especial de autos a escala. “Los comencé a vender en mi local de Capiatá y anduvieron muy bien, después fui consiguiendo autos más antiguos y ahora tengo en oferta unos 1500 de los que aquí hacemos una pequeña muestra”, cuenta.

Sin embargo Juan se especializa en los vasos de cerveza, de los que tiene una buena cantidad en exhibición. “La gente los busca y los de los lugares más extraños o lejanos son los más valiosos”.

Lo confirma en su puesto Teresita Galarza comentando que “lo que más se está buscando ahora son las antiguas manijas de cervezas nacionales, son muy requeridas e, increíblemente la gente las conserva, sabemos que hay muchas”. Llaveros, botellas antiguas, ceniceros y otros objetos la acompañan

Graciela Sanguinetti exhibe una radio de una tradicional marca holandesa que tiene por lo menos 100 años, es a válvulas y sigue funcionando. Nos cuenta que se la puede comprar por 800 mil guaraníes. Su puesto, que tiene ocasionalmente de fondo al coche de pasajeros que es parte del museo permanente, ayuda a imaginar a alguien cargando el antiguo baúl en el que se apoyan otros objetos que quizá arribaron al país en uno como él.

Relojes, candelabros, juegos de mesa europeos en su mayoría, objetos que hablan de la inmigración, elemento clave en la población de América Latina en los finales del siglo XIX y comienzos del XX. 

Un caballo de calesita de increíble acabado hace pensar en risas y sortijas mágicas de una niñez que se activará en los recuerdos que evoca el encontrarlo alló.

Recorriendo el pasillo, en otro puesto está Viviana Franco que se confiesa feriante por primera vez: “Demasiado compré así que decidí ponerme a vender un poco porque ya no tengo lugar en mi casa”, dice dejando escapar la sonrisa al barbijo de prevención que nos recuerda que la pandemia del coronavirus todavía no se fue.

A su lado, Pedro Mongelós, el ebanista, muestra sus trabajos de restauración de muebles antiguos, y cuenta cómo se hace para volver a la vida a algunos muebles que cruzaron los mares para llegar a estas tierras y otros que ya nacieron por aquí de la mano de maestros que fueron aprendiendo el difícil arte de ensamblar las maderas, de lustrarlas con precisión para convertirlas en refugio de objetos de aprecio como algunos que se ven en el recorrido.  “Soy artista plástico y se sabe lo que cuesta vivir del arte en nuestro país. Creo que esta es una manera de ejercer el oficio de otra manera”, explica.

Mirna González y Luli Vidal dicen que es posible una alternativa para aquellas personas que desean vender algún objeto que consideran es tiempo de que vaya a otras manos. “Hay personas que nos acercan sus cosas para vender, coleccionistas que ya no tienen lugar generalmente. Vienen hasta nosotras aquí en el puesto y los ponen a la venta, ayudamos de esa manera”, comentan. Hay allí un juego de cristales que se oferta por 500 mil guaraníes que asombra por su acabado, su transparencia.

En distintos puestos hay ladrillos, simbólicos, históricos, como uno que fuera de la casa del obispo Gregorio Urbieta o tejas francesas que se trajeron para decorar las casas de la naciente burguesía comercial. También baldosas de cerámicas, también francesas, que adornaron salas de prestigio ya demolidas.

Marcos, a secas, vende balas de las guerras de la Triple Alianza y del Chaco. Las primeras de plomo, casi esféricas, a veces deformadas por el impacto; las segundas de aleaciones y formas perfeccionadas, cónicas, penetrantes, que hacen reflexionar sobre la habilidad de matar siempre en evolución en el extraño ser humano. 

Christian Jara muestra muñecas de colección, y una caja especial que contiene tres Barbies vestidas de dama antigua y que representan a las tres mujeres que marcaron la vida del Mariscal López a saber: Juana Pesoa, Elisa Lynch y Pancha Garmendia. “Es algo que alguien confeccionó para el Bicentenario”, cuenta el anticuario.

Donde se recomienda quedarse y mirar detenidamente es en el puesto de María Teresa Venialgo. Sobre todo en su colección de monedas y billetes antiguos de nuestro país.

Algunos raros, como el que hizo confeccionar Bernardino Caballero para celebrar su gestión de gobierno, también un ejemplar del primer guaraní, los tamaños diversos de las monedas que se sucedieron, hasta los antiguos boletos del tranvía.

“Somos de la sociedad del Mercado de Pulgas que durante años estuvimos en la vereda frente a La Riojana. Ahora los de Nueva Americana no nos dejan estar así que vamos a acompañar esta Feria que se pone linda”, dice. 

Gustavo Alcaraz exhibe un fuelle de odontología del 1800, un artefacto antecendente de los compresores de aire que hoy se usan para librar de saliva la boca de los pacientes. “Es increíble muchas veces la tecnología del pasado, hay cosas de mucha complejidad como los autómatas por ejemplo, que pueden verse en algunos campanarios europeos”, dice exhibiendo los objetos que trajo a la muestra. “Cada vez que puedo salgo del negocio, estuvimos también en la Feria el Garage de los Abuelos frente al Club Nanawa, hacia Lillo”, cuenta.

La Feria de Antigüedades de la Vieja Estación reúne no sólo a coleccionistas, está abierta a las visitas de todo público todos los primeros sábados de cada mes y vale consignar que fue declarada de interés cultural por la Secretaría de Cultura (SNC).

“Y además  de todo lo que se puede ver, adquirir y disfrutar, también vamos a tener la clase abierta de tango con la profesora Mercedes Ballena con milonguita y bailes tradicionales paraguayos y también muy buenos músicos encargados de dar ambiente a nuestra feria bohemia”, apunta Clarita.

De hecho amenizaron la tarde el dúo de bajo y saxofón de Cala Del Puerto y Pepino Rodríguez, haciendo estándares de jazz y temas propios y la banda de Roque de Pablo y Nelly Barberi con temas tradicionales latinoamericanos en un cuidado ensamble de instrumentos clásicos con latinoamericanos que encontró el buen nombre de “La Tocatta”. 

Otra curiosidad del evento es que se lo puede recorrer acompañado de mascotas ya que es “Pet Friendly”, amigable con los bichitos de compañía en su traducción.

“La idea es disfrutar del gusto por lo antiguo, vintage, estilos retro futuristas, Coleccionismo,  creaciones artesanales. Tendremos en estas ferias estacionamiento privado  a costo razonable  para todos nuestros visitantes  en los talleres del Ferrocarril con ingreso sobre Manuel Gondra 2300, detrás de la estación. Con el esfuerzo y apoyo de la Fepasa y todos en conjunto, esperamos  sostener esta actividad al menos una vez al mes”, concluyó.

Jorge Zárate

Expositores

La Feria ya logró reunir un buen número de expositores, entre ellos: Café Club Antique Reina Bohemia; Imaguaré Decó; Hotel de Antigüedades; Los Galos Antigüedades; El Coleccionista; Chichi y Rolo Antiques; Usos Cotidianos; Gustavo Alcaraz; ConcepArt, taller de Arte; Chateau d'antiques; Pop Art; ReciclArt; Creaciones Originales; Loretto Arte; Florencía Vasquez Mansilla; Pablo Medina Cushmanich; Arte popular; Yerba Orgánica; Luis Verón; Chill Out Beer; Residentas Craft Beer; El puesto de la bruja; Los ajedrecistas; El abuelo de Gepetto; Delicias Artesanales; La Peregrina food, Drinks and Coffee; Pizza Bohemia; Milonga Clandestina; Mesa Tanguerisima; “y muchas personas  que venden sus objetos antiguos de modo particular”, según comentó Clarita Alarcón, su organizadora.  

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