26 de octubre de 2015

Primer torneo de Speedcubing en la Politécnica

Cubos de Rubik. Foto de Cristóbal Núñez, publicada en La Nación.
Cuentan que Jessica Fridrich, una ingeniera checa, la que dio con el algoritmo que permite armar el cubo de Rubik de la manera más veloz. A tal punto que el estadounidense Collin Burns hizo el récord mundial en abril pasado armándolo en solo 5, 25 segundos.
Los nuestros se acercan, Alejandro Roa, de 15 años, lo hizo una vez en 10 segundos, su récord. No lo pudo repetir en unas sesiones de improvisado entrenamiento que llevaron adelante con Mateo Chica, su socio de 14 años. Pero no deja de ser impresionante verlos mover los dedos.
Daniel Maidana también lo hace rápido, pero su pasión es coleccionarlos. Tiene más de 20, uno de hasta 13 lados, tres que son bien raros. “Hay cubos increíbles que pueden llegar a costar más de mil dólares”, cuenta.
El premio del concurso es un cubo llamado “Twister”, que vale unos 40 dólares y tiene como una suerte de torbellino interior que dificulta el seguimiento visual, aunque ya los más expertos ni lo miran a la hora de acometer la tarea.
Ahí están los chicos Manuel Mostacholi, Mauro Portillo, Carlos Alberto, Javier López y Flavia Torales. Ella tiene un “Megamix”, un objeto de 12 lados que llama la atención de todos cuando le da forma definitiva.
Elías Acosta, de la organización, celebra el éxito del encuentro y dice que la actividad tiene por objetivo “generar una expansión hacia los estudiantes secundarios y universitarios y la comunidad toda”.
En eso inicia la competencia en dos categorías: avanzado y principiante, con tiempos mínimos de resolución de 5 y 1’30 minutos, respectivamente.
Marcelo Caballero arma un “Mirrow” en menos de un minuto: Tiene 10 años.
Pero la historia que más llama la atención es la de Nivaldo Ezcurra, tiene 35, y arma el cubo desde hace un mes. “Por los nervios lo hice en 4, 22 minutos”, cuenta asegurando que hace un promedio de 2 minutos. Camina con muletas porque tuvo un accidente de moto. “Tuve que volver a andar en colectivo y allí me encontré con una persona que estaba armando el cubo y le pedí que me enseñara lo básico. Después me compré un cubo profesional y comencé a ver en internet, a intercambiar mensajes por Whatsapp con mi profesor del colectivo y bueno, aquí estoy”, dijo con una sonrisa.

En 20``

“Mi récord es de 20 segundos”, cuenta Milko Gutiérrez que tiene 14 años y que comenzó con el cubo de Rubik, apenas hace 4 meses atrás. “Ahora creo que por los nervios lo voy a hacer en 28 o 30 segundos, espero”, dice entre risas, en un grupo de otros súper habilidosos con el maravilloso objeto. “Hay que aplicar algoritmos, hay varios, pero es como conectar la cabeza con la memoria visual, muscular”, cuenta mientras coloca las manos de una manera especial que le permite mover a una velocidad inusitada los componentes de cubo. “Es todo, práctica y memoria, muchas cosas que se van acoplando para poder hacerlo muy rápido”, comentó.
Jorge Zárate
jdzarate@gmail.com

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