21 de noviembre de 2014

Los cuadros colgados del Stronismo: La afrenta diaria del pasado criminal

 “La corrupción, más allá de ser la base de sustentación del sistema dictatorial en el Paraguay, es también una especie de ideología de gobierno. Porque Stroessner no sólo usa la corrupción como fuente de poder político y riqueza personal, como corrompe para sujetar toda la maquinaria política y administrativa en sus manos. Corrompe a todo nivel, desde sus ministros hasta su familia. Corrompe y deja corromper, cimentando un sistema que se une nacionalmente como una gran Mafia...”
Julio José Chiavenato, del libro “Retrato de una Dictadura”
Galería que incorpora a criminales de lesa humanidad como Edgar L Insfrán y Augusto Sabino Montanaro. 
Es grave que el Ministerio del Interior tenga una galería de fotos de quienes administraron la institución que incorpore como si nada a Edgar L. Insfrán y a Augusto Sabino Montanaro. 
Es también sintomático.
“Pensé que me iban a disparar y tirar al río”, dice el atemorizado estudiante chileno Patricio Javier Flores al contar lo que sintió al ser levantado en la calle por policías de civil que lo metieron en una furgoneta.
Según relató Flores, al detenerlo lo trataron de “chavista de mierda” y le dijeron “tenés suerte de que no estamos en dictadura” en un claro amedrentamiento. Después le inquirieron si lo “financiaba” Venezuela, el dirigente Camilo Soares y hasta llegaron a preguntarle si el no era “el que colocaba bombas” en su país. “Se pegó un susto enorme”, contó su abogado, Gustavo Noguera.
El fiscal Cristian Bernal pidió su expulsión cuestión que, merced al escándalo internacional que el hecho provocó, motivó que el juez Raúl Ayala reflexionara y diera marcha atrás.
Por eso hay que celebrar la liberación de Patricio, como una pequeña gran victoria contra el fascismo bruto que aflora en estos tiempos.
No puede ser “Perturbación de la paz pública” pasar la película La Noche de los Lápices, es una estupidez la acusación de Bernal, que queriendo quedar bien con sus jefes se fue tan al otro lado que si el Consejo de la Magistratura no fuera afin a sus ideas, debería destituirlo en breve, por desconocimiento del derecho, por chupamedias e inútil en definitiva.
El episodio de la persecusión y secuestro de Flores por parte de un grupo de tareas debería motivar la sanción del comisario de la 3a al que parece pertenecer el equipo, esto hablando de reprimendas mínimas si se desea mantener el orden democrático, aunque eso es mucho pedir para los cómplices del PLRA y ni decir los otros coreutas de esta derecha cavernaria que se han decidido a expresar en conjunto.
Los grupos de tareas también persiguen a jóvenes dirigentes secundarios y universitarios, según se denunció a este medio.
Esto merece al menos una interpelación del ministro del Interior, el inefable Francisco de Vargas.

Atenciones
Está claro que Horacio Cartes quiere constituirse en un remedo del genocida Alfredo Stroessner, en la idea de “Paz y progreso” que en realidad siempre fue “Asesinato y latrocinio”.
Todavía tiene acuerdo de los empresarios y los dueños de los latifundios que insólitamente ven sólo una de sus máscaras: La del presunto empresario modernizador.
Es falso.
Cartes hizo designar a la diputada Cristina Villalba como jefa del bloque de diputados del Partido Colorado. Si, a la misma hada protectora de Wilson “Neneco” Acosta, profugo, principal sospechoso de ser el autor moral del asesinato del periodista Pablo Medina y su asistente Antonia Almada.
El famoso diputado suplente de la ANR, Carlos “Chicharó” Sánchez, especula el propio diario ABC Color: “estuvo detenido en la Penitenciaría de Tacumbú por varios ilícitos, entre ellos narcotráfico, y que habría logrado salir por intervención del propio presidente Horacio Cartes”. Esto más allá de sus vínculos con los diputados Marcial Lezcano y Freddy D’Ecclesiis, también colorados.
Esta cara bien real de la narcopolítica no aparece para los que pretenden la misma disociación con la que se vivía en la dictadura.
Hay un imaginario país lleno de inversiones, que busca un ideal de privatizaciones y modernidad entendida en sus términos de shopping discriminando a "mal vestidos" y a madres que dan la teta que funciona para su pequeña claque.
Para el resto hay palo.
Palo para garantizar la fumigación, palo para las protestas sociales, la marina buscando hundir canoas de los estibadores en una protesta en el río.
La inaccion estatal hace que el país tenga hoy manifestaciones en todos lados que necesitan articularse en una segunda huelga general.
Un paso que sirva para ir sembrando conciencia de que la única manera de descolgar los cuadros de los represores es derrotando el sistema político social de quienes los sustentan.
Jorge Zárate

18 de noviembre de 2014

Fiscal constata deforestación en Cuyabia, tierra de los ayoreo


El fiscal del ambiente, Andrés Arriola, constató en terreno una reciente deforestación de alrededor de mil hectáreas en las tierras de la comunidad ayoreo Cuyabia donde no se pueden realizar actividades hasta tanto se las delimite definitivamente ya que allí rige una orden de no innovar.
Esta área de 25 mil hectáreas, ubicada a unos 160 kilómetros al noreste de Mariscal Estigarribia, saltó a los titulares tras la venta que hiciera de ellas el ex presidente del Instituto del Indígena (Indi), Rubén Quesnel, al que los abogados de los ayoreo buscarán condenar por lesión de confianza apenas el Poder Judicial de trámite a un caso que se demora inexplicablemente.
Hay cuestiones que tenemos que verificar porque aquí hay muchas superposiciones de títulos, el Chaco es como un hotel de 3 pisos, pero efectivamente aquí hay una deforestación”, apuntó Arriola para señalar que “requeriremos todos los documentos que sean necesarios a los propietarios de los terrenos linderos e investigaremos a fondo esta denuncia”. Los responsables de la tala serían los propietarios de la Estancia El Molino, colindante con las tierras indígenas.
Así lo admitieron los encargados del sitio que recibieron a la comitiva fiscal y permitieron que se pudiera hacer la verificación en los sitios señalados por los denunciantes en un mapa satelital.
El fiscal que no pudo acceder hasta la comunidad Cuyabia misma por lo malo de los caminos, anegados tras las copiosas lluvias e intransitables en partes a causa del barro, prometió volver en una semana para constatar la otra parte de la denuncia: Que hay topadoras trabajando actualmente en dichas tierras.
Así lo señaló el líder ayoreo Unine Cotamorajnai, que pidió una urgente intervención de los poderes públicos señalando que “caso contrario tendremos que tomar nosotros mismos medidas para defender nuestro territorio”. Estas deforestaciones serían causadas por brasileños, propietarios de terrenos vecinos a la reserva forestal de los indígenas.
Integraron la comitiva además de la unidad de la Fiscalía Ambiental para Alto Paraguay y Boquerón, la unidad de Derechos Etnicos, la Gobernación de Boquerón, el Instituto del Indígena, asesores jurídicos y activistas de Ongs que trabajan con pueblos indígenas, miembros de la prensa y la policía.
Jorge Zárate
Ultimos silvícolas
Cuyabia es habitada desde el 2010 por 19 familias de Ayoreo Atetadiegosode que pasaron de esta manera a recuperar un territorio ancestral en el que también habitan los últimos silvícolas de su etnia. “Cuyabia era una niña que al quedar huérfana fue enterrada en este sitio, porque así estilaba la cultura de los ayoreo, pero siempre quedó en la memoria de la gente, que fue pasándolo de generación en generación este lugar como un punto de referencia”, comentó Miguel Angel Alarcón, trabajador social y especialista en georeferencias que acompañaba la comitiva. “Este es un pueblo que llegaba a caminar espacios de 350 kilómetros por temporada. Imaginen hoy lo que es para ellos moverse sólo en 25 mil hectáreas que es un poco lo que sucede aquí. La tala de árboles tiene grave impacto en la gente, en los animales, en el agua, en la vida misma. Es una verdad ocultada que la desertificación está avanzando en esta zona del Chaco”, apuntó.
Estado Ausente
Acercarse al puesto militar de Teniente Pico, en el departamento de Boquerón, es tener la imagen concreta de la ausencia de Estado en la zona. Unos pocos jóvenes custodian sin radio y en precarias condiciones un paso que se vuelve cada vez más importante en la región.
Con solo colocar Teniente Pico en un buscador de Internet, el lector podrá darse con una serie de ofertas de tierras en la zona que van desde 5 a 20 mil hectáreas. Todas en terrenos en los que en teoría deberían aprobarse previamente los planes para la deforestación.
Esto no ocurre así porque nadie le presta atención, los informes reales no se hacen”, dice Maximiliano Mendieta, abogado de la comunidad ayoreo Cuyabia. Coincide con su apreciación el fiscal ambiental Andrés Arriola: “Aquí hay mucha gente que se larga a deforestar con la licencia ambiental de la Secretaría del Ambiente (Seam) que es en realidad un primer paso. Después debería conseguir el permiso del Instituto Forestal (Infona) para poder hacer un desmonte”, señaló recordando el procedimiento.
Lo cierto es que ninguna autoridad local, departamental o nacional puede verificar o hacer un trabajo preventivo contra el desmonte impresionante que se vive en los departamentos de Alto Paraguay y Boquerón.
Las topadoras transitan montadas en camiones de transporte por los caminos de tierra con poco o casi ningún mantenimiento e inclusive quedan atrapadas cuando ocurren las lluvias. Las huellas de las orugas son omnipresentes en los montes.
Otro peligro que denuncian los lugareños es la creciente presencia de operadores de “Narcoganaderos” que comienzan a incidir en la zona con amenazas, con violencia, en un avance que debería preocupar a alguien en Asunción.

9 de noviembre de 2014

Paraguay: Asoma la mano sangrienta de la narcopolítica

 

Terror: el alcalde Nelson Acosta, del partido de Gobierno, imputado por narcotráfico, está acusado de participar en el asesinato de un periodista del diario ABC Color y de una joven que viajaba con él en el momento del homicidio. Pablo Medina y Antonia Almada fueron asesinados el 16 de octubre en una carretera del departamento de Canindeyú, en la frontera con Brasil. El trabajador asesinado investigó el tráfico de marihuana en la zona y sus supuestos vínculos con políticos locales. Había recibió amenazas de Acosta y otros dirigentes del Partido Colorado. La zona donde es alcalde Acosta es controlada por los narcos, en la frontera con Brasil.

 Los asesinatos del periodista del diario ABC Color Pablo Medina y de su asistente Antonia Almada evidenciaron como nunca antes los nexos entre el poder político y el narcotráfico en Paraguay. El alcalde de la localidad de Ypejhu, Nelson “Neneco” Acosta, del gobernante Partido Colorado, es buscado por ese homicidio y fue imputado por narcotráfico una semana después del crimen. Medina había recibido varias amenazas tras sus artículos sobre tráfico de marihuana y supuestas implicaciones con políticos locales. Varias de esas amenazas fueron realizadas por el propio Acosta.

Medina, de 53 años, y Almada, de 19, fueron asesinados el 16 de octubre cuando viajaban en automóvil en un camino vecinal del departamento de Canindeyú. Dos hombres vestidos de militares interceptaron el vehículo de Medina y cuando el periodista se detuvo recibió una descarga de balazos que le provocó la muerte en el acto. Su asistente, Antonia, fue también víctima de la balacera y murió camino al hospital. En la camioneta Mitsubishi que manejaba el periodista, corresponsal del diario ABC Color, había una tercera tripulante que milagrosamente salvo su vida. El hecho ocurrió a unos 45 kilómetros de Curuguaty, unos 300 kilómetros al noreste de Asunción.

Una semana después del homicidio la Fiscalía acusó a Acosta de narcotráfico después de que se encontraran tres toneladas de marihuana en proceso de elaboración y casi 150 kilogramos distribuidos en panes en una estancia propiedad de la familia. Según los cargos, en ese lugar también se encontraron elementos para preparar los paquetes como prensas, gatos hidráulicos, fumigadoras, garrafas y zarandas. También fueron imputados dos hermanos del alcalde, Wilson Acosta y Vidal Yuner Acosta. Los tres estaban con paradero desconocido al cierre de esta edición.

Reacciones

El homicidio conmocionó a la población que, gracias a la movilización inmediata de periodistas y trabajadores de prensa, acompañados por la difusión omnipresente de los medios de comunicación, se mostró horrorizada por tener tan cerca un fenómeno que en general se oculta en el país: la narcopolítica.

Nelson Acosta es el principal sospechoso de ser el autor moral del hecho y todo indica que fue protegido en su huida por la ex gobernadora del departamento Canindeyú y actual diputada nacional Cristina Villalba, también del Partido Colorado.

La población de Ypejhu tiene ocho mil habitantes que viven en el terror. Es una localidad que tiene frontera seca con Paranhos, Estado de Paraná, Brasil. Ambas poblaciones conforman una sola unidad urbana por la que se pasean los capos del narcotráfico. Del patio de la casa del padre de “Neneco”, el también ex intendente Vidal Acosta, se retiraron huesos y cabellos humanos de una fosa común. Sus hermanos fueron víctimas de asesinatos dignos de una película de mafiosos de Hollywood.

Este reinado de las mafias es denunciando de manera sistemática por las organizaciones sociales del país, pero nunca como antes llegó a estar como ahora, tema principal de agenda. Los grandes medios patronales revisaron entonces la presencia en el Congreso de legisladores con vínculos o sospechas de tenerlos con el narcotráfico, desatando una campaña que ilumina sobre los tentáculos del narcotráfico no sólo en el legislativo, sino también en el ejecutivo, el judicial y el ministerio público.

Cómplices

El presidente Horacio Cartes negó que su partido vaya a ocultar a los sospechosos del crimen: “El Gobierno está para hacer todo lo que se tenga que hacer, a pesar de los que dicen que hay un partido que esconde a esta gente”, dijo. “El pulso no nos va temblar en un homicidio que nos tocó a todos”, señaló. “El Gobierno tiene toda la energía para vivir en paz...Paraguay es un país pacífico”, agregó.

El propio jefe de Estado fue sospechado de tener vínculos con el narcotráfico y el lavado de dinero antes de llegar a la primera magistratura del país. Al menos tres cables diplomáticos de los Estados Unidos, filtrados por WikiLeaks, nombraron a Cartes: uno, del 5 de enero de 2010, informó que la Administración sobre las Drogas (DEA) se infiltró en presuntas redes de lavado de dinero provenientes del narcotráfico que habrían sido manejadas por Cartes. Otro, del 27 de agosto de 2007, menciona que el ex director de la Secretaría Nacional Antidroga (Senad) Hugo Ibarra, había acusado a Gabriel González, ex presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), de lavar dinero para el banco Amambay, en nombre del hoy presidente. El tercero de ellos dice que uno de los supuestos hombres fuertes del cártel de Sinaloa detenido en Paraguay tenía la intención de invertir en el país en cooperación con un empresario de apellido Cartes.

La sociedad paraguaya atribuye el asesinato de un periodista del diario más influyente del país a la impunidad con que el narcotráfico se fue expandiendo en Paraguay con la complicidad del Partido Colorado. El tirano Alfredo Stroessner en principio y luego Andrés Rodríguez; y el tándem Juan Carlos Wasmosy/Lino Oviedo, fueron los controladores de un sistema que permaneció lo suficientemente oculto hasta llegar, en el gobierno de Nicanor Duarte Frutos, a consolidarse como un movimiento donde pequeños jefes políticos locales comenzaron a hacerse cargo de sus zonas con dinero del narcotráfico.

Esta realidad parece explotar hoy con Cartes a la cabeza del Ejecutivo. Será muy difícil que, más allá de las persecuciones fiscales y policiales que el Gobierno realizará contra los culpables del asesinato de Medina, pueda establecerse una política concreta de intervención del Estado en los departamentos productores de droga. El tema ni siquiera aparece en agenda, pese a que los asesinados por el narcotráfico, sólo en Canindeyú, durante los últimos cinco años superan las 35 personas, según organizaciones departamentales.

Desde Asunción, Jorge Zárate

En dos décadas fueron asesinados 16 periodistas

El Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP) se mostró “convencido” de que “el asesinato del compañero Pablo Medina es acción directa de traficantes de drogas y rollos, entre otras ‘mercaderías’”, pues ya había recibido algunas amenazas de muerte, motivo por el cual, solía contar con custodia policial. La entidad gremial cargó también contra las patronales que no se hacen responsables de la situación de inseguridad en que trabajan los periodistas en el interior del país. Santiago Ortíz, secretario general del gremio, recordó que “el SPP reclama desde hace tiempo la necesidad del seguro de vida para las y los colegas que desarrollan sus tareas en zonas riesgosas para su integridad física pero que los empresarios minimizan y hasta se burlan de tal necesidad”, recordó.

Pablo Medina engrosa la terrible nómina de periodistas acallados por los asesinos: Santiago Leguizamón (1991), Calixto Mendoza (1997), Benito Román Jara (2000), Salvador Medina (2001), Yamila Cantero (2002), Samuel Román (2004), Ángela Acosta (2006), Alberto Tito Palma (2007), Martín Ocampos (2009), Merardo Romero (2011), Carlos Manuel Artaza (2013) y Fausto Gabriel Alcaraz (2014). También Marcelino Vázquez, dueño de la radio “Sin Fronteras” de Pedro Juan Caballero, fue asesinado el año pasado.

 “Lamentablemente estos ataques y amedrentamientos se producen también en otras regiones del país, con similar trasfondo: el intento de acallar a las y los trabajadores de prensa que denuncian todo tipo de negocios ilegales, negocios que, en la mayoría de las ocasiones, tienen respaldo de los operadores políticos y autoridades públicas”, señaló el SPP.

La extrema derecha en las calles

En un hecho de extrema gravedad que alcanzó repercusión internacional, el fiscal Cristian Bernal imputó al dirigente estudiantil chileno Patricio Flores por “perturbación a la paz pública”, pidió su prisión preventiva e inclusive su expulsión del país por haber filmado la toma simbólica que hicieran jóvenes de la Federación de Estudiantes Secundarios (Fenaes) en el Ministerio de Educación (MEC) en los primeros días de octubre pasado.

Según relató Flores, al detenerlo lo trataron de “chavista de mierda” y le dijeron: “tenés suerte de que no estamos en dictadura”. Después le inquirieron si lo “financiaba” Venezuela y hasta llegaron a preguntarle si él no era “el que colocaba bombas” en su país.

La policía dijo que el muchacho fue detenido porque no portaba documentación en el momento del arresto.

 

Películas de Enrique Collar: Realismo paraguayo en movimiento

A propósito de las proyecciones de la trilogía de Enrique Collar en el CCPA

Cualquiera que haya visto la obra pictórica realista de Enrique Collar encontrará en sus películas Novena y Costa Dulce una grata continuidad. Ayudado por Christian “Gurú” Núñez consigue por momentos aquel paradigma de la fotografía: Pintar con la luz.
Click aquí para ver Costa Dulce
https://iffr.com/nl/2014/films/costa-dulce
Ambos filmes se desarrollan en Itaugua Guasú en escenarios cotidianos, las viviendas, el barrio de los familiares del director, a tal punto que Juan de Dios Collar, su tío, deviene en protagonista principal en Novena. La película está hecha con actores no profesionales que bien guiados consiguen desarrollar estos frescos en movimiento.
La pobreza como estigma, la solidaridad tribal, comunitaria como último refugio, el drama que transcurre en un tiempo casi inmóvil que estas películas buscan capturar, quizá siguiendo los pasos de la precursora en este afán: “Hamaca Paraguaya” de Paz Encina.
Que el relato se desarrolle casi íntegramente en guaraní es un aporte maravilloso de ambos filmes que debería ser puesto en valor. Alguna vez las autoridades de Educación entenderán que lo audiovisual enseña de manera más veloz y efectiva los idiomas.
También hay evoluciones. Costa Dulce plantea una transición entre el mundo rural y el urbano que es imprescindible para entender las mayorías nacionales, los expulsados del campo que se amuchan en los conurbanos. El Plata Yvyguy abordado como nunca en el cine tiene además lecturas profundas que conmueven.
Ambas películas tienen fallas, pero los aciertos enseñan un camino en el que ojalá crezca el cine de Collar y de quienes busquen un retrato de la realidad nacional fuera de los clichés de Hollywood que tanto promociona cierta crítica liviana.
En ese punto, la muestra del Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA) exhibe también “Miramenometokei” donde puede verse un germen del cine urbano que tiene en 7 Cajas y en Luna de Cigarras una tangible continuidad.
Recomendadas.
Jorge Zárate