Esperanzador, técnico, preciso, así es el discurso de Alvaro García Linera, este matemático y revolucionario que recordó al auditorio que el paso de los gobierno progresistas en América Latina en la década pasada quitó a más de 100 millones de personas de la pobreza extrema. Ese hombre que rejuvenece cuando los estudiantes lo abordan y le preguntan qué hacer. “El destino de la Juventud es profundizar la igualdad en América Latina”, les dirá para ganarse efusivos abrazos.
Siente que es posible articular una fuerza progresista a nivel continental teniendo en cuenta siempre a la sociedad civil. “La fuerza de transformación está en la sociedad civil”, dirá para señalar que hay que organizarla para tomar el poder del estado.
Calificó de “falso debate” a la dicotomía entre trabajar desde el
movimiento social y la sociedad civil o la disputa por el poder del
estado. “Latinoamérica es una prueba de que hay que combinar las dos
cosas a manera de pinza porque si no disputas el estado, habrá otra
gente que decide todo, los presupuestos, las inversiones sociales, si no
disputas el estado terminarás siendo un testimonio impotente de buena
fe”, consideró.
Apuntó entonces que era fundamental tener un “núcleo duro” que nunca se debe olvidar si uno alcanza la gestión de gobierno. “Puedes expandirte, irradiarte para ganar hegemonía, pero siempre tienes que considerar al “núcleo duro”, tu puedes hablar con los empresarios para que inviertan más, pero siempre consultado cómo afectan tus medidas a tu gente, o sino te quedas en meras reuniones con empresarios y te abandona el “núcleo duro” como pasó en Brasil”, comentó.
Apuntó entonces que era fundamental tener un “núcleo duro” que nunca se debe olvidar si uno alcanza la gestión de gobierno. “Puedes expandirte, irradiarte para ganar hegemonía, pero siempre tienes que considerar al “núcleo duro”, tu puedes hablar con los empresarios para que inviertan más, pero siempre consultado cómo afectan tus medidas a tu gente, o sino te quedas en meras reuniones con empresarios y te abandona el “núcleo duro” como pasó en Brasil”, comentó.
García Linera y los jóvenes del colectivo Jotopa, uno de los organizadores del evento |
¿Incorporar al adversario derrotado?
“Debes incorporar derrotado a tu adversario”, recomienda, siguiendo a Lenin, el vicepresidente boliviano. Intelectual de tradición marxista, recuerda con Antonio Gramsci que “sin victoria cultural no hay victoria política”. Agrega de inmediato que “se gana en el cerebro de las personas, en la transformación cultural, en victorias que se consiguen en 3, 5 años de lucha política hasta conseguir el monopolio del sentido común de la sociedad”.
Lo ejemplifica: “En el caso de Bolivia antes de la derrota de las fuerzas conservadoras en las elecciones, en los votos, llegó más tarde, primero se los derrotó en las ideas, en los debates en los sindicatos, en el debate televisivo, en los libros y en los textos. La fuerza neoliberal fue derrotada primeramente en lo cultural y luego vino la victoria política”, señaló.
Recurre
luego a Emilio Durkheim y a Max Weber, padres de la sociología, para
señalar que hace falta también un planteo que incorpore preceptos
morales, lógicos, procedimentales e instrumentales. “Solamente en la
medida en que ideas y propuestas nuevas comiencen a horadar e
introducirse en la manera íntima con que las personas ordenan el mundo,
moral, lógica, procedimental e instrumental, en esa medida estás
posesionando un sentido común de época. La Globalización es un sentido
común, ¿Cómo han logrado instalarlo? De esa manera. ¿Cómo va a darse un
cambio? Cuando demos un nuevo sentido común de época. ¿Cómo será ese
sentido común?, quién sabe, cada país se define.”, apuntó.
Recomendó luego, que una vez conseguido ese nuevo sentido común, se debe trabajar día a día para sostenerlo porque “el peso de lo antiguo se reproduce, la vieja lógica procedimental se reproduce incesamentemente, un proceso tiene que enfrentarla día a día”, expuso.
A pesar de ello dijo que “no hay una fórmula, no hay algoritmo para la transformación social, para el revolucionario siempre es la práctica la que indica el camino”.
Admitió errores en los gobiernos progresistas y reclamó una tolerancia cero con la corrupción. “La principal bandera del progresismo debe ser ética y moral, si perdemos eso, es como que perdemos el centro de todo”, apuntó. “Una derrota moral lleva muchísimos años para ser revertida, una generación, 30 años quizá”, dijo. “Una coalición progresista no tiene dinero, no tiene apoyo del Banco Mundial, lo único que tiene es su fuerza moral”, recordó. “Si la mano se ha infectado, córtala”, indicó.
Pidió especial atención a la economía de la gente, al día a día de las personas que se da “con una buena gestión económica que se da con crecimiento, redistribución e inclusión”. “La economía está en el puesto de mando. “La política es economía concentrada”, decía Lenin”, recordó.
“Las estructuras comunicacionales son decisivas, un proceso tiene que crear sus estructuras paralelas”, apuntó. “Hay que priorizar las que tienen mayor llegada y credibilidad”, dijo para recordar que todavía televisión, radios y diarios, siguen preeminentes ante las redes sociales que “tienen una menor credibilidad”.
Concluyó la conferencia señalando que “la historia está abierta y depende de nosotros, de cómo nos organizamos, nos recuperamos”, indicó para reclamar la posibilidad siempre presente de “inventar certezas en la práctica y en la lucha”.
Recomendó luego, que una vez conseguido ese nuevo sentido común, se debe trabajar día a día para sostenerlo porque “el peso de lo antiguo se reproduce, la vieja lógica procedimental se reproduce incesamentemente, un proceso tiene que enfrentarla día a día”, expuso.
A pesar de ello dijo que “no hay una fórmula, no hay algoritmo para la transformación social, para el revolucionario siempre es la práctica la que indica el camino”.
Admitió errores en los gobiernos progresistas y reclamó una tolerancia cero con la corrupción. “La principal bandera del progresismo debe ser ética y moral, si perdemos eso, es como que perdemos el centro de todo”, apuntó. “Una derrota moral lleva muchísimos años para ser revertida, una generación, 30 años quizá”, dijo. “Una coalición progresista no tiene dinero, no tiene apoyo del Banco Mundial, lo único que tiene es su fuerza moral”, recordó. “Si la mano se ha infectado, córtala”, indicó.
Pidió especial atención a la economía de la gente, al día a día de las personas que se da “con una buena gestión económica que se da con crecimiento, redistribución e inclusión”. “La economía está en el puesto de mando. “La política es economía concentrada”, decía Lenin”, recordó.
“Las estructuras comunicacionales son decisivas, un proceso tiene que crear sus estructuras paralelas”, apuntó. “Hay que priorizar las que tienen mayor llegada y credibilidad”, dijo para recordar que todavía televisión, radios y diarios, siguen preeminentes ante las redes sociales que “tienen una menor credibilidad”.
Concluyó la conferencia señalando que “la historia está abierta y depende de nosotros, de cómo nos organizamos, nos recuperamos”, indicó para reclamar la posibilidad siempre presente de “inventar certezas en la práctica y en la lucha”.
Globalización y Desglobalización
García Linera abrió el espacio analizando que el ciclo de la globalización está concluyendo con un retorno del “proteccionismo” que no sólo se ve en gestos políticos como el Brexit, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, sino en cómo se ralentó el flujo de capitales financieros en el mundo. En el 2007 se movía el equivalente al 11,9% del PBI mundial, cifra que se redujo al 4,9% en el 2007, según mostró.
Bromeó entonces sobre los discursos liberalizadores de Xi Jinping y los proteccionistas de Donald Trump, para ejemplificar que es un momento especial, en el que todo indica el retorno de un ciclo proteccionista aunque por debajo se mueven las terribles fuerzas del capital concentrado de las corporaciones, fuerzas que van diseñando un mundo “caótico y paradójico”.
Dijo al contraponerlos: “El presidente chino, Xi Jinping, nos dice que tenemos que comprometernos con el libre comercio y facilitarlo desde la apertura, diciendo no al proteccionismo, y a la vez el de Estados Unidos, Donald Trump, “se ha convertido en abanderado del proteccionismo colocando aranceles y salvaguardando los empleos estadounidenses”, apuntó.
Tras describir los postulados económicos y político culturales de la Globalización, mostró con las cifras de organismos y entidades privadas internacionales cómo la mayoría de sus enunciados fueron falsos y cómo ahora comenzó un ciclo de reversión.
Al dogma de la presunta homogeinización del mundo, confrontó cifras y mapas que muestran una clara “concentración geográfica de la riqueza” donde el 20% de los más países ricos tiene el 91,5% de la riqueza mundial. La llamó también “concentración oligárquica de la riqueza” y demostró que en realidad se dio una expansión no homogénea de empresas productivas transnacionales que se concentran en Estados Unidos, Europa y China, principalmente.
El 80 % del total de países, incluyéndonos, apenas llega al 8,5 % de lo que el mundo atesora. Los mapas permitieron ver el estado de la concentración de los capitales productivos y de la capitalización bursátil, siguiendo este mismo dibujo. Apenas Brasil y Sudáfrica aparecían como destinatarias de flujos de consideración en el llamado Tercer Mundo.
También mapeó las cargas en Puertos y en Aeropuertos que mueven más de 500 mil toneladas al año quedando claro que el centro y las periferias siguen tan campantes como desde hace al menos 2 siglos.
Al analizar la participación de las clases medias en el PBI mundial los datos son elocuentes: En 1960 en los EEUU, casi un 60% de la población era clase media. Después del aluvión neoliberal, en el 2004, eran de clase media sólo el 48% de la población.
Acercando la mirada se ve que en Alemania eran de clase media en el 90`uno 64% en tanto que ya en 2009 esa participación había caído al 55% de la población. En Canadá, en el mismo período se pasó del 53% al 47% de la población.
Condecorado
El Congreso de Paraguay distinguió el lunes 18/6 al vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, con las medallas ‘Bicentenario de la Independencia de la República’ y ‘Paz del Chaco’, como reconocimiento a su “invaluable aporte a las relaciones de amistad entre el pueblo paraguayo y boliviano”.
Las distinciones le fueron entregadas por el presidente de la Cámara de Senadores de Paraguay y expresidente, Fernando Lugo. “Recibir la medalla Paz del Chaco ha sido una verdadera sorpresa y un honor, y mucho más recibirla de un Senado y de un pueblo tan hermano de Bolivia, más allá de la guerra que se dio entre ambos países por intereses que no eran los nuestros”, manifestó Alvaro García Linera.
El Congreso de Paraguay distinguió el lunes 18/6 al vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, con las medallas ‘Bicentenario de la Independencia de la República’ y ‘Paz del Chaco’, como reconocimiento a su “invaluable aporte a las relaciones de amistad entre el pueblo paraguayo y boliviano”.
Las distinciones le fueron entregadas por el presidente de la Cámara de Senadores de Paraguay y expresidente, Fernando Lugo. “Recibir la medalla Paz del Chaco ha sido una verdadera sorpresa y un honor, y mucho más recibirla de un Senado y de un pueblo tan hermano de Bolivia, más allá de la guerra que se dio entre ambos países por intereses que no eran los nuestros”, manifestó Alvaro García Linera.
Jorge Zárate