Golpe parlamentario en Paraguay
El liberal Federico Franco asumió como presidente tras el juicio político express que destituyó a Fernando Lugo en menos de 36 horas, prometiendo “pacificar” el país. Para ello nombró a Carmelo Caballero como ministro del Interior, que al asumir aseguró que no habrá tolerancia para los grupos violentos, en referencia a la actuación del Ejercito Paraguayo del Pueblo (EPP) en el norte del país y que controlará los reclamos campesinos “con la violencia como último recurso”.
Es que este fue el punto más sensible, el que cerró las filas de los antiguos partidos tradicionales de derecha y centro derecha para asegurar el éxito de un juicio político amañado donde el presidente Lugo no tuvo garantías de debido proceso, tal como lo explicaron sus defensores que no llegaron a utilizar las dos horas de tiempo que les dieron para defenderlo.
Los sucesos de Curuguaty, donde 17 personas resultaron muertas tras un presunto enfrentamiento entre campesinos y policías, dispararon los temores de un levantamiento campesino y la derecha consideró urgente reconstituir la fuerza represiva para disuadir cualquier posibilidad. Por eso, no cuidaron demasiado las formas para ejecutar lo que la comunidad internacional, el propio Lugo y la mayoría de la población consideran un golpe de estado parlamentario.
Franco daba al cierre de esta nota una entrevista a la cadena estadounidense CNN en la que reiteraba el pedido a los países de Mercosur y Unasur que “tengan especial consideración de la situación de Paraguay”.Lo hizo tras la catarata de desconocimientos de la región que comenzó con Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina y que tiene importantes objeciones en Brasil y Uruguay.
Para intentar destrabar esta situación nombró como ministro de Relaciones Exteriores a José Félix Estigarribia, un veterano diplomático liberal al que le tocará lidiar con el difícil inicio de un gobierno que nace con serios vicios en su legitimidad.
Una represión policial dispersó, minutos después de la votación que destituyó a Lugo, a las alrededor de 5 mil personas que estaban apoyándolo frente a las plazas del Congreso.
“Este gobierno ilegítimo comienza disparando al minuto de nacer”, reclamó un manifestante al jefe policial a cargo del operativo tras las primeras escaramuzas.
Un pequeño grupo de resistentes sostuvo la protesta hasta poco después de la asunción de Franco.
Entre tanto adherentes del Partdio Liberal (PLRA), el aliado que traicionó a Lugo para dar paso a su juicio político festejaron con caravanas y cánticos en las calles de esta capital su acceso a la presidencia desde que fuerzas opositoras hicieran un golpe a Eusebio Ayala en febrero de 1936.
Una de las primeras cosas que hizo Franco fue cambiar su perfil en la red de miniblogs Twitter. "Presidente del Paraguay”, dice ahora. Allí escribió: “Gracias Dios por la salud y a mi familia por el apoyo! Quiero que sepan que lucharé por un Paraguay mejor! Les pido que me ayuden a lograrlo”.
Desde Asunción, Jorge Zárate
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