Los chinos ya prueban una vacuna, los ingleses
la prometen para septiembre, la carrera está desatada.
El modelo de producción aparece como el
responsable de que un número no determinado de virus se muden a los humanos
desde los animales.
Al quitarles su hábitat, muchos animalitos,
como los murciélagos y pangolines acusados de esta pandemia, migran al contorno
urbano donde desarrollan stress. Ese elemento es el que vuelve a sus
enfermedades tan difíciles de tratar y curar, según los investigadores.
Se sabe que la vacuna contra el Covid 19
(Sars-CoV-2, su nombre oficial) tendrá al menos un año de desarrollo y esto es
así por el bajo presupuesto que los estados destinan a la investigación y el
desarrollo no sólo en la salud, sino en campos de saberes que no determinan un
lucro inmediato.
Vale aquí hacer un poco de historia y recordar
que 2002, en Cantón, China apareció el SARS (Síndrome respiratorio agudo severo,
su sigla en inglés), un coronavirus que se había originado en un animal y había
pasado a los humanos. Se propagó en 29 países, infectó a 8 mil personas y mató
a unas 800.
La carrera para conseguir la vacuna surgió de
inmediato pero se paralizó sin mayores logros cuando la epidemia pasó.
María Elena Bottazzi, una autoridad en el
desarrollo de vacunas de Houston, Estados Unidos lideró un equipo que consiguió
una vacuna. “Entonces fuimos a los NIH
(Institutos Nacionales de Salud de EE.UU.) y les preguntamos: '¿Qué hacemos
para mover rápido la vacuna a la clínica?' Y nos dijeron: 'Mira, ahorita no
estamos ya interesados'”, le contó a la BBC.
Jamás consiguieron el dinero para
desarrollarla. “No estábamos pidiendo 100 ni 1.000 millones de dólares”, dijo
la mujer, codirectora de la Escuela Nacional de Medicina Tropical de Houston.
“Estábamos hablando de tres o cuatro millones
de dólares. Con un millón y medio hubiéramos podido hacer un estudio clínico
para tener un perfil en humanos. Pero nos pararon justo cuando estábamos a
punto de tener una evidencia interesante”.
Ya en
2012, el MERS-Cov, (Síndrome respiratorio de Medio Oriente), otro
coronavirus, pasó de los camellos a los hombres. Otra vez la búsqueda de la
vacuna, y reiterado el escenario del abandono ante la disolución de la
enfermedad.
Jason Schwartz, profesor de la Escuela de
Salud Pública de la Universidad de Yale, comentó sobre el tema: “Si no
hubiéramos abandonado el programa de investigación de vacunas de SARS,
hubieramos tenido listo muchos más fundamentos para trabajar en este nuevo
virus que está cercanamente relacionado”.
Así las cosas, ahora hay otra carrera contra
el tiempo en los países que tienen los principales laboratorios de producción
de medicinas del mundo, que mantienen la esperanza de obtener esta vez grandes
ganancias: Esta vez se superan los 2 millones de infectados.
La Organización Mundial de la Salud cuenta con
70 candidatos a vacunas y de hecho ya hay una en China, la del Instituto
de Biotecnologías de Pekín, hoy en la fase dos de la evaluación clínica,
es decir, probándose en humanos.
En el Reino Unido, el equipo liderado por
Sarah Gilbert en la Universidad de Oxford promete tener una vacuna lista para
este septiembre. Esto gracias a que recibió una subvención de 2,2 millones de
libras (2,8 millones de dólares) para acelerar la investigación de vacunas para
la Covid-19, se reportó.
En Alemania, el Instituto Paul Ehrlich (PEI), anunció
que "en breve" dará inicio a los primeros ensayos clínicos de una vacuna.
Otras tantas se hacen en Suecia (Karolinska
Institute), Japón (Osaka University), China (Beijing Institute of
Biotechnology), India (Serum Institute), Inglaterra (Universidad de Oxford e
Imperial College de Londres), España (Centro Nacional de Biotecnologías) y
Rusia (Instituto de Investigación Científica sobre Vacunas y Sueros de San
Petersburgo), por citar ejemplos.
Otros
esfuerzos
También se conoció en estos días de las
pruebas con la hidroxicloroquina, utilizada para tratar la malaria, el lupus y
la artritis reumatoide, que ayudaría un poco para reforzar a los pacientes pero que tiene contraindicaciones en los
cardíacos e hipertensos, dos características presentes en la buena parte de los
adultos mayores, la población en mayor riesgo ante el Coronavirus.
Otros están probando el Remdesivir, un
medicamento experimental diseñado para tratar el ébola que se ensaya en los
Estados Unidos y otros países.
La idea principal es proteger en principio a
los trabajadores de la salud que de acuerdo a los reportes resultan los más
contagiados del Coronavirus.
En Argentina científicos analizan el uso de la
Ivermectina, un antiparasitario de uso veterinario, para eventualmente frenar
la replicación del virus.
“Hay un punto muy a favor que es que este
fármaco ya fue aprobado para el uso humano. Ya con eso, se avanzaron muchísimos
pasos. Ahora, resta analizar todavía cuál es la dosis necesaria para aplicarlo
a un contagiado con coronavirus y si esa misma dosis no produce efectos
colaterales. Ese campo todavía es incierto”, dijo Adrián Lifschitz,
investigador principal del Consejo de Ciencia y Técnica (Conicet) e integrante
del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (CIVETAN), en cuyos
laboratorios un grupo de 20 científicos avanzan con las pruebas.
En Estados Unidos están probando con
aplicarles la vieja vacuna BCG que tiene probados efectos contra las
enfermedades respiratorias.
Creada para combatir la tuberculosis hace cien
años, la vacuna de bacilo Calmette-Guérin (BCG), según los médicos “entrena” al
sistema inmune para “reconocer y responder a una variedad de infecciones, entre
ellas de virus, bacterias y parásitos, dicen los expertos. Aún hay poca evidencia
de que la vacuna mitigue la infección de coronavirus, pero una serie de ensayos
clínicos podrían tener la respuesta en cuestión de meses”, reportó el New York
Times.
De acuerdo al informe comenzó a probarse a
principios de este mes en Melbourne, Australia y también en Holanda.
Un estudio en personas de la tercera edad
reveló que las vacunas consecutivas de BCG reducían la incidencia de
infecciones agudas del tracto respiratorio superior. También se sabe que los países
que abandonaron el programa de vacunación universal BCG tuvieron más
infecciones por coronavirus per cápita y más mortalidad mortalidad.
Por su parte, el Centro de Ingeniería Genética
y Biotecnología de Cuba desarrolló lo que llaman “inmunopotenciador CIGB 2020” que ya se está
usando en mayores de 60 y 70 años para mejorar sus defensas ante el Covid 19.
Gerardo Guillén, director de investigaciones biomédicas del CIGB, expuso que el
medicamento al reforzar la inmunidad innata en la población y los positivos al
virus, permitiría evitar que progresen a la severidad y la gravedad del
desarrollo del coronavirus en los adultos mayores.
De acuerdo a lo comentado, a los enfermos se
los trata con mezclas de interferones, biomoduladores y factor de
transferencia, como complementos para vencer al virus.
Permanencia
La permanencia del virus en las superficies es
otra de las cuestiones que son abordadas por los científicos en estos días. El
Coronavirus sobrevive en el plástico y el acero inoxidable entre 48 y 72 horas,
en tanto que sobre el cobre es de apenas de 4 horas.
Por ello surgió como una buena noticia el
desarrollo de una lámina con fibra de cobre que desactiva los virus y puede
usarse en mascarillas, por parte de científicos japoneses.
Según indicaron, la fibra de cobre
desarrollada en Gunma tiene mil veces más poder bactericida que una simple
superficie de cobre.
Lo hizo una empresa de innovación con sede en
la Universidad de Gunma en Kiryu, Japón, desarrolló en cooperación con una
fábrica local, una lámina con fibra de cobre que inactiva las partículas de los
virus y bacterias evitando las infecciones.
Lo hace gracias a un fotocatalizador aplicado
en su superficie que una vez expuesto a la luz activa sustancias con alto poder
oxidante que descompone partículas virales y bacterias.
“El material desarrollado abre nuevos caminos
para provenir brotes de virus masivos. Nos gustaría tenerlo listo pronto”, dijo
Hideyuki Itabashi de Gunma University Development & Innovation (GUDi)
Mascarillas y guantes y material de protección
para todo lugar que sea tocado por más de una persona como botones de
ascensores, interruptores de luz, pasamanos y sujetadores de los trenes y
manija de las puertas, serían sus primeras aplicaciones según los
investigadores.
Entre tanto, las cifras de contagio crecen, más
de medio mundo está obligado a estar encerrado en sus casas, las corporaciones
financieras preparan un nuevo golpe mientras las mayorías del mundo necesitan
resolver el problema del hambre.
Habrá que pensar en cómo sanar de verdad.
Texto y fotos de Jorge Zárate
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