El mandato de Cartes, apoyado en la consigna “nuevo rumbo”, provoca una creciente insatisfacción en la población
Un exiguo programa de asistencia alimentaria a los más pobres, desatención a los reclamos campesinos y una latente protesta social enmarcan los primeros dos años del retorno al poder del Partido Colorado.
El presidente que asumió prometiendo dar “guerra a la pobreza” cumplió dos años al frente del Ejecutivo paraguayo sin que los indicadores mejoren sustancialmente e incluso con deficiencias crecientes en todas las áreas sociales. Horacio Cartes anunció para este aniversario la distribución de alimentos en los sectores más empobrecidos con un exiguo presupuesto de un poco más de 2 millones de dólares.
Con mediciones de popularidad adversas (73% de los encuestados por Ibope para un multimedio consideró que incumple sus promesas), Cartes anunció la “Estrategia nacional de Reducción de la pobreza” para la cual destinará poco más de 12 mil millones de guaraníes (apenas unos 2,5 millones de dólares). El mandatario informó que se trata de la distribución de bolsones de alimentos a 45 mil familias en pobreza extrema y moderada “a través del proceso de enfoque de precisión aplicado con las fichas sociales”.
El programa tiene previsto repartir más de 1,3 millones de kilos de alimentos no perecederos en Asunción y 14 departamentos del país. El kit para cada familia contiene 31 kilos de alimentos, 10 pollitos, 40 kilos de balanceados, semillas de autoconsumo y plantines de huerta. Las familias serán beneficiadas con un bolsón en cada una de las dos visitas que recibirán de aquí a fin de año: una entre agosto y septiembre y otra entre septiembre y octubre.
Sin presupuestos
La asistencia gubernamental en este segundo aniversario de Cartes fue considerada como un mero paliativo por el Congreso Democrático del Pueblo (CDP). Sus miembros apuntaron durante un acto que las políticas del Presidente paraguayo amplían considerablemente la brecha entre ricos y pobres en lugar de reducirla. El jefe del Estado hizo un discurso en cadena nacional en el que reiteró que la lucha contra la pobreza es “causa nacional” y prioridad de su gobierno, aunque no anunció nuevas tareas.
Desde que Cartes asumió el Ejecutivo, el 15 de agosto de 2013, quedó fuera de agenda la Reforma Agraria, el problema principal del país que padecen más de 300 mil familias campesinas sin tierra y donde el 3% de los propietarios tiene el 88% de las tierras. Por el contrario, se registran retrocesos importantes como consecuencia de los allanamientos ordenados por fiscales y ejecutados por policías para favorecer a productores soyeros y ganaderos en desmedro de organizaciones campesinas e indígenas.
Cartes insistió en el “atraso de infraestructura” acumulado “por tantos años”, por lo que llamó a “ejecutar urgentemente obras de gran envergadura”. Alertó que su gobierno tiene 1.800 millones de dólares anuales para invertir en este rubro, en momentos en que el país requiere más de 20 mil millones de la misma moneda para rutas, puentes, hospitales y escuelas.
Reiteró su pretensión de “insertar al Paraguay en el mundo para atraer y conectar al capital privado con la infraestructura pública”. “Hemos sido exitosos en lograr la confianza del capital privado extranjero”, consideró y puso como ejemplo “las grandes inversiones inmobiliarias que vemos en las calles y en los más de 60 mil nuevos empleos generados en el último año”.
Una de las decisiones que tomó Cartes en materia política y social en los primeros dos años de su gobierno fue desalentar la posibilidad de cobrar impuestos a la exportación en bruto de granos y de carne. Se trata de parte de los ingresos principales del país, que es el cuarto mayor exportador mundial de soya y el octavo de carne, pese a que los presupuestos financieros son exiguos, con bajas ejecuciones en las áreas sociales. La gran mayoría de los más de 100 mil indígenas que tiene el país vive debajo de la línea de pobreza.
Reelección y protesta
Este segundo aniversario de la restauración del Partido Colorado en el gobierno paraguayo se apoya en el golpe de Estado que en julio de 2012 derrocó a Fernando Lugo y en la “transición democrática” que le siguió. El investigador paraguayo Fernando Martínez señaló que “la nueva alianza surgida del golpe de estado parlamentario se sostiene sobre una acumulación primaria extractiva (donde) Cartes encabeza un sector de poder, basado en la fuerza legislativa de los partidos Colorado y Liberal, dueños del clásico bipartidismo y representantes de intereses ancestrales”.
Según su opinión, Paraguay “es un enclave de extracción de materia prima que funciona a partir de la demanda internacional (…) Si antes se vendía yerba mate, tanino o algodón, ahora se vende soya y carne, pero la lógica de funcionamiento es la misma”, con la dificultad adicional de que “el país tiene un sistema impositivo que grava esta actividad de manera residual”.
Martínez evaluó que tras dos años de Cartes el modelo no se ha modificado: “Bajo esta lógica económica la propia población paraguaya es secundaria para los grandes productores y empresas internacionales que comercian desde y hacia el exterior. ¿Cuál es la necesidad que tienen estos sectores para incluir a la población en la economía si para acumular capital no precisan de consumidores ni de trabajadores que dinamicen la economía?”.
Este segundo aniversario, además, encuentra al presidente paraguayo inmerso en una estrategia política y económica de reelección. Cartes dio un paso importante con el triunfo de su candidato, Pedro Alliana, en las recientes elecciones internas del Partido Colorado. Sin embargo no logra disciplinar a los sectores más tradicionales del oficialismo ni a los propios sindicatos “colorados”.
En este contexto se anota el movimiento de la Coordinadora de Centrales Sindicales, que realizó una jornada de lucha el pasado 26 de agosto para denunciar la ley de Alianza Público Privada (APP), con la que se pretende avanzar en las privatizaciones, y contra las persecuciones sindicales del gobierno “que no respeta la libertad sindical y se niega a reconocer sindicatos”. De la protesta también participaron trabajadores de la Administración de Electricidad (Ande), de la Compañía de Comunicaciones (Copaco), de los aeropuertos y otras entidades públicas para plantear la necesidad de conformar un frente obrero-campesino que enfrente las políticas de fondo del gobierno.
Desde Asunción,
Jorge Zárate
Contra la concentración de medios
“Es necesario que se legisle para prohibir que en nuestro país hayan voces únicas, las voces de los poderosos, y que queden negadas las voces de las mayorías. Se busca acallar las críticas y apuntalar un proyecto político-económico contrario a los intereses de las mayorías”, reclamó el secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), Santiago Ortíz, que se movilizó el 27 de agosto pasado ante la compra por parte de la familia del presidente de la República de otro grupo de medios.
En el mes de abril el Grupo Cartes inició su incursión en el mercado de medios con la compra del Grupo Nación de Comunicaciones que incluye a los diarios La Nación y Crónica y a las radios 970 AM y Montecarlo FM. Recientemente el conglomerado anunció la compra del diario Popular, el portal digital de noticias Hoy y la radio online Laser Stream. Además, representantes del grupo han anunciado su interés en adquirir un canal de televisión y trascendió la posibilidad de que se trate del Canal 13.
Posteriormente se realizó una marcha hasta la sede del Grupo Multimedia para llevar el apoyo a los trabajadores que manifestaron encontrarse en estado de incertidumbre respecto a la permanencia o no en sus puestos de trabajo. También alertaron sobre eventuales presiones que puedan enfrentar cuando deban informar sobre asuntos que afecten al Presidente.
Acuerdos con Michelle Bachelet
A fines de agosto, el presidente Cartes recibió en Asunción a su par de Chile, Michelle Bachelet. Ambos mandatarios firmaron un acuerdo para que los excedentes energéticos de Paraguay lleguen a Chile. También anunciaron la creación de una comisión para hacer operativo un convenio sobre el depósito de zona franca en Antofagasta y un convenio para el principio de reciprocidad en aquellos casos en que no exista representación diplomática en alguno de los dos países. “En el plano de la integración física nuestros países están interesados en el desarrollo de corredores bioceánicos y vamos a continuar trabajando con mucho esfuerzo en esta dirección”, señaló Bachelet. Y afirmó sobre la voluntad de ambos gobiernos: “Queremos avanzar en la implementación efectiva del depósito franco y la zona franca en Antofagasta, que Chile ofreciera a Paraguay en un convenio suscrito en 1968”.
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