16 de mayo de 2019

Madrugada con frutos detras de una cortina de agua

“¡Aquí me conoce hasta el último perro!”, dice Patrocinia y hace reír a todos en el depósito. “Ayer cumplí 85 años y vengo desde hace más de 30 de lunes a sábado”, cuenta la mujer. Pregunta por la calidad de las papas que va a llevar, le da un puntapié preciso a la bolsa de 20 kilos de cebolla, un tester criollo para la dureza de las frutas que se ve eficiente y gracioso en su ejecución.
Después mira claro detrás de sus grandes anteojos, negocia precios, paga y acepta develar el secreto de la longevidad.
“Hay que tomar agua tibia en ayunas”, sentencia.
Afuera llueve y las gotas aparecen como un tapiz en la luz de los camiones que vienen entrando. Es la hora pico y los relámpagos del horizonte dejan una pequeña angustia en los marchantes.
“Con la lluvia no se vende mucho”, dice Gladys Onichi mientras su marido César selecciona y carga pomelos que vienen desde San Roque González, allá en Itapúa, hasta armar una bolsa de 40 a 45 frutas que se venderá a 20 mil guaraníes el kilo.

Frente suyo están Christian y David estibando 20 bolsas de mandioca, cada una pesa entre 75 y 80 kilos, que cargan al hombro y acomodan a fuerza de brazos en la carreta del camioncito. “Arrancamos aquí a la una y andamos después sobre el camión hasta el amanecer, hasta que vendamos todo”, cuentan.
La mandioca es lo que todavía tiene salida asegurada dice Agripín Ferreira, especialista en el rubro, explicando que son unas 20 toneladas por día las que llega a comercializar su negocio y que en total el Abasto vende entre 15 y 20 camiones de entre 12 y 13 mil kilos por día.
Es la base de la alimentación nacional, difícil desconocerlo, tampoco al trabajo que sostiene todo ese momento, desde la chacra hasta las bateas de supermercado, las despensas.
El equipo de carga bromea y pide fotos; sus caras, sus ropas tienen el tinte colorado que les deja el noble producto de la tierra.
“Esta cadena da mucho trabajo”, comenta Ferreira, explicando que la retracción económica hizo que tuvieran que comenzar a embolsar lo que denominan “la media bolsa, que tiene unos 35 kilos y se vende a 25 mil guaraníes”.
La mandioca viene desde San Pedro, donde todavía la tierra es buena y hace que al hervir se consiga esa consistencia especial que la hace pan sagrado en la mesa de los compatriotas.
“En Caaguazú ya no está saliendo blanda, es por la tierra”, cuenta.
Abstraído de la jarana de los mandioqueros, Ladislao Ramos descansa la espalda sobre una pared de bolsas de cebollas argentinas. También vende papas y tomates del vecino país. Cuenta que la papa nacional sale a partir de setiembre/octubre, “es linda, colorada”, cuenta comparando con las negras y blancas que vienen detrás de la frontera.
Y ese es el tema que hace cavilar al hombre.
“El contrabando nos funde”, dice después de comentar los precios: “Es difícil vender la caja de tomate a 180 mil guaraníes el kilo”.

Los fantasmas
Los precios también tienen mal a Juan Carlos Núñez Rojas, quien está armando pequeñas bolsas con 25 cabezas de ajo que pretende vender a 30 mil guaraníes. “Argentino…”, dice cuando se le pregunta el origen. “Los paraguayos vienen de Artigas, de Yvy Pytã, vienen pintados de tierra colorada, pero son más pequeños y entran poco, de setiembre a febrero”, explica el hombre que tiene su puesto en el Abasto “desde 1982, desde que se inauguró”.
Contará después que las cosas ya no son como eran en esas calles derruidas ya casi sin alumbrado público en que se ha convertido el playón.
La concentración económica juega su partido, contará señalando que las grandes cadenas de supermercados compran directo en finca y “solo lo que les falta, o para regularizar su stock, vienen a comprar acá y eso está impactando mucho”.
Todos coinciden en la merma, también Olga Fernández, quien vende cocido caliente y jugo de naranja para la legión de carretilleros que en media hora más tomarán un descanso y buscarán algo para hacer pasar los malestares de la humedad.
“Vine para cubrirle a mi mamá que ya no puede venir más y ahora ya me quedé”, cuenta y mira hacia el fondo del corredor esperando al cliente.
Ángel Sánchez piensa que “se está combatiendo al contrabando. No me puedo quejar”, asegura sentado en su pequeño emporio engalanado por el colorido de tomates y locotes, melones y ciruelas, todos importados. “Lo que se importa legal, está saliendo muy bien”, comenta.
Al lado, Mariano Gil lo desmiente y dice que las distorsiones en la comercialización hacen que el centro de la ganancia esté en el final de la cadena, en general, en los supermercados. La agricultura familiar campesina no tiene precio en finca, los intermediarios del Abasto están casi sin juego y que lo que se combate es el pequeño contrabando, el hormiga, pero hay mucha vista gorda con los grandes, equipos enteros refrigerados de fruta importada.

La pregunta
Es hora de un buen café con Osvaldo Bernal, el cafetero de la sonrisa amable, de pocas palabras a la hora de contar sus años en ese mundo de olores fuertes que se disipan con el aroma del café que ofrece su termo al destaparse. “Aquí trabajando siempre”, expresa.
Ahí cerquita, Belén, Arturo y José están desgranando mazorcas para armar las bolsitas que se venderán a 5 mil y que tienen la medida exacta de lo que se necesita para cocinar una chipa guasu.
“Se está vendiendo un 50% menos, no hay plata”, dicen y siguen en la tarea con sus increíbles cuchillos moldeados en la acción.
 
Eliodoro Díaz Rojas tiene 72 años y todavía hombrea hasta el playón la caja con el pedido de los minoristas. “No hay estacionamientos suficientes, las calles internas están difíciles de transitar”, se queja el hombre.
También del problema que los controles en el Este están causando a la provisión de piña, mamón, mburucuyá, jengibre y las uvas blancas y negras que vienen desde el Brasil.
María del Pilar Segovia y Lidia Duarte viuda de Paredes venden hortalizas ya casi sobre la calle. Afectadas por la quema del bloque C, dicen que todavía no ganaron lo suficiente para recuperar las mesas y balanzas que perdieron en ese horrible mar de fuego.
“Es que no sé leer, por eso no reclamé”, dice la primera. “Yo le pagué 300 mil a un abogado y hasta ahora nada”, cuenta la segunda acomodándose en la cabeza la bolsita de hule que la cubre de la lluvia.
“No sé por qué no es unida la gente. ¿A dónde se fue la plata de Taiwán que iba a venir, cuándo nos vamos a mudar?”, pregunta.
Es madrugada y se ven los frutos difusos detrás de una cortina de agua.
El bloque C; arte y reciclaje
La empresa Engineering SA sigue en la reconstrucción del predio de 5.600 metros cuadrados del nuevo bloque C, donde se instala el techo para luego poder dar lugar a 370 locales en su interior, según la municipalidad.
La obra, que se inició el 28 de mayo del 2017, con una inversión prevista de unos 13.000 millones de guaraníes, tenía un plazo de ejecución de 10 meses que ya fue largamente superado.
Por otra parte, este sábado 11 comenzó en el Centro de Atención Integral a la Niñez y la Adolescencia una serie de talleres destinados a los menores trabajadores de la zona. “Es un acuerdo entre la Comuna Cultural Comunitaria y la Dirección de Abasto para darles herramientas en el teatro y la música para que los chicos puedan tener alternativas en sus vidas”, explicó Carlos Cáceres, director de la CCC. “Es importante que recuperen el ‘jerovia’, la identidad, porque son considerados marginales cuando son tan iguales como cualquiera que hace teatro”, consideró.
También, en acuerdo con la oenegé Decidamos, se dio capacitación a cocineras y asistentes de comedores a cargo de la Escuela Gastronómica O’Hara.
Se anunciaron a su vez capacitaciones a personas que se dedican al reciclaje, sobre recolección, clasificación, limpieza, procesamiento y almacenamiento adecuado de frutas y hortalizas que ya son descartadas para la venta.
“Se elaborará un protocolo para la disposición adecuada de estos alimentos, que al ser procesados para la comida de los diferentes comedores del Mercado de Abasto contribuyan a un consumo resiliente y sostenible”, se explicó.
Jorge Zárate
Fotos: Fernando Riveros
 



4 de mayo de 2019

Wikileaks, Assange y la amenaza de la pena de muerte por desnudar al imperio yanqui



El secreto es la clave de la construcción del poder, por eso, cuando se devela, el rey queda desnudo y la imagen asquea.
Eso es todo lo que hicieron Julian Assange y sus compañeros en Wikileaks, mostrar al mundo con qué cinismo se mata a inocentes para sostener una oligarquía que está destruyendo el planeta y cuya minoría es astronómicamente rica cuando la pobreza alcanza a más de 5 mil de los 7 mil millones de habitantes de la Tierra.
Los 400 mil informes sobre crímenes de guerra tuvieron en el ya famoso video del helicóptero militar estadounidense matando civiles en Irak su punto cúlmine.
Pero también, otras de estas “fugas rápidas” (el significado de Wiki (del hawaiano wiki-wiki /rápido y leaks/fugas en inglés), dejaron en evidencia las torturas, las detenciones arbitrarias en Guantánamo, el espionaje directo a líderes mundiales como Angela Merkel o Dilma Rouseff y miles de otras cuestiones en una cantidad tan profusa de documentos que todavía siguen arrojando datos para entender cómo el poder financiero se coaliga con el complejo militar industrial para sembrar la guerra en el mundo, para llevar el extractivismo a su límite más destructivo.
Es claro que no se puede esperar otra cosa de un país que tiene más de 800 bases militares por todo el mundo y cuyo presupuesto anual es de 649.000 millones de dólares (581.000 millones de euros), un 36% del total mundial del presupuesto armamentista de los países poderosos, su máximo histórico, alcanzado el año pasado. Vale decir que China con un 17% del total, le sigue los pasos de manera acelerada.
Inteligencia y control, todo el tiempo, en todo el mundo, una red impresionante de acción en tiempo real usando información que debería ser privada.
Este es el punto que dejó al desnudo Wikileaks, que en el caso de nuestro país llegó a investigar la estructura comercial del ex presidente Horacio Cartes, al que Estados Unidos sospechaba de ser el presunto cabecilla de un sistema de lavado de dinero desde el Banco Amambay según surge de la información sobre la operación “Corazón de Piedra”.
La investigación fue realizada por agentes de la DEA tanto en Asunción como en Buenos, Aires, la Administración de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement), el Servicio de Impuestos Internos (Internal Revenue Service), y el Centro de Operaciones de lucha contra el Narcoterrorismo (Counter-Narcoterrorism Operations Center SOD/CNTOC), contó con el apoyo de la Oficina de Fiscales de EE.UU. para el Distrito Este de Nueva York, la Sección de Decomiso de Activos del lavado de Dinero de Oficina de Justicia (DOJ), el Banco de la Reserva Federal, y la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos (OFAC).

Preocupación
Si bien el Reino Unido tiene una tradición de no extraditar personas a países que tienen la pena de muerte en vigencia, se teme que el gobierno de derecha de Theresa May pueda quebrar esta norma y enviar a Assange a los Estados Unidos. “Nadie está por encima de la ley”, declaró la mujer.
“No deseo entregarme para ser extraditado a EE.UU. por haber hecho un periodismo que ha protegido a muchas personas”, dijo el ciberactivista en su declaración.
En estos días Wikileaks advirtió en su cuenta de Twitter que: “El Departamento de Justicia de Estados Unidos está intentando construir una acusación contra Julian Assange basada en la Ley de Espionaje. Las condenas en virtud de la Ley de Espionaje pueden ser castigadas con la muerte”.
Estados Unidos dice que ayudado por Chelsea Manning (Era Bradley, se cambió de sexo en la cárcel) ingresaron a una computadora del mismísimo Pentágono desde la que filtraron los cables.
Esta acción tendría una pena de 5 años pero se teme que se le agreguen cargos que lo tengan de por vida en la cárcel o incluso llegar hasta la pena de muerte.
Expertos del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas mostraron preocupación por el encarcelamiento del activista australiano «como si hubiera sido condenado por un delito criminal grave».
Assange, al que los técnicos definen como «programador de computadoras y defensor de la libertad de expresión e información», está recluído en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, cuestión que según exponen «contraviene los principios de necesidad y proporcionalidad».
Recordaron que el incumplimiento de los términos de libertad bajo fianza, que es de lo que se lo acusa, constituye una «violación menor». «Assange ha sido privado de facto de su libertad desde 2012, arbitrariamente, sin cargos ni juicio», insistió el equipo el pasado 21 de diciembre


30 denarios
Todo indica que cuando el traidorísimo Lenin Moreno decidió retirarle el asilo el pasado 11 de abril de 2019, lo vendió por 30 denarios.
Dijo John Shipton, el padre de Assange: “[Ecuador] utiliza el dólar estadounidense. No se puede obtener un préstamo del FMI a menos que EE.UU. lo apruebe, bajo acuerdo de retirar a Julian de la Embajada». Fue en el programa ’60 Minutes’ de canal australiano 9 News donde aseveró que Washington busca «arruinar la vida» de Assange para «demostrar que los editores e informantes serán destruidos».
El líder de la mítica banda de rock Pink Floyd y activista por los derechos humanos, Roger Waters, le puso cifra: Moreno habría sido «sobornado con la promesa de un préstamo del FMI de 4.700 millones de dólares».
Entre tanto Assange se iba preso con el libro “Gore Vidal, Historia del Estado de Seguridad Nacional”, una recopilación de entrevistas al escritor en las que denuncia el «complejo militar, industrial y de seguridad» estadounidense haciendo pública una vez más la razón de su quijotesca pelea.
Lo dijo también en una suerte de manifiesto en octubre de 2012:
“A la cuestión de cuánta fuerza coercitiva puede filtrarse en el reino platónico de internet desde el mundo físico dan respuesta la criptografía y los ideales del movimiento criptopunk…
A medida que los Estados se vayan fusionando con internet y el futuro de nuestra civilización se convierta en el futuro de internet, deberemos redefinir nuestras relaciones de poder con el fin evitar que la humanidad devenga una inmensa red de vigilancia y control masivos…
Debemos dar la voz de alarma. El 20 de marzo de 2012, mientras permanecía en arresto domiciliario en el Reino Unido a la espera de la extradición, quedé con tres amigos y compañeros de vigilancia con la idea de que tal vez alzando nuestras voces al unísono pudiéramos despertar a la ciudadanía. Mientras podamos, debemos contar lo que hemos aprendido…
Nuestra tarea seguirá siendo la de garantizar la autodeterminación allá donde nos sea posible, y contener el avance inminente de la distopía allá donde no lo sea. Y si todo lo demás fracasa, acelerar su autodestrucción“, apuntó.
Jorge Zárate

Links
https://medium.com/@njmelzer/demasking-the-torture-of-julian-assange-b252ffdcb768
https://elpais.com/internacional/2019/04/28/actualidad/1556487884_515159.html
http://www.resumenlatinoamericano.org/2017/02/14/paraguay-horacio-cartes-dirigia-una-red-de-lavado-de-dinero-segun-wikileaks/
http://misionverdad.com/TRAMA-GLOBAL/las-10-filtraciones-mas-importantes-de-wikileaks?fbclid=IwAR2cPWIwixVuKbE8bX6IGfIrwd54i988IdtKka2jlFPIP7zek1trwNkynFI
http://www.comunanet.com.ar/assange-el-escarmiento/?fbclid=IwAR1gR7hB291Loq5bYi0zVU6aziY0S9_rmkqgneCgN-WWCHd3Qs-H2uxXd30
https://redfilosoficadeluruguay.wordpress.com/2019/04/20/julian-assange-debemos-resistir-a-la-amenaza-totalitaria-global/?fbclid=IwAR01SZY057qFur7yOs5P2dlULbW8T8GYDp7JOl17jxXFhZT-BNvUFTrCqwE