
Detalles del asedio de 20 días del ejército paraguayo al
estratégico punto tomado en ese momento por los bolivianos surge de la exvacación
realizada por un equipo de expertos de la Universidad de Alcalá de Henares de
España. Aquí un anticipo de sus conclusiones.
“La guerra del Chaco es desconocida a nivel internacional
aunque haya sido el conflicto más importante del siglo XX en América Latina,
así que la del Fortín Boquerón es una intervención arqueológica importante para
un lugar de memoria tan fundamental”, dice Andrés San José Gutiérrez, jefe del
equipo de la Universidad de Alcalá de Henares, España que durante agosto de
2024 realizó una prospección cuyos resultados anticipó a Nación Media.

Actualmente en revisión las conclusiones se publicarán
próximamente en
revistas científicas. “Generamos 3 artículos diferentes para
darle conocimiento al gran público y al mundo académico: Un artículo general,
un segundo sobre el aprovechamiento de los recursos alimenticios y un tercero
de las conclusiones desde el punto de vista balístico”, anticipó.
San José Gutiérrez y Jorge Gutiérrez Pociña fueron codirectores
de la prospección en el Chaco asistidos por la arqueóloga Ruth Alison Benítez de
la Secretaría de Cultura (SNC). “También debemos agradecer a Manuel Castro
Priego, vicedecano de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y
Profesor del Área de Arqueología por apoyar la actividad”, dice el profesional.
El trabajo
Este equipo tuvo experiencias de excavación en sitios de la
Guerra Civil Española; de la Segunda Guerra Mundial; en temas de prehistoria y
la edad media, llegó al Fortín Boquerón en agosto del año 2024 haciendo “una
primera toma de contacto para entender el sitio, ver qué había y disponernos a
hacer”.
En las excavaciones encontraron “materiales del puro
conflicto, muchas municiones de diversos tipos, principalmente casquillos que
fueron sometidos a trabajo de laboratorio, análisis, etc”.
Lo principal conclusión que surge “es la llegada de la
guerra industrial a uno de los lugares más recónditos de América Latina, que se
verifica en las balas fabricadas en Alemania; Bélgica; Francia; Inglaterra,
alguna de Estados Unidos y alguna también de Noruega. Los casquillos tienen una
marca que permite identificar el lugar de procedencia y la fabricación, son
claramente excedentes de la Primera Guerra Mundial, materiales que quedaron
almacenados en los Europa y luego fueron vendidos al ejército boliviano en los
años 20 y durante el conflicto: Tenemos documentados los envíos y hemos sido
capaces de vincular una resolución del parlamento noruego que quería prohibir
la venta de armas, por ejemplo”, revela.
También se encontraron
armas estadounidenses como los
famosos
rifles Winchester.
Un elemento curioso de la arqueología es “que nos permite
tener como una fotografía de un momento. Por ejemplo en uno de los caminos que
lleva al Fortín por donde incursionaba el ejército paraguayo encontramos una
serie de casquillos disparados por un boliviano que hacen entender que lo iba
haciendo reemplazando un “peine”, un cargador que tiene 5 balas, que fueron
cayendo a su alrededor”.
Supervivencia
La batalla de Boquerón, la primera de la Guerra del Chaco
tuvo lugar entre el 9 y el 29 de septiembre de 1932 en torno al fortín Boquerón
y “una zona en forma de arco, de 10 a 11 km de profundidad, que va desde el
fortín Ramírez hasta el fortín Yujra. Culminó con la recuperación del fortín
por parte del ejército paraguayo, la captura de sus ocupantes, la caída de los
fortines circundantes y la retirada hacia el fortín Arce de las fuerzas
bolivianas que intentaban prestar ayuda desde el exterior al fortín Boquerón”,
recuerda la Wikipedia.
Ese asedio de 20 días se puede verificar en la arqueología:
“Vemos que lo pasaron realmente mal, preocupados de la pura supervivencia”,
dice el arqueólogo San José Gutiérrez. “Hallamos los restos de una hoguera donde
se hacía un fuego para cocinar y allí descubrimos huesos de animales, algún
tipo de pajarito, restos de tatú, de
oso hormiguero, lo que nos dice que las
condiciones del asedio eran tan duras que no les llegaba prácticamente nada”,
apunta. “No tenían de nada, encontramos restos de clavos pequeños de las cajas
de materiales bélicos que pudieran tener que utilizaban para alimentar el
fuego… encontramos también restos de botellas de bebidas alcohólicas,
aguardiente,
caña, son fragmentos pequeños con alguna letra, terminaban la botella y la
echaban para allá”, especula.
Otro punto importante fue el hallazgo de restos de un
impacto de mortero del ejército paraguayo. “Era un arma que se estrenaba en esa
guerra, lanzan el proyectil con curva y al explotar, a un metro de altura
desperdiga un racimo de bolitas de metal, de plomo o acero. Encontramos estos
perdigones y también restos de un pequeño hueso de un pie, entendemos que de un
bolviano afectado, también una hebilla de cinturón de algún soldado que
destrozó la bomba”.
Continuidad
San José Gutiérrez espera que prosperen los planes de seguir
adelante con la investigación. Las primeras prospecciones se hicieron en las
trincheras y cerca de las chozas de alojamiento de los soldados en el Fortín
Boquerón, pero entiende que es posible “excavar más para terminar de entender
cómo fue el asedio, la toma por el ejército paraguayo”.
Las prospecciones y sus trabajos vinculados requieren de una
inversión de decenas de miles de dólares pero entregan aprendizajes de gran
valor.
Según expone “estamos pendientes
de conseguir financiación para poder incorporar más a las universidades
paraguayas para ayudar a formar nuevos arqueólogos que puedan sumarse a esta
tarea”.
En estos días el arqueólogo y un equipo de la SNC trabajan
para hacer un levantamiento de imágenes con un drone “que subirá a 50 metros y viajará
por encima del sitio formando una cuadrícula, de norte a sur y de este a oeste,
abarcando unas 20 hectáreas. Con las fotos seremos capaces de hacer una reconstrucción
en 3D para dársela a la gobernación de Boquerón y a la SNC y sugerir sitios
para futuras excavaciones. Así que esperamos volver el año que viene”, se
esperanza.
Una visita obligada
El Fortín Boquerón es hoy un museo al que su puesta en valor
durante los últimos años, transformó en una visita obligada para quienes
recorren el departamento Boquerón.
“Tenemos un creciente turismo, recibimos aproximadamente
unas 500 personas por mes”, cuenta Arturo Cristaldo, uno de los guías que
acompañan a los visitantes al interesante recorrido por trincheras, senderos y
la estrella del lugar, el Samuhú (Palo Borracho) que fue calado como escondite
para un soldado.
“La mayoría son del interior, viene gente de Concepción,
Caaguazu, Itapuá, Ciudad del Este y también este año recibimos a extranjeros,
italianos; ingleses y norteamericanos”, cuenta desde este sitio histórico
ubicado a 60 kilómetros de Filadelfia, capital del departamento Boquerón, a
unos 435 kilómetros de Asunción. “Estamos como en el centro del distrito
Boquerón, también a 60 kilómetros de Lompa Plata y a 30 de Neuland y hay una
buena cantidad de comunidades indígenas alrededor”, precisa Cristaldo de esa
zona en la que habitan unas 21 mil personas.
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Arturo Cristaldo |
“Es uno de los museos más completos sobre la contienda,
sobre todo en el acervo del material que utilizaron ambos ejércitos. Tenemos el
motor de un avión Potez 25 de nuestra Fuerza Aérea y
restos de un avión que uso Bolivia; también
cañones: uno de los bolivianos y cuatro de los nuestros; variedad de fusiles de
ambos ejércitos; un telémetro que se usaba para medir la distancia al enemigo”.
El sitio se emplaza en el centro de las 94 hectáreas que
tiene el terreno, declarado Patrimonio Cultural desde 2012.
“De lo que se conserva, la mayor parte es trabajo boliviano,
porque se prepararon para defender, están las trincheras, un búnker, que ellos
llaman “tuca” o “tuco”, del teniente coronel Manuel Marzana que está intacto.
En ese lugar desarrollaba la estrategia de defensa”, relata. .
“Está el puesto de vigilancia que es un Samuhu (palo
Borracho), que hoy sorprende por las dimensiones que tiene el árbol y hay tres
cementerios en el predio”. Se estima que hay entre 1200 y 1300 muertos en el
cementerio paraguayo y unos 850 en la fosa común de los bolivianos, cifras que
dan cuenta de lo cruento de los combates de aquellos 20 dantescos días de la
batalla de Boquerón.
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Tuca del teniente coronel Marzana, jefe boliviano |
Cristaldo destaca la historia de los contendientes que
eligieron descansar juntos. Se trata del teniente paraguayo Fernando Velázquez
y el capitán boliviano Tomás Manchego. “La historia cuenta que se habían
conocido antes de comenzar la guerra. Luego, en el primer intento boliviano de
tomar el Fortín en 1931 fue atrapado Manchego. “Ya areko petei boli”, decían
nuestros soldados y Velázquez, que era parte de ese grupo, se acercó para ver
quién era el boliviano. Cuando ve que es su amigo, se ofrece para ser custodio.
Fue su ángel guardián, le daba comida a escondidas y después se le liberó y pudo
volver. Después, ya en plena guerra combaten aquí y curiosamente, ambos mueren
por herida de cabeza, el 21 de septiembre de 32 cae Velázquez y dos días
después lo hace Manchego. Allí es cuando el médico boliviano es cuenta de la
última voluntad de ambos combatientes por lo que concluida la contienda ambos
fueron enterrados juntos”, memora.

Hoy en día, el intercambio con los bolivianos es casi
cotidiano en la zona y la guerra aparece como un fantasma lejano. “Lo miramos
como si fuera que nunca pasó, siempre tuvimos una relación amistosa con los
bolivianos y cuando vienen por aquí tratamos de entender analizando cómo
pasaron los hechos. Todo indica que ellos querían el Chaco para recuperar de
alguna manera su salida al mar. Pudo haber sido otra la historia si se hacían
negociaciones diplomáticas”, reflexiona Cristaldo.
El museo abre todos los días de 7 a 17 horas y tiene guía
permanente. “Estoy estudiando en la Senatur, dando los primeros pasos para ser
guía local y voy rindiendo para ser guía internacional. También estoy
estudiando alemán e inglés”, dice este luqueño de 37 años que desde hace 7 vive
en el Departamento Boquerón.
Actividades
Gladys Ojeda, del área de turismo de la gobernación de
Boquerón recordó las difentes actividades que se realizarán para conmemorar la
batalla. “Realizamos el desfile estudiantil, cívico y militar, del que
participan reservistas, bomberos, que se suman al emblemático momento”, dice de
la actividad principal que ocurrirá desde las 8 del 29/9 frente al Museo del
Fortín Boquerón.
Hoy domingo desde las 8 se puede visitar la exposición de
artesanías y la muestra de libros de autores locales y asistir, a partir de las
15, al interesante concurso de Historia en el que alumnos de los distintos
colegios responden preguntas alusivas a la contienda en un evento muy celebrado
por la población. Habrá también una exposición de autos antiguos y a partir de
las 18 tendrá lugar un Festival en homenaje a los Héroes del que participarán
Tania Duarte, Dos raíces y academias de danzas locales y regionales.
Los rusos y su aporte
crucial
Miguel Stanichevsky, es presidente de la Asociación de Rusos
y Descendientes en el Paraguay (Arydep) que se encuentra preparando un festejo
especial para este 29 de septiembre, aniversario de la batalla de Boquerón.
“Entendemos que es importante celebrar la fecha para
recordar a nuestros padres y abuelos que participaron de la contienda,
especialmente al capitán Basilio Orefiev de Serebriakoff que murió heroicamente
liderando el asalto final”, apunta. Todavía resuena la frase que se le
atribuye: “Es un lindo día para morir”, habría dicho cuando expiró a metros de
conseguir el objetivo de retomar el Fortín Boquerón.
Por eso a partir de las 17.30 en la sede de la Orquesta
Sinfónica Nacional (OSN) sita en Teniente Coronel Ayala Velázquez 376 de esta
capital, se llevará a cabo un acto en la que se recordará esta importante
participación con testimonios de familiares. La velada tendrá un intermedio
musical a cargo del maestro José Carlos Cabrera y la pianista rusa Linda
Kuznetsova para posteriormente pasar a un brindis.
“Mi abuelo fue el capitán honoris causa Vladimiro Sryvalin,
que fue parte del grupo de 75 rusos voluntarios que se enrolaron en las fuerzas
armadas paraguayas y participaron de la Guerra del Chaco”, comenta. “Lo cuidé
mucho tiempo y a pesar de que era joven cuando él falleció, lo conocí muy bien.
Estuvo destacado en Bahía Negra donde tuvo a su encargo varios cadetes y
oficiales de alto rango que estaban cuidando esa zona norte del país. También
estuvo en las trincheras, porque era capitán topógrafo ingeniero”, recuerda.
La idea del encuentro es “recordar la motivación especial
que tuvieron, los sacrificios que hicieron por su patria adoptiva a la que
tanto amaron”.
Los datos acerca del número de los oficiales rusos que
combatieron del lado de Paraguay, varían en distintas fuentes, pero en el
núcleo de mando de las tropas paraguayas había veintitrés capitanes rusos,
trece mayores, cuatro tenientes coroneles, ocho coroneles y dos generales, Iván
Beliáev y Nikolái Ern.
Jorge Zárate
Links
https://elfulgor.com/noticias/nacional/boqueron-la-feroz-batalla-la-bandera-aun-oculta-y-los-hallazgos-forenses-en-el-chaco
https://www.lapoliticaonline.com/paraguay/politica-py/pena-busca-avanzar-con-un-nuevo-puente-para-la-ruta-bioceanica-pero-para-milei-no-es-prioridad/
https://www.youtube.com/watch?v=mTZR39YJmho
https://www.lanacion.com.py/gran-diario-domingo/2024/09/29/con-prospeccion-arqueologica-buscan-entender-dureza-de-la-batalla-de-boqueron/
https://senatur.gov.py/noticias/el-fortin-boqueron-te-invita-a-vivir-el-turismo-historico-de-la-guerra/
https://www.ip.gov.py/ip/2024/09/29/boqueron-20-dias-que-definieron-el-destino-de-paraguay-en-la-guerra-del-chaco/
https://es.gw2ru.com/historia/17625-rusos-heroes-paraguay
https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Boquer%C3%B3n_(1932)