Este coloso que puede albergar más de 40 mil almas cumple
107 años en noviembre próximo. Hoy tiene un sistema automático de riego y un
generador eléctrico propio que hace posible que un partido o un evento no se
suspenda ante un corte de energía, pero evolucionó en distintas etapas hasta
alcanzar su formato actual. Aquí los hitos de este edificio que lucha por ser
reconocido como monumento nacional.
El estadio es consecuencia del nacimiento del barrio Sajonia, bautizado y diseñado como tal por Kark Wilhelm Cristian Heisecke Heinrich que era el cónsul alemán y yerno del entonces intendente de Asunción, Eduardo Schaerer.
Este señor, al que se conocía como Cristian Heisecke, era originario del estado alemán de Sajonia, y mientras iba tomando entidad el hoy emblemático barrio, no encontró mejor manera que nombrarlo en homenaje a su tierra.
En ese marco, el estadio fue pensado como un elemento que ayudaría a la urbanización, a la expansión de la ciudad más allá del mangrullo del hoy Parque Carlos Antonio López que, prácticamente, hacía de límite en la zona en las primeras décadas del siglo XX.
Ya presidente Schaerer (1912-1916) le tocó aprobar los estatutos de la Liga Paraguaya de Football a la que donó cuatro hectáreas de su propiedad para que allí se construyera un estadio para la práctica de ese deporte que crecía en cantidad de público y que requería un espacio para darle comodidad a la multitud.
Las obras iniciaron en 1916, fue inaugurado un 4 de noviembre de 1917 y, fue conocido como el “Estadio de la Liga” o “Stadium de Sajonia” según reseñan los historiadores recordando que las tribunas eran de tablones y tenía una capacidad de alrededor de 10 mil espectadores.
Olimpia y Libertad disputaron el partido inaugural en una cancha que tenía orientación Este/Oeste, diferente a la Norte/Sur que es la que tiene en la actualidad. El partido ayudó a concluir con una crisis que se arrastró por un lustro en el fútbol local que estuvo al borde de la escisión. El campeón de la Liga, Olimpia, y el campeón de la Liga Transitoria, Libertad, definirían en único partido quién sería el campeón oficial de 1917 tal como lo contó Miguel Angel Bestard, investigador y autor deportivo, en "Paraguay: Cien años de Fútbol".
Olimpia dominó, pero Libertad, parado de contragolpe, le asestó un golpe letal a los 38 del segundo cuando Rufino Gorostiaga infló las redes capturando un rebote con una volea magistral haciendo estallar a la parcialidad “gumarela”. Cómo era usual en el festejo volaron sombreros al campo de juego que luego fueron devueltos por los jugadores a los simpatizantes.
En 1924 fue rebautizado como “Stadium Uruguay” en homenaje a las victorias de la “Celeste” en los Juegos Olímpicos, pero pronto, al año, volvió a su antigua denominación.
La Guerra del Chaco
Apenas dos años después, el Stadium, fue el lugar elegido para la concentración de tropas por su cercanía al Puerto Sajonia desde el que embarcaban hacia la contienda de histórica Guerra del Chaco (1932-35). “Antes de partir los soldados escuchaban misa, recibían la bendición y una medalla de María Auxiliadora antes de zarpar… El padre Rafael Elizeche era el capellán de la Armada Nacional y oficiaba las celebraciones…En aquel entonces, la cancha estaba dentro de la jurisdicción de la parroquia María Auxiliadora a cargo de los sacerdotes salesianos”, recordó el historiador Eduardo Nakayama.
Concluída la guerra, el aspecto del estadio había quedado muy desmejorado, el campo ya sin césped, las tribunas muy averiadas, por lo que hubo que reconstruirlo en un proceso que duró hasta 1939 cuando se reinauguró con el nombre de “Estadio de Puerto Sajonia”.
En 1954 con el dinero que recibió la Liga Paraguaya de Fútbol por el Campeonato de Lima en 1953, se empezó la construcción de la tribuna de cemento Campeones de Lima.
Cambio de época
Fue en 1974 cuando los dirigentes de la entonces Liga Paraguaya de Fútbol decidieron bautizarlo como Estadio “De los Defensores del Chaco”, en homenaje a aquellos días en que fue abrigo de la concentración de los hombres que fueron a defender la patria.
Luis Irala, periodista especializado en estadísticas deportivas recuerda que fue el 17 de abril de 1983 en un Cerro Porteño vs Olimpia en el que quebró el récord de asistencia. Esa mañana soleada de domingo, se pagaron 49.095 boletos.
Tenía capacidad para unas 50 mil personas que le fue reducida por motivos de seguridad en 1996 a unas 32.000 personas.
Sin embargo, el ingeniero Luis Fernando Meyer, que fue el calculista del formato actual del Defensores del Chaco, recuerda que, en 1969, en la eliminatoria para el mundial de México 1970, el partido entre la Albirroja y Brasil tuvo 70 mil espectadores.
Hoy en día, con las últimas reformas que involucran las sillas para todo el público, tiene una capacidad de 42.354 personas.
El Defensores, sólo es superado por el mítico Centenario de Montevideo, en la cantidad de partidos disputados por la Copa Libertadores de América. También se jugaron allí diez finales del certamen de clubes más importante del continente en: 1960, 1975, 1979, 1985, 1989, 1990, 1991, 2002, 2013 y 2014.
Como se ve, todo un monumento, aunque todavía no lo hayan declarado como tal. Cuenta el ingeniero Luis Fernando Meyer: “El Estadio de los Defensores del Chaco nunca fue declarado Patrimonio Nacional, según mi conocimiento, como tampoco lo han sido otros proyectos de arquitectura moderna, muchos de los cuales ya han recibido la triste visita de la picota. En casi todos los demás países ya existen normas e instituciones encargadas de dicha selección y protección; en el Paraguay hasta ahora a duras penas lo han logrado obras del período colonial, alguna del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX, con la única excepción de la obra del extraordinario Pindú ...que yo sepa”, dice señalando un pendiente nacional.
Luis Fernando Meyer y el sueño de techar el estadio
El ingeniero Luis Fernando Meyer fue el calculista del formato actual del Defensores del Chaco.
En 1964 regresó al país después de haber estudiado en los Estados Unidos y México y se reencontró con amigos arquitectos unos días después de su arribo. “Visité la facultad y me encontré ahí con varios amigos y hablando de repente me cuentan que había un concurso de anteproyecto para el estadio de Sajonia y me preguntaron, después que yo le conté todo lo que había estado haciendo, estudiando y trabajando, si no quería ser el ingeniero estructural del grupo que se iba a presentar. ¡Y acepté gustoso, por supuesto!”, comenta.
Luis Fernando Meyer |
Nacido en Concepción, Meyer vivió desde la infancia en el Barrio Sajonia, por lo que su relación con el estadio es de toda la vida. Cuenta entonces que en aquellos años sólo las preferencias ubicadas al oeste tenían tribunas de madera y que el resto de los flancos eran ocupados por la gente parada. Después cuando la Albirroja ganó la Copa América de 1953 con el premio se construyó la gradería Campeones de Lima.
Preservarla era la única condición del concurso para la construcción integral del estadio al que se presentaron Meyer y equipo. “Entonces la estructura que yo diseñé para todo el lado oeste. incorpora totalmente la gradería Campeones de Lima, que era más baja de lo que es ahora el estadio y la prolongamos hacia atrás y hacia arriba. La Lima fue construida por los ingenieros Paliari y y Gómez, profesores nuestros de la facultad y el arquitecto Canese”, recuerda.
Por eso en el diseño, Oeste tiene una entidad propia, que se complementa con la “Herradura” que conforman las tribunas de los sectores Sur, Este y Norte.
Otra innovación fue el cambio de orientación ya que, en la anterior, en un tiempo por turno, los equipos sufrían el sol de frente, una incomodidad que hasta llegó a incidir en resultados. Para ello fue necesario comprar terrenos vecinos, cuenta.
Cuando se le pregunta sobre si hubo alguna inspiración en algún estadio emblemático, Meyer cuenta que “la gradualidad geométrica que tiene la Herradura tiene un cierto parecido con el estadio de los “Pumas” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que parece un sombrero mexicano, tiene algo de eso”, dice revisando recuerdos.
Meyer que probó la idea del techo en el pórtico del Laboratorio Catedral en España y San Martín, una obra inédita en su tiempo, abriga la esperanza de que para el 2027 cuando el estadio cumpla 110 años o para el Mundial de 2030 en el que Paraguay tendrá uno de los partidos inaugurales se pueda cumplir el sueño de techar por completo el Defensores.
Sueña también con participar del eventual diseño del estadio que planea la Conmebol que estaría ubicado en la Gran Asunción. “Estuve viendo las condiciones de la FIFA y vi que actualmente la cobertura en el techo tiene que ser para todos los espectadores. Yo haría un techo sobre el estadio de Sajonia que cubra totalmente las cuatro manzanas sin tocar la estructura actual, o sea, una estructura independiente que va a ser en costo muchísimo más bajo que hacer un estadio nuevo porque naturalmente ya las graderías están construidas”.
Entiende también que esa posibilidad podría impactar positivamente en el barrio si le suman calles peatonales y la adaptación de espacios para acercarlo a la idea de un centro comercial “Nunca fue una molestia al estadio para la gente de Sajonia, al contrario, fue un orgullo, fue un movimiento bienvenido, fue como una fiesta cada fin de semana. Los estadios actualmente tienen que buscar ingresos permanentes, no solamente en ocasión de los partidos, sino que debe haber distintos tipos de negocios, etcétera. O sea que esto permitiría una revitalización extraordinaria al barrio Sajonia. Yo creo que se puede construir con mucha rapidez quizás dos años máximo sin interferir con el uso del estadio”, apunta. Así, “el Barrio Sajonia, el más deportivo de Asunción, se vería altamente beneficiado con las calles perimetrales intervenidas con gran valor ciudadano y comercial y plusvalía directa para las 10 manzanas que circunvalan al Estadio”, propone.
Julio González Cabello |
“A mí me llena mucho de emoción recordar al Defensores del Chaco, mis primeros pasos en el periodismo deportivo y fundamentalmente porque las primeras transmisiones las hicimos ahí”, cuenta Julio González Cabello. “Recuerdo mis inicios con la Corporación Deportiva Fénix con don Pedro García y otros jóvenes periodistas de la época. Mi gran ilusión era estar en la cabina y participar de los partidos. ¿Y qué es lo que yo hacía? Nada más que contaba los minutos de juego: Van 22 minutos, 25 minutos”, relata entre risas.
“Con eso yo estaba total y absolutamente realizado. Nunca voy a olvidar, ese que fue un aspecto muy emotivo y que recuerdo con afecto realmente mis primeros pasos. En otra oportunidad cuando se jugaba un partido, creo que fue una final, un partido importante, empezó a salir humo de una de las cabinas y salimos corriendo, no sé con quién estaba yo en esa época en el radio, pero que sí que salimos corriendo y terminamos transmitiendo desde La Platea, puesto que se empezaron a incendiar las cabinas, había ocurrido un corto circuito en el tablero de energía eléctrica, así que imagínate lo que era eso, una desorientación, unas lenguas de fuego que empezaron a pasear por los corredores de la cabina del Estadio”
González Cabello recuerda que antes “los periodistas, cronistas, entrábamos a los vestuarios, veíamos cuando los jugadores empezaban a vestirse y compañía, entonces no teníamos todas las limitaciones ridículas y absurdas que tenemos hoy que no se puede trabajar como se debería…en fin, yo en aquella época en el Defensores de Chaco recuerdo que le hice una nota a Junior, el inolvidable lateral brasileño. Entré al vestuario de Brasil y veo que se estaba sacando la venda, me siento a su lado y le digo Junior, ¿puedo hablar con usted? Sí, no hay problema me dijo. “¡Qué buen tiro libre, qué potentes son sus tiros libres!” le comenté y entonces me mostró: Mire mi pie (tenía un pie feísimo) Pateo fuerte porque cuando pequeño jugaba en las arenas de Copacabana y pateaba cocos, me pasaba pateando cocos, como no tenía plata para comprar una pelota, entonces mi pie se fue endureciendo y de esa manera aprendí a tirar tiros libres con mucha potencia” me comentó”.
Jorge Zárate
Algunos hitos históricos de un coloso
Por Luis Irala*
Luis Irala |
El estadio en la posguerra
En 1935. El estadio de Sajonia quedó en ruinas y su reconstrucción duró unos cuatro años y fueron concluidas en 1939.
El 15 de agosto de 1939 se reinauguró el estadio de la Liga bajo la presidencia del Dr. Arturo Lavigne. Para ello se concretaron partidos contra la Selección Argentina.
1956. Con el excedente de la Copa América disputada en Perú, en 1953, pero organizada (y ganada) por Paraguay, se construyeron las primeras graderías de concreto. El presidente de la LPF, entonces era el Sr. Alfonso Capurro, dispuso asimismo el cambio de orientación de la cancha de norte a sur.
El viejo estadio de Sajonia fue escenario de épicos enfrentamientos por Eliminatorias de una Copa del Mundo, como aquella histórica goleada de 5-0 a los uruguayos en 1957, que selló el camino a la clasificación al Mundial de Suecia del 58. O el triunfo ante Brasil, 2-1, que apuntaló la clasificación a Corea – Japón 2002 o el triunfazo ante Argentina, 1-0, que valió el pasaje a la cita ecuménica de Alemania 2006.
Otro hecho histórico ocurrió en 1960, cuando se definió la primera Copa Libertadores, entre Olimpia y Peñarol de Uruguay. Fue el 19 de junio y el cotejo terminó empatado, 1-1. El tanto franjeado fue convertido por Hipólito Recalde y el empate uruguayo por intermedio del mítico Luis Cubilla. El trofeo fue ganado por los “charrúas).
En 1967 fue inaugurado el sistema lumínico del estadio de Sajonia, con el partido amistoso entre Paraguay y Argentina. Fue el jueves 12 de octubre del 67 y el partido concluyó igualado, 1-1. Marcó para los argentinos Mario Pardo, igualando el “petiso de oro”, Sebastián Fleitas.
En 1969, para las eliminatorias del Mundial de México 70 fue construido la gradería del sector Sur, siendo demolido el histórico “Murallón” que estaba instalado detrás de arco de ese sector.
En 1962. Se inicia un ciclo de permanente ampliación en las graderías Oeste y Popular.
En 1969 bajo la presidencia de Gerónimo Angulo Gastón se construyen las graderías Sur, reemplazando al gran murallón que estaba detrás del arco Sur, para las eliminatorias rumbo a México 70En 1973. Bajo la presidencia del Sr. Humberto Domínguez Dibb se construyó la gradería Este con miras a las eliminatorias para el Mundial de Alemania 74.
Y a principio de 1974, la denominación de "Stadium" de Sajonia dio paso a la de "De los Defensores del Chaco" nombre con el que continúa hasta la actualidad.
En 1984. El estadio sufre una de sus mayores transformaciones arquitectónicas y es remodelado en zona de Preferencias (Oeste) para ampliar su capacidad, se habilitan las sillas vitalicias y se mejoran los palcos de prensa.
En 1996. Para encarar las eliminatorias a Francia '98 y de manera a satisfacer exigencias de FIFA, la ex gradería Este y la de Popular se confunden en una y en ella se instalan sillas de plástico y numeradas. En esa ocasión igualmente se mejora sustancialmente el empastado y se introducen otras mejoras en Preferencias, que a su vez quedó en una las Preferencias altas y las bajas. Además, se adecuaron los accesos y el aforo quedó reducido significativamente de 50.000 a 37.000 personas.
En 1999. Para albergar la Copa América, el estadio De los Defensores del Chaco tuvo otra reforma. Desaparecieron los lugares destinados a los lisiados de la Guerra del Chaco (bajo Norte) y para los discapacitados (bajo Sur).
En el mes de octubre de 2015 se inauguran las preferencias
VIP y otras remodelaciones en el estadio Defensores del Chaco.
En el estadio pasearon su estampa grandes figuras del fútbol mundial, como Arsenio Erico, Alfredo Di Stéfano, el Rey Pelé, Diego Armando Maradona y Lionel Messi, y Ronaldo por citar a los más ilustres.
Cifras
106 años tiene el estadio de la Asociación. Fue construido por etapas, estuvo sin gradas 6 años, con unas de madera durante 32 años y de concreto desde hace 68.
42 mil personas es el aforo actual del estadio. Remodelado en 1996, disminuyó su antigua capacidad de 50.000 para acatar disposiciones de FIFA, con aficionados cómodamente sentados.
En el 2009 estuvo clausurado casi seis meses a consecuencia de un hecho luctuoso, en la que estuvieron involucrados dos agentes del orden público, que perecieron al derrumbarse parte de la gradería Oeste y caer al vacío.
*Periodista especializado en estadísticas deportivas
Links
https://cdn-www.lanacionpy.arcpublishing.com/ojo360/2021/05/31/estadio-defensores-del-chaco/
No hay comentarios:
Publicar un comentario