23 de febrero de 2019

Crisis en Venezuela: Vox populi, vox Dei


El presidente Nicolás Maduro trabaja buena parte del día en burlar el bloqueo. Lo hace de manera sistemática desde hace unos 10 años y en la Cancillería venezolana todos aseguran, un poco por orgullo propio, que lo aprendió en los tiempos en que fue jefe de la “Casa Amarilla” cuando gobernaba el comandante Hugo Chávez.
“Es un entramado casi imposible”, le cuentan los técnicos del Ministerio de Relaciones Exteriores a este cronista y recuerdan que Estados Unidos, si bien con fuertes intervenciones de China y Rusia, todavía tiene el control del sistema financiero mundial.
En ese loco mundo de la “intranet” de los flujos financieros se juega el destino de Venezuela.
De habilitar canales libres para pagar y comprar, principalmente alimentos y medicamentos, pero también insumos para el parque industrial, para sostener la vida de los 31 millones de habitantes que tiene el país hoy.
No es fácil, ya les capturaron 30 mil millones de dólares y la apuesta de los Estados Unidos es que el torniquete funcione y termine ahogando a la Revolución Bolivariana.
El águila John Bolton, estimó que Venezuela perdería 11 mil millones de dólares anuales en ingresos por exportaciones petroleras a causa de las nuevas restricciones del Departamento del Tesoro que impuso sanciones a Petróleos de Venezuela (PDVSA) que implican el congelamiento de 7 mil millones de dólares y el bloqueo de todos los pagos que hagan empresas estadounidenses que compren petróleo venezolano.
En estos días Maduro dió muestras de que afinó su experiencia y logró mostrar el desembarco de casi mil toneladas de alimentos y medicamentos desde China, Cuba y Rusia y la compra de parte de India de 620 mil barriles de petróleo por día (BDP).
Igual, la producción de petróleo, por problemas de insumos para reparar máquinas y constantes sabotajes, además de ineficiencias propias que nadie “chavismo” adentro sabe explicar, PDVSA produce hoy apenas 1,5 millones BDP.
Con Chávez ese volumen alcanzó los 3 millones de BDP, siempre buscando equiparar el histórico de 3,5 millones de BDP que se hicieran en la época de la Venezuela Saudí entre fines de los 60 y principios de los 70.
Hay acuerdos con China y Rusia para inversiones petroleras que son relevantes y requieren de muy buena tecnología ya que el petróleo de la Faja del Orinoco es en su mayoría, en un 75%, extrapesado, de dificil extracción y depuración.
Por tanto no será inmediata esta solución así que lo importante es ganar tiempo.
Allí los segundos esfuerzos de Maduro y equipo en la lucha por la vigencia de este sueño de emancipación al que invitaran Chávez y el pueblo venezolano cuando todo parecía noche en el continente.

Pobreza, hastío, convicciones y espera
Aún así los más de 10 años de bloqueo hicieron efecto y la crisis es real, haciendo una cola de mínimo 20 minutos se pueden sacar del cajero automático apenas 3 mil bolívares soberanos por vez. Con eso alcanza para un paquete de arroz y uno de harina, comprado en una tienda de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), en los supermercados las cosas salen más caras.
A pesar de ellos, no se ve una pobreza tan grave como la que se aduce para invocar la necesidad de la “Ayuda humanitaria”.
La resistencia del pueblo se explica en las fatales diferencias sociales que había previo a Chávez donde las mayorías no accedían a la vivienda, la escuela y la salud.
Se entregaron 2,6 millones de viviendas y el plan de Maduro es que se alcance las 5 millones en 2025.
Esa es la gente que sostiene al chavismo todavía como mayoría, poco más del 35% es fiel a la insignia roja del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la herramienta política que construyó el proceso y que tiene 6,3 millones de militantes, casi el 20% de la población.
A pesar de ello entre los emigrados, los opositores dicen que son 3 millones, hay muchos chavistas.
También hay gente cansada que está esperando ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Lo mismo pasa en la oposición.

Ellos tienen muchos migrantes entre profesionales, pequeños y medianos empresarios y también grandes capitalistas.
Este cronista pudo caminar en la protesta del 12 de febrero pasado en el que no consiguieron reunir más de 200 mil personas, no alcanzando así la cifra del 24 de enero cuando se autoproclamó Juan Guaidó, el diputado que es presidente para los Estados Unidos, su corte latinoamericana y sus socios europeos, asiáticos y africanos.
Entonces, lejos de ser un crescendo, se entiende que la gente está viendo qué pasa, como quién asiste a una pulseada, que, en la mayoría de las ocasiones anteriores las ganó el chavismo.
Es clara la sensación de que las clases altas y medias altas quieren que Estados Unidos les resuleva las cosas sin elecciones, ni nada que se le parezca, como fue siempre en la historia de América Latina. Los socios del golpe confían en que esta vez el Tío Sam meta la bota.
Sin embargo, su propio pueblo, los que siguen sus postulados, los que odian a los morochos y negros que tiene el otro bando en mayoría, saben que una contienda bélica también se llevará sus hijos.
“Vivimos una guerra civil soterrada”, dirá Jonathan Reverón en El Universal, uno de los diarios señeros de esta parte del mundo, convertido hoy en una pequeña página de pocas hojas y muy breve información a causa de la escasez de papel y otros motivos difíciles de discernir.

Es la economía
El diputado Angel Alvarado, del Partido Primero Justicia (PPJ), es miembro de la comisión de Hacienda de la Asamblea Nacional, el órgano que presidirá Juan Guaidó hasta el 5 de enero de 2020, si es que no consigue que los estadounidenses y su cohorte lo hagan presidente antes de ese plazo.
Dialogando con él en entrevista compartida por gentileza del colega Nicolás Massai de Interferencia.cl queda claro que también el programa económico de la oposición atemoriza.
“Tenemos que liberalizar el mercado petrolero”, dirá sin mencionar una eventual privatización de PDVSA, pero dejando en claro que ese será el camino.
Cuando se le pregunta cómo se saldrá del “estancamiento económico” que denuncian, su posición no puede ser más clara. “Pediremos un préstamo de 100 mil millones de dólares a los organismos de crédito internacional”, dice y como la entrevista es por teléfono nunca sabremos si hubo o no rubor.
Menciona el “Plan Pais” entre cuyos mentores está el neoliberal Ricardo Hausmann, el mismo que pensó el plan que Carlos Andrés Pérez aplicó y terminó en el Caracazo y tiempo después en el levantamiento de Hugo Chávez.
Esto dice Carmen Reinhart, una colega suya en Harvard, especialista en finanzas internacionales: “”Sé que Ricardo es muy reacio a la dolarización total como en Ecuador por muchas buenas razones… Pero tampoco está claro cómo se puede aplicar un programa monetario para detener la hiperinflación”.
Durante la presentación del PP que hiciera Guaidó a inicios de febrero el economista José Toro Hardy, explicó la idea: “Tendríamos que invertir unos US$30.000 millones anuales para poder volver a alcanzar, en siete años, la producción de 3 millones de barriles de crudo diarios que teníamos hace dos décadas”, dijo. “Estamos hablando de capitales sustanciales. Debemos ser competitivos, podemos recuperar la industria petrolera venezolana”, añadió.
La gente sabe que no habrá términos medios, o aguantan y esperan una recuperación con Maduro o apoyan el golpe y dejan entrar una restauración conservadora gigantesca que se puede llevar todo en una ola arrasadora como demuestan cabalmente Mauricio Macri en Argentina y Jair Bolsonaro en Brasil.

Salidas posibles
Otro plan de Estados Unidos, según los chavistas, es armar una media luna como en Bolivia, integrada por los estados de Zulia, Mérida, Táchira, Trujillo y Apure.
Aunque no se la menciona esta vez, la idea siempre está rondando.
En este país de 950 mil Km2 la mayoría de la población se concentra en ciudades por lo que el rol fundamental de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) que cuenta con 375.000 miembros sale a relucir. Lo territorial está controlado.
La “alianza cívico militar” es clave en la resistencia chavista.
Necesitarán un cambio de políticas, una profundización, nos dice Julián Arteaga que no se llama así pero pide ese nombre para el artículo, debido a su cercanía con el gobierno.
Es un luchador campesino que fue sin tierra y ahora tiene 4 hectáreas gracias a una ocupación que hizo con su familia.
“En cinco años más, si no le metemos el pecho a la producción, la revolución se cae. Un país que no produce lo que come, se cae. O que no produzca el 70% u 80% porciento de lo que consume, se cae, porque Venezuela no produce trigo, lo importamos de Rusia. ¿Cómo se ha mantenido Cuba con más de cincuenta años de bloqueo? Producen, hermano. ¿Cómo se mantuvo Bashar Al Assad en Siria? Porque producen”, reflexiona.


Tienen plantado yuca, naranja y uno de ellos quiere hacer una laguna pequeña para criar peces y reclaman que Agropatria, empresa estatal de insumos agrícolas, los asista con semillas y técnicos.
“Existe el Instituto Nacional de Tierra, uno va para allá y habla con su presidente. Le dices que tenemos esta tierra y queremos la titularidad, llevamos 3 o 4 años trabajándola y queremos ser propietario. Esa es la forma de contactarse con el gobierno regional, ahora, con el nacional nunca hemos tenido contacto. Yo manejo las redes sociales y los etiqueto y hago fuertes críticas.
Mis argumentos sería que Agropatria les dé los insumos a los pequeños productores. Agropatria es el encargado de distribuir potasio, urea, abono, y a veces he notado que voy a comprar urea y no me la venden a mí. Veo que entra una camioneta 4×4 For Runner y sale cargadita de abono, te das cuenta por el peso. Tú entras con un peso y cuando sale, sale con otro peso. Uno le pregunta a esa gente qué lleva, y no te dicen nada”, cuenta.
“Mi consejo al sistema económico sería acabar con la corrupción, meter preso a los corruptos, a los grandes empresarios, a los que están echando vaina, y que apoyen a los pequeños productores. Que no le den dólares a los grandes empresarios. Son los grandes empresarios los que nos están echando broma. Yo creo que a Juan Guaidó le dan más propaganda el chavismo que la misma oposición. Él es una operación de la CIA, para tener noción de cómo operan ellos, es un producto creado. Juan Guaidó es un guión escrito desde el pentágono.
Chávez dijo, pueblo en armas, para sostener la revolución. Las personas en Siria aman su patria, la defienden, me da como sentimientos, ver niños con fusiles que prefieren morir luchando a que tomen sus tierras…
Esto es una guerra de resistencia. Si no se toman los correctivos a tiempo, sí pueden haber levantamiento porque están envenenando a las personas a través de los medios de comunicación”.
Hugo Chávez siempre supo que la voz del pueblo es la voz de Dios.
Jorge Zárate



Links
http://misionverdad.com/entrevistas%20/sanciones-como-parte-de-la-guerra-por-desconfigurar-a-venezuela
https://www.chileokulto.cl/el-bloqueo-el-arma-cobarde-de-eeuu-aprenda-de-que-se-trata-y-como-lo-realizan-por-muchos-anos-tal-como-los-ocurridos-en-chile-cuba-y-ahora-con-venezuela/?fbclid=IwAR2yrh9w1mCUppNrUwy6NM1-RMAF4MayiRg3yyAqYIxt_hk_yzzfXWrT21s&cn-reloaded=1
https://www.visionliberal.com.ar/nota/5943-teorias-conspirativas-realmente-le-importa-a-ee-uu-el-petroleo-de-venezuela/
https://www.aporrea.org/ideologia/a229564.html
https://gestion.pe/mundo/ricardo-hausmann-habla-plan-recuperacion-venezuela-257347


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