1 de julio de 2008

Alain Touraine: "Hay que pensar y construir políticas para el cambio"


Asegura que se está resquebrajando el pensamiento único que impuso el neoliberalismo desde el Consenso de Washington. Requiere superar la impotencia, pensar los problemas y proponer políticas, proceso que ejemplifica con el que vive Brasil. Entiende que la lucha por el esclarecimiento y el juicio a los responsables de los años del terror forma parte trascendental de ese cambio. Entiende que surgirán nuevos actores sociales que perfeccionarán la democracia y considera que el papel fundamental estará en la mujer. En su visita al país, dialogó con La Nación.

Polémico, entrometido, AlainTouraine tiene contacto permanente tanto con las clases dirigentes como con los movimientos sociales de América Latina. El sociólogo francés posee muy buena información sobre la actualidad del continente sobre la que edifica lecturas no siempre acertadas, aunque disparadoras de debates que hacen que cada visita suya no pase inadvertida para los medios de comunicación.
Invitado al encuentro Memoria y archivos de la represión - Debates para un futuro, Touraine provocó en Asunción la misma inquietud que suele disparar en São Paulo, en México o en Buenos Aires.
“La violencia política es una hipótesis, por no decir “la” hipótesis para el futuro del Paraguay”, dijo en su primer día de visita después de mostrarse alarmado por el recuerdo de la gente del gobierno de Stroessner y la aceptación electoral de la figura de Lino Oviedo, sin profundizar demasiado en las causas de cada uno de esos fenómenos que cualquier paraguayo medio le podía explicar.
Sin embargo, vale su intento de intentar proteger con una declaración de la Unesco a los archivos del terror. Su tarea de rescate de la memoria.
Expone sobre el particular: “Destaco el trabajo de Martín Almada y sus colaboradores porque estos archivos no solo salvan la memoria y luchan contra impunidad, crean elementos fundamentales para una nueva cultura democrática. Por eso no comparto la decisión de la Unesco de no darle el estatus de patrimonio de la humanidad. Auschwitz es parte de la memoria. Fortalecer la memoria no se trata solo de conservar fotografías del pasado, sino de aumentar la capacidad de pensar. Mantener presentes actos que determinaron la vida. No entendieron que se trata de un problema fundamental”.
Y agrega: “Hay campos de Polonia de los que no se sabe nada, porque no hay ni sobrevivientes, ni documentos. Es preferible saber algo horroroso que no saber nada. Es terrible, pero la mayoría de los que estuvieron en los campos de concentración no hablaron del tema con nadie, nunca. Hay derecho a saber cómo los mataron.
Me decía la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo de La Plata (Argentina) que gracias a la radiografía de los huesos de la hija pudo saber que era falso lo que le informaron sobre su muerte.
La memoria empieza cuando en esa noche se ven caminos de liberación. O sino estamos ante una angustia impensable y, es justamente ese impensable el que debe ser eliminado.
Hay que conocer porque repara. Hay que recuperar la capacidad de decir. De poder determinar, aquel se porto bien, tal otro se portó mal. Hay que tener conciencia de la impunidad. Hay que decir la verdad”, señaló en su exposición ante centenares de alumnos de la facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción.
En la jornada se escuchó el testimonio de Santiago Rolón, un campesino torturado durante la dictadura que arrancó aplausos de aliento entre los conmovidos jóvenes. “Entre ustedes me siento un universitario”, dice Rolón con sonrisa franca y recuerda la exclusión de su gente. “Para nosotros es casi imposible llegar a la universidad”, recuerda. Cuenta cómo pudo estudiar gracias a su exilio en Brasil y dispara las muecas de vergüenza.
“Nuestra gente no tenía tierras en aquella época, hoy tampoco tienen tierras”, le cuenta al silencioso auditorio. Después describe las heridas de la lucha. “Hay compañeros que están en silla de ruedas, hay compañeros que no quedaron bien físicamente y hoy viven en la miseria”, expone.
Después de recordar las horribles torturas que sufrió, que sufrieron, expone que sólo querían, que solo quieren una vida mejor “para que podamos venir aquí a estudiar con ustedes”.
Celia Ramírez, una mujer que fue torturada estando embarazada del cuarto mes, aumenta la sensación. Cuenta que antes no podía hablar del tema pero que ahora se anima. Cuenta que desesperada de dolor tuvo un momento de lucidez para reclamar a los verdugos:
- ¡No me peguen más que voy a perder mi hijo!
- Ma qué hijo, vos lo que vas a perderte
La golpiza que sigue, que siguió hasta un mes antes que naciera la criatura, el niño que vio la luz en el penal de Emboscada.
“Yo les pido que abracen y luchen por la verdadera democracia no esta que es de nombre. Esta donde no hay trabajo, no hay tierras, no hay escuela”, pide la mujer.
“Cuando uno escucha testimonios como estos, dan ganas de quedarse en una fila anónima entre el público”, dice luego Alain Touraine. “En América Latina se escucha con más fuerza la voz de los muertos”, concluye en su exposición.

Pensar para cambiar
En la Universidad Católica habla de economía: “La base del problema está en que la economía irreal domina a la economía real. Es decir la economía financiera se impone a la economía de la producción lo que supone una crisis del sistema económico.
El modelo clásico explicaba que uno tenía una fábrica de zapatos, producía, vendía, ganaba plata. Necesitaba más plata y vendía acciones en la bolsa. Conseguía el dinero y el negocio evolucionaba. Esta economía es concreta, real, hay producción.
Pero no hoy no funciona así. Para seguir con el ejemplo lo que hoy se tiene es la posibilidad de construir unos zapatos especiales, un nuevo sistema de zapatos a futuro. La gente compra acciones de esa idea y antes de que se haya fabricado uno solo de los zapatos, la gente ya gana dinero. Es decir, se gana dinero de la simple especulación, sin que haya producción alguna.
El problema de estas empresas virtuales es que derivan en una economía negra o ausente” explica.
Touraine recuerda que el 13% de los estadounidenses ganaron plata con este sistema, e introdujo al problema de las mayorías que perdieron dinero apostando a la burbuja del e-bussines que comenzó a desinflarse tras la salida de Bill Clinton del gobierno de los Estados Unidos.
Esta separación de la economía financiera de la economía real provoca “la pérdida de confianza”, quebrando las bases de la economía moderna. “John Locke en el siglo XVII lo explicaba claramente. Si uno tiene un barco que va al oriente y ofrece los servicios, debe garantizar que el barco llegará al oriente”, recuerda.
Agrega que lo fundamental para que ello ocurriera fue la lenta pero persistente destrucción de los sistemas de control social. La reducción de los controles estatales, la privatización de las empresas públicas y todas las políticas surgidas luego del Consenso de Washington.
"Creo que ahora hay conciencia de ello. Que concluyeron los tiempos de la globalización que suponían la existencia de una economía organizada a nivel mundial. Aquello que en Europa se definió como el pensamiento único que para dar un ejemplo práctio derivó en que no haya diferencias tan claras entre derecha e izquierda. Que hablaba de una sociedad mundial y un poder político mundial aunque es claro que nadie puede decir que la Asamblea de la ONU incide sobre las políticas de Estados Unidos", señala.
“Es falsa la idea de que el mero comercio lleva al crecimiento y al desarrollo económico", recuerda para comentar sus charlas con un estudiante de primer curso y con un premio nobel de economía. “Nadie piensa que la economía dependa exclusivamente del comercio", me dijo el estudiante. 'Es cierto', me dijo el premio Nobel. Entonces me pregunté porqué decían cosas distintas los economistas del FMI, del Banco Mundial", dice disparando risas en el auditorio.
“El factor principal de crecimiento económico es la educación, otros piensan que es mayor la incidencia de la Salud Pública”, expone como síntesis de sus diálogos con economistas de todo el mundo.
La conclusión es obvia: “Hay que fortalecer el estado nacional, fortalecer la cultura nacional y regional. No hay casos de países que se hayan desarrollado sin tener una fuerte conciencia nacional. Ustedes tienen cerca el claro ejemplo de Brasil”.
“Estamos entonces entendiendo que la globalización no es real y que el futuro depende de nuestra capacidad de crear, de cumplir con nuestras propias metas y allí me parece principal el hecho de disminuir las desigualdades”.

Mercosur y ALCA
“Entonces discutir si el ALCA es bueno o malo no tiene mucho sentido. Lo principal es saber si tenemos o no la capacidad de elaborar una política. Cuando uno llega a América Latina le hacen siempre la misma pregunta. ¿Será que nosotros podremos hacer algo?. Está siempre la idea de la impotencia. Poca gente acepta que se pueda hacer algo y todo depende de eso.Se está viviendo en un mundo de enajenación intelectual que espera lo mejor y lo peor desde afuera”, dice.
El ejemplo contrario a esa manera de ver las cosas es el gigante vecino: "Brasil tiene un mercado interno muy importante que hace que su economía dependa poco de afuera. Tiene conciencia de su fuerza, se consolidó a nivel institucional. Se dio cuenta que pudo salir de la crisis del 99' bastante rápido. Se trabajó sobre la erradicación del analfabetismo, la reducción de la mortalidad infantil.
Ahora con la elección de Lula demuestra que existe la posibilidad de una política de transformación por vía democrática.
También es cierto que los Estados Unidos concedieron a Cardoso los treinta mil millones de dólares, conscientes de que iban a ser administrados por Lula simplemente porque no pueden darse el lujo de tener dos Argentinas en el continente”, dice.
Apunta otro dato en el mismo sentido: “Me contaron que los principales hombres de Itamaraty trabajaron con el equipo de Lula, lo que significa que no hay ruptura, hay continuidad de una política. Hay conciencia de una capacidad de elaborar una política”.
De alli concluye que “un Mercosur que funcione proyecta una imagen de mayor autonomía al Brasil, pero es dificil imaginar un Mercosur fuera del ALCA. Brasil puede aumentar los márgenes de libertad y marcar un claro renacimiento de la acción, una muestra de que se puede resistir a las formas de dominación”.

Defender al individuo
- ¿Qué salidas supone tiene esta crisis que vivimos?
- Entiendo que surgirán los actores sociales que transformen la situación. Así fue en la historia. A mediados del siglo XIX después de haber vivido con las ideas de la revolución francesa y con la revolución americana comenzó la crisis del concepto republicano.
Allí hubo que sumar otro concepto. Al ciudadano se sumó el trabajador; a la ley y el partido se sumó el sindicato y la ley social; a la idea de la libertad se sumo la idea de la justicia social.
Así se formaron actores a nivel de la sociedad civil que hicieron posible el Welfare State, el estado de bienestar que tuvo vigencia durante entre 50 y 100 años en Europa.
Ahora estamos en la pérdida de confianza. Con un sistema donde crece la economía y aumenta la desigualdad y necesitamos encontrar los actores sociales que ocupen el papel que tuvo la clase obrera, las fuerzas democratizantes que ocupen el sitio vacío para cambiar.
- ¿Cuáles serían estos actores?
- En América se está dando un movimiento novedoso a través de grupos indígenas como los de México, Ecuador y Bolivia que tomaron la palabra para conseguir una mayor democratización. Destaco el caso del zapatismo en México. Movimientos que prueban que ustedes están dando nuevas respuestas y que no necesitan esperar de afuera.
- ¿Algún otro sector que se pueda identificar?
- Esta gente que lucha por los derechos humanos que no es poca cosa. Siempre que se plantearon modelos autoritarios, la principal defensa frente a ellos fue la defensa de lo individual. Para los sistemas totalitarios, la palabra más prohibida es yo, nosotros en plural. Para ellos el individuo es masa. Entonces es fundamental defender el derecho de ser singular, de respetar todo lo que individualiza.
Por eso entiendo que el actor principal de nuestra época serán las mujeres.
Entre hombres y mujeres no hay sino una sola diferencia, que es la capacidad de la mujer de dar vida. Tiene esa relación individual-universal con lo humano.
Recuerdo la historia de dos mujeres de Brooklin que tenían a sus hijos en la cárcel. Ellas decían: 'Estos chicos no tienen confianza en nadie. Solo en la madre'.
Es decir, son un instrumento de liberación para un joven humillado, excluido.
Esto es importante en un mundo donde se han roto los lazos de identificación. Familia, barrio, grupo étnico, los elementos de la identidad. Tengo la impresión de que estamos ante algo fuerte, nuevo y entiendo que un actor principal es el actor mujeres. Tendrá un papel fundamental, de enorme importancia contra los totalitarismos.
- Ante el señoreo de Estados Unidos, ¿Europa tiene también esa impotencia que usted describe en América Latina?
- Bueno, la extrema izquierda desarrollo la idea de que no podemos hacer nada, salvo sustentar una visión crítica. Esta crítica excesiva es funcional a la gente que detenta el poder. Allí surge lo impensable, el dominado. Al contrario, es pensable. Hay que pensar en terminos de sistema para acercarse a la realidad. En general en Europa estamos ante una sociedad soft sin esperanza.
La clase media tuvo durante el siglo veinte la sensación de que crecía.
Recién ahora se da cuenta de que esta decreciendo y esto deriva en el pedido de seguridad, de represión, que es la cara preocupante del problema.
- ¿La guerra al terrorismo no puede ser un pretexto para controlar grupos sociales en América Latina?
- Ahora para los Estados Unidos rige una lógica de guerra. Entonces lo que piensan europeos o latinoamericanos no tiene importancia. O se está a favor o en contra de ellos.
Tenemos el peligro de muchos países de caer en regímenes represivos. Por eso hay que fortalecer la unidad, la personalidad. Vamos a enfrentarnos a fuerzas que buscan impedir el cambio.
En América Latina en muchos países tenemos población excluída y los grupos poderosos no quieren negociar sino encerrarlos afuera, romper las garantías de participación. En Argentina, por ejemplo, los dueños del país han decidido una ruptura y los de posición moderada pierden terreno.
- Recordaba también el papel de la élites latinoamericanas que llevan sus dineros y sus ambiciones hacia el exterior
- ¡Miami es la capital del continente. Todos sueñan con ir a Miami!. Pero esto fue siempre así. Las elites locales van al centro. Fue así en el imperio romano, en los procesos históricos que le siguieron. No hay que considerarlo solo como negativo. Pueden ser creativos en el centro donde siempre hay más información. No creo en eso de local = bueno, global = malo. Lo importante es mezclar todo.
Pero es real que los ricos no se preocupan porque sus intereses están en otros lados.

Un sociólogo mediático
Alain Touraine es sociólogo y miembro fundador de la Asociación de Investigación y estudios sobre archivos de América Latina (París-Francia). Director de Altos Estudios de Ciencias Sociales y fundador del Centro de Análisis e Intervención Sociológicos en París.
Publicó numerosas obras sobre sociología del trabajo, los movimientos sociales y los problemas del desarrollo en América Latina. Se destacan sus libros Sociología de la Acción (1965), La sociedad posindustrial (1969), la producción de la sociedad (1973), La sociedad invisible (1976). Entre sus últimas obras vale mencionar Críticas de la modernidad (1992), ¿Qué es la democracia? (1994) e Igualdad y diversidad (1997). Su último libro, La búsqueda de si. Diálogo sobre el sujeto data del año 2000 y fue escrito en coautoría con Farhad Khosrokhavar.
A pesar de su nutrida actividad académica, Touraine es más conocido por sus constantes opiniones en la prensa.

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