2 de noviembre de 2015

Alumnos buscan el co-gobierno de la Universidad Nacional de Asunción






Un movimiento estudiantil universitario se suma a los jóvenes secundarios. Rechaza la corrupción y pide más presupuesto en un país donde sólo el 5% de los que inician la primaria llega a la universidad.
Con la detención del ex rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) Froilán Peralta, imputado por hechos de corrupción durante su administración, comenzó a abrirse una grieta en el autoritarismo profundo que rodea desde siempre a la más importante casa de estudios del país. La indignación de los alumnos se transformó en rebeldía y tuvo un lugar destacado en este proceso que terminó con la renuncia de Peralta.
Los estudiantes se movilizaron en el campus de la UNA, ubicado en la ciudad de San Lorenzo. El predio fue tomado por los estudiantes que en principio rodearon la sede del rectorado buscando que Peralta renuncie tras la publicación en la prensa local de varios hechos de corrupción. Finalmente el funcionario dejó su cargo y luego fue detenido en el Penal de Tacumbú, el más emblemático del país, acusado de “inducción a un hecho punible a un subordinado” y “lesión de confianza”.
Jóvenes de todas las facultades, sus padres y la ciudadanía en general se sumaron a la demanda del movimiento denominado “UNA no te calles” que a través de las redes sociales recibió adhesiones de todas partes del mundo. Fundada en 1889 la UNA es la más antigua del país, tiene 12 Facultades y dos Institutos en los que se desarrollan 78 carreras en diversas áreas con cerca de 43 mil estudiantes y algo más de 8.300 docentes.
Cadenas
Hasta el momento de su renuncia Peralta cobraba como rector de la Universidad Nacional de Asunción más de 54 millones de guaraníes por mes (unos 10 mil dólares), un salario excepcional en un país donde el mínimo es de apenas 1.824.055 de la moneda nacional y donde la mayoría de los trabajadores ni siquiera recibe esa paga. Según un listado que se difundió por las redes sociales hay decanos que cobran 35 millones, y un grupo de profesores que perciben haberes superiores a los 20 millones.
Los alumnos identificaron progresivamente a los funcionarios incluidos en esta lista y encontraron casos de profesores que perciben salarios millonarios por asistir 3 horas a dar clases y otras irregularidades que se conocían a medida que se profundizaba la difusión. Los profesores de aula perciben en muchos casos salarios inferiores al millón de guaraníes, lo que hizo estallar también a la gran masa de profesores que decidieron adherirse al movimiento estudiantil.
Tras la renuncia de Peralta se sucedieron las dimisiones en cadena de la mayoría de los decanos de las 12 facultades. Fue emblemática la pelea de los estudiantes de la Facultad de Filosofía que presionaron en octubre durante tres semanas para que renuncie la decana, María Angélica González de Lezcano.
La onda expansiva del movimiento replicó en las filiales que tiene la UNA en el interior del país y también en universidades departamentales como las de Caaguazú, Pilar, Villarica, Encarnación y Ciudad del Este. En todos estos lugares se dieron idénticos reclamos de transparencia administrativa.
El caso trasluce –denuncian los estudiantes– favores a amigos, cargos a parientes, millonarias dudosas licitaciones, abusos de poder y acoso sexual por parte de docentes tanto como de autoridades; compra de notas de calificación, carreras exprés, mallas curriculares de antaño, sumarios por manifestarse y hasta por comentarios en las redes sociales.
Co-gobierno
El nuevo movimiento estudiantil reclama ahora modificar el gobierno de la Universidad y conformar nuevos estatutos. Demandan que la futura conducción de la UNA los tenga en cuenta como parte del diseño de políticas educativas de las que son protagonistas. El pedido ya fue elevado al nuevo rector, Abel Bernal, y a la Asamblea Universitaria que debe reunirse próximamente para avanzar en este sentido.
Se espera que la incipiente organización de los alumnos crezca en cantidad y calidad. La conexión entre ellos es el primer acierto organizativo de un grupo que tiene mucho de espontáneo pero que sus demandas van creciendo a medida de que ocurren asambleas y discusiones.
El movimiento juvenil muestra ingenio y creatividad en un país donde las estadísticas señalan que apenas el 5% de los chicos que inician la primaria llega a la universidad. Las marchas y movilizaciones permanentes que el Gobierno busca desactivar reclaman, además de los asuntos coyunturales, que la inversión en educación aumente al 7%.
Este último punto agrupa a secundarios y universitarios en actividades comunes con la bandera de universidad pública y gratuita como objetivo fundamental. Hoy el 73% de los jóvenes universitarios asiste a institutos privados con todo lo que eso significa en términos de recursos, tiempo y baja calidad educativa. Más de cien mil chicos por año no llegan a la educación media y la progresión aumenta cuando se trata del ingreso a la universidad.
Los paraguayos que poseen estudios terciarios no llegan al 10% de la Población Económicamente Activa (PEA). En 2010 el promedio de años de estudio de la población paraguaya de 15 años o más fue de 8,2, mayor que el promedio de 7,1 en 2000 pero menos de los 9 años de estudio obligatorios y gratuitos según la ley. Los estudiantes impulsan desde la UNA hacer realidad el lema de la propia universidad de la capital paraguaya: “Vitam impendere vero”, en latín “Consagrar la vida a la búsqueda de la verdad”.
Desde Asunción, Jorge Zárate
Menos tierras para alimentos
Organizaciones campesinas del Paraguay se movilizaron el 19 de octubre contra las políticas rurales del presidente Horacio Cartes que provocaron “una crisis generalizada del área rural”. La Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (Mcnoc) junto a cooperativistas, cañicultores y camioneros repudió al Gobierno y denunció una crisis generalizada del área rural.
Los sectores movilizados reclamaron la derogación del tributo del IVA para los pequeños productores y la eliminación del pago de doble peaje en las carreteras, ida y vuelta; la condonación de deudas de los productores de la agricultura campesina y el fortalecimiento de la agricultura familiar; además de una “reforma agraria integral”.
Unos días antes de esa marcha, en ocasión de recodarse el 6 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, se dieron a conocer públicamente datos sobre la grave crisis del sector que incluye poca tierra disponible para más de 250 mil campesinos y gran déficit de tierras destinadas a la alimentación.
El Ministerio de Agricultura (MAG) informó que Paraguay destinó sólo el 6% de sus tierras cultivadas a sembrar alimentos en la última campaña agrícola. La organización Base de Investigaciones Sociales (Baseis) detectó que los alimentos cubrieron solamente 352 mil hectáreas de un total de 5,6 millones de hectáreas bajo cultivo en todo el país.
El MAG estimó que entre la campaña agrícola 2012/2013 y la del período 2013/2014 la producción de cultivos alimenticios perdió 80 mil hectáreas de tierra. El documento oficial denominada “Zonificacion agroecológica de rubros agropecuarios del Paraguay, zafra 2013/2014”, publicado en marzo último, especificó que de 430.499 hectáreas cubiertas por alimentos en 2012/2013 bajó a 352.901 hectáreas en 2013/2014.
En resumen, de 5.637.300 de hectáreas de tierras cultivadas en Paraguay, 5.284.401 fueron cubiertas por soya, maíz, trigo, girasol, canola, tártago y otros cultivos industriales o de exportación y solo 352.901 hectáreas fueron cubiertas por cultivos de mandioca, hortalizas, maní, porotos y sésamo, todos alimentos consumidos por las familias paraguayas.
Asesinatos impunes
La Federación Internacional de Periodistas (FIP), en apoyo al Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), exigió “la inmediata toma de medidas para terminar con la impunidad de la que gozan los autores materiales del crimen del periodista Pablo Medina y su compañera de labor Antonia Almada. También reclamó la realización de gestiones necesarias para concretar la extradición del presunto autor intelectual del crimen Vilmar “Neneco” Acosta”, ex intendente de Ypehu, en el departamento de Canindeyú, a unos 300 kilómetros al este de la capital Asunción.
El 16 de octubre se cumplió el primer aniversario de la muerte de Medina y Almada, asesinados por presunta orden de Acosta, actualmente preso en Brasil y sujeto a un proceso de extradición. Medina, corresponsal del diario ABC Color, se encontraba realizando investigaciones sobre bandas dedicadas al tráfico de marihuana en la zona y la vinculación de sus líderes con la clase política local. Durante el gobierno del actual presidente de Paraguay, Horacio Cartes, fueron asesinados cinco comunicadores. Todos estos crímenes permanecen en la impunidad.

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