7 de marzo de 2019

Fabián Chamorro, historiador: “No podemos quedarnos desprovistos de la historia”




Participa hoy (1/3/2019) de un acto en Cerro Corá con 600 estudiantes en el que se recordará la gesta patria
“Me voy a dar clase, porque más de 600 jóvenes visitarán el lugar y le daremos un recorrido con otros historiadores y vamos a abarcar temas como los niños y mujeres de la guerra, la figura de López y las consecuencias del conflicto”, cuenta el historiador Fabián Chamorro sobre la actividad que cumplirá hoy en Cerro Corá.
Acaba de concluir en el Museo Nacional la muy recomendada charla “Francisco Solano López, de la proscripción a Héroe Nacional”, en el que acompañado por su par Renato Angulo van desmenuzando el proceso de reivindicación de la que considera “una figura histórica fundamental para entender varios procesos de nuestro país”.
Recuerda allí que “la Guerra de la Triple Alianza fue desastrosa para Paraguay y se dice que los vencedores escriben la historia, y en Paraguay son propios paraguayos los que vienen con los ejércitos vencedores y escriben en contra de López”, recordará.
“Uno de los principales es José Segundo Decoud que tuvo periódicos en la época, y entiendo que ayudó el hecho del trauma mismo de la guerra que hizo que la gente tratara de olvidarse, tenía que sobrevivir, comenzar a producir, es decir tenía otras prioridades”, expone.
La reivindicación nace con el hijo de Francisco: “El que inicia todo es Enrique Solano López que compra un periódico para llegar al pueblo, a la gente común y así le fue más fácil hacer conocer su mensaje”, apunta.
Para arribar a ese momento sin embargo, pasó mucho olvido, los periódicos de la posguerra ocultaban a drede la contienda, más centrados en los hechos de la reconstrucción.
Inclusive una persona como Ignacio Ibarra, que junto a Silvestre Aveiro, fueron los últimos que vieron con vida a Solano López en Cerro Corá, tardó 15 años en decir en su periódico “La Democracia” que el Mariscal no había sido un “cobarde” en su lecho de muerte.
La situación de la prensa es particular en el decurso del tiempo, la venta de las tierras fiscales comienza a dar réditos y a mejorar lentamente la economía de las elites del país, por lo que desde 1885 al 1896 los investigadores no encontraron un sólo artículo que hablara de la guerra en los periódicos.
Los partidos politicos tampoco decían nada, y hasta el propio Bernardino Caballero, “había denostado la figura de López”, contará Chamorro en la exposición.

Un siglo para una causa
Enrique Solano López Lynch tenía 11 años en Cerro Corá, intentó defender a padres y hermanos en el momento fatal, recibió un culatazo, al despertar, estaban muertos. Contaría después que fue allí que se juró reinvidicar la memoria de su padre.
En 1894 regresó al país, se afilió al Partido Colorado y consiguió que Juan Egusquiza, entonces presidente, lo nombrara como profesor. Lo primero que hizo fue imprimir un folleto para entregar a los estudiantes. Allí, un colega argentino de apellido Tapia salió al cruce de su reivindicación y tuvo que retarlo a duelo. Ambos tenían pésima puntería y a pesar de disparar los reglamentarios tres tiros que puede hacer cada uno, ninguno acertó y siguieron con sus vidas, sus luchas.
Enrique fundó el periódico “La Patria” desde donde alentó la primera gran movilización de veteranos de la Guerra Grande. Cinco mil marcharon desde el centro a la Recoleta en un día de lluvia en ese 22 de septiembre de 1901.
Ya despues lo ayudaría Juan O`Leary, que en 1902 tendría una encendida y recordada polémica sobre el tema con Cecilio Báez, su mentor que pagaría perdiendo su empleo en el Colegio Nacional.
“La Patria” lanzó una campaña para hallar “al Trompa de Díaz”, el hombre que tocó la trompeta en la carga de Curupayty. Lo encontró, Cándido Silva, fue desde entonces un símbolo de las reuniones de veteranos que iban creciendo con el tiempo.
En 1906 el gobierno liberal envía una cuadrilla militar para “vigilar” los recordatorios del 22/9, alguien grita “Muera López” y la trifulca se comenta hasta hoy.
Chamorro apunta: “Es importante que atendamos, valoremos nuestra historia, porque es muy rica y es fundamental que conozcamos nuestras raíces para seguir creciendo, como dijo Manuel Gondra, en esa cita de la exposición, hay que reconocer todo nuestro pasado con las cosas buenas y las cosas malas y para ello es importante que la historia se enseñe, no podemos quedarnos desprovistos, entendemos un error quitarla de los programas de estudio porque puede se catastrófico a largo plazo”.
Gondra fue quien abrió las puertas al “nacionalismo” liberal, entiende Chamorro, y dice que allí comenzó a cambiar todo para llegar al cincuentenario, en 1920 con la inauguración del primer monumento del Mariscal fuera de Asunción.
“Nadie sabe dónde está, se perdió”, cuenta Chamorro que hoy seguirá averiguando, allí en Pedro Juan Caballero qué destino tuvo aquel símbolo de un renacer. 
Jorge Zárate

1 comentario:

Unknown dijo...

El Paraguay sólo conoce de lopizmo, por qué lo Pizmo representa el nacionalismo, la causa paraguaya defendida hasta el final por todo el pueblo mismo, por esa razón el folklore paraguayo no registra un solo antecedente contrario al Mariscal López, mientras que hay miles de manifestaciones En favor del mariscal.