Actualidad del Paraguay. Opiniones de un periodista latinoamericano. Literatura, música, videos.
26 de abril de 2018
Existen irregularidades en las elecciones paraguayas
El TREP y el tamaño de la trampa
Indigna que desaparezcan los votos de la población porque es la violación de un derecho personalísimo, es una agresión.
Es lo que el sistema nos entrega, el fraude naturalizado que aparece encubierto hasta por la legislación.
Transcribimos los artículos del Código Electoral (Ley 834/96) sobre la situación que se está viviendo ahora en el juzgamiento de las actas de las 21.051mesas en las que se votó el pasado domingo 22 de abril.
Primero este: “Artículo 306.- Queda prohibida la difusión de resultados de sondeos de boca de urna, hasta una hora después de la señalada para el cierre de las mesas receptoras de votos.”.
Para recordar nomás.
Después ingresamos al Libro VI que trata de las Sanciones y al Título 1, donde se establecen las Causales de Nulidad.
Dice el “Artículo 307.- Son causales de nulidad de las elecciones: a. la existencia de un estado de violencia generalizada en el país, traducido en la existencia comprobada de grupos armados que hayan protagonizado hechos de sedición, asonada o motines, que impidan la libre y pacífica emisión del sufragio; b. la existencia de violaciones substanciales de las garantías establecidas en el presente código, tales como: 1. realización generalizada del escrutinio y cómputo en lugares distintos a los establecidos; 2. recepción de votos en fecha y lugar distintos a los establecidos en la convocatoria; y , 3. recepción de votos por personas distintas a las designadas: c. que mediasen violencia física o presión de personas físicas o autoridades sobre integrantes de las mesas; d. la distorsión generalizada de los escrutinios por causa de error, dolo o violencia; y, e. cuando se utilizaren padrones o boletines de votos falsos o no se habilitaren los boletines de voto de
algún candidato.”
Al parecer, ninguno de los hechos configura las causales, podría aplicarse el inciso d) a lo ocurrido con los datos de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) aunque se sabe que dicha distorsión es dificil que ocurra con las actas que están en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE).
Dado el caso, debería después superar la insólita meta que establece la ley para que una acción pueda considerarse fraude. Reza el “Artículo 308.- La declaración de nulidad, en base a las causales mencionadas en el artículo anterior, podrá limitarse a la mesa, el distrito o el colegio electoral que hubiese padecido tales vicios. Pero si la cantidad de ellas representa más del veinte por ciento del total de electores, se declarará la nulidad de toda la elección.”
A simple lectura se entiende que debería afectar a un 20% de los 4.260.000 habilitados para votar.
Podría interpretarse que sólo debe involucrarse al 61% de ese total que es el que efectivamente fue a sufragar, aunque se entraría en un territorio dificil.
Es decir que tienen que hallarse errores que afecten a entre 600 mil y 800 mil votos por lo que el camino de la nulidad de las elecciones aparece muy dificil.
El control del voto sigue siendo el camino porque como bien decía ayer un colega, ya que con sólo 10 votos mal asignados que existan en la mitad de las mesas habilitadas, ya estamos hablando de 100 mil votos.
Mario Abdo Benítez gano en el TREP por 96 mil.
La cantidad de votos que las actas del TREP restaron a los partidos y movimientos pequeños es inestimable por el momento, pero surgirá claramente después del escrutinio definitivo y ayudará a dimensionar el tamaño de esta trampa que puede probarse sistemática.
Puede también que haya sorpresas en la conformación de las cámaras de Diputados y Senadores como también en los Consejos Departamentales.
Un caso emblemático será el de la Gobernación del Departamento Central donde el TREP le dio ganador a Hugo Javier González por poco más de 13 mil votos, aunque el liberal Líder Amarilla asegura que sus conteos le dicen que ganó por mil votos.
Es lo que el sistema nos entrega, el fraude naturalizado que aparece encubierto hasta por la legislación.
Transcribimos los artículos del Código Electoral (Ley 834/96) sobre la situación que se está viviendo ahora en el juzgamiento de las actas de las 21.051mesas en las que se votó el pasado domingo 22 de abril.
Primero este: “Artículo 306.- Queda prohibida la difusión de resultados de sondeos de boca de urna, hasta una hora después de la señalada para el cierre de las mesas receptoras de votos.”.
Para recordar nomás.
Después ingresamos al Libro VI que trata de las Sanciones y al Título 1, donde se establecen las Causales de Nulidad.
Dice el “Artículo 307.- Son causales de nulidad de las elecciones: a. la existencia de un estado de violencia generalizada en el país, traducido en la existencia comprobada de grupos armados que hayan protagonizado hechos de sedición, asonada o motines, que impidan la libre y pacífica emisión del sufragio; b. la existencia de violaciones substanciales de las garantías establecidas en el presente código, tales como: 1. realización generalizada del escrutinio y cómputo en lugares distintos a los establecidos; 2. recepción de votos en fecha y lugar distintos a los establecidos en la convocatoria; y , 3. recepción de votos por personas distintas a las designadas: c. que mediasen violencia física o presión de personas físicas o autoridades sobre integrantes de las mesas; d. la distorsión generalizada de los escrutinios por causa de error, dolo o violencia; y, e. cuando se utilizaren padrones o boletines de votos falsos o no se habilitaren los boletines de voto de
algún candidato.”
Al parecer, ninguno de los hechos configura las causales, podría aplicarse el inciso d) a lo ocurrido con los datos de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) aunque se sabe que dicha distorsión es dificil que ocurra con las actas que están en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE).
Dado el caso, debería después superar la insólita meta que establece la ley para que una acción pueda considerarse fraude. Reza el “Artículo 308.- La declaración de nulidad, en base a las causales mencionadas en el artículo anterior, podrá limitarse a la mesa, el distrito o el colegio electoral que hubiese padecido tales vicios. Pero si la cantidad de ellas representa más del veinte por ciento del total de electores, se declarará la nulidad de toda la elección.”
A simple lectura se entiende que debería afectar a un 20% de los 4.260.000 habilitados para votar.
Podría interpretarse que sólo debe involucrarse al 61% de ese total que es el que efectivamente fue a sufragar, aunque se entraría en un territorio dificil.
Es decir que tienen que hallarse errores que afecten a entre 600 mil y 800 mil votos por lo que el camino de la nulidad de las elecciones aparece muy dificil.
El control del voto sigue siendo el camino porque como bien decía ayer un colega, ya que con sólo 10 votos mal asignados que existan en la mitad de las mesas habilitadas, ya estamos hablando de 100 mil votos.
Mario Abdo Benítez gano en el TREP por 96 mil.
La cantidad de votos que las actas del TREP restaron a los partidos y movimientos pequeños es inestimable por el momento, pero surgirá claramente después del escrutinio definitivo y ayudará a dimensionar el tamaño de esta trampa que puede probarse sistemática.
Puede también que haya sorpresas en la conformación de las cámaras de Diputados y Senadores como también en los Consejos Departamentales.
Un caso emblemático será el de la Gobernación del Departamento Central donde el TREP le dio ganador a Hugo Javier González por poco más de 13 mil votos, aunque el liberal Líder Amarilla asegura que sus conteos le dicen que ganó por mil votos.
Jorge Zárate
23 de abril de 2018
Un análisis de las elecciones presidenciales en Paraguay
17 de abril de 2018
Sólo una alta participación permitirá vencer a la ANR
La gente va ir a votar y eso preocupa en el comando de campaña del Partido Colorado porque de esta manera es posible una victoria ajustada, pero victoria al fin, de la dupla de la Alianza Ganar compuesta por Efraín Alegre y Leo Rubín.
Vale recordar que están habilitados para sufragar poco más de 4.260.000 electores por lo que el electorado histórico del partido oficialista no alcanza para ganar una elección frente a una oposición que crece en las encuestas en base a las impopulares medidas del presidente Horacio Cartes y las poco felices intervenciones del candidato Mario Abdo Benítez.
El aumento del costo de vida a partir de una suba en los combustibles que se trasladó al precio del transporte público sacudió en enero pasado a la población.
Las colas provocadas por las mal planificadas obras del Metrobús están sumando a ese descontento, por señalar apenas dos cuestiones de impacto en el sufragio.
El candidato colorado Abdo Benítez es hijo del homónimo político que fuera por décadas secretario privado del sangriento dictador Alfredo Stroessner y a medida que avanza la campaña, el tema se le hace más urticante.
Tal es así que en la exposición pública va revelando este fondo ultraconservador, católico y oligárquico del que proviene. Cuando tuvo oportunidad reivindicó el régimen stronista aunque dijo que estaba “aplazado en derechos humanos”, una obviedad para salir del paso.
Sus declaraciones más polémicas en este sentido tuvieron que ver con su propuesta de restablecer el servicio militar obligatorio (SMO) con el objetivo de “disminuir la delincuencia”.
Su planteo resultó un cachetazo a las madres y familiares de las 147 víctimas del SMO que se pudieron relevar a partir de estudios del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) y el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) que todavía buscan se repare adecuadamente esta situación.
Vale recordar que en el país el SMO sigue vigente y los jóvenes consiguen evitarlo mediante un formulario por el que plantean la objeción de conciencia. La Federación Nacional de Centros de Estudiantes rechazó “el autoritarismo, la obediencia ciega, la sumisión, la intolerancia, la xenofobia, el machismo, la relación jerárquica y la muerte” que encierra la propuesta de Benítez.
Siguiendo con su streap tease, Abdo Benítez, insistió en su propuesta estigmatizando a las madres solteras de las que dijo no pueden controlar a sus hijos y que de allí surgiría la delincuencia.
Terminó de completar su faena en el pobre debate presidencial del 15 de abril pasado cuando estimó que las niñas madres, uno de los problemas estructurales del país, seguiría ocurriendo por lo que se hacía necesario hacer albergues cuando cualquiera con dos dedos de frente entiende que ni con mil albergues se puede siquiera morigerar un drama de este tenor.
Números calientes
Cuando hace más de un mes se diera a conocer la encuesta de Francisco Capli en la que Abdo Benítez (Asociación Nacional Republicana, ANR) aparece con 53,4% de intención de votos contra el 22,3% que le asignaba a Efraín Alegre, el escuestador, que responde al apodo popular de “Pinocho” negaba relación con el Partido Colorado y sus jefes.
En estos días se conoció una foto en la que se lo ve a Capli y a su colega encuestador Adolfo Grau con el equipo de campaña de Mario Abdo integrado por Pascual Rubiani (publicista), Arnoldo Wiens, Benigno López (hermano de Mario), Pilar Medina y Justo Cardenas en la que es claro que esos no son los números reales.
Ati Snead le dio a Alegre un 44,2% y a Abdo Benítez un 42,2% y todo parece indicar que este guarismo estaría más cercano a la realidad en lo que hace a la intención de voto.
Se sugiere para analizar el caso los buenos artículos de Guillermo Cabral en el blog Tereré Cómplice*.
Proponemos un ejercicio:
En las presidenciales de 2013, Cartes obtuvo 1.104.169 votos con un participación del 68,52% del electorado.
De repetirse la participación sobre el total actual de electores, poco más de 4,2 millones, votarían hipotéticamente 2,9 millones de personas.
Para tener un 50% se necesitarían 1,45 millones de votos.
Está claro entonces que el candidato colorado sólo necesitaría con esta baja participación, 300 mil votos más para alzarse con la presidencia.
Las cosas cambian con un 75% de participación donde ya se necesitan 500 mil votos más para alzarse con la presidencia.
He aquí el temor.
Alegre necesitaría 1,6 millones de votos para vencer por el 50% de los votos a Benítez, una empresa dificil, pero no imposible.
Si se hace el cálculo sobre una participación de 75%, es decir, casi 3,2 millones de votantes no está tan lejos.
Otorguemos un hipotético 43% de intención de voto al candidato de Ganar.
Nos da que recibiría entre 1,3 y 1,4 millones.
De allí a la victoria hay un paso.
Se hacen comprensibles entonces las caras de la gente de la foto que ilustra esta nota.
Igual preparan un plan para el 22 próximo donde aprovechando todo el arsenal mediático que tienen a favor comenzarán a dar cortes de boca de urna que reflejen el primer voto del aparato colorado para desanimar a los votantes que se desplazan por si mismos.
En los primeros reportes vencerá Abdo Benítez, es lógico, pero si la gente acude en masa a votar y supera los porcentajes de participación del 2013, sin hacer caso del barullo mediático, como fué en aquella elección que consagró a Mario Ferreiro, al cierre de los comicios pueden darse alegres sorpresas.
Jorge Zárate
* √ Voto de partidos tradicionales y participación
√ Encuestas, alguien dibuja los resultados
3 de abril de 2018
Paraguay va a una elección reñida
Tibias promesas de campaña, acusaciones cruzadas de corrupción y
otros delitos, guerra de encuestas y hastío entre los electores coronan
los días previos a los comicios.
La sensación en las calles de Asunción y en otras de las principales ciudades de Paraguay es que habrá una muy escasa diferencia para el ganador de la contienda presidencial del 22 de abril próximo. En el humor social se cuelan las encuestas tendenciosas que promueven el triunfo de los principales candidatos con diferencias abismales entre uno y otro sondeo.
El oficialismo del Partido Colorado asegura que va a ganar por varios puntos basados en un muestreo que le otorga a Mario Abdo Benítez (Asociación Nacional Republicana, ANR) 53,4% de intención de votos, más de 30 puntos porcentuales por encima del 22,3% que le asignan a Efraín Alegre (alianza opositora Ganar, formada tras el acuerdo entre el Partido Liberal y el Frente Guasu). En otro trabajo, Ganar, confía en un sondeo diferente que le daba a Alegre un 44,2% y a Abdo Benítez un 42,2%.
Tampoco hay coincidencias en los sondeos sobre quiénes se impondrán en la lista de candidatos al Senado donde el Frente Guasu (FG) y los liberales presentan listas por separado. El FG es liderado por el actual senador candidato a la reelección Fernando Lugo; los liberales son encabezados por Blas Lanzoni, actual gobernador del departamento Central, el principal distrito electoral del país; y los Colorados, por el actual presidente Horacio Cartes.
Las preferencias que muestran las encuestas no reflejan otro fenómeno que también se percibe en las calles: el hartazgo popular con los partidos tradicionales que ofrecen en sus listas candidatos que van por segundas y terceras reelecciones. Ese disgusto social se exacerbó recientemente cuando el Congreso votó la denominada “Ley de Autoblindaje” que garantiza impunidad considerada desmedida para los cargos legislativos. Los legisladores se apuraron para tratar y aprobar la norma, que seguramente será vetada por el Presidente Cartes, que despertó la indignación popular. La norma establece que para quitar los fueros a un senador o diputado se necesitará primero una sentencia judicial y una mayoría de dos tercios en la cámara a la que pertenezca.
Sólo algunos matices
Con sutiles diferencias en los programas de fondo, la disputa entre los principales candidatos viene resultando de lo más anodina y no ha despertado mayores pasiones entre los adherentes de ambos bandos.
En el sector colorado preocupa el “abrazo republicano” que se diera el candidato Abdo Benítez con el presidente Cartes, figura política siempre cuestionada por las filas de la ANR y a las puertas de dejar el Ejecutivo. El impacto en las bases coloradas que hasta pudo notarse una cierta parálisis en la poderosa maquinaria electoral del Partido. El actual presidente paraguayo gobernó, en general, prescindiendo de la estructura, sumado a que su candidatura presidencial hace cinco años corrió por fuera del entramado político del histórico partido paraguayo. Los dirigentes partidarios habían mostrado su fuerza contraria a Cartes cuando en la interna de diciembre pasado votaron por Benítez en detrimento de Santiago Peña, delfín del primer mandatario. Desde entonces la idea de los dirigentes de base, que siempre pretenden cargos y presupuestos del Estado, es que ganaron la elección interna pero perdieron en la mesa chica del poder.
Esta situación es aprovechada por Alegre que periódicamente señala que “se trata de un pacto de impunidad en donde el que marca la línea es Cartes y se mantiene esa línea de atropello a la institucionalidad”. El candidato liberal busca mostrarse ante el establishment como un administrador más pulcro de un modelo económico que se basa en la exportación de materias primas, principalmente energía eléctrica, soya y carne vacuna, a cambio de una creciente importación de todo tipo de bienes, incluyendo alimentos.
Cifras contundentes
El periodista economista Blas Brítez reseñó en el diario Ultima Hora que “actualmente hay 2.900 hectáreas menos de alimentos en Paraguay, cuando ya era escandalosamente poco, e importamos en ese rubro por más de 450 millones de dólares anuales”. Su informe, basado en datos oficiales, señala que en 2002 había en Paraguay 180 mil cabezas de ganado para consumo interno, mientras que en 2016 los animales destinados al consumo de los paraguayos no sobrepasaron los 70 mil. “Para la exportación se destinaron casi dos millones”, señala. Esto explica y promueve –razona– alimentos cada día más caros y contrabandeados”.
Un ejemplo de la dependencia de la economía con el agronegocio es que, debido a la sequía, entre enero y febrero, los envíos de grano de soya reportaron una caída del 39% y los cereales un 32,8%, respecto al año pasado. La balanza comercial comenzó el 2018 con un saldo rojo de 126 millones para estos primeros dos meses. No se aventura sencilla la cuestión económica de un modelo que se viene sosteniendo en la refinanciación de la deuda externa con continuas y persistentes emisiones de bonos.
Otro investigador especializado en las finanzas paraguayas, Julio Benegas del periódico digital E´a, evaluó que “en cinco años nos endeudaron con los bancos de Nueva York en 4 mil millones de dólares”. Advirtió que el tema “no es agenda de promesas electorales, pero en algún momento se deberá sacar de algún lugar para pagar la primera cuota: mil millones de dólares. Son esas deudas denominadas bonos soberanos. Forman parte del programa general que se instaló con el golpe a Fernando Lugo y que, además de los bonos soberanos, liberó 20 semillas transgénicas de Monsanto (ahora absorbido a nivel mundial por Bayer) y aprobó las inconstitucionales leyes de Alianza Público-Privada y de militarización”.
Voces urbanas y campesinas
Esta ambigüedad y tibieza de los candidatos para diferenciarse del oficialismo y del modelo más desigual de América del Sur plasma en las posiciones de sectores importantes del campesinado y de las izquierdas urbanas, que han llamado al voto nulo, aduciendo que, básicamente, los candidatos que polarizarán la elección presidencial representan un mismo modelo.
“No apoyamos a candidato alguno, porque ofrecen la misma miseria”, dijo Teodolina Villalva, secretaria general de la Federación Nacional Campesina (FNC) durante la XXV Marcha que realizó el sector el 21 de marzo pasado. “Ante la política deliberada de abandono a la pequeña y mediana producción hortícola por parte de este Estado, la FNC consideró estratégica la elaboración de un Programa Nacional para la Producción Hortícola, que garantice el acceso a la tierra, la producción y comercialización”, explicó.
La marcha llevó adelante la consigna de la reforma agraria “porque constituye el único camino para transformar esta realidad que imponen la oligarquía y los países imperialistas para nuestro país dominado”, señaló Villalva. Reivindicó también “la consigna del poder popular como alternativa de participación política de nuestro pueblo, contrastando con la farsa electoral que renueva a los mismos corruptos, sinvergüenzas y bandidos. Ante esta realidad, lo que queda es ir construyendo un camino con el pueblo como única garantía de un salto cuantitativo hacia la transformación”.
El 22 de abril también se elegirán 17 gobernadores departamentales y 246 miembros de las juntas departamentales. También 18 parlamentarios del Mercosur, 45 senadores nacionales y 80 diputados.
La sensación en las calles de Asunción y en otras de las principales ciudades de Paraguay es que habrá una muy escasa diferencia para el ganador de la contienda presidencial del 22 de abril próximo. En el humor social se cuelan las encuestas tendenciosas que promueven el triunfo de los principales candidatos con diferencias abismales entre uno y otro sondeo.
El oficialismo del Partido Colorado asegura que va a ganar por varios puntos basados en un muestreo que le otorga a Mario Abdo Benítez (Asociación Nacional Republicana, ANR) 53,4% de intención de votos, más de 30 puntos porcentuales por encima del 22,3% que le asignan a Efraín Alegre (alianza opositora Ganar, formada tras el acuerdo entre el Partido Liberal y el Frente Guasu). En otro trabajo, Ganar, confía en un sondeo diferente que le daba a Alegre un 44,2% y a Abdo Benítez un 42,2%.
Tampoco hay coincidencias en los sondeos sobre quiénes se impondrán en la lista de candidatos al Senado donde el Frente Guasu (FG) y los liberales presentan listas por separado. El FG es liderado por el actual senador candidato a la reelección Fernando Lugo; los liberales son encabezados por Blas Lanzoni, actual gobernador del departamento Central, el principal distrito electoral del país; y los Colorados, por el actual presidente Horacio Cartes.
Las preferencias que muestran las encuestas no reflejan otro fenómeno que también se percibe en las calles: el hartazgo popular con los partidos tradicionales que ofrecen en sus listas candidatos que van por segundas y terceras reelecciones. Ese disgusto social se exacerbó recientemente cuando el Congreso votó la denominada “Ley de Autoblindaje” que garantiza impunidad considerada desmedida para los cargos legislativos. Los legisladores se apuraron para tratar y aprobar la norma, que seguramente será vetada por el Presidente Cartes, que despertó la indignación popular. La norma establece que para quitar los fueros a un senador o diputado se necesitará primero una sentencia judicial y una mayoría de dos tercios en la cámara a la que pertenezca.
Sólo algunos matices
Con sutiles diferencias en los programas de fondo, la disputa entre los principales candidatos viene resultando de lo más anodina y no ha despertado mayores pasiones entre los adherentes de ambos bandos.
En el sector colorado preocupa el “abrazo republicano” que se diera el candidato Abdo Benítez con el presidente Cartes, figura política siempre cuestionada por las filas de la ANR y a las puertas de dejar el Ejecutivo. El impacto en las bases coloradas que hasta pudo notarse una cierta parálisis en la poderosa maquinaria electoral del Partido. El actual presidente paraguayo gobernó, en general, prescindiendo de la estructura, sumado a que su candidatura presidencial hace cinco años corrió por fuera del entramado político del histórico partido paraguayo. Los dirigentes partidarios habían mostrado su fuerza contraria a Cartes cuando en la interna de diciembre pasado votaron por Benítez en detrimento de Santiago Peña, delfín del primer mandatario. Desde entonces la idea de los dirigentes de base, que siempre pretenden cargos y presupuestos del Estado, es que ganaron la elección interna pero perdieron en la mesa chica del poder.
Esta situación es aprovechada por Alegre que periódicamente señala que “se trata de un pacto de impunidad en donde el que marca la línea es Cartes y se mantiene esa línea de atropello a la institucionalidad”. El candidato liberal busca mostrarse ante el establishment como un administrador más pulcro de un modelo económico que se basa en la exportación de materias primas, principalmente energía eléctrica, soya y carne vacuna, a cambio de una creciente importación de todo tipo de bienes, incluyendo alimentos.
Cifras contundentes
El periodista economista Blas Brítez reseñó en el diario Ultima Hora que “actualmente hay 2.900 hectáreas menos de alimentos en Paraguay, cuando ya era escandalosamente poco, e importamos en ese rubro por más de 450 millones de dólares anuales”. Su informe, basado en datos oficiales, señala que en 2002 había en Paraguay 180 mil cabezas de ganado para consumo interno, mientras que en 2016 los animales destinados al consumo de los paraguayos no sobrepasaron los 70 mil. “Para la exportación se destinaron casi dos millones”, señala. Esto explica y promueve –razona– alimentos cada día más caros y contrabandeados”.
Un ejemplo de la dependencia de la economía con el agronegocio es que, debido a la sequía, entre enero y febrero, los envíos de grano de soya reportaron una caída del 39% y los cereales un 32,8%, respecto al año pasado. La balanza comercial comenzó el 2018 con un saldo rojo de 126 millones para estos primeros dos meses. No se aventura sencilla la cuestión económica de un modelo que se viene sosteniendo en la refinanciación de la deuda externa con continuas y persistentes emisiones de bonos.
Otro investigador especializado en las finanzas paraguayas, Julio Benegas del periódico digital E´a, evaluó que “en cinco años nos endeudaron con los bancos de Nueva York en 4 mil millones de dólares”. Advirtió que el tema “no es agenda de promesas electorales, pero en algún momento se deberá sacar de algún lugar para pagar la primera cuota: mil millones de dólares. Son esas deudas denominadas bonos soberanos. Forman parte del programa general que se instaló con el golpe a Fernando Lugo y que, además de los bonos soberanos, liberó 20 semillas transgénicas de Monsanto (ahora absorbido a nivel mundial por Bayer) y aprobó las inconstitucionales leyes de Alianza Público-Privada y de militarización”.
Voces urbanas y campesinas
Esta ambigüedad y tibieza de los candidatos para diferenciarse del oficialismo y del modelo más desigual de América del Sur plasma en las posiciones de sectores importantes del campesinado y de las izquierdas urbanas, que han llamado al voto nulo, aduciendo que, básicamente, los candidatos que polarizarán la elección presidencial representan un mismo modelo.
“No apoyamos a candidato alguno, porque ofrecen la misma miseria”, dijo Teodolina Villalva, secretaria general de la Federación Nacional Campesina (FNC) durante la XXV Marcha que realizó el sector el 21 de marzo pasado. “Ante la política deliberada de abandono a la pequeña y mediana producción hortícola por parte de este Estado, la FNC consideró estratégica la elaboración de un Programa Nacional para la Producción Hortícola, que garantice el acceso a la tierra, la producción y comercialización”, explicó.
La marcha llevó adelante la consigna de la reforma agraria “porque constituye el único camino para transformar esta realidad que imponen la oligarquía y los países imperialistas para nuestro país dominado”, señaló Villalva. Reivindicó también “la consigna del poder popular como alternativa de participación política de nuestro pueblo, contrastando con la farsa electoral que renueva a los mismos corruptos, sinvergüenzas y bandidos. Ante esta realidad, lo que queda es ir construyendo un camino con el pueblo como única garantía de un salto cuantitativo hacia la transformación”.
El 22 de abril también se elegirán 17 gobernadores departamentales y 246 miembros de las juntas departamentales. También 18 parlamentarios del Mercosur, 45 senadores nacionales y 80 diputados.
Desde Asunción, Jorge Zárate
Piden fondos para el cine paraguayo
El cineasta paraguayo Marcelo Martinessi,
director del filme Las Herederas, ganadora de dos Oso de Plata en el
65°Festival Internacional de Cine de Berlín, pidió al Congreso una ley de
fomento del cine. Recordó que “en este lugar (el Senado) se mutiló un
proyecto de ley de cine ejemplar, que daba autonomía y un mínimo
presupuesto a la creación de un imaginario de talla grande”.
El director de cine habló durante la ceremonia en la que los
trabajadores de la película fueron condecorados por el presidente de la
Cámara de Senadores, Fernando Lugo. “Venimos de décadas de oscuridad sin
una imagen propia. Hoy hay una conmovedora cinematografía emergente”,
señaló el cineasta. “Me pregunté en estos días y noches si debía recibir
este reconocimiento, porque soy consciente de que la mayoría de quienes
apoyaron esta resolución nunca vieron un trabajo mío”, expresó.
Martinessi, ex director de la Televisión Pública durante el mandato de
Lugo, recordó que son protagonistas de su cine niñas abusadas y
obligadas a parir, mujeres que aman a mujeres o madres de presos de
Curuguaty; seres humanos que viven, aman, sufren y luchan al margen de
cualquier legislación que les entienda o les proteja en Paraguay. “Por
eso deseo mucho que estas personas puedan estar alguna vez aquí, porque
creo que ellas se merecen ser reconocidas por ustedes, mucho más que
nosotros, son ellas el verdadero país que está allá afuera construyendo
la esperanza de una sociedad mejor”.
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