El 1/10 comenzaron las prospecciones arqueológicas tras una escandalosa represión.
Un disparo al aire y la arremetida de los cascos azules sobre el
pequeño grupo de activistas inauguró la primera jornada de prospecciones
en el Jardín Botánico. Amanecía opaco por la violencia policial, esa
marca registrada de la fuerza, que puede verse en los videos que se
viralizaron, donde el pequeño grupo de activistas busca impedir que la
primera retroexcavadora ingrese a la zona de obra.
Todo termina en un escandaloso choque en el que 5 jóvenes resultaron
detenidos. Belén Ibáñez, Nilda Sosa, Ramón Flores, David Acosta y
Guillermo Pereira fueron a dar a la Comisaría 12 metropolitana “por
desacato”, informa el comisario Silvio Leguizamón, el hombre a cargo del
operativo. “Tres masculinos, dos femeninos”, le detalla un suboficial.
Cira Novara es una de las referentes del grupo “El Botánico no se toca”
y luego de condenar la represión dice que permanecerán acampados
buscando evitar el desarrollo del Corredor Vial Botánico, que según el
Gobierno pretende agilizar el tráfico en el ingreso y egreso de la
capital.
Lo hará al costo de unos 400 árboles y afectará 1,6 hectáreas. De
acuerdo a los reportes, 157 árboles serán trasladados, 117 reutilizados
dentro del predio y 63 talados.
Novara cuestiona el dictamen de la jueza Alejandra Magalí Zavala que le
permitió al consorcio avanzar en las tareas. “Esperamos tener mejor
fortuna con nuestra apelación”, dijo.
Más allá, una pequeña cuadrilla de obreros y técnicos, protegidos por
la policía, trabajan detrás del vallado metálico que instalaron,
conformando una suerte de corralito en el que está operando el Georadar.
“Parece una cortadora de pasto, pero vale 18 mil dólares”, cuenta uno
del equipo.
La arqueóloga Astrid Ávalos conduce las tareas en las que se verifica
el terreno. “Principalmente para evitar dañar cañerías y conductores
eléctricos que entendemos podrían pasar por aquí y también buscando
patrimonio”.
La técnica destaca el uso de la “arqueología preventiva” en la obra
pública y cuenta que “en muchas intervenciones se dieron hallazgos de
huesos, urnas, etc”, comenta. También que mediante este tipo de tareas
hubo hallazgos interesantes en Cerro León y en Piribebuy: “Se encontró
un horcón que habría sido del hospital quemado en la Guerra Guasu”,
comenta.
Ávalos asegura que en dos semanas tendrían concluida la tarea y que a
partir de allí se daría el inicio de la obra, el movimiento de los
árboles, otro punto crítico.
Se entiende que este espacio de tiempo puede operar como una dilatoria
que finalmente le gane por cansancio al grupo de ecologistas que
resisten. Está por verse.
Razones
El corredor forma parte de un paquete de obras que se financian con
unos 65 millones de dólares del Fondo para la Convergencia Estructural
del Mercosur (Focem). De acuerdo a la información oficial, conectará la
Ruta 3 y la Costanera a través de un viaducto de 1.340 metros que
atravesará Sacramento, Artigas y la calle Fiebrig, y un paso a desnivel
de 460 metros sobre la calle Primer Presidente.
Para el viaducto en Primer Presidente se construirán 50 pilotes,
mientras que el viaducto de mayor extensión (1.340 metros) llevará unos
312 pilotes.
“El Corredor Vial Botánico es una obra urbana que agilizará la
circulación de 40 mil vehículos por día, lo que significa que 100 mil
ciudadanos pasarán 1 hora menos en el embotellamiento que se forma en la
zona del Botánico de Asunción”, se sostiene oficialmente.
También se insiste en ciertas previsiones ecológicas: “Este proyecto
prevé la plantación de 2.740 arbolitos. Ya se plantaron 600 plantines de
pindo en la Costanera Norte”, reportó el Ministerio de Obras Públicas y
Comunicaciones (MOPC).
El proyecto afectará a unos 400 árboles |
“A pedido de la Municipalidad de Asunción, 32 hectáreas pertenecientes
al Regimiento de Caballería (RC4) serán anexadas al Jardín Botánico y
por iniciativa de la organización ambientalista A Todo Pulmón, por cada
árbol talado o trasladado, se plantarán otros diez”, se informó.
Igualmente, en un país con deforestación récord a muchos no les parece
buena idea quitar árboles para que los vehículos circulen más rápido.
Entre ellos se cuenta Jorge Rubiani, que en un manifiesto público
apuntó: “En la ciencia urbanística, se conoce igualmente que toda
intervención puntual y radical en el sistema (como lo son los viaductos y
autopistas), son intervenciones monumentales, vistosas, costosas
(‘chiches tecnológicos’ para la vanidad de algunos funcionarios) y con
un radio de afectación de kilómetros o cuadras a la redonda. Y que si no
se contemplan estos efectos, obligarán a agregados, reparaciones. Es
decir: ‘cirugías mayores’ y mucho más onerosas, a corto plazo”, comentó.
Primero buscarán que no haya nada especial bajo tierra |
Parados en el sitio de las obras es posible imaginar el viaducto, su
impacto en ruido y humo sobre un sitio que la gente adopta para
descansar. Da lugar también a pensar en qué tipo de progreso se plantea
y, sobre todo, para quiénes.
Jorge Zárate
Fotos de Fernando Riveros
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