7 de abril de 2012

Trabas comerciales afectan la relación bilateral

Tapa Edición de Abril 2012
Gobierno y oposición preocupados por las medidas argentinas

Amenaza: las restricciones a las importaciones que impone desde hace tiempo el gobierno argentino generaron la reacción de las autoridades paraguayas. Sectores de la derecha que históricamente alimentan sus argumentos para rechazar todos los procesos de integración reclaman una acción contundente del Ejecutivo. Pero más allá de las especulaciones políticas, los datos son contundentes: la caída en febrero de la exportación de calzados y productos de cuero fue del 100%, mientras que la de papel y derivados tuvo una merma del 60%. Otros productos afectados corresponden a la industria textil; maderas; químicos y acabados en metales; alimentos, bebidas y tabacos. Estudios privados afirman que las exportaciones a Argentina cayeron un 39% entre los meses de febrero de 2011 y 2012. 


El senado paraguayo pidió al presidente Fernando Lugo que reclame una reunión urgente del Consejo del Mercosur para buscar una solución a las trabas que Argentina impone desde 2010 a las exportaciones paraguayas. Más allá de que el Congreso es controlado por la derecha, el Gobierno también se muestra preocupado por esta situación que, advierte, pone en riesgo la producción local.
El Poder Ejecutivo decidió enviar al jefe del Gabinete Civil, Miguel López Perito, al frente de una delegación que intentará abordar la problemática, aunque oficialmente no existan muchas expectativas con los resultados que se pudieran obtener en Buenos Aires. “Es un cuchillo que está amenazando y está teniendo consecuencias graves para la producción”, alertó el funcionario mientras, al cierre de esta edición, se definían las acciones a seguir.
La primera de estas medidas restrictivas es la obligatoriedad del “Permiso Previo de Importación” que, a partir de febrero pasado, también exige la presentación de la llamada Declaración Jurada Anticipada de Importación (Djai). Los retrasos surgen por las demoras de la Secretaría de Comercio de Argentina en aprobar los documentos. Inclusive el Senado denunció que exportadores paraguayos se ven obligados a contratar determinados estudios jurídicos argentinos para “liberar” el paso de sus mercaderías.
El Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) estableció en un reciente informe que las exportaciones locales a la Argentina cayeron un 39% (productos primarios y manufacturados) en la comparación de los períodos febrero de 2012 y febrero de 2011.
Los productos más afectados por estas restricciones son de la industria textil, prendas de vestir, calzados y productos en cuero, papeles y plásticos; muebles y manufacturas en madera; químicos y acabados en metales; alimentos, bebidas y tabacos. A fines de marzo estaban parados en las aduanas de frontera entre ambos países productos textiles por valor de 13 millones de dólares. La caída en febrero de la exportación de calzados y productos de cuero fue del 100%. La de papel y derivados tuvo una merma de un 60% en el mismo mes.
El hecho ya motivó una presentación de la delegación paraguaya del Parlamento del Mercosur (Parlasur) ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) por lo que calificó como “desenfrenos aduaneros”. La nota recuerda que Argentina es pasible de que le apliquen “saludables medidas de escarmiento, que la rescaten de ese estado de autismo y enajenación comercial en que la sumió el oficialismo de turno, el que, bajo el inadmisible pretexto de protegerse de la crisis internacional, viola impúdicamente preceptos, tratados y las obligaciones internacionales asumidas legalmente por su país”.
 La nota de los legisladores paraguayos en el Parlamento regional recuerda que las autoridades paraguayas tienen la obligación institucional “de estimular vigorosamente la voluntad de numerosos países”, para recriminar formalmente a Argentina ante la OMC por las trabas al comercio regional.

Avances y retrocesos
Mercosur es considerado el cuarto bloque comercial del mundo (detrás del Nafta, la Unión Europea y la Cuenca del Pacífico). Con una superficie de 12 millones de kilómetros cuadrados y más de 200 millones de habitantes, concentra más del 50% del Producto Bruto Interno latinoamericano y el 51% de la producción industrial y del comercio regional. También abarca el 60% del territorio de América Latina y el 33% de su comercio exterior.
 Sin embargo estas cifras macroeconómicas no encuentran correlato en la expansión de las políticas sociales y en la verdadera integración de las economías en un sentido autónomo, un reclamo que siempre hacen las organizaciones sindicales y campesinas en los países del bloque.
La necesidad de establecer líneas de acción estructurales como la integración energética, en la que Paraguay insiste sin haber logrado mayores resultados, es un lugar estratégico para generar avances.
Uno de los puntos difíciles de la relación entre Argentina y Paraguay tiene que ver con la resistencia de Buenos Aires a aceptar que Paraguay venda la energía hidroeléctrica que produce en la represa de Acaray a Chile y Uruguay a través de la red argentina.
Tras arduas negociaciones, Asunción consiguió que los argentinos desistieran de cobrar 34 dólares de lucro cesante por Megavatio hora (Mw/h) y actualmente ambos estados trabajan para disminuir el costo del peaje de 14 U$S por MW/h a valores entre 8 a 10 dólares.
 Argentina fue siempre el comprador de esta energía, aunque no a los mejores precios de mercado. A partir de noviembre de 2011 Paraguay pasó a cobrar 120 y 150 dólares por MW/h, en momentos fuera de punta y en punta (picos de máximo consumo), que son los precios que establece el mercado regional. Como Chile y Uruguay estarían dispuestos a incrementar la oferta, este tema es un elemento de disgusto para los argentinos, acostumbrados a los valores que paga por la energía de Yacyretá, la represa de la que ambos países son copropietarios, a un precio inferior a la mitad de esa cifra, en virtud de un contrato desigual firmado por el dictador paraguayo Alfredo Stroessner.

Desde Asunción, Jorge Zárate
El oficialismo busca candidatos y alianzas
El presidente de la República, Fernando Lugo, aseguró que el Frente Guasú, la estructura social y política que lo acompaña dentro de la alianza oficialista, aún no tiene candidato para las presidenciales de 2013, en las que se designará a quien lo sucederá al frente del Ejecutivo. El mandatario afirmó que el postulante debe estar por encima de los partidos políticos, para “aglutinar las fuerzas y los deseos de la ciudadanía” y dar continuidad al proceso iniciado en 2008. Lugo mencionó varios nombres posibles aunque subrayó que “no hay candidato ideal”.
La prensa paraguaya especula con la posibilidad de que el presentador televisivo Mario Ferreiro sea el postulante del Frente Guasú. Sin embargo, el mandatario aclaró: “no tengo candidatos. ¿Quién dijo que él es mi candidato?”. Explicó que a fines de marzo recibió a Ferreiro en la residencia presidencial pero únicamente para tratar temas vinculados con una campaña de ayuda humanitaria que se realizó en Estados Unidos. El presidente señaló que el Frente Guasú tiene varios posibles candidatos para las elecciones del año próximo, entre los que mencionó al actual senador Sixto Pereira y el jefe del Gabinete Civil, Miguel López Perito. Apenas adelantó que el postulante que represente a los partidos y movimientos oficialistas “tiene que ser un candidato que sea plural, que esté por encima muchas veces de los partidos” políticos. Aventuró que el hecho de que el candidato “no tenga su propia camiseta” partidaria aportará un perfil “incluyente, abierto, flexible y democrático, que le de continuidad al proceso y que tenga una práctica política que marque la diferencia de la práctica tradicional”.
Más allá de esta definición, Lugo reafirmó que para las elecciones del 2013, el Frente Guasú deberá buscar alianzas. “Hay una gran convicción de que ninguno de los partidos puede correr solo”. La actual coalición de gobierno se sostiene principalmente en el Partido Liberal Radical Auténtico (Plra), que también busca discutir el liderazgo de la futura fórmula oficialista. Pero Lugo pretende ampliar los márgenes de la alianza y sumar a disidentes del tradicional Partido Colorado. El presidente admitió afinidad con un sector de la oposición colorada. “La franja roja que tenía la APC (Alianza Patriótica para el Cambio) en 2008, los llamados colorados libres, están muy cercanos al Gobierno y al Frente Guasú”, señaló.

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