15 de noviembre de 2017

Buscan montar obra sobre García Lorca en Paraguay


“No descarto que en un futuro mi obra “El Sueño de Federico”, pueda ser representada aquí”, se entusiasma José María “Chema” Cotarelo, poeta español que llegó a Paraguay para sondear dicha posibilidad y conocer el medio.
“Viajar para cualquier persona es una forma de hacer patrias, un poeta no deja de ser un caminante, un buscador. Mi visita en esta ocasión es conocer el país y la bondad de la gente. Tengo amigos y he podido sentir en ellos el cariño que como dejó dicho José Martí, es la más correcta y elocuente de las gramáticas”, consideró.
La cuestión lorqueana, la devoción por Federico García Lorca, el gran poeta de la lengua castellana, le aparece como “una pasión tardía pero fecunda, de algún modo él me llevó a escribir la obra que se representó en España con el Flamenco como estructura musical y en Uruguay y Argentina con el Tango. Tengo la ilusión de que algún día pueda venir una representación con la inclusión del riquísimo folklore paraguayo que quiero y admiro tanto”, señaló.
Cotarelo destaca las virtudes del bilingüismo: “Me críe en una lengua que no es el castellano, nací en la frontera entre Galicia y Asturias y durante mucho tiempo pensaba y soñaba en gallego y hablaba en castellano. Yo adoro las lenguas, las culturas todas, el guaraní tiene tan bellas palabras que me parece un idioma de dioses poetas”, dijo.
“Las palabras son de cualquier modo el vínculo que nos debe llevar a ámbitos de entendimiento, de cercanías de afecto, fue precisamente Carlos Villagra, a quien tuve la suerte de conocer en Puerto Rico en el Festival Internaiconal de Poesía el que decía que amaba las palabras por la benevolencia que tienen con el hombre, lo que que me parece un aserto magnífico”.
En esta ocasión Cotarelo estuvo compartiendo con el poeta Jorge Canese y un par de amigos argentinos, el periodista y escritor Pedro Solans y el cantautor Lucas Segovia dialogando sobre las posibilidades de intercambio.
“A mi la poesía latinoamericana me parece enriquecedora, con una nómina de grandes poetas, poderosas voces nuevas que heredan parte del legado, cantan con nuevas voces, palabras de salvación, himnos de esperanzas. El mundo necesita de los poetas, más allá de que a veces nos invade el dolor de la inutilidad de las palabras de la sensación de saberse partícipe de una masacre, de una terrible inmoralidad de la que de algún modo somos cómplices”, consideró.

Cataluña, puentes y fronteras
“Es un dolor, se han abierto grandes brechas entre los catalanes y también con el resto de España”, se lamenta el poeta. “Creo que uno de los más nobles anhelos del ser humano es del construir puentes y no fronteras, no me cansaré de repetir esto”.
Mirando el mundo de hoy expone: “La verdad es que vivimos en un mundo atroz donde el futuro es ya y ese ya es ayer. En ese mundo la poesía constituye un remanso una calma. Se escribe para saber, para saberse, pero si la poesía no ayuda a construirnos y por ahí hacer un mundo mejor, tiene poco sentido, está como vacía… el poema permite visión, si fructifica, si al final es algo más que palabra, pueda que nos permita saber si aún podemos ser algo en este mundo de mendicidad existencial”
Insiste entonces en la idea de que “escribir es una forma de libertad, un modo de viajar al otro y liberar algunas pasiones. Lo que hacemos cuando creamos es tender puentes hacia los demás, me empeño mucho en construir puentes y derribar murallas. El padre José Luis Martín Descalzo, que fue periodista y escritor español que tuvo muchos premios decía que no había tarea más hermosa que dedicarse a tender puentes hacia los hombres y las cosas, En un tiempo donde hay muchos constructores de barreras, en un mundo de zanjas que mejor que entregarse a la tarea de superarlas. No se hace si muchos sacrificios, es un oficio por el que se paga mucho, porque soporta el peso de todos los que pasan por él… Un poeta debe reflexionar “qué soy”, y darse cuenta que es algo más que un ser partícipe de una masa amorfa que se deja arrastrar por corrientes totalitarias que vienen justo en contra de uno. Esa masa que de algún modo somos nosotros viene en dirección contraria o es el poeta el que camina al revés”, señaló.
Jorge Zárate

Pequeña Bio
Nacido en Taramundi, Asturias, España en 1961, Chema Cotarelo pertenece a las Academias de letras de Italia y Portugal y al Circuito Literario Andaluz del Centro Andaluz de las Letras.
Ha sido incluido en varias antologías como “Poetas de Granada. Desde la otra orilla” (2004, Ed. Tinta Roja, Rosario Santa Fe, Argentina), “Versos para un fin de milenio” (2001), “Poesía hispana” o “Poesía universal”, entre otras. Ha representado a España en el III Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico en el 2011 y en el V Festival de Poesía de Puerto Rico 2013.

Un poema
Del libro Poemas de Leonard von Scotrodfinger, Colección Baños del Carmen, Ediciones Vitruvio.
Retorno por entre la nieve,
como animal herido
desde el principio.
Ya no latitud del recuerdo,
ya no sangre, ni herida
ni latido a destiempo,
ya no quebranto
ni hielo en el párpado.
Ya no el temblor de la mano
rota, helada, arrasada,
ya no el líquido seminal,
ni el olor a carne podrida.
Ya no la hipocresía del hombre
que mira para otro lado
mientras los niños mueren de hambre.
Ya no soporto más
el peso de esta ignominia.
El aullido
es desde ahora mi canto.
****
Leo un poeta extranjero.
Las ramas de su árbol
se extienden sobre mis sombras;
ramas de luz ebrias de follaje,
entre las que duerme
el pájaro de la inspiración.
Sus raíces tocan las mías,
tierra de mi tierra en otra parte,
doblegada al simbolismo de la imagen.
Un poeta traducido tantea entre la niebla,
rueda de palabra en palabra,
como las olas del mar sobre la arena.
Va y viene, acaricia, tiembla, lame
el rostro alargado de la tierra.
La playa está llena de vocablos, de pautas;
interjecciones, comas, invisibles letras
y este hombre, a manos llenas
debe de ir recogiendo estrellas,
conchas, palos, piedras, mensajes.
El poeta, que nunca fue a ninguna parte,
ahora llega a todas las ciudades,
a otros ojos que no entienden
el azul plumaje de sus largas alas.
Brotan, otra vez, los exhaustos lirios,
****
las pálidas y hermosas florecillas,
pisoteadas por exiguos rebaños de ganado.
El círculo que va del hombre al hombre
se cierra en mito, en reposo, en calma.
Ahora él, soy yo, deslizándome
sobre la nieve de la página escrita,
desplomándome por sus formas difusas.
¡Pobres versos míos, leves ríos de aldea
que nunca el mar vieran!
Ni amarrado a sus orillas
estuviera más barca
que la de Caronte,
ni más patria.

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