13 de octubre de 2025

Menonitas en Paraguay conmemoran 500 años del movimiento religioso

 

Incluyen eventos de reflexión y de agradecimiento. “Son momentos para mirar hacia el pasado con gratitud y hacia el futuro con la determinación de seguir siendo una luz para el entorno a través del testimonio de una vida de servicio en armonía con las enseñanzas de Cristo”, indicaron.

 El 11/10 pasado, la Iglesia Menonita Concordia de Asunción fue sede de un evento conmemorativo de los 500 años del movimiento religioso con participantes de todas las agrupaciones menonitas del Paraguay, juntamente con numerosos invitados adicionales.

La participación del Secretario Ejecutivo del Congreso Mundial Menonita, César García, dió un destaque especial e internacional a estas jornadas en las que “se desarrollaron ponencias, espacios de reflexión y diálogos enriquecedores”, informó el pastor Víctor Wall.

“Por la noche se celebró un culto unido de carácter multiétnico, en el que se reunirán menonitas de diversas comunidades de origen inmigrante, latino e indígena en un gesto de unidad y diversidad”, agregó.

“Estamos agradecidos en general por una patria como el Paraguay que nos ha acogido de manera muy generosa, así que con mucha gratitud celebramos nuestro aniversario, hacia dios y la sociedad paraguaya deseando que nuestra presencia, nuestra paraguayización, siga ocurriendo con bendiciones”, expuso. 

 La “paraguayización” de una fe

La llegada de los menonitas al Paraguay en la década de 1920 fue una culminación de la ola de migraciones. “Las primeras familias que se asentaron en el inhóspito Chaco buscaban un refugio donde pudieran practicar y vivir libremente su fe. La lucha por sobrevivir en ese entorno extremo fue una gigantesca prueba de su fe y perseverancia. El Chaco Paraguayo se convirtió para ellos en un lugar, donde su dependencia de Dios y de la comunidad fueron probados y se hicieron más fuertes”, indicaron en un texto alusivo a la conmemoración.

Al analizar la actualidad menonita en el país, Wall recordó que “en primer lugar ya no es una comunidad solo inmigrante y es bastante diversa en extensión, hay gente latina e indígenas. Más allá de esto, las inmigrantes están todavía con su propia cultura e instituciones y a la vez integrándose en las áreas económicas y sociales, en un proceso de transición muy interesante”, apuntó.

“Se está paraguayizando, no es que queramos dejar nuestros valores tradicionales, pero nos consideramos paraguayos también por nuestra ciudadanía, pero hay diversos niveles de integración, unas avanzadas y otras cautelosas Algunos grupos que mantienen un sentido muy fuerte de guardar tradiciones y otras están abiertos sin perder valores esenciales”, describió.

Recordó la importancia que le otorgan al servicio en su prédica y que la educación y la cultura tienen un valor muy alto, por lo que “tengo deseos personales que nuestra presencia arroje beneficios en todas las áreas de la vida, que sea una bendición”, apuntó.

En el texto arriba citado se agrega: “El Paraguay nos ofreció un santuario, no un imperio económico. Nuestros ancestros vinieron con nada más que sus Biblias, sus herramientas de trabajo y su fe profunda en que este era el lugar al que Dios los había guiado. La prosperidad económica que hemos logrado es entendida como un subproducto de nuestro trabajo diligente y nuestra obediencia a los principios de la unidad, la cooperación y la sencillez, no como un fin en sí mismo. Este aniversario es un recordatorio de que nuestra verdadera riqueza no está en nuestros campos ni en nuestras fábricas, sino en nuestra comunión con Dios y en el apoyo mutuo.”

La Diaconía: La Fe en Acción

El enfoque de los menonitas de Paraguay en una vida basada en su fe en Jesucristo se manifiesta a través de la diaconía, la práctica del “servicio desinteresado”, definieron. “Lejos de ser una comunidad aislada, los menonitas han invertido consistente y generosamente en el bienestar de la sociedad paraguaya, especialmente en los sectores más vulnerables. Por esto, para ellos los hospitales no son solo centros de salud; son extensiones de su llamado a cuidar en forma integral a los enfermos. Las instituciones educativas no solo instruyen académicamente; son expresiones de su llamado a fomentar el crecimiento integral personal y comunitario”, apuntaron.

“La convivencia con las comunidades indígenas del Chaco es otra manifestación de su compromiso con la paz y el servicio. A través de la evangelización y fundación iglesias y de desarrollo agropecuario, educación y salud, la colaboración entre menonitas inmigrantes e indígenas edifica puentes de entendimiento, cooperación y respeto mutuo que están enraizados en la convicción de que todas las personas deben ser tratadas con dignidad y respeto. Esta colaboración es un reflejo de su compromiso con la no violencia y la resolución pacífica de conflictos, principios fundamentales de su fe en Jesucristo”, concluyeron. 

Pastor Víctor Wall
 Celebración mundial

Los pastores Víctor Wall y Darío Ramírez apuntaron en un texto alusivo a la fecha que “esta conmemoración será una oportunidad para que el Paraguay y el mundo entiendan y aprecien cómo la historia de los menonitas es un testimonio del poder de la fe en Jesucristo para superar adversidades. Al mismo tiempo, es un ejemplo de cómo las comunidades pueden florecer cuando priorizan y promueven los valores arraigados en el evangelio de Jesucristo en todas las áreas de la vida”.

Las iglesias y comunidades menonitas del Paraguay se unen así a la celebración global del quincuagésimo centenario de los orígenes del movimiento anabautista-menonita, una tradición cristiana que inició en el año 1525. Wall, en diálogo con Nación Media recordó que este aniversario especial “lo estamos celebrando en todo el mundo, tuvimos un gran encuentro en Suiza en mayo y así seguirá siendo”.

Los menonitas tienen sus raíces en la Reforma Radical de Zúrich, Suiza, alrededor del año 1525.

“En el siglo XVI todo el tema de la libertad de conciencia, la libertad religiosa y las decisiones personales estaban prohibidas y se recibió persecución por la postura firme en la defensa de estos valores”, historió Wall 

 “Este movimiento nació de una convicción simple pero revolucionaria: que la fe en Jesucristo se basa en una decisión personal y consciente y se hace visible en una vida trasformada. Sus fundadores, a menudo perseguidos por sus creencias, practicaron el bautismo de adultos, el seguimiento radical de Jesucristo en sus vidas diarias, el pacifismo, y una vida de simplicidad. A través de los siglos, su compromiso con la libertad religiosa impulsó múltiples migraciones, motivados por el deseo de continuar y profundizar sus convicciones espirituales, forma de vida y su relación con Dios”, se señaló.

Jorge Zárate

6 de octubre de 2025

Un esfuerzo por cuantificar y proteger a los afroparaguayos

 

En coincidencia con movimientos regionales que revalorizan los orígenes africanos, una encuesta encontró una importante cifra de personas que se asumen afroparaguayos. El trabajo alienta a encarar políticas públicas desde el Consejo Nacional de Afrodescendientes (CONAFRO) en miras a mejorar los guarismos que los ubican en una situación de “pobreza multidimensional”. Aquí un análisis del estudio con sus investigadores. 

La población de 5 años y más que se identifica como kambá/afroparaguaya se estima en promedio en 85.596 personas que representan un 1,5% de la población total. El número se ubica por encima a lo observado en Argentina (0,7%), Bolivia (0,2%) y Chile (0,04), aunque, cómo se conoce, la presencia afro es notoriamente menor a la de Uruguay (10,6%) y Brasil (55,5%). 

Este es el dato principal que aporta Encuesta sobre la Población Afroparaguaya (EPAP 2024) indicando que el margen de error, hace que la cifra pueda ubicarse en realidad entre las 62 mil y 110 mil personas.  Apunta a su vez, que la mayoría está viviendo en la zona del departamento Central, revelando aspectos de la composición de nuestra población que habían sido obviados en el censo 2022.

El trabajo dio cuenta, por ejemplo, que más allá de sitios de reconocida presencia negra como Emboscada y el Barrio Camba Cua en Fernando de la Mora, zona norte, “más de la mitad de la población afro se encuentra en distritos intermedios del interior de la Región Oriental y en distritos pequeños de menos de 25 mil habitantes. En ellos vive 1 de cada 3 personas que se reconoce como afroparaguaya”.

Este dato fue revelador, ya que no surgía en informaciones previas del INE o algún otro ente oficial.  “Honestamente, fue una sorpresa”, cuenta su investigador principal, el sociólogo Sebastián Bruno, experto en población.

Sebastián Bruno

sesgo racista que omite la inclusión de la categoría hasta prácticamente nuestros días.

Señala que la EPAP 2024 hizo sus preguntas en 5932 hogares, distribuidos en 39 distritos. Las mismas se elaboraron recogiendo la experiencia de otros países latinoamericanos, buscando saber, en principio, si en una vivienda había alguna persona “que se identifica como kambá, afroparaguaya o negra. Y en el caso de que nos digan que no, se pregunta por sus padres, sus tradiciones y demás”, en un intento de no perder las filiaciones.

Según explicó, esta serie de preguntas, puede ayudar al Instituto de Estadísticas (INE) en futuros censos y encuestas como la Permanente de Hogares (EPH) a poder registrar datos de manera más eficiente y precisa sobre esta franja particular. 

Dificil situación

Un 32% de la población afro se encuentra en pobreza multidimensional “y esto es más que el doble que quienes están en dicha situación en la generalidad”, apunta Bruno para dar cuenta de la situación del grupo.

“Hay algunos indicadores que nos están marcando brechas sociales de acceso, especialmente en la educación. Los niños, niñas y adolescentes afro de 6 a 17 años están asistiendo a la escuela o al colegio en un poco más de 82%. Y esto es más bajo que la generalidad de los chicos y chicas de la Región Oriental donde asisten casi en un 96%”.

También los adultos tienen 8,5 años de estudio contra el promedio general
de 10 años y el nivel de analfabetismo crece a un 9% para las personas de hasta 15 años cuando el promedio general es 5%. Un dato curioso, es que el analfabetismo trepa un 21% en poblaciones rurales.

“En términos de salud, no encontramos grandes diferencias. Sí, en el acceso al trabajo tienen una participación laboral bastante similar en cuanto a las tasas de ocupación y demás. Son en mayoría cuentapropistas y menos de 1 de cada 10 tiene Registro Único de Contribuyentes (RUC) lo que indica que está predominando una situación de informalidad laboral”, describe Burno. 

Ignacio Telesca

Políticas públicas

Para Ignacio Telesca, investigador asociado de la EPAP 2024 estos datos “son fundamentales a la hora de pensar políticas públicas, de salud, de educación, de trabajo, que se puedan orientar a la población afrodescendiente, un desafío para el Estado que es bueno señalar que se está haciendo”.

Menciona entonces las sesiones de la Comisión de Afrodescendientes (Conafro) que tiene representación de los distintos ministerios, en la que van “dándose pasos para tener esa cuestión en cuenta, sobre todo a nivel del Ministerio de Educación (MEC), que es un punto interesante porque ahí no solo hay que atender a la población afrodescendiente como un sujeto de derechos, sino también ir incorporando en la currícula el tema afrodescendiente a distintos niveles. Es decir, crear capacidades para evitar la discriminación, para el reconocimiento histórico de esta población”.

Cuenta entonces: “He participado en varias reuniones y se espera que para 2026 se pueda ir profundizando este tipo de acciones, por lo que creo hay un punto de esperanza. Por supuesto es todo muy lento y va a necesitar tiempo, por los compromisos, peleas, discusiones, pero hay movimiento y cuando hay movimiento es siempre bueno”, considera. 

Equipo

El equipo de investigación estuvo integrado por Sebastián Bruno (Investigador principal), Ignacio Telesca (Investigador asociado); Edith Arrúa (Investigadora asociada); Leticia Alcaraz (Directora); Lilian Meza (Investigadora en formación) y Adolfo Ruiz (Investigador en formación)

El relevamiento fue implementado por un equipo de investigación del Centro de Información y Recursos para el Desarrollo (CIRD), a través del Proyecto "Población afrodescendiente en Paraguay: estimación de magnitud y características". El proyecto es, cofinanciado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), como parte del programa PROCIENCIA con el apoyo del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI).

Parar la discriminación

Un 22% de los consultados experimentó mal trato o discriminación de acuerdo a su condición afro. “Esto realmente, por lo que hemos acompañado los encuestadores, nos muestra que es como un piso. Hay mucha gente que manifiesta situación de discriminación y demás pero entiende que es algo normal o está normalizado o naturalizado”, reporta el investigador principal Sebastián Bruno. Los hechos se dan en lugares públicos, “la calle, plazas y demás, en segunda instancia en el trabajo o buscando trabajos y después reuniones o eventos sociales. Ya en menor medida hay menciones a medios de transporte, redes sociales y centros educativos, ya es mucho más minoritario”, explica el sociólogo. 

Para Ignacio Telesca, investigador asociado de la EPAP 2024 “somos sociedades que discriminamos. Muchas veces nos pasa que como no tuvimos un apartheid como Sudáfrica o que tuvo Estados Unidos, entonces sentimos que no tenemos ese problema. Ciertamente no estamos a ese punto, pero siempre existe esa necesidad de diferenciarme del otro, pero diferenciarme de una manera que yo soy mejor, superior o algo más que el otro. Y buscamos cualquier diferencia para sobrevalorar lo mío y discriminar lo otro”.

Allí ingresan los fenómenos del racismo, el odio a los pobres, las cuestiones de género, “hay espacios de discriminación que son muy evidentes que existen: El fútbol testimonia algo que está en lo más profundo y se expone en los gritos y en los insultos. A lo mejor en una conversación normal lo vamos filtrando pero en el deporte no tenemos ningún filtro y salen. No son casos aislados, no es un loquito que le gritó “negro puto” a un jugador de fútbol, sino que es algo que atraviesa toda la sociedad”.

Allí es donde entiende importante proponerse un cambio. “Sólo reconocerlo no alcanza, hay que tomar medidas para que nos eduquemos y para que, si no tenemos filtro, bueno, aprendamos a usarlos y paguemos por no usar filtros. Porque discriminar implica ningunear, menospreciar y afectar a la otra persona. Entonces no podemos quedar impunes, entre todos tenemos que discutir cómo evitar ese tipo de discriminaciones a todo nivel, incluso lingüísticas”, sugiere. 

Ballet del Camba Cuá
Mestizaje

El mestizaje, un proceso continuo en las poblaciones, impacta en lo afro. Sebastián Bruno recuerda que “dado el pasado ligado al esclavismo, hubo un intento de la propia población afro por lograr este mestizaje, integrarse de otra forma con las poblaciones después de las aboliciones de la esclavitud a fines del siglo XIX”.

Recién a partir “de las organizaciones en la década del 60 en adelante hay una recuperación de las identidades afro y ahora hay una fuerte reivindicación y reconocimiento de estas poblaciones que le da números desde la demografía por lo que habrá que seguirla en un futuro”

Ignacio Telesca, autor del estudio “La historiografía paraguaya y los afrodescendientes”, recuerda que  en la mezcla de la población europea, negra e indígena está en la base de la población americana. “Entonces imaginémonos todos los derivados que hay entre estos 3 combinados”, propone.

Reflexiona sobre lo importante de mantener presente este diálogo interétnico teniendo en cuenta que “investigando un poco y haciendo cuentas y números, a nuestra región llegaron más africanos que europeos: A la zona del Paraguay llegaron europeos en el siglo 16 cuando se van a crear las otras ciudades, Santa Fe, Corrientes, Buenos Aires y al entender que Paraguay no es un lugar para llegar a Potosí, que no hay minas de oro ni de plata, entonces la gente deja de venir”. Insiste entonces en que “durante el siglo XVII y XVIII los que entraron de afuera eran esclavos, personas esclavizadas” que en gran mayoría eran africanos.

Recién a fines del siglo XVIII con la apertura de nuevos puertos comerciales llega una segunda oleada de españoles y europeos comerciantes.

Telesca, que es doctor en historia, recuerda que “Eladio Velázquez y Juan Carlos Garavaglia recogieron documentación de fin del siglo XVII, en donde desde la corona española se reconocía que el mestizo iba a ser tenido como español. Entonces no aparece la categoría de mestizo en los censos: Uno ve el censo en 1782 y no aparece, las categorías son españoles americanos; españoles europeos, indígenas o “indios” como se decía en esa época y afrodescendientes negros y mulatos”.

Jorge Zárate

 

Links

https://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/cea-unc/20121213113139/10tele.pdf

https://lapaginadeaguara.blogspot.com/2024/11/un-documental-recuerda-los.html

29 de septiembre de 2025

Arqueología en Fortín Boquerón: Vestigios de la “guerra industrial”

 

Detalles del asedio de 20 días del ejército paraguayo al estratégico punto tomado en ese momento por los bolivianos surge de la exvacación realizada por un equipo de expertos de la Universidad de Alcalá de Henares de España. Aquí un anticipo de sus conclusiones.

 “La guerra del Chaco es desconocida a nivel internacional aunque haya sido el conflicto más importante del siglo XX en América Latina, así que la del Fortín Boquerón es una intervención arqueológica importante para un lugar de memoria tan fundamental”, dice Andrés San José Gutiérrez, jefe del equipo de la Universidad de Alcalá de Henares, España que durante agosto de 2024 realizó una prospección cuyos resultados anticipó a Nación Media

 

Actualmente en revisión las conclusiones se publicarán próximamente en revistas científicas. “Generamos 3 artículos diferentes para darle conocimiento al gran público y al mundo académico: Un artículo general, un segundo sobre el aprovechamiento de los recursos alimenticios y un tercero de las conclusiones desde el punto de vista balístico”, anticipó. 

San José Gutiérrez y Jorge Gutiérrez Pociña fueron codirectores de la prospección en el Chaco asistidos por la arqueóloga Ruth Alison Benítez de la Secretaría de Cultura (SNC). “También debemos agradecer a Manuel Castro Priego, vicedecano de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y Profesor del Área de Arqueología por apoyar la actividad”, dice el profesional. 

El trabajo

Este equipo tuvo experiencias de excavación en sitios de la Guerra Civil Española; de la Segunda Guerra Mundial; en temas de prehistoria y la edad media, llegó al Fortín Boquerón en agosto del año 2024 haciendo “una primera toma de contacto para entender el sitio, ver qué había y disponernos a hacer”.

En las excavaciones encontraron “materiales del puro conflicto, muchas municiones de diversos tipos, principalmente casquillos que fueron sometidos a trabajo de laboratorio, análisis, etc”. 

 Lo principal conclusión que surge “es la llegada de la guerra industrial a uno de los lugares más recónditos de América Latina, que se verifica en las balas fabricadas en Alemania; Bélgica; Francia; Inglaterra, alguna de Estados Unidos y alguna también de Noruega. Los casquillos tienen una marca que permite identificar el lugar de procedencia y la fabricación, son claramente excedentes de la Primera Guerra Mundial, materiales que quedaron almacenados en los Europa y luego fueron vendidos al ejército boliviano en los años 20 y durante el conflicto: Tenemos documentados los envíos y hemos sido capaces de vincular una resolución del parlamento noruego que quería prohibir la venta de armas, por ejemplo”, revela.

También se encontraron armas estadounidenses como los famosos rifles Winchester.

Un elemento curioso de la arqueología es “que nos permite tener como una fotografía de un momento. Por ejemplo en uno de los caminos que lleva al Fortín por donde incursionaba el ejército paraguayo encontramos una serie de casquillos disparados por un boliviano que hacen entender que lo iba haciendo reemplazando un “peine”, un cargador que tiene 5 balas, que fueron cayendo a su alrededor”.

Supervivencia

La batalla de Boquerón, la primera de la Guerra del Chaco tuvo lugar entre el 9 y el 29 de septiembre de 1932 en torno al fortín Boquerón y “una zona en forma de arco, de 10 a 11 km de profundidad, que va desde el fortín Ramírez hasta el fortín Yujra. Culminó con la recuperación del fortín por parte del ejército paraguayo, la captura de sus ocupantes, la caída de los fortines circundantes y la retirada hacia el fortín Arce de las fuerzas bolivianas que intentaban prestar ayuda desde el exterior al fortín Boquerón”, recuerda la Wikipedia

Soldados paraguayos colocando cañones Schneider de 75mm.
 Ese asedio de 20 días se puede verificar en la arqueología: “Vemos que lo pasaron realmente mal, preocupados de la pura supervivencia”, dice el arqueólogo San José Gutiérrez. “Hallamos los restos de una hoguera donde se hacía un fuego para cocinar y allí descubrimos huesos de animales, algún tipo de pajarito, restos de tatú, de oso hormiguero, lo que nos dice que las condiciones del asedio eran tan duras que no les llegaba prácticamente nada”, apunta. “No tenían de nada, encontramos restos de clavos pequeños de las cajas de materiales bélicos que pudieran tener que utilizaban para alimentar el fuego… encontramos también restos de botellas de bebidas alcohólicas, aguardiente, caña, son fragmentos pequeños con alguna letra, terminaban la botella y la echaban para allá”, especula. 

 Otro punto importante fue el hallazgo de restos de un impacto de mortero del ejército paraguayo. “Era un arma que se estrenaba en esa guerra, lanzan el proyectil con curva y al explotar, a un metro de altura desperdiga un racimo de bolitas de metal, de plomo o acero. Encontramos estos perdigones y también restos de un pequeño hueso de un pie, entendemos que de un bolviano afectado, también una hebilla de cinturón de algún soldado que destrozó la bomba”.

Continuidad

San José Gutiérrez espera que prosperen los planes de seguir adelante con la investigación. Las primeras prospecciones se hicieron en las trincheras y cerca de las chozas de alojamiento de los soldados en el Fortín Boquerón, pero entiende que es posible “excavar más para terminar de entender cómo fue el asedio, la toma por el ejército paraguayo”. 

Las prospecciones y sus trabajos vinculados requieren de una inversión de decenas de miles de dólares pero entregan aprendizajes de gran valor.  Según expone “estamos pendientes de conseguir financiación para poder incorporar más a las universidades paraguayas para ayudar a formar nuevos arqueólogos que puedan sumarse a esta tarea”.

En estos días el arqueólogo y un equipo de la SNC trabajan para hacer un levantamiento de imágenes con un drone “que subirá a 50 metros y viajará por encima del sitio formando una cuadrícula, de norte a sur y de este a oeste, abarcando unas 20 hectáreas. Con las fotos seremos capaces de hacer una reconstrucción en 3D para dársela a la gobernación de Boquerón y a la SNC y sugerir sitios para futuras excavaciones. Así que esperamos volver el año que viene”, se esperanza.

Una visita obligada

El Fortín Boquerón es hoy un museo al que su puesta en valor durante los últimos años, transformó en una visita obligada para quienes recorren el departamento Boquerón.

“Tenemos un creciente turismo, recibimos aproximadamente unas 500 personas por mes”, cuenta Arturo Cristaldo, uno de los guías que acompañan a los visitantes al interesante recorrido por trincheras, senderos y la estrella del lugar, el Samuhú (Palo Borracho) que fue calado como escondite para un soldado.

“La mayoría son del interior, viene gente de Concepción, Caaguazu, Itapuá, Ciudad del Este y también este año recibimos a extranjeros, italianos; ingleses y norteamericanos”, cuenta desde este sitio histórico ubicado a 60 kilómetros de Filadelfia, capital del departamento Boquerón, a unos 435 kilómetros de Asunción. “Estamos como en el centro del distrito Boquerón, también a 60 kilómetros de Lompa Plata y a 30 de Neuland y hay una buena cantidad de comunidades indígenas alrededor”, precisa Cristaldo de esa zona en la que habitan unas 21 mil personas.  

Arturo Cristaldo
 “Es uno de los museos más completos sobre la contienda, sobre todo en el acervo del material que utilizaron ambos ejércitos. Tenemos el motor de un avión Potez 25 de nuestra Fuerza Aérea y  restos de un avión que uso Bolivia; también cañones: uno de los bolivianos y cuatro de los nuestros; variedad de fusiles de ambos ejércitos; un telémetro que se usaba para medir la distancia al enemigo”.

El sitio se emplaza en el centro de las 94 hectáreas que tiene el terreno, declarado Patrimonio Cultural desde 2012.

“De lo que se conserva, la mayor parte es trabajo boliviano, porque se prepararon para defender, están las trincheras, un búnker, que ellos llaman “tuca” o “tuco”, del teniente coronel Manuel Marzana que está intacto. En ese lugar desarrollaba la estrategia de defensa”, relata. .

“Está el puesto de vigilancia que es un Samuhu (palo Borracho), que hoy sorprende por las dimensiones que tiene el árbol y hay tres cementerios en el predio”. Se estima que hay entre 1200 y 1300 muertos en el cementerio paraguayo y unos 850 en la fosa común de los bolivianos, cifras que dan cuenta de lo cruento de los combates de aquellos 20 dantescos días de la batalla de Boquerón.

Tuca del teniente coronel Marzana, jefe boliviano
 Cristaldo destaca la historia de los contendientes que eligieron descansar juntos. Se trata del teniente paraguayo Fernando Velázquez y el capitán boliviano Tomás Manchego. “La historia cuenta que se habían conocido antes de comenzar la guerra. Luego, en el primer intento boliviano de tomar el Fortín en 1931 fue atrapado Manchego. “Ya areko petei boli”, decían nuestros soldados y Velázquez, que era parte de ese grupo, se acercó para ver quién era el boliviano. Cuando ve que es su amigo, se ofrece para ser custodio. Fue su ángel guardián, le daba comida a escondidas y después se le liberó y pudo volver. Después, ya en plena guerra combaten aquí y curiosamente, ambos mueren por herida de cabeza, el 21 de septiembre de 32 cae Velázquez y dos días después lo hace Manchego. Allí es cuando el médico boliviano es cuenta de la última voluntad de ambos combatientes por lo que concluida la contienda ambos fueron enterrados juntos”, memora. 

 Hoy en día, el intercambio con los bolivianos es casi cotidiano en la zona y la guerra aparece como un fantasma lejano. “Lo miramos como si fuera que nunca pasó, siempre tuvimos una relación amistosa con los bolivianos y cuando vienen por aquí tratamos de entender analizando cómo pasaron los hechos. Todo indica que ellos querían el Chaco para recuperar de alguna manera su salida al mar. Pudo haber sido otra la historia si se hacían negociaciones diplomáticas”, reflexiona Cristaldo.

El museo abre todos los días de 7 a 17 horas y tiene guía permanente. “Estoy estudiando en la Senatur, dando los primeros pasos para ser guía local y voy rindiendo para ser guía internacional. También estoy estudiando alemán e inglés”, dice este luqueño de 37 años que desde hace 7 vive en el Departamento Boquerón.

Actividades

Gladys Ojeda, del área de turismo de la gobernación de Boquerón recordó las difentes actividades que se realizarán para conmemorar la batalla. “Realizamos el desfile estudiantil, cívico y militar, del que participan reservistas, bomberos, que se suman al emblemático momento”, dice de la actividad principal que ocurrirá desde las 8 del 29/9 frente al Museo del Fortín Boquerón. 

 

Hoy domingo desde las 8 se puede visitar la exposición de artesanías y la muestra de libros de autores locales y asistir, a partir de las 15, al interesante concurso de Historia en el que alumnos de los distintos colegios responden preguntas alusivas a la contienda en un evento muy celebrado por la población. Habrá también una exposición de autos antiguos y a partir de las 18 tendrá lugar un Festival en homenaje a los Héroes del que participarán Tania Duarte, Dos raíces y academias de danzas locales y regionales. 

Los rusos y su aporte crucial

Miguel Stanichevsky, es presidente de la Asociación de Rusos y Descendientes en el Paraguay (Arydep) que se encuentra preparando un festejo especial para este 29 de septiembre, aniversario de la batalla de Boquerón.

“Entendemos que es importante celebrar la fecha para recordar a nuestros padres y abuelos que participaron de la contienda, especialmente al capitán Basilio Orefiev de Serebriakoff que murió heroicamente liderando el asalto final”, apunta. Todavía resuena la frase que se le atribuye: “Es un lindo día para morir”, habría dicho cuando expiró a metros de conseguir el objetivo de retomar el Fortín Boquerón.

Por eso a partir de las 17.30 en la sede de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) sita en Teniente Coronel Ayala Velázquez 376 de esta capital, se llevará a cabo un acto en la que se recordará esta importante participación con testimonios de familiares. La velada tendrá un intermedio musical a cargo del maestro José Carlos Cabrera y la pianista rusa Linda Kuznetsova para posteriormente pasar a un brindis. 

“Mi abuelo fue el capitán honoris causa Vladimiro Sryvalin, que fue parte del grupo de 75 rusos voluntarios que se enrolaron en las fuerzas armadas paraguayas y participaron de la Guerra del Chaco”, comenta. “Lo cuidé mucho tiempo y a pesar de que era joven cuando él falleció, lo conocí muy bien. Estuvo destacado en Bahía Negra donde tuvo a su encargo varios cadetes y oficiales de alto rango que estaban cuidando esa zona norte del país. También estuvo en las trincheras, porque era capitán topógrafo ingeniero”, recuerda.

 La idea del encuentro es “recordar la motivación especial que tuvieron, los sacrificios que hicieron por su patria adoptiva a la que tanto amaron”.

Los datos acerca del número de los oficiales rusos que combatieron del lado de Paraguay, varían en distintas fuentes, pero en el núcleo de mando de las tropas paraguayas había veintitrés capitanes rusos, trece mayores, cuatro tenientes coroneles, ocho coroneles y dos generales, Iván Beliáev y Nikolái Ern.

Jorge Zárate

 Links

https://elfulgor.com/noticias/nacional/boqueron-la-feroz-batalla-la-bandera-aun-oculta-y-los-hallazgos-forenses-en-el-chaco

https://www.lapoliticaonline.com/paraguay/politica-py/pena-busca-avanzar-con-un-nuevo-puente-para-la-ruta-bioceanica-pero-para-milei-no-es-prioridad/

https://www.youtube.com/watch?v=mTZR39YJmho

https://www.lanacion.com.py/gran-diario-domingo/2024/09/29/con-prospeccion-arqueologica-buscan-entender-dureza-de-la-batalla-de-boqueron/

https://senatur.gov.py/noticias/el-fortin-boqueron-te-invita-a-vivir-el-turismo-historico-de-la-guerra/

https://www.ip.gov.py/ip/2024/09/29/boqueron-20-dias-que-definieron-el-destino-de-paraguay-en-la-guerra-del-chaco/

https://es.gw2ru.com/historia/17625-rusos-heroes-paraguay

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Boquer%C3%B3n_(1932)

22 de septiembre de 2025

Cándido López, “El manco de Curupayty”, la historia del frente desde los pinceles

 

 Su serie de pinturas de la guerra de la Triple Alianza es objeto de estudio en todo el mundo por la descripción detallista de la escena, por la calidad de cronista que asume el artista. Resaltan allí los cuadros de la batalla que marcó su vida de la que se cumplen 159 años. Aquí una historia.

Después de la Batalla de Curupayty

Su obra es anticipatoria, cinemátográfica, al poco de mirarlas, las pinturas parecen cobrar vida.   “Después de la batalla de Curupayty” es uno de sus cuadros más famosos y es quizá el que más se empeñó en pintar. Contundente, refleja una masacre, los cuerpos yacen en toda la extensión del plano que tiene 1,50 x 50 m, hay allí derrota y desolación.

Autorretrato de Cándido López
Lo terminará recién en 1893, pero antes vale situarnos en aquel 22 de septiembre de 1866, el día de la confrontación entre el ejército paraguayo que defendía la posición y la Triple Alianza, Argentina, Brasil y Uruguay que atacaban sin éxito. 

 El soldado pintor Cándido López es uno de los que participa de la carga aliada, cuando, en la vorágine de fuego, humo, sangre, barro y muerte, su brazo derecho que blandía un sable es dañado seriamente por una metralla.

Tenía 26 años, es atendido por un compañero que consigue cesar la hemorragia y hacerlo llegar al campamento argentino. A pesar de todos los esfuerzos por salvar su arte, la gangrena avanza y hace que días después decidan su retorno a Buenos Aires donde le amputan el brazo derecho y lo retiran por invalidez.  

En esos días Cándido cree ver el final de su plan: Será difícil ya pintar la contienda y que su obra sirva para hacer historia. Sin embargo, un fuego interior lo anima a seguir, se pasa años ensayando cómo pintar con la mano izquierda hasta que logra terminar el primer cuadro. Nobleza obliga, se lo regala al médico que le salvó la vida en el campo de batalla. 

Vista interior de Curuzú mirado de aguas arriba 
El pintor, al que ya se conocía como “El manco de Curupayty” reconstruye y concibe a partir de allí obras increíbles, como “Vista interior de Curuzú mirado de aguas arriba”(1891),Soldados paraguayos heridos, prisioneros de la batalla de Yatay” (1892) y “Después de la batalla de Curupaytí” (1893) que forman parte de un grupo de 40 obras que hasta hoy siguen admirando espectadores en el Museo de Bellas Artes de Argentina.

Las obras van acompañadas por un texto de puño y letra del autor, en lo que constituye una verdadera bitácora de guerra que ayuda a entender, pintura y contexto.

El pintor Enrique Collar da una primera impresión sobre “Después…”: “En primer lugar mucho espacio, vacío, desolación. Paraguay gana esta batalla, pero la descripción al ser desde el punto de vista de un soldado argentino, se siente como una batalla perdida”.

Destacan los detalles, las tensiones, el uso del espacio. Su colega Federico Caballero resume: “Es magistral”. 

Trinchera de Curupayty
Curupayty, el fin del Mitre militar

El fuerte de Curupayty, situado en la margen izquierda del río Paraguay, estaba unos cinco kilómetros al sur de la Fortaleza de Humaitá. Ese lugar fue escenario de la que quizá sea la más gloriosa contienda del ejército paraguayo que gracias a esta victoria logró frenar el avance aliado por diez meses.

Cándido López, tendrá en el tiempo, la oportunidad de reproducir las ideas que había pergeñado aquella tarde siendo parte de los batallones que acometieron infructuosa carga.

Marcha del Ejército Argentino

“López produjo una serie de pinturas sobre la batalla de Curupaytí que abarcan diversos aspectos del enfrentamiento. Desde la Marcha delEjército Argentino hasta el Asalto de la 2ª Columna Brasileña, estas obras fueron elaboradas a lo largo de más de una década. La serie incluye representaciones detalladas de las tácticas militares y el efecto devastador de la batalla. La mezcla de detallismo y narración visual refleja su deseo de preservar la memoria del conflicto para la posteridad”, reseña Juan Ignacio Novak en El Litoral de Santa Fé.  

Asalto de la 2a Columna Brasileña
Vale la pena revisarlas en el sitio web del Museo de BellasArtes.

Curupayty dio por tierra con el slogan de Bartolomé Mitre: “En 24 horas en los cuarteles, en quince días en campaña, en tres meses en Asunción”. La guerra, duro es saber, se extendió por 5 años.

Aquella victoria es atribuible a la brillantez del general José Eduvigis Díaz que intervino en la construcción de muy buenas trincheras y replegó a tiempo las fuerzas que resistían en Curupayty. Evitó así que fueran acribilladas por las 5 mil bombas que arrojó la flota brasileña sobre las que creían eran las posiciones paraguayas. Durante al menos 4 horas las 100 piezas de artillería de los 22 barcos provocaron una escena dantesca. 

Asalto de la 1a Columna Brasileña
Cinco mil paraguayos defendían la plaza. Entonces, pensando que las tropas estaban diezmadas, Mitre ordenó el avance de buena parte de los 20 mil hombres a su cargo sobre un campo muy embarrado que resultó una trampa para sus fuerzas que cayeron a pecho gentil ante el fuego paraguayo. Oficialmente admitieron menos de mil muertos, otros reportes ubican hasta en 10 mil los caídos de la Triple Alianza. Las bajas paraguayas no llegaron a 100.

La brutal derrota hizo que Mitre dejara el mando de la invasión a cargo de los brasileños marcando el fin de su pretendida leyenda militar. Además reavivó el rechazo popular a la guerra en Argentina, situación que obligó al retiro de tropas del frente. 

Asalto de la 3a Columna Argentina

Pasión, patria y oportunidad

Antes de la guerra, Cándido fue pintor retratista, llegó incluso a hacer uno del propio Mitre. También había pintado motivos religiosos y recorrió la provincia de Buenos Aires con un daguerrotipista francés buscando clientes para retratar. Quería ir a Europa a perfeccionar su técnica pictórica y ahorraba para eso cuando se decidió la injusta contienda contra Paraguay. Entonces, imbuido del espíritu de época y con el afán de crear una obra única, se alistó en la tropa como soldado del Batallón de San Nicolás.

“Como sabía leer y escribir lo nombran teniente primero y le asignan un pelotón, cargo que declina bajo el atinado argumento de que no sabe manejar un arma. Le bajan una categoría: teniente segundo. Los combates se suceden y ahí está Cándido López en calidad de soldado y documentalista: Paso de la Patria, Itapirú, Estero Bellaco, Yataytí Corá, Boquerón y Sauce. Durante el tiempo libre entre combates, el soldado artista esboza paisajes de los campamentos militares: serán los apuntes que utilizará tiempo después para las pinturas”, relata Verónica Gómez en Página 12.

Trinchera de Curupayty (Vista)
 En ellos se preocuparía de mostrar el escenario total, el despliegue de la batalla. Guardó también hojas y flores “para memorizar colores, olores, sensaciones. Y, sobre todo, la determinación de no dejarse vencer”, resume Celina Chatruc en La Nación de Argentina.

Cándido se autodefinía como un “historiador del pincel” y así coincide el crítico de arte Roberto Amigo: “Representó la guerra del Paraguay (1865-1870)…mediante una pintura analítico-descriptiva, derivada de la representación de batallas de la cartografía militar europea. Un modo de representación que había tenido su desarrollo en el Río de la Plata, alcanzando un punto sobresaliente en las pinturas de batallas conocidas como Victorias de Urquiza (Palacio San José, Entre Ríos) pintadas por Juan Manuel Blanes en 1857”.

Asalto a la 4a Columna Argentina
Reconocimiento tardío

La tarea de López, no es reconocida de inmediato. Recién en 1885 hace una exhibición en el Club Gimnasia y Esgrima tras la cual el Estado le compra una buena partida que hasta hoy integran la colección del Museo de Bellas Artes de Argentina (MNBA).

Naturaleza muerta
Patricia Corsani, del área de investigación y curaduría del MNBA dice de él: “Cándido es un ejemplo de superación tanto en lo personal como a nivel artístico. De hecho, él se representa a sí mismo herido en una de las pinturas. En los escritos cuenta que, tras la explosión, quedó caído al lado de un tronco hasta que el doctor pudo atenderlo”.  

 Cuando regresa herido intenta retomar contacto con “Emilia Magallanes, esa chica que conoció en Carmen de Areco y que no contesta sus cartas”, recuerda Chatruc

Su destino fue de novela siempre: Cándido tuvo finalmente doce hijos con Emilia, “la joven de Areco que tenía prohibido responder sus cartas. Y que un día, ya viuda de un matrimonio arreglado por sus padres, llegó por azar a la zapatería porteña donde Cándido trabajaba. Se casaron un 22 de septiembre, en el aniversario de la batalla en la que creyó haberlo perdido todo”.

Trabajó de zapatero hasta sus últimos días y sólo pintó después de aquellos cuadros épcios por los que se lo recuerda, naturalezas muertas para vender que firmó como “Zelop”, su apellido al revés.

Nunca supo de la repercusión y el valor que tiene hoy su obra en el mundo.

 Jorge Zárate

Ataque de la escuadra brasileña a las baterías de Curupayty

En la mirada de Roa Bastos

Augusto Roa Bastos publicó “El sonámbulo” como novela en 1976, aunque el texto, como cuento, integra también el libro “Cándido López: Imágenes de la guerra del Paraguay, publicado por Franco Maria Ricci en 1984”, una suerte de catálogo comentado de la obras del pintor. Su protagonista, Silvestre Carmona, que fue soldado en la guerra, traiciona al Mariscal Francisco Solano López y de su relato escrito ante el Fiscal, deviene la historia, aquí un fragmento en que el gran escritor nacional imagina a Cándido en su afán:

“…Así, de aquellos primeros años, de aquellas historias increíbles a reventar de vida y muerte, una es la que rememoro y veo con más nitidez: la del soldado enemigo que se ponía a pintar los preparativos de una batalla, o el paisaje sepulcral poblado de muertos, que dejaba una derrota. Sentado en un tronco, o de rodillas frente al caballete, con la visera del kepis sobre la nuca, fijaba con sus pinceles esas visiones que envejecían rápidamente.

Escuadra en Paso de la Patria
 Cuando lo descubrí por primera vez en los campamentos aliados de Paso de la Patria, sospeché que se trataba de una nueva forma de alucinación. Le disparé un tiro que levantó un poco de tierra detrás del caballete. No se inmutó: volvió fugazmente la cabeza en dirección a mi escondrijo, lanzó un escupitajo y continuó pintando, impasible. No fui yo solo quien lo vio: muchos otros lo avistaron pintando con la misma impavidez el desarrollo de los combates, sentado en lo alto de las barrancas. Lo apodaron el ta'angá apohá (el hacedor-de- figuras).

Quimera o no, lo volví a ver en Estero Bellaco, en Curuzú, en Tuyutí; por último en Curupaytí, al día siguiente del desastre de los aliados. Pretextos recorridas de exploración, salía a buscar a ese fantasma que pintaba fantasmas. Con el catalejo no tardaba en ubicarlo. Absorto, hacía su trabajo sin apuro entre los reverberos del sol y el aire manchado por el humo de la pólvora y los incendios. Solo cuando el sucio crepúsculo comenzaba a caer, parecía acometerlo cierta inquietud, como preocupado de que los millares de cadáveres se levantaran de pronto, recogieran sus carroñas y se fueran caminando hacia algún lugar oscuro y desconocido. 

Soldados paraguayos heridos en Yatay
En la tierra que las explosiones talaban y llenaban de cráteres, ese hombre fijaba el punto en que el tiempo aparece y desaparece. En ese punto, que abarcaba a todos, a vivos y muertos, a amigos y enemigos, también mi imagen -pensé- debe hallarse presente: la imagen de mi cuerpo escondido entre los matorrales; mis ojos observando a ese hombre cuyos ojos y manos disputaban al olvido el misterio de la comunión que la guerra forjaba: sus símbolos más visibles pero también más ocultos.

Me hubiera gustado que el hacedor-de-figuras llegara hasta Cerro-Corá, y que allí hubiese inmovilizado con inmutable pero viviente fijeza ese momento único en la historia de América…”

  Links

https://www.bellasartes.gob.ar/coleccion/buscar/?autor=253#resultados

https://www.ellitoral.com/arte/guerra-batalla-paraguay-alianza-pinturas-historia_0_DsAXUzW7am.html

https://elnacional.com.py/cultura/la-guerra-grande-vista-sonambulo-n2436

Cándido pintando a Mitre. Daguerrotipo de 1862 
https://www.lanacion.com.ar/conversaciones-de-domingo/las-pinturas-de-candido-lopez-reflejan-batallas-emblematicas-y-personajes-historicos-de-nuestro-pais-nid21062025/

https://www.lanacion.com.ar/cultura/candido-lopez-cronista-visual-la-tenacidad-del-manco-de-curupayti-nid13032021/

https://www.pagina12.com.ar/39014-el-gran-testigo