Alberto Cañisá, detrás del mostrador de las mil historias. Allí se acodó José Asunción Flores, por ejemplo. A. ACOSTA |
Preocupado por el avance de la especulación inmobiliaria
este hombre de 72 años oficia de custodio de aquel gran proyecto familiar. “Hoy
te hacen ofertas para tirar todo y hacer condominios, departamentos, no quiero
que eso pase”, dice.
Este viernes 12 de junio a las 20:00, a instancias del
cineasta Juan Carlos Maneglia, se proyectarán escenas captadas por Juan Max
Boettner en la Asunción del siglo pasado. Será una buena oportunidad para
reabrir el debate sobre la necesidad de que el estado intervenga y establezca
allí un centro cultural, como es la idea de la gran comunidad de Trinidad,
desde hace ya muchos años.
La propiedad está entre las calles Teniente Mendoza esquina
Itapúa y Vía Férrea y guarda la memoria de todo un barrio. Así lo cuenta
Candelaria Echeverry, vecina, que recuerda infancia, adolescencia y años
mayores pasados al abrigo de la luz del cinematógrafo y sus historias de amor,
de terror, de aventuras.
“Para nosotros era como una casa de juegos, porque este era
un almacén gigante, me acuerdo que robábamos las verduras y las cocinábamos en
el patio como juego de niños, también vine con novio”, dice la mujer con la
mirada cómplice de Alberto detrás del mostrador.
“Esto era todo monte, después nomás se pobló”, cuenta Cañisá
y recuerda que la estación de tren era el centro del movimiento. “Venía mucha
gente de Asunción, pero más venían de Luque, todo por los horarios del tren,
sobre todo los domingos que hacíamos matiné y nocturno, los martes popular, los
jueves estreno”, recuerda.
Cansado del trajín de custodiar el legado, pero orgulloso a
la vez, el hombre quita un afiche de una carpeta que guarda en el cajón de ese
mostrador de mil historias.
“Jesús de Nazareth”, dice y se trata de una película del año
42. “Imagine, yo tenía un año”, cuenta dándole esa dimensión humana del tiempo
que es la única que asimos.
“Los muchachos hicieron proyecciones en los últimos tiempos,
traen los equipos modernos, esto es memoria, una referencia para la ciudad, no
me gustaría tener que malvender”, dice este guardián que merece honores.
A no olvidar, este viernes 12 de junio, para quienes deseen
un viaje en el tiempo que los deposite en la estación Trinidad, uno que ayude a
que amando el pasado, haya un mejor presente.
Símbolo de época
La filmación fue realizada por el médico, músico, cineasta y
filántropo nacional, Juan Max Boettner, proveída por sus descendientes a través
de su custodio legal y cinematográfico y la proyección se hace en homenaje a
los Héroes del Chaco. El evento cuenta con la colaboración del Rotary Club
Trinidad, entre otros. Vale recordar que el cine Cañisá era el único salón
cerrado de toda una época, por lo que fue escenario para la presentación de
cantantes, músicos y grupos de teatro. También que entre la concurrencia del
bar se contaron Moisés Bertoni y José Asunción Flores, entre otros registrados
en libros que se conservan en el lugar.
Jorge Zárate
jdzarate@gmail.com
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