Su obra impacta, tanto sus escenarios urbanos en Asunción, como los paisajes, las miradas más introspectivas que también desarrolla de manera intensa. Su serie “Cuarentenoicos”, revelando colores inauditos, volcó su paleta curiosa y prolífica sobre estos tiempos. Su tozuda apuesta a la identidad va consiguiendo recompensa, aquí su charla con La Nación.
- Pasaste la
cuarentena pintando, que es tu tarea habitual, ¿cómo viste la gente, las
calles?
- Así mismo, la diferencia está en que suelo pintar afuera
al aire libre, y en esta cuarentena estuve más encerrado en mi taller por las
restricciones para salir.
Entonces, por la calle, me tocó ver a la gente recelosa,
casi paranoica,que te esquivaba cuando te veía acercarte. Vivo cerca del
Mercado 4 y en la zona, sobre todo sobre Perú donde está la proveeduría y donde
se compran las cosas, allí se vió ese paisaje increíble.
- ¿De qué
"colores nuevos" hablarías en el marco de esta pandemia?
- Colores nuevos, no sé si son los que estaban o los que yo
veía, entendía que era terciarios, opacos, pero de repente me surgieron unos
violentos como el rojo que representa un poco las alertas que tenía la gente a
cruzarse con un enemigo invisible.
- Contanos de la serie cuarentenoicos..
-Si, es casi como una burla, un chiste, y cuando tengo la
oportunidad de pintar lo que yo quiero, porque también vivo de esto, trato de
hacer lo que creo que está sucediendo en el momento, de plasmar mis
pensamientos. La idea era mostrar el costado gracioso que tiene el tema.
- Hace años que
pintás el paisaje urbano de Asunción, donde aparece inevitable la desigualdad,
¿impacta eso en tu plástica?
- Es algo que
comenzamos haciendo con un amigo, teníamos como un plan, un proyecto, de pintar
los lugares a dónde vamos, la vida misma, lo que nos ocurre a los pintores. De
lo que nos toca, pintar el entorno.
Lo de las desigualdades sociales impacta mucho, es muy
notoria, se nota en las calles y como te digo, si hay posibilidades de pintar
algo que no está orientando específicamente a lo comercial es importante
decirse “por qué no” y pintar sobre las cosas del entorno, decir lo que pensás
de las cosas que te tocan vivir.
-¿En qué te alimenta
la calle?
- El salir a pintar al natural siempre es una conexión muy
directa con la realidad, con lo que ves, creo que es algo que llaman
“naturalismo”, aunque se trate de pintar una realidad que no es muy bonita para
algunos.
Recuerdo una anécdota de una señora comentando el cuadro de
los indígenas de la etnia Aché que estaban bañándose frente a la Plaza Italia al
que titulé “Los bañistas”. Se acerca esta señora y me dice “¿Por qué pintás
pobreza, que es lo más feo de nuestra sociedad?”, después me dice que ella
compra cuadros para decorar su casa. Entonces le respondí que yo no pinto para agradarle
a nadie especialmente, sino que voy registrando a manera de crónica lo que voy
viendo, como quién tiene una cámara. Me interesa ese momento, y es más bien
como un pescador que tiene la oportunidad, aproveché el momento y lo registré,
dejarlo como bitácora de una época que me tocó vivir.
-Una suerte de
crónicas urbanas a partir de la pintura…
-Así, con la pintura como una excusa, sin tener intención de
hacer algo muy elaborado, ya que estás en el ojo de la gente que te mira un
poco, es válido usarlo como medio de comunicación como si fuera una estación de
radio o un canal de televisión donde podés decir cosas que pensás y en cierto
público que te sigue pueda estar al tanto de lo que vos podés recoger de lo que
está pasando en tu país.
-También aparece el
paisaje del interior en tu obra…
-Es cierto, tuve la dicha de estar por un tiempo con unos
geniales pintores amigos de los que aprendí mucho. Nuestra idea era desarrollar
un poco más lo paisajístico y recorrimos varias ciudades en una experiencia muy
gratificante. Luego eso paró, pero siempre tengo la intención de poder hacer
una gira con nuestra pintura, documentar, conocer un poco más nuestra tierra. La
idea es no sólo quedarme en las partes urbanas en las que a veces nos centramos
como si fuera el país entero, pero es bueno recordar que las fronteras no están
aquí en Asunción o Ciudad del Este.
Es un gran país, lleno de recursos naturales atravesado por
una gran injusticia que es evidente cuando te toca salir del círculo urbano.
-¿Cómo influye la
naturaleza en vos?
-Entiendo que lo hace en la manera en que soy parte de ella.
Es imposible competir con ella, voy hacia ella con intención de capturar su
belleza y a veces no me enfoco en tener un tema o un mensaje, sino simplemente
disfrutar de ese momento con la naturaleza y su inmensidad.
-Por momentos tu
mirada es más interior, inclusive como si fuera al espejo, en el autorretrato
por ejemplo.
- Hay pinturas donde hago autorretratos o pensamientos, por
momentos suelo aprovechar y mirarme un poco para conocerme también y plasmar lo
que estoy sintiendo en ese momento. Disfruto hacerlo y me gustaría
desarrollarlo, pero vivo de la pintura y mi situación económica a veces no me
deja, me toca postergar esas ideas, pero siempre surgen, así que cuando tengo
algún tiempo y no corro para pagar deudas y cuentas lo hago. Quisiera dedicarme
un tiempo a hacerlo, pero tengo que luchar por el día a día.
-¿Se venden los
cuadros, se puede vivir de pintar?
-En eso soy bastante privilegiado y beneficiado en el
sentido de que estoy vendiendo siempre, pero no haciendo siempre lo que me
gustaría para vender. Trato de pintar cosas que me agradan y otras pinto cosas
que ya considero que pasó su tiempo, pero la gente sigue pidiendo eso, a veces
parece que la propuesta no llega al público o a la gente que está encargada de
la conexión con el cliente, el receptor, esa estructura debería abrirse más a
las ideas nuevas, a la gente que viene con propuestas frescas y mirar un poco
el contexto en el que estamos
-¿Qué pensás que hace
falta para alentar a los talentos nuevos?
-Me gustaría que pudiéramos evitar el dejarnos llevar por caprichos
de gente que compra cosas para decir que las puede comprar, que no sé si son
consumidores de arte.
El arte se puede ver en gente que dibuja cosas en el asiento
del colectivo, hay mucho arte en las calles que tiene mucha identidad, más de la
que puede desarrollar gente que se dedica profesionalmente a ello. La gente que
viene debería enfocarse más en ser más sincero y buscar la identidad que asoma cuando
se hacen cosas que uno quiere hacer y no para agradar a la gente que está en el
negocio del arte o que tiene poder adquisitivo.
Al ser sinceros van a lograr conectarse y poder llegar al
receptor. Espero que los artistas que vienen detrás alcancen mejores objetivos
que los que estamos ahora y les doy una voz de aliento a todos ellos, diciéndoles
que el arte no es una competencia y en caso de haberla es con uno mismo.
-¿Cómo ves las artes
plásticas en el país?
- Pienso que están orientadas a vender o a concursos en los
que se frustra a la gente, porque si no se gana, los muchachos se apocan, la
estructura parece decirte que hay uno mejor, y eso destruye generaciones de
artistas, como si fuera el que es artista es algo sagrado o llamarle a una
persona emergente o consagrado, son términos que están fuera del arte, mi idea
es que estos concursos no tienen en cuenta a las personas, al disfrute, al
desarrollo de las emociones, el arte real que es el que te hace sentir cosas.
Hay concursos que están manipulados y no aportan nada bueno al arte.
Hay que ver que esto tiene un valor sentimental de expresión
y no un mero valor económico. No hay libro, academia, que pueda decirte cómo
pensar cuando uno está frente a una obra. Todo el mundo tiene una capacidad de
comprender, disfrutar y sentir como a uno le parece, que no te digan cómo
pensar.
Jorge Zárate
Publicada en La Nación
Publicada en La Nación
Ficha
Emilio Cutillo nació en Asunción el 18 de enero de 1981. En
el año 2009 finaliza sus estudios en el Instituto Superior de Bellas Artes.
Paralelamente integra el grupo de jóvenes pintores «Contracorriente» teniendo
como mentora a la docente y artista Isabel de Anda, durante ese periodo realiza
numerosas exposiciones colectivas.
5 comentarios:
Excelente nota, conocer al artista,coincido con su pensamiento...su arte es un modo de conocer un país maravilloso y de tantas injusticias sociales tambiem.
Gracias Trapo y Papel...!
Gracias por comentar Trapo...
QPD Cutillo, te fuiste muy joven. Cuando Paraguay recién se conocerá por su arte. Por su mente, por los 500 anos de colonialismo e injusticia social extrema de un modelo de capital mercado ygenocida e
Imperdonable no haberlo visto antes !! De verdad obras con imagen y sentimento !!
AriSotix '22
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