16 de abril de 2012

“Estamos sufriendo una epidemia de obesidad”



Nataniel Viuniski, nutricionista brasileño de Herbalife
Nataniel Viuniski, es uno de los nutricionistas más consultados del Brasil. Dice que en el futuro convivirán los alimentos de diseño con un regreso a las frutas y verduras. También que es posible realizar un “fast food saludable” que reemplace al modelo de grasas excesivas que prima en la alimentación mundial. Asegura que la industria, un villano de esta historia, está cambiando de actitud.

El gran desafío del siglo XXI es cambiar el modelo por el que las personas están comiendo muchas calorías, que da más energía de la que necesitamos pero con muy poca nutrición”, dice Nataniel Viuniski, señalando que el tema es tan grave que “para la Organización Mundial de la Salud (OMS) estamos sufriendo una epìdemia de obesidad”.
La gente come mucha grasa y pocas vitaminas, por primera vez en la historia del planeta, tenemos más gente sufriendo por exceso de grasa en el cuerpo que personas sufriendo por falta de grasas. Esto nunca había pasado en la historia de la humanidad”, relata.
El profesional considera que la cuestión se produce por lo que llama “un ambiente obesogénico”. Lo describe así: “Por un lado está la disponibilidad de alimentos con mal perfil nutricional con mucha energía y poca nutrición y por otro lado se gasta mucho menos energía para hacer las cosas. En la época de nuestros abuelos para lavar la ropa se iban a la vera del río y hoy en día se lava en máquinas. En los últimos 30 o 40 años se redujo la cantidad de energía que gastamos y la cantidad que comemos es mucho mayor y esas grasas se acumula principalmente en la región abdominal causando daños a la salud”.
En el modelo mucho tiene que ver la exigencia laboral. “Hay una investigación que hicimos en Brasil con la Escuela Superior de Propaganda y Marketing en 20 ciudades para ver cómo se alimenta el brasileño y cuanto tiempo tiene. Así nos dimos con que tiene 15 minutos para el desayuno, 30 minutos para el almuerzo, 15 para un snack en la mediamañana, otros 15 para la cena. La gente no tiene tiempo y este es el motivo que lleva a comer en la calle”.
Entonces como es muy dificil cambiar este sistema en las ciudades, propone desarrollar “ un fast food saludable. El desafío es desarrollar una comida de este tipo que tenga alto valor nutricional, proteínas, fibras, y valor alimenticio”.

Un mal emocional
La obesidad es la acumulación de grasa en la zona abdominal y esa grasa provocar una serie de cambios en la salud. La diabetes, la hipertensión, aumento de grasa en sangre e hígado. Hay una relación directa entre el aumento de peso y la ocurrencia de infartos y derrames. Hay molestias sencundarias como piedras en la vecícula, problemas para dormir como la apnea, entre otras”, describe Viuniski.
Pero para mí que hace 20 años que trabajo con problemas de obesidad, lo más importante son los problemas emocionales. La gente que padece exceso de peso, tiene baja autoestima”, expone.
Es directa la relación entre obesidad y depresión. Cuanto más obeso más deprimido y cuando más deprimido menos ganas tengo de hacer cosas, me pongo a comer más, y aumenta la obesidad. Hay que quebrar el círculo vicioso y la única arma que tenemos es el estilo de vida saludable”, cuenta.
El rol que juega el stress en el problema no es menor. “Cuando estamos estresados aumenta la producción de una hormona llamada cortizol, la gente que duerme poco, que tiene problemas, aumenta la producción de esta hormona”, revela.
El stress es como cuando nos preparamos para la guerra. Lo que queremos es llenar las baterías para enfrentar los problemas”, cuenta para recomendar que en los programas para adelgazar “es importante que se tenga un acompañamiento emocional, un coach, un amigo, alguien en quien apoyarse”.
Una recomendación especial es dormir bien. “También hay una relación entre las horas de sueño y la obesidad. La gente que duerme poco tiene más posibilidades de desarrollar obesidad que la gente que tiene buen sueño”, explicó.

Actividad física para los niños y adultos mayores
El ejemplo más dramático son los niños”, asegura el nutricionista Nataniel Viuniski y recuerda: “Cuando eramos chicos andábamos en la calle, corríamos todo el día, sudábamos, hoy le pregunto a mis pacientes, ¿Jugás a la pelota? Y me responde que tiene el Fifa Soccer en la Play Station (Risas)”.
El también médico pediatra señala que “la actividad física es un hábito como cepillarse los dientes. En Brasil trabajamos con los ministerios de Salud y de Educación en un programa que se llama “Escuela Saludable” donde desde el primer año de la escuela se promovía fuertemente la práctica de la actividad física porque cuando comienza en la niñez, lo lleva para toda la vida”, comentó.
También hay otras medidas sencillas que se pueden tomar desde los municipios, como cerrar algunas calles para favorecer el uso de bicicletas, skates o simplemente caminar con los perros” expuso para mostrarse favorable a los planes para incrementar los espacios públicos.
En Brasil hay un programa para las personas mayores que está incorporando aparatos en las plazas para que se puedan hacer ejercicios acordes para ellos, para los miembros superiores e inferiores. Así que la gente que antes se quedaba en los bancos mirando los pájaros ahora está haciendo actividad física con lo que se produjo un cambio muy importante en la salud”, cuenta.
Los administradores entienden el lenguaje del costo beneficio. La ciencia comprobó que cada centavo que nosotros invertimos en la prevención de la obesidad, se economizan dolares en el sistema de salud”, expone.

Alimentos diseñados y naturales
Viuniski considera que “la industria de los alimentos está cambiando su postura y esto es alentador. En los 90 la considerábamos uno de los villanos de esta historia. Ahora por ejemplo las gaseosas reemplazan el azucar por edulcorantes naturales, los grandes del Fast Food están teniendo ya ofertas de frutas y ensaladas, las galletitas ya están viniendo sin grasas saturadas, hay una tendencia”, señala.
El técnico incluye en ese movimiento a laempresa de la que es consultor y por la que llegó a nuestro país para dar una exposición en un seminario desarrollado en el Hotel Granados Park. “Herbalife es un ejemplo, hoy día es una empresa presente en 78 países y tienen como misión cambiar los hábitos nutricionales de la gente. Me encanta como consultor que no limita a sus productos, tiene un programa de vida saludable, recomendando frutas y verduras. Es una gran incentivadora de la práctica de actividad física. Por eso patrocina atletas, más de 50 equipos de fútbol en todo el mundo”, cuenta.
La empresa produce polvos alimenticios que se mezclan con leche o agua para producir un licuado que aporta las calorías suficientes para que una persona pueda afrontar el día. Se expandió notoriamente basado en un sistema de ventas muy particular y en “el hecho comprobable de que ayuda a bajar de peso”.
Sin embargo para el experto estos alimentos de diseño son sólo una parte de la comida del siglo XXI. “Es posible que la comida del futuro sea la comida del pasado. La obesidad comenzó cuando las personas dejaron de comer con su familia porque tenían que estar en la calle trabajando, hasta llegar a este modelo”.

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