20 de noviembre de 2015

Gana Scioli


Porque es peronista, por eso gana Daniel Scioli.
Porque garantiza la continuidad de las conquistas del cuerpo social durante 12 años, más allá de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, que fueron los ejecutores, el centro del movimiento hasta este domingo.
Es difícil de explicar el peronismo porque es una forma peculiar de sentir colectivo, que se identifica, se hace carne, multitud. Es un acuerdo mayoritario y él lo representa en esta ocasión.
En cambio, Mauricio Macri representa lo que el peronismo derrotó históricamente.
A los cipayos, los vendepatria, a lo peor de la política y el empresariado argentino.
Penosamente Scioli superó, recién en esta recta final el peso del desgaste de gestión de Cristina, elemento central de la victoria del PRO en la provincia de Buenos Aires, el envión que alimentó el monstruo.
Ganaron con un voto castigo fundado en la floja respuesta a las inundaciones que vivió dicho estado y fueron beneficiados por las internas no resueltas de los dirigentes peronistas del conurbano bonaerense, una zona densamente poblada que concentra casi un tercio de todos los votos del país.
Ahora es distinto.
La mayoría ya vio a Macri sin poder responder por qué se opuso a la estatización de Yacimientos Petróliferos Fiscales (YPF) o de Aerolíneas Argentinas, a sus economistas relamiéndose con una megadevaluación, con dólar a 15 pesos, sin retenciones a la agroexportación, etc.
El combustible les alcanzó hasta aquí porque no pueden ocultar la política que traen bajo el poncho.
Porque todo lo mediático, lo electrónico tiene fin.
Vale recordar que en su estructura sigue dominando lo in-mediato, pero apenas hay espacio a la reflexión todo se cae como un castillo de naipes.
A pesar de ello se perfeccionan y este inédito balotaje llama a pensar sobre estas cuestiones.
El brutal poder del multimedios Clarín y sus aliados radicó en de instalar una idea:
"Está todo mal" de manera persistente adjudicando al “gobierno” la culpabilidad de todos esos malestares que le hacían sentir a “la gente”.
Lo hizo denunciando casos de corrupción, algunos en los que la sospecha era fundada, por ejemplo el del crecimiento exponencial del patrimonio de Cristóbal López, ex chofer de Néstor, otros, con acusaciones insostenibles.
Hubo mil operaciones, que día a día, influyeron en gente que disiente con las políticas kirchneristas, las de buena fe, o simples gorilas antiperonistas, un núcleo importante.
Entonces, gente que es pensante, buena gente, termina votando a Macri porque aparece como el único que los puede sacar de esa situación de vivir permanentemente enojado con el mundo.
Allí es donde “Cambio”, “Armonia”, “Felicidad”, y otros elementos se usan para esconder la palabra "Ajuste".
Bajo la exasperación de la gente, ocultan la maximización de la tasa de ganancia a costa de los más pobres: el fin del capitalismo puro y duro.
Advertidos del poder mediático los K impulsaron una serie de medidas políticas que son ejemplo en el mundo. La ley de medios, los satélites propios, las computadoras para los chicos, la televisión digital abierta, espacios en los que se comienza a disputar contra los medios gráficos, radiales y televisivos del capital concentrado, sobre todo contra la basura de su programación.
No fue suficiente porque hay cosas más profundas en la matriz cultural que son las que se resisten a ser modificadas.
Y hay allí responsabilidad histórica del peronismo.

Soberanía en los recursos
Analizaba con precisión Federico Bernal: “Al presentar su plan de gobierno en 1946, el General Perón advirtió en su discurso al Parlamento: "En el estudio de nuestro plan hemos llegado a la conclusión que de los casi 3 millones de kilómetros cuadrados de nuestro territorio continental, explotamos tan sólo 1 millón y que de este último apenas obtenemos un rendimiento de un 25 a 30%. El Plan de Gobierno quiere llegar a que esos 3 millones de kilómetros produzcan el 50% de su riqueza para repartirla proporcional y equitativamente entre todos los argentinos".
Vale decir que desde allí se obtuvieron los fondos para el desarrollo de los planes quinquenales que desarrollaron la industria propia.
Vale decir que el peronismo olvidó la reforma agraria.
Sigamos. Contaba Tiempo Argentino: “El Fondo Federal Solidario (FFS) de la soja, creado en 2009 por la presidenta, significó casi 70 mil millones de pesos en recursos para obras de infraestructura en las 23 provincias y las 24 jurisdicciones del país. En 2014, distribuyó 14.700 millones; mientras que en 2015 (valores proyectados) rondará los 22 mil millones de pesos. La promesa de Mauricio Macri de eliminar las retenciones a las exportaciones de productos y subproductos derivados del agro transferirá dichos recursos a la Sociedad Rural y a los productores más grandes y concentrados.”
Recordaba en estos días el amigo, periodista, José Luis “Billy” Zampa: “Grobocopatel (el magnate sojero argentino) y otros de su categoría tienen en este momento más de U$S13.000.000.000 (sí, trece mil millones de dólares) para liquidar en soja, guardados en silobolsas. Están esperando que se defina el balotaje.
Si gana Macri exportarán con un dólar de entre 15 y 20 pesos y sin pagar retenciones, con lo cual se desfinanciarán las arcas del Estado, que para entonces ya no podrá proteger a los más vulnerables porque se habrán eliminado subsidios al transporte y a la energía que todavía disfrutamos...
En cambio, si gana Scioli, Grobocopatel exportará con un dólar oficial en el orden de los 10 pesos y con retenciones acordadas, aportando así a las arcas del Estado (entendido como le República Argentina con sus 40 millones de habitantes)..."
Buscan claramente un golpe de mercado.
La asociación de los agroexportadores, los importadores y las finanzas, es histórica en el modelo colonial y sobreabunda explicarla en el Paraguay, porque se la sufre día a día.
En la era Kirchner se repitió la lógica peronista en relación al espacio geográfico y el uso de la tierra, abriendo apenas espacios modestos para la discusión de agricultura familiar campesina como un modelo alternativo necesario de implementar para que la estructura expuesta aquí arriba vuelva a insistir con su receta eterna.
Para discutir el modelo sojero, que es criminal, porque está probada la relación de los agroquímicos con muertes y malformaciones, con la contaminación de las tierras y los ríos.
La reforma agraria es un tema que Argentina se debe y que puede prender durante un gobierno de Scioli, algo impensable en un gobierno de Macri.
Párrafo aparte merece la cuestión minera, donde la extracción de los grandes consorcios internacionales es una verdadera afrenta que no tuvo políticas acordes durante el gobierno K, al que desde la izquierda se acusa de “cómplice” de estas explotaciones.
Dueño de la cuarta reserva mundial, Argentina es el tercer productor de litio, mineral liviano de gran demanda para la fabricación de baterías de celulares, y hasta coches eléctricos y todos los buitres tienen sus ojos en ella.
Datos oficiales consignan que entre 2003-2015 se esperan exportaciones mineras de todo tipo por 43 mil millones de dólares, un crecimiento de 1.344% en los últimos 12 años. Para dar un ejemplo, el aporte fiscal de la minería al sector público alcanzó 7.990 millones de pesos en 2013, menos de mil millones de dólares, a pesar de tener la actividad una presión tributaria de alrededor del 40%.
Demasiado poco.
También aquí está pendiente una discusión sobre la megaminería, contaminante y criminal. Un millón de litros de solución con cianuro se derramaron en septiembre pasado en la la mina Veladero, explotada por la Barrick Gold en San Juan, en el escándalo mayor de este tipo de explotaciones.
La resistencia de los pueblos es tan larga y profunda como la misma cordillera de los Andes y se necesita un debate que limite las megaexplotaciones, como lo hacía la antigua ley de Minería sancionada en épocas de Juan Domingo Perón.
De allí se pueden obtener recursos, pero también alguna sabiduría, para repartir la propiedad de los mismos a una escala que la haga soberana.
Esto es el fondo, lo que no se quiere abordar y lo que Scioli que prometio Justicia Social, Tierra, Techo y Trabajo, estará obligado a encarar.

Quién es Daniel Scioli
Para Saber quien es Scioli viene bien este texto de Pacho O´Donnell: “Daniel es un peronista paladar negro que cree en la justicia social, que un cargo público es la oportunidad para favorecer a los que menos tienen, lo ha demostrado a lo largo de sus dos períodos como gobernador con la creación y puesta en marcha de programas de desarrollo e inclusión social como "Envión" en el que más de 50 mil jóvenes realizan actividades educativas, culturales, deportivas y de capacitación en oficios en más de 330 sedes acompañados por profesionales especializados (educadores, psicólogos, trabajadores sociales). A esto se suma el "Plan Progresar" que ya incorporó en la provincia a más de 230 mil jóvenes.
En cuanto a los programas alimentarios, 455 mil familias en situación de vulnerabilidad cuentan con tarjeta alimentaria y son acompañadas en la crianza de sus hijos por una red de 41 mil trabajadoras vecinales y comadres ("Programa Más Vida") que se suma a la "Asignación Universal por Hijo" que otorga el Estado Nacional con el que la provincia trabaja conjuntamente para asegurar su llegada a todos los niños sujetos de derecho (AUH: 1.256.000 niños en Pcia Bs As; AU por Embarazo: 28 mil). El "Programa Alimentario Escolar" garantiza que 1,8 millones de niños y adolescentes desayunen y almuercen en comedores escolares.
Más de 5000 personas con discapacidad concurren a 300 sedes en el programa de talleres protegidos para desarrollar labores productivas. Por el "Programa de mejoramiento de barrios" y "Soluciones ya" 130 mil familias de la provincia han sido destinatarias de obras urbanísticas de pequeña y mediana envergadura en zonas vulnerables.”
Como decía Perón, “mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”.
Hasta el domingo. 
Jorge Zárate 

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