3 de septiembre de 2010

Lugo cumplió dos años de gobierno en lucha contra el cáncer y la derecha

 
Patología: apenas 48 horas después de haber recibido la primera sesión de quimioterapia, el presidente Fernando Lugo se presentó en la tribuna del Foro Social, encabezó una cumbre con los mandatarios de Uruguay y Bolivia y retomó una agenda oficial cargada de actividades. Aunque es el comienzo de un largo tratamiento oncológico, los médicos reafirmaron que el paciente estará en condiciones de ejercer el poder. El verdadero factor de riesgo no parece ser la enfermedad, sino la derecha paraguaya que insiste en cuestionar el rol constitucional y el histórico mandato popular, alcanzados por Lugo hace dos años.

"No esperen ver a un Presidente decaído y débil, sino a uno renovado en energía”, dijo Fernando Lugo, el viernes 13 de agosto. El mandatario devolvió la tranquilidad al cabo de una semana en la que se temió por su vida y por el proceso político que inauguró hace dos años. “Que el pueblo esté tranquilo. La salud del Presidente ha mejorado sustancialmente, hay mucho por hacer y el tiempo del cambio no se detiene en Paraguay”, aseguró.
“Los médicos han determinado en Paraguay y luego han confirmado en Brasil que me encuentro con un cuadro oncológico que, como gestor de las políticas de gobierno, requería determinar con precisión las posibilidades de cumplir con mis responsabilidades como Presidente Constitucional de la República del Paraguay”, agregó en la primera conferencia de prensa que dio ese día en el Hospital Sirio Libanés de San Pablo. Había llegado a esa ciudad brasileña el martes 10, para hacerse estudios completos del cáncer linfático que lo aqueja.
El paciente recibió en San Pablo las primeras sesiones de quimioterapia y los médicos aseguraron que el Presidente podrá continuar adelante con sus responsabilidades. El doble diagnóstico, de especialistas paraguayos y brasileños, afectó especialmente a los medios empresariales de comunicación, que habían apostado por una renuncia del jefe de Estado a causa del cuadro de salud.
El sábado 14, ya en la tribuna del Foro Social de las Américas que se desarrolló en Asunción, Lugo habló a los pueblos del continente: “No se imaginan lo agradecidos que estamos por este generoso espaldarazo al proceso que iniciamos en Paraguay hace dos años (…) El Foro Social es el refugio de la dignidad latinoamericana en la búsqueda incansable de la tierra sin mal que ya presagiaron nuestros ancestros guaraníes”, remarcó en su discurso que fue aclamado por las más de 2.500 personas que se congregaron en el estadio del Consejo Nacional de Deportes.
“En Asunción se construyen las trincheras del pensamiento Latinoamericano” expuso el mandatario, y destacó el diálogo como herramienta de paz entre Colombia y Venezuela. El acuerdo alcanzado entre los presidentes de los dos países fue considerado por el ex obispo  “como señal inequívoca de que ya no hay lugar para la guerra en nuestro continente… El diálogo es nuestra fuerza y el vínculo que nos une como hermanos y compañeros, no habrá embate que derrumbe este espíritu de unión con el cual se construye otra América posible que se celebra en el Foro Social”.
Nuevo acuerdo
El domingo 15 de agosto se cumplieron dos años de gestión del Presidente Lugo. El mandatario ofreció un mensaje al país en el que destacó el ejemplo democrático de la alianza que lo llevo al gobierno y propuso un “nuevo acuerdo” a las fuerzas políticas del país para conseguir el desarrollo económico.
Acusó a las “insuficientes inversiones” que se hicieron durante los gobiernos colorados del déficit de infraestructura del país y se comprometió a trabajar para revertir la situación y hacer crecer la economía.
En ese marco destacó la construcción de la línea de transmisión de 500 Kv entre Hernandarias en la frontera este con Brasil y Villa Hayes en el Chaco paraguayo. Además, confirmó que el compromiso de Brasil de pagar más por la energía que utiliza de la represa binacional de Itaipú “se cumplirá dentro de poco”.
El jefe del Estado instó a la industrialización de la soja, principal cultivo del país y una de las mayores fuentes de ingreso de divisas. “Nuestros productos de exportación nos hacen sumamente competitivos, sobre todo en materia de alimentos, para un mundo cada vez más ansioso de calorías de origen animal y vegetal”, dijo. Apuntó que el gobierno invertiría más recursos en centros de estudios agrícolas para tener técnicos de nivel en materia agroindustrial. Apuntó que el repunte económico que se pueda conseguir debería repercutir en avances en empleo, educación y salud.
Como desafío de los próximos años de gestión, el Presidente adelantó que insistirá en la aplicación del Impuesto a la Renta Personal señalando que el sistema fiscal del país “es injusto”. El parlamento rechazó el IRP que preveía una alícuota del 10% a quienes tuvieran ingresos superiores a 120 salarios mínimos, unos 34 mil dólares anuales.
Urupabol y futuro
Ese mismo domingo 15, con la presencia de los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Uruguay, José Mujica, Lugo consiguió avanzar en los acuerdos que consolidan el viejo anhelo del Urupabol, denominación con la que se conoce a la alianza de los países más pequeños del Cono Sur, para trabajar posiciones comunes.
El corazón de los acuerdos que signaron los tres presidentes fue un pacto energético, la posibilidad de un gasoducto entre los tres países y la cesión de un puerto franco de parte de Uruguay para que los productos paraguayos y bolivianos tengan salida al mar.
La propuesta, realizada explícitamente por el presidente uruguayo, fue muy bien recibida en Paraguay. El canciller paraguayo Héctor Lacognata consideró que el acceso marítimo se dará “en zonas de aguas profundas que permitan el movimiento de naves de gran calado” y mencionó la posibilidad de que el proyecto se asiente “en la zona de Rocha”. También que se realizarán estudios de factibilidad de un gasoducto entre los tres países que tendría fuente en Tarija, recorrería territorio paraguayo donde se instalará una refinería y concluiría en el puerto de Montevideo. El canciller expuso que se iniciaron las conversaciones con Argentina para vender energía de la represa de Acaray al Uruguay.
Se trata de grandes pasos a favor del proceso de integración. En los próximos años del Gobierno de Lugo, estas señales necesitarán concreción para ser irrebatibles en la disputa con una derecha que tiene como único plan económico continental la entrega de las materias primas a los menores precios posibles a las corporaciones capitalistas.

Desde Asunción,
Jorge Zárate.

El último reducto desestabilizador
El 24 de agosto, la derecha paraguaya sumó un punto en su estrategia desestabilizadora. El ministro de Defensa, Luis Bareiro Spaini, presentó su renuncia al cargo, después de que la Cámara de Diputados aprobara un pedido de juicio político. Bareiro era un hombre del Gobierno identificado con el pensamiento antimperialista. 
El pedido de juicio político “por mal desempeño de sus funciones” fue impulsado por el diputado José López Chávez, del opositor partido Unión Nacional de Ciudadanos Éticos (Unace), liderado por el ex general Lino Oviedo. La ofensiva legislativa se fundamentó en el robo de tres fusiles del Comando del Ejército y en la decisión del ahora ex ministro de no asistir a una convocatoria legislativa.
 En abril de este año, Bareiro Spaini había recibido un voto de censura de los diputados, después de que denunciara en una nota enviada a la embajadora de Estados Unidos en Paraguay, Liliana Ayalde, que Washington daba crédito a los intentos desestabilizadores de la derecha paraguaya, representada por el vicepresidente Federico Franco. 
Bareiro también había sido duramente cuestionado por la derecha luego de permitir la realización, en mayo de 2009, de un encuentro de jóvenes suramericanos de izquierda en la sede del Comando de Ingeniería de la Fuerzas Armadas.
 Tras la decisión de Diputados de impulsar el juicio de Bareiro, el Ministerio de Defensa alertó que la intención real es buscar el enjuiciamiento político del Presidente, Fernando Lugo. ¨Algunos integrantes de la oposición ya especulaban con la posibilidad de la sucesión presidencial durante la semana en la que Lugo recibía tratamiento médico en Sao Paulo, Brasil, con el pretexto de que su enfermedad le impedirá gobernar¨, señaló un comunicado. El Senado paraguayo no se quedó atrás en los intentos desestabilizadores contra las políticas del Presidente. En la primera semana de agosto, los senadores decidieron posponer de manera indefinida el análisis del ingreso de Paraguay a la Unasur. 
La Comisión de Relaciones Exteriores y Asuntos Internacionales, presidida por el senador Carlos Filizzola (País Solidario), aliado de Lugo, ya había emitido dictamen favorable sobre el expediente y se esperaba el pronunciamiento de la Comisión de Legislación, Codificación, Justicia y Trabajo que nunca llegó. 
La derecha paraguaya relaciona a Unasur con la Revolución Bolivariana y uno de los mentores de esta precaria tesis es el vicepresidente Franco, quien además sostiene que Venezuela no ingresará al Mercosur porque el senado paraguayo votará en contra de esa posibilidad.
 El Presidente Lugo cuenta con el apoyo directo de las diputadas Aida Robles (Movimiento Tekojoja) y Desiree Masi (Demócrata Progresista, PDP, esposa del ministro del Interior, Rafael Filizzola) y tres senadores: Alberto Grillón (PDP), Carlos Filizzola (País Solidario) y Sixto Pereira (Tekojoja). 
El Congreso paraguayo no se renueva a mitad de mandato por lo que el Ejecutivo convivirá hasta el fin de su período presidencial en 2013 con la actual composición parlamentaria: 30 diputados y 14 senadores del Partido Colorado; 29 diputados y 14 senadores del Partido Liberal (dividido en sus alianzas con Lugo); 15 diputados y 6 senadores del Unace, del militar Lino Oviedo, y cuatro diputados y cuatro senadores de Patria Querida.

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