25 de marzo de 2019

Buscaran convertir al Conservatorio en Instituto Nacional de Música


La gestora instó a hacer confluir los esfuerzos de instituciones públicas para promover los nuevos talentos.

Este año tenemos una visión y misión fundamental y toda la comunidad educativa está abocada a ello que es la de elevar el Conamu a que se convierta en un Instituto Nacional de Música”, destaca la profesional en esta entrevista con La Nación. “Tengo sueños como artista, los cambios tienen que venir de abajo, ese es nuestro esfuerzo”.
  • ¿Por qué se hace necesario un Instituto?
  • Esto va a permitir que nuestros egresados de pre-grado, egresados, puedan acceder a las carrera de grado y pos-grado y puedan obtener sus titulaciones en esos niveles, lo que significa la posibilidad de profundizar en el estudio de las ciencias musicales y por ende jerarquizar la profesión musical para que la sociedad pueda valorar cada vez más la profesión artística.
  • La desvalorización es un problema de matriz...
  • Así es, no se valora al músico, se entiende que es un oficio y no como una profesión que tiene un estudio sistematizado y que ha producido en el país grandes compositores. El Conamu es una institución estatal que garantiza el acceso a la educación musical a todo ciudadano que tiene un talento para desarrollar.
  • ¿Cómo se resuelve el eterno problema presupuestario?
  • La limitación que tenemos es que el Parlamento debe otorgar presupuesto para que esta entidad sea autárquica, ya que la autonomía hace a la forma de gobierno, los planes de estudio y la posibilidad de manejar los propios recursos ya que actualmente el Ministerio de Educación (MEC) es el que ejecuta.
  • ¿Alcanzan a ejecutar sus partidas?
  • Tenemos problemas inmensos, sólo 3 o 4 desembolsos al año y de los 13 mil millones de guaraníes que configuran nuestro presupuesto, solamente el 1% ejecuta el Conamu, entre 150 y 200 millones que son insuficientes para sostenernos.

Con más de 150 profesores que se distribuyen entre su sede central, el local propio que se les adjudicara el año pasado, la filial Itauguá y el salón auditorio Emilio Biggi que imparten clases para más de 1200 alumnos, el paso se revela como esencial, explica Aquino. 
-¿Qué hace falta para que las autoridades comprendan que el artista es esencial en una sociedad?
  • Creo que hay una carencia de sensibilidad social. El arte para la sociedad paraguaya solamente cumple una función de entretenimiento, no así como en el mundo donde transforma sociedades, produce industria, genera divisas, transmite ideas y su función es mucho más amplia. Entiendo que debemos sensibilizar sobre este particular, sobre el desarrollo humano, porque es importante la formación integral donde la música desarrolla el pensamiento abstracto, no sólo la matemática.
  • Tiene que ver con la creatividad...
  • Totalmente, hace un poco vino un experto internacional que nos explicó que en Europa están apuntando a formar personas innovadoras y creativas. El arte por excelencia es el que forma en la creatividad, en la capacidad de formular nuevos paradigmas. Para tener ciudadanos que puedan cambiar el ambiente hacia un desarrollo sostenible, hace falta que nos ocupemos de formarlo en disciplina que trabajen en su creatividad para que den nuevas propuestas.
  • ¿Cómo están en materia de infraestructura, instrumentos, etc?
  • El año pasado por primera vez en 22 años nos transfirieron un inmueble para que tengamos local propio. Penosamente no está apto para albergarnos a todos y seguimos aquí en alquiler, habiendo formado a más de 500 músicos profesionales. Necesitamos que una vez que nos transformemos en Instituto, se nos construya un edificio modelo con laboratorio, auditorio, estudio de grabación, porque tenemos que poder experimentar con el sonido.
  • Con requerimientos técnicos mínimos...
  • Así mismo, porque necesitamos salas isonorizadas para que se den clases individuales y el auditorio, es fundamental para poder mostrar y practicar la parte artística, las prácticas de escenario. Necesitamos teatros, por ejemplo: No tenemos una compañía nacional de Opera y estamos formando cantantes líricos.
  • Bueno, está el Teatro Lírico “José Asunción Flores” del Banco Central...
  • Pero no lo podemos utilizar porque nos dan sólo cuatro fechas en el año. El Teatro Municipal que tiene fosa, que se puede utilizar para la Opera, la Zarzuela, tiene un costo elevadísimo que no podemos afrontar con los recursos de fuente 30.
  • ¿Y no hay posibilidad de articularse?
  • Entendemos que si, promovemos una articulación plena de las instituciones culturales porque lastimosamente estamos actuando como islas y no podemos seguir así. Estoy pidiendo el auditorio de la Secretaría de Tributación (SET) porque como se sabe fue pensado como un teatro réplica de Alla Scala de Milán. De noche, sacando sillas y escritorio podemos recuperar esa acústica maravillosa, por lo que estamos pidiendo para hacer presentaciones líricas y de zarzuela, éstas son las cosas que tenemos que hacer.

    Jorge Zárate
Ficha
Virginia Aquino es directora del Conservatorio Nacional de Música (Conamu)

Profesorado Superior en Violín. Medalla de Oro por mejor egresada y mejor alumna de la promoción
Abogada
Licenciada en Artes musicales. Orientación Violín."Suma cum laude"
Diplomado en Didáctica Superior Universitaria
Diplomado en Gerencia y Planificación Estratégica en el Sector Público.
Diplomado en Gestión de Políticas Públicas
Diplomado en Gerencia de la Administración y Finanzas Públicas.

7 de marzo de 2019

Fabián Chamorro, historiador: “No podemos quedarnos desprovistos de la historia”




Participa hoy (1/3/2019) de un acto en Cerro Corá con 600 estudiantes en el que se recordará la gesta patria
“Me voy a dar clase, porque más de 600 jóvenes visitarán el lugar y le daremos un recorrido con otros historiadores y vamos a abarcar temas como los niños y mujeres de la guerra, la figura de López y las consecuencias del conflicto”, cuenta el historiador Fabián Chamorro sobre la actividad que cumplirá hoy en Cerro Corá.
Acaba de concluir en el Museo Nacional la muy recomendada charla “Francisco Solano López, de la proscripción a Héroe Nacional”, en el que acompañado por su par Renato Angulo van desmenuzando el proceso de reivindicación de la que considera “una figura histórica fundamental para entender varios procesos de nuestro país”.
Recuerda allí que “la Guerra de la Triple Alianza fue desastrosa para Paraguay y se dice que los vencedores escriben la historia, y en Paraguay son propios paraguayos los que vienen con los ejércitos vencedores y escriben en contra de López”, recordará.
“Uno de los principales es José Segundo Decoud que tuvo periódicos en la época, y entiendo que ayudó el hecho del trauma mismo de la guerra que hizo que la gente tratara de olvidarse, tenía que sobrevivir, comenzar a producir, es decir tenía otras prioridades”, expone.
La reivindicación nace con el hijo de Francisco: “El que inicia todo es Enrique Solano López que compra un periódico para llegar al pueblo, a la gente común y así le fue más fácil hacer conocer su mensaje”, apunta.
Para arribar a ese momento sin embargo, pasó mucho olvido, los periódicos de la posguerra ocultaban a drede la contienda, más centrados en los hechos de la reconstrucción.
Inclusive una persona como Ignacio Ibarra, que junto a Silvestre Aveiro, fueron los últimos que vieron con vida a Solano López en Cerro Corá, tardó 15 años en decir en su periódico “La Democracia” que el Mariscal no había sido un “cobarde” en su lecho de muerte.
La situación de la prensa es particular en el decurso del tiempo, la venta de las tierras fiscales comienza a dar réditos y a mejorar lentamente la economía de las elites del país, por lo que desde 1885 al 1896 los investigadores no encontraron un sólo artículo que hablara de la guerra en los periódicos.
Los partidos politicos tampoco decían nada, y hasta el propio Bernardino Caballero, “había denostado la figura de López”, contará Chamorro en la exposición.

Un siglo para una causa
Enrique Solano López Lynch tenía 11 años en Cerro Corá, intentó defender a padres y hermanos en el momento fatal, recibió un culatazo, al despertar, estaban muertos. Contaría después que fue allí que se juró reinvidicar la memoria de su padre.
En 1894 regresó al país, se afilió al Partido Colorado y consiguió que Juan Egusquiza, entonces presidente, lo nombrara como profesor. Lo primero que hizo fue imprimir un folleto para entregar a los estudiantes. Allí, un colega argentino de apellido Tapia salió al cruce de su reivindicación y tuvo que retarlo a duelo. Ambos tenían pésima puntería y a pesar de disparar los reglamentarios tres tiros que puede hacer cada uno, ninguno acertó y siguieron con sus vidas, sus luchas.
Enrique fundó el periódico “La Patria” desde donde alentó la primera gran movilización de veteranos de la Guerra Grande. Cinco mil marcharon desde el centro a la Recoleta en un día de lluvia en ese 22 de septiembre de 1901.
Ya despues lo ayudaría Juan O`Leary, que en 1902 tendría una encendida y recordada polémica sobre el tema con Cecilio Báez, su mentor que pagaría perdiendo su empleo en el Colegio Nacional.
“La Patria” lanzó una campaña para hallar “al Trompa de Díaz”, el hombre que tocó la trompeta en la carga de Curupayty. Lo encontró, Cándido Silva, fue desde entonces un símbolo de las reuniones de veteranos que iban creciendo con el tiempo.
En 1906 el gobierno liberal envía una cuadrilla militar para “vigilar” los recordatorios del 22/9, alguien grita “Muera López” y la trifulca se comenta hasta hoy.
Chamorro apunta: “Es importante que atendamos, valoremos nuestra historia, porque es muy rica y es fundamental que conozcamos nuestras raíces para seguir creciendo, como dijo Manuel Gondra, en esa cita de la exposición, hay que reconocer todo nuestro pasado con las cosas buenas y las cosas malas y para ello es importante que la historia se enseñe, no podemos quedarnos desprovistos, entendemos un error quitarla de los programas de estudio porque puede se catastrófico a largo plazo”.
Gondra fue quien abrió las puertas al “nacionalismo” liberal, entiende Chamorro, y dice que allí comenzó a cambiar todo para llegar al cincuentenario, en 1920 con la inauguración del primer monumento del Mariscal fuera de Asunción.
“Nadie sabe dónde está, se perdió”, cuenta Chamorro que hoy seguirá averiguando, allí en Pedro Juan Caballero qué destino tuvo aquel símbolo de un renacer. 
Jorge Zárate