26 de mayo de 2014

Segundo Censo Penitenciario, radiografía de un país cruel e injusto

Una celda de la cárcel de Tacumbú, en Paraguay, el 13 de diciembre de 2013 (AFP / Norberto Duarte) Foto ganadora del concurso anual que organiza la Asociación de Reporteros Gráficos del Paraguay con el Centro Cultural del Citibank.
Impactante, como una radiografía de una fractura social expuesta, resulta el Segundo Censo Nacional Penitenciario presentado el 22 de mayo pasado. Un 94% de las personas privadas de libertad (PPL) son hombres, en lo que constituye el dato más impactante. Entre los varones más jóvenes el hecho punible más frecuente está relacionado al hurto y robo, y en los adultos mayores a 40 años, el abuso y coacción sexual. Las mujeres representan sólo el 6% de la población carcelaria y la mayoría está en esa situación por tráfico de drogas.
El Censo comprendió a 9.414 personas privadas de libertad (PPL) en 14 penitenciarías y dos granjas comunitarias y el levantamiento de datos se realizó durante los meses de noviembre y diciembre 2013, mientras que la depuración, el ingreso de la base de datos y el análisis, durante los meses de enero a marzo del corriente, informó el Ministerio de Justicia (MJ).
Los datos son crudos: Un 16% de las PPL son analfabetas y un 36% tiene la primaria incompleta, aunque un 79% tiene ganas de estudiar y capacitarse.
Los procesados suman un 60% y los condenados un 39% con 1% de personas que tienen ambos procesos.
”El 65% señala que es la primera ocasión en la que comete un hecho punible, mientras que el 35% se declara ya reincidente. Entre este último grupo, se tiene que el mínimo número de reincidencias es 1 y el máximo 84, siendo la moda 2 y el promedio 2,9”, reseña el informe.
El promedio de tiempo de procesado es de 1.8 años llegando algunos hasta 5 años sin ser condenados, mientras que el 48% de la PPL no recibe la visita de su abogado defensor, “lo que apunta a la necesidad de fortalecer el trabajo con el Poder Judicial y el Ministerio de la Defensa Pública”, admite en las conclusiones.
De acuerdo al censo sólo un 14% se encontraba desempleado al momento de su detención y de los que trabajaban el 17% eran changueros, un 13% trabajaba en construcción y un 8% como vendedor ambulante. También que el 35,6% de los internos afirmaba recibir menos del salario mínimo por su trabajo, además, con respecto a dependencias de sus hogares, declararon poseer de un promedio de: 0,8 cocinas, 0,7 salas y 1,1 baños por vivienda.
En lo que hace a expectativas de reinserción, se ve que el 33% trabaja en el centro penitenciario aunque en buena proporción ganan menos del salario mínimo.
El MJ menciona como objetivos “lograr que toda la PPL se alfabetice y termina la educación primaria es un objetivo prioritario para el programa educativo que se desarrolla en conjunto con el Ministerio de Educación (MEC).
Además, lograr que, en el marco del programa de reinserción social, la totalidad de la PPL esté empleada, generando un salario mínimo mensual, generaría beneficios en la calidad de vida de la PPL y sus familiares, así como para el sistema penitenciario conforme a la Ley 210/70”.
Jorge Zárate

Sin preservativos
Los agentes de salud se sorprendieron ante el dato de que un 77% no usa preservativos en sus relaciones sexuales dentro del penal lo que predispone a las ITS y el VIH. Un estudio de prevalencia de estas patologías se encuentra en etapa de preparación.
Es grave también la cuestión de la atención médica ya que un 44% declaró haberla recibido contra un 56% que afirmó lo contrario. A pesar de ello el Ministerio de Justicia indica que “el concepto de salud integral que apunta a la prevención de enfermedades y promoción de la salud en el área física, mental, social y espiritual -por un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud como psicólogos, médicos, enfermeras, psiquiatras, odontólogos, nutricionistas y trabajadores sociales- es un concepto ya desarrollado por esta administración, a través de acciones concretas”.

Panorama a revertir
√ Un 96% de los reclusos son hombres
√ El 79% de la población tiene entre 18 y 37 años
√ Un 16% es analfabeto, cifra que casi triplica la media nacional que es de 4,6%
√ El 36% tiene la primaria incompleta
√ El 14% se encontraba desempleado al momento de su detención
√ Un 79% desea estudiar y capacitarse
√ Del 6% de reclusas mujeres, la mayoría está presa por tráfico de drogas
√ Un 77% no usa preservativos en sus relaciones sexuales
√ Un 60% del total están procesados, sólo un 39% tiene condena y un 1% está en una situación intermedia
√ En promedio se pasan 1,8 años para ser condenados, aunque en la realidad pueden pasar hasta 5 años para recibir una condena
√ El 48% no recibe la visita de su abogado defensor
√ Hay un 35% de reingreso al sistema
√ Tacumbú concentra el 42,8% de los recluidos
√ La Penitenciaría Regional de Ciudad del Este tiene el 12,7% del total.
√ Solo el 44% declaró haber recibido atención médica en el sistema penitenciario
√ Un 25,9% dijo no haber tenido ningún contacto con el juez de su causa
√ El 17% eran changueros, un 13% trabajaba en construcción, un 8% vendedor ambulante

Fuente: Segundo Censo Nacional Penitenciario, trabajo conjunto de los ministerios de Justicia (MJ) y Salud (MSP).

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