Un movimiento estudiantil universitario se suma a los jóvenes secundarios. Rechaza la corrupción y pide más presupuesto en un país donde sólo el 5% de los que inician la primaria llega a la universidad.
Con la detención del ex rector de la Universidad Nacional de Asunción
 (UNA) Froilán Peralta, imputado por hechos de corrupción durante su 
administración, comenzó a abrirse una grieta en el autoritarismo 
profundo que rodea desde siempre a la más importante casa de estudios 
del país. La indignación de los alumnos se transformó en rebeldía y tuvo
 un lugar destacado en este proceso que terminó con la renuncia de 
Peralta.
Los estudiantes se movilizaron en el 
campus de la UNA, ubicado en la ciudad de San Lorenzo. El predio fue 
tomado por los estudiantes que en principio rodearon la sede del 
rectorado buscando que Peralta renuncie tras la publicación en la prensa
 local de varios hechos de corrupción. Finalmente el funcionario dejó su
 cargo y luego fue detenido en el Penal de Tacumbú, el más emblemático 
del país, acusado de “inducción a un hecho punible a un subordinado” y 
“lesión de confianza”.
Jóvenes de todas las facultades, sus 
padres y la ciudadanía en general se sumaron a la demanda del movimiento
 denominado “UNA no te calles” que a través de las redes sociales 
recibió adhesiones de todas partes del mundo. Fundada en 1889 la UNA es 
la más antigua del país, tiene 12 Facultades y dos Institutos en los que
 se desarrollan 78 carreras en diversas áreas con cerca de 43 mil 
estudiantes y algo más de 8.300 docentes.
Cadenas
Hasta el momento de su renuncia Peralta 
cobraba como rector de la Universidad Nacional de Asunción más de 54 
millones de guaraníes por mes (unos 10 mil dólares), un salario 
excepcional en un país donde el mínimo es de apenas 1.824.055 de la 
moneda nacional y donde la mayoría de los trabajadores ni siquiera 
recibe esa paga. Según un listado que se difundió por las redes sociales
 hay decanos que cobran 35 millones, y un grupo de profesores que 
perciben haberes superiores a los 20 millones.
Los alumnos identificaron 
progresivamente a los funcionarios incluidos en esta lista y encontraron
 casos de profesores que perciben salarios millonarios por asistir 3 
horas a dar clases y otras irregularidades que se conocían a medida que 
se profundizaba la difusión. Los profesores de aula perciben en muchos 
casos salarios inferiores al millón de guaraníes, lo que hizo estallar 
también a la gran masa de profesores que decidieron adherirse al 
movimiento estudiantil.
Tras la renuncia de Peralta se 
sucedieron las dimisiones en cadena de la mayoría de los decanos de las 
12 facultades. Fue emblemática la pelea de los estudiantes de la 
Facultad de Filosofía que presionaron en octubre durante tres semanas 
para que renuncie la decana, María Angélica González de Lezcano.
La onda expansiva del movimiento replicó
 en las filiales que tiene la UNA en el interior del país y también en 
universidades departamentales como las de Caaguazú, Pilar, Villarica, 
Encarnación y Ciudad del Este. En todos estos lugares se dieron 
idénticos reclamos de transparencia administrativa.
El caso trasluce –denuncian los 
estudiantes– favores a amigos, cargos a parientes, millonarias dudosas 
licitaciones, abusos de poder y acoso sexual por parte de docentes tanto
 como de autoridades; compra de notas de calificación, carreras exprés, 
mallas curriculares de antaño, sumarios por manifestarse y hasta por 
comentarios en las redes sociales.
Co-gobierno
El nuevo movimiento estudiantil reclama 
ahora modificar el gobierno de la Universidad y conformar nuevos 
estatutos. Demandan que la futura conducción de la UNA los tenga en 
cuenta como parte del diseño de políticas educativas de las que son 
protagonistas. El pedido ya fue elevado al nuevo rector, Abel Bernal, y a
 la Asamblea Universitaria que debe reunirse próximamente para avanzar 
en este sentido.
Se espera que la incipiente organización
 de los alumnos crezca en cantidad y calidad. La conexión entre ellos es
 el primer acierto organizativo de un grupo que tiene mucho de 
espontáneo pero que sus demandas van creciendo a medida de que ocurren 
asambleas y discusiones.
El movimiento juvenil muestra ingenio y 
creatividad en un país donde las estadísticas señalan que apenas el 5% 
de los chicos que inician la primaria llega a la universidad. Las 
marchas y movilizaciones permanentes que el Gobierno busca desactivar 
reclaman, además de los asuntos coyunturales, que la inversión en 
educación aumente al 7%.
Este último punto agrupa a secundarios y
 universitarios en actividades comunes con la bandera de universidad 
pública y gratuita como objetivo fundamental. Hoy el 73% de los jóvenes 
universitarios asiste a institutos privados con todo lo que eso 
significa en términos de recursos, tiempo y baja calidad educativa. Más 
de cien mil chicos por año no llegan a la educación media y la 
progresión aumenta cuando se trata del ingreso a la universidad.
Los paraguayos que poseen estudios 
terciarios no llegan al 10% de la Población Económicamente Activa (PEA).
 En 2010 el promedio de años de estudio de la población paraguaya de 15 
años o más fue de 8,2, mayor que el promedio de 7,1 en 2000 pero menos 
de los 9 años de estudio obligatorios y gratuitos según la ley. Los 
estudiantes impulsan desde la UNA hacer realidad el lema de la propia 
universidad de la capital paraguaya: “Vitam impendere vero”, en latín 
“Consagrar la vida a la búsqueda de la verdad”.
Desde Asunción, Jorge Zárate
Menos tierras para alimentos
Organizaciones campesinas del Paraguay 
se movilizaron el 19 de octubre contra las políticas rurales del 
presidente Horacio Cartes que provocaron “una crisis generalizada del 
área rural”. La Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas 
(Mcnoc) junto a cooperativistas, cañicultores y camioneros repudió al 
Gobierno y denunció una crisis generalizada del área rural.
Los sectores movilizados reclamaron la 
derogación del tributo del IVA para los pequeños productores y la 
eliminación del pago de doble peaje en las carreteras, ida y vuelta; la 
condonación de deudas de los productores de la agricultura campesina y 
el fortalecimiento de la agricultura familiar; además de una “reforma 
agraria integral”.
Unos días antes de esa marcha, en 
ocasión de recodarse el 6 de octubre el Día Mundial de la Alimentación, 
se dieron a conocer públicamente datos sobre la grave crisis del sector 
que incluye poca tierra disponible para más de 250 mil campesinos y gran
 déficit de tierras destinadas a la alimentación.
El Ministerio de Agricultura (MAG) 
informó que Paraguay destinó sólo el 6% de sus tierras cultivadas a 
sembrar alimentos en la última campaña agrícola. La organización Base de
 Investigaciones Sociales (Baseis) detectó que los alimentos cubrieron 
solamente 352 mil hectáreas de un total de 5,6 millones de hectáreas 
bajo cultivo en todo el país.
El MAG estimó que entre la campaña 
agrícola 2012/2013 y la del período 2013/2014 la producción de cultivos 
alimenticios perdió 80 mil hectáreas de tierra. El documento oficial 
denominada “Zonificacion agroecológica de rubros agropecuarios del 
Paraguay, zafra 2013/2014”, publicado en marzo último, especificó que de
 430.499 hectáreas cubiertas por alimentos en 2012/2013 bajó a 352.901 
hectáreas en 2013/2014.
En resumen, de 5.637.300 de hectáreas de
 tierras cultivadas en Paraguay, 5.284.401 fueron cubiertas por soya, 
maíz, trigo, girasol, canola, tártago y otros cultivos industriales o de
 exportación y solo 352.901 hectáreas fueron cubiertas por cultivos de 
mandioca, hortalizas, maní, porotos y sésamo, todos alimentos consumidos
 por las familias paraguayas.
Asesinatos impunes
La Federación Internacional de 
Periodistas (FIP), en apoyo al Sindicato de Periodistas del Paraguay 
(SPP), exigió “la inmediata toma de medidas para terminar con la 
impunidad de la que gozan los autores materiales del crimen del 
periodista Pablo Medina y su compañera de labor Antonia Almada. También 
reclamó la realización de gestiones necesarias para concretar la 
extradición del presunto autor intelectual del crimen Vilmar “Neneco” 
Acosta”, ex intendente de Ypehu, en el departamento de Canindeyú, a unos
 300 kilómetros al este de la capital Asunción.
El 16 de octubre se cumplió el primer 
aniversario de la muerte de Medina y Almada, asesinados por presunta 
orden de Acosta, actualmente preso en Brasil y sujeto a un proceso de 
extradición. Medina, corresponsal del diario ABC Color, se encontraba 
realizando investigaciones sobre bandas dedicadas al tráfico de 
marihuana en la zona y la vinculación de sus líderes con la clase 
política local. Durante el gobierno del actual presidente de Paraguay, 
Horacio Cartes, fueron asesinados cinco comunicadores. Todos estos 
crímenes permanecen en la impunidad.

 
 
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