6 de septiembre de 2017

Niños Toba Qom ganan concurso de videojuegos

Cerrito, Benjamín Aceval, Presidente Hayes (Alberto Valdez, Fernando Riveros y Jorge Zárate, enviados especiales).

“Haien et nachaqat”, escribe Vanessa Núñez y sonríe tímida. Después cruza unas palabras en el maravilloso idioma de los Qom con Johny y Josué, buscando la aprobación final. “Nosotros creamos el juego”, se traduce, en ese otro ejercicio lúdico e intenso de hablar qom, guaraní y castellano al mismo tiempo que ocurre todos los días en el Centro Educativo de la comunidad San Francisco, aquí en este bello lugar del Chaco.
Ella tiene 12 y los chicos tienen 11 y 12 y junto a Teodora Ramírez de 10, crearon el “Toba Qom Play” con el que ganaron su categoría en el 1er Intercolegial de Videojuegos “Juguemos Creando” que organizó el Ministerio de Educación (MEC).
Desde que comenzamos con la sala de computación los chicos se entusiasmaron mucho con la posibilidad de operar las máquinas e ingresar en el mundo del Internet, hoy ya hacen sus propias búsquedas e investigaciones”, contó la hermana Adela Velázquez, misionera en este centro modelo que se sostiene gracias a la Fundación Padre Domingo Masi.
Johny Benítez, Vanessa Núñez y Josué Caballero, sus compañeritos
Los chicos recibieron una capacitación de parte de alumnos del Colegio Santa Teresita que les ayudaron a comprender y utilizar la herramienta para programar el juego. En el mismo, a la manera del antiguo Mario Bros, un indígena va saltando entre obstáculos, abriendo ventanas en las que aparecen fotos de la comunidad, de la naturaleza, de la fauna, permitiéndoles explicar su entorno a la vez que van jugando. “Estamos preparando el segundo nivel”, dice entusiasmado Josué Caballero, el más locuaz del equipo, mientras los chicos del tercer grado dan sus primeros pasos en la computadora. La mayoría de los 122 chicos que estudian desde preescolar hasta el 6o grado son Qom, pero también hay una minoría de otras etnias e inclusive algunos criollos.
Josué mostrando el "Toba Qom Play"
Johny Benítez, dice que la nueva pantalla que preparan permitirá conocer los paisajes y los peces y las aves del río Paraguay y de los ríos afluentes tan ricos y necesarios en el desarrollo de su cultura ancestral.
Ellos hablan en general su idioma, a medida que avanzan en los grados también el guaraní y más lentamente se el proceso de aprendizaje del castellano”, cuenta la profesora Cristina Arce que destaca la voluntad de aprender y entusiasmo de los pequeños.
Allí se los ve, escuchando muy curiosos en Youtube a los argentinos Tonolec, cantando “Mi caballito (So cayolec) en la lengua madre, en esa en la que ellos son Qom, el ser humano.

Una escuela modelo
La apertura a la escuela y a la informática representan un cambio de horizontes para una comunidad donde las familias numerosas son mayoría y el trabajo escasea. Los hombres ganan el pan en carbonerías, en changas de albañilería, y en general hacen poca agricultura porque las sequías del Chaco son bravas y los precios de las hortalizas no animan a una actividad más sostenida. Sofía, Juliana y Margarita, se llaman las mamás que trabajan de cocineras para el comedor comunitario del barrio que funciona en el colegio. Dan de comer a los niños y a los ancianos del barrio San Francisco.
Sofía, Juliana y Margarita dan forma al bori bori que preparan para el almuerzo.
Sofía Coronel cuenta que también hacen artesanías “pero últimamente no estamos consiguiendo las totoras que son nuestro material”. En eso viene José, uno de sus 6 hijos y pregunta: “¿Conca a´henah?” y se retira contento cuando ve el bori borí en marcha.
La mujer pide por una mejor iluminación y que se mejoren al menos los caminos de acceso a San Francisco. “Nuestro camino es muy feo y no tenemos luz y se vienen los patoteros de otros lugares”, dice preocupada.
También reclaman por becas universitarias para los hijos de la comunidad. “Mi hijo terminó el bachillerato y quiere estudiar ingeniería pero nosotros no podemos sostenerlo, necesitamos becas, que los alienten a los chicos a seguir estudiando”, pide.
En el frente del predio se erige la flamante capilla que será inaugurada el próximo 24 de septiembre. “Si Dios quiere va a estar Monseñor Edmundo Valenzuela”, dice y se persigna la hermana Adela Velázquez. El coro ensaya el universal aleluyah de la mano del profesor de música, también de la comunidad. “Los chicos también estudian su idioma”, cuenta Adela, aunque reconoce que penosamente no se tienen libros de texto impresos en Qom, una deuda que estima se conseguirá saldar prontamente.


 Los chicos también estudian música, corte y confección y tienen una huerta.

Oportunidad
El pasado 29 de agosto, se llevó a cabo el 1er Concurso Intercolegial de Desarrollo de Videojuegos “Juguemos creando”, en coincidencia con el Día Internacional del Videojuego. “El objetivo del concurso es promover la habilidad y capacidad de desarrollar software educativo mediante el uso de herramientas de programación y diseño de videojuegos, y que, a su vez, estos contenidos creados difundan el turismo interno del distrito o departamento donde vive o estudia el alumno”, indicaron los responsables de la actividad. La Dirección de Ciencia e Innovación Educativa, la Secretaría de Turismo (SENATUR) y el Centro Educativo Los Laureles (CEL) aportaron la logística para el evento. Unos 187 proyectos fueron presentados de las diferentes categorías posibles, superando ampliamente las expectativas. “Esto es lo fundamental y es el camino, yo les animo a seguir trabajando, ya que estos chicos seguro van a optar por las carreras tanto tecnológicas como científicas que vienen desarrollándose en el Universidades, y por qué no, podamos convertirnos así en poco tiempo, de aquí a 10 o 15 años, en un país que tenga una cultura de patentes de tecnologías como Israel”, dijo en el evento el viceministro José Arce.

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