Resistencia, Chaco, Argentina. Con alrededor de 200 kilómetros de frontera con el Paraguay, es el vecino más contagiado.
Chaco tiene al 8 de abril, unos 140 casos confirmados y 7 muertos,
desde que se iniciara la pandemia y es el tercer distrito con más
muertos por la enfermedad, detrás de la provincia de Buenos Aires y la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aquí en la Argentina.
Adornadas de bellas esculturas, las calles semivacías del centro de la
ciudad comienzan a recibir el fresco del sur en este otoño naciente. Se
ven contados automóviles y cómo los controles policiales hacen un
triaje, detienen las marchas para verificar los motivos que llevan a la
gente a circular, para ver el aspecto general de los conductores y si
llevan el tapabocas que se dispuso obligatorio.
Por el distanciamiento, las colas abarcan más de dos cuadras y no falta
el que se preocupa ante la situación, la gente conversa a pesar de los
incómodos adminículos. Cuentan que se extraña el ruido de los pasos,
percusivos, omnipresentes en la peatonal.
Hay mucha angustia por el trabajo, por el futuro.
Se echan de menos a los días normales, el bullicio incesante de este
centro comercial y logístico desde donde se distribuyen y envían
mercaderías entre el nordeste y los centros de producción industrial de
Argentina. La radio dice que la economía parada le hará perder a la
provincia miles de millones de pesos, el puerto de Barranqueras sin
actividad por la inusual bajante del río Paraná, el ferrocarril Manuel
Belgrano en su mínimo de operatividad, la Ruta 11 que debería hace años
ser autopista, soporta circulando apenas unos pocos de los grandes
camiones destructores del asfalto, que recorren los mil kilómetros de su
extensión en ida y vuelta hacia Buenos Aires.
Cuarentena
Todo comenzó con el regreso de Europa de una médica de 71 años y su
hija, el 28 de febrero pasado. Todo indica que fueron las primeras en
introducir la COVID-19 en este territorio y, también, se sabe ya,
responsables de contagiar a al menos 6 personas, algunas de ellas ya
fallecidas.
Por incumplir con los protocolos sanitarios, resultaron imputadas por
la justicia federal, la mujer más joven es docente de la Universidad
Nacional del Nordeste (UNNE) y a su regreso volvió a la casa de estudios
y desperdigó el virus. También, hubo un caso local que preocupó a
propios y extraños, el contagio de la jefa de Consultorios Externos del
Hospital Perrando, uno de los centros de referencia en lo que hace a
salud en el nordeste argentino. “No sé cómo me contagié”, comentó la
mujer que hoy guarda reclusión domiciliaria por haber violado la
cuarentena.
El primer muerto, segundo a nivel de toda la Argentina, fue un ex
presidente de la empresa estatal de energía eléctrica Secheep. El
hombre, de 61 años, se contagió en un viaje que había hecho en verano a
Egipto, Turquía y otros países de Europa.
“Aumentamos la tasa de contagio comunitario y es un problema”, dijo el
gobernador Jorge Capitanich, al anunciar la extensión de la cuarentena
hasta el 20 de abril, con algunas excepciones para industria y comercio.
“No nos podemos relajar”, reclamó para saludar que se redujo el tiempo
de la duplicación de casos, gracias al cumplimiento del aislamiento
social. “Entre mayo y junio se daría el pico de casos, proyectamos tener
más de mil casos para el 23 de junio”, apuntó en la última de sus
diarias conferencias de prensa que ilustra con gráficos, curvas y
diseños estadísticos a los que es afecto.
Alguien le hace la parada a un colectivo frente a la plaza 25 de Mayo,
allí puede verse cómo trabajan como encapsulados en un corralito de
plástico transparente y con horarios muy reducidos, según comenta la
gente que siempre espera.
Cercos
Un delegado gremial rompe el silencio y cuenta que un compañero de uno
de los almacenes mayoristas de distribución de alimentos, que proliferan
a la vera de la Ruta 11, contrajo el virus tan temido.
Los obreros que trabajan con el hombre en un inmenso galpón comenzaron
la cuarentena por iniciativa propia, comunicando a las autoridades de
salud de la provincia, a pesar de la insistencia de la empresa de que se
presentaran a trabajar. El caso se conoce en todo el país, la empresa
es sumariada. “No tenemos el amparo judicial que nos mandan por correo,
pero a todos nos dijeron que si no está el amparo, igual no tenemos que
romper la cuarentena, porque ahí ya estamos violando el aislamiento
domiciliario”, informó Corrales, el delegado.
Resistencia tiene un vínculo matriz con la ciudad de Corrientes,
capital de la provincia del mismo nombre de la que la separan 25
kilómetros.
A veces parece que las une el puente Manuel Belgrano, que aparece vacío
en las imágenes de Chaco TV, la televisora pública de la provincia. El
collage de tomas de lugares emblemáticos de la ciudad adorna el
noticiero, donde después se comentará la noticia más absurda de la
rivalidad entre chaqueños y correntinos que haya parido el siglo XXI.
“Chaco exportó la maldita enfermedad a Corrientes”, titula un diario correntino y se desata una polémica de no acabar.
El Instituto contra la Discriminación (Inadi) llamó la atención del
medio, pero las cosas no terminaron allí. El gobernador de Corrientes,
Gustavo Valdez, decretó que los médicos y enfermeros que trabajan en
Resistencia, al volver a dormir a la ciudad de Corrientes, deberán
cumplir cuarentena en un hotel céntrico sin ver a sus familiares, para
evitar el contagio de la COVID-19. La situación sacó lo peor de la
tradicional rivalidad en las redes sociales y fue una oportunidad de
ratificar cómo se construyen los elementos de cultura de esta edad media
tecnológica, feudal, ignorante de la solidaridad.
Así lo cuenta Tamara Rutti, una enfermera correntina que tuvo que pasar
a vivir en el Chaco, para seguir trabajando en el Hospital Perrando:
“Para nosotros, lo normal era pasar de una provincia a otra, para
estudiar por ejemplo, porque aquí tenemos dos universidades
maravillosas. Lo habitual era ver gente yendo y viniendo de una
provincia a otra y ahora con este tema todo cambió. Se despertó un
sentimiento tan feo de rechazo y dedo acusador, porque Chaco tuvo los
primeros infectados. Fue como un puñal en la espalda”, dijo.
Se resiste aquí en extraña vigilia. Móviles policiales patrullan las
calles con sus altavoces recordando que se puede ir preso si se sale a
la calle sin justificativo.
Son las 21:00 y el silencio aturde.
Jorge Zárate
Fotos de Antonio Conesa y gentilezas.
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