Este fenómeno ocurre entre los últimos días de marzo y las tres primeras semanas de abril y siempre fue una fiesta popular y marca el ingeso del hemisferio norte a la primavera.
Tan pagana y tan celebrada, que algo tuvo que hacer la Iglesia Católica.
Fue en el Concilio de Nicea en el ańo 325 d. C., donde se fijo que la Pascua de Resurrección, o sea el domingo en que termina la Semana Santa, se celebrase cada ańo "el domingo siguiente a la primera Luna llena que sigue al Equinoccio de Primavera".
No cuenta el astrónomo Blas Servín “los hebreos eligieron esta fecha para festejar la liberación de Egipto, quisieron que sea el día más lindo, el del regreso del verde, las aves, el buen clima, el día que tiene luz todo el día y, por ello, la pascua hebrea es la primera luna llena después del equinoccio de marzo, la famosa Pascua Judía”, explicó. "Entiendo que eligieron ese día porque era la forma de tener luz todo el día, una verdadera fiesta", agregó.
En Nicea, los obispos tomaron en cuenta el pedido del emperador romano Constantino de que no coincidan la Pascua Judía con la Cristiana y por ello “nosotros celebramos el primer domingo después de esa luna llena y como esta luna pueda variar la semana santa puede caer entre un 22 de marzo y un 25 de abril. A veces puede caer hasta un lunes la luna llena”, contó Servín.
Más tarde ya se popularizó como “La Luna Llena de Cristo”.
Este Equinoccio de Primavera para el hemisferio norte es el momento en que el Sol atraviesa el plano del Ecuador, pasando su declinación de negativa a positiva.
Esta Luna Llena auspicia la integración de los opuestos, pues mientras el Sol está en un signo, en este caso Aries, la Luna se encuentra en el signo opuesto, en esta ocasión, Libra. “Con la Luna Llena activando al par Aries-Libra, se despiertan energías que tienen que ver con la individualidad y con la responsabilidad que cada quien debe tener para luchar por un mundo mejor, sin esperar a que los demás hagan las cosas por uno”, dice el astrólogo venezolano Pedro González Silva.
“A la vez nos dice que asumir la responsabilidad individual, no significa ser individualistas, porque el ser humano es social, y sólo en equipo y de manera solidaria podrá lograr el verdadero propósito de un mundo mejor. En Luna Llena el momento es propicio para lograr un equilibrio entre nuestro mundo consciente e inconsciente. Es un buen momento para meditar y lograr que nos vengan ideas que nos enrumben hacia el logro de nuestras metas y deseos. Es importante tomar los momentos que nos da el cosmos, para modificar hábitos y actitudes desfavorables. Uno de estos momentos es la Luna Llena”.
Santa Semana de luna llena.
Jorge Zárate
1 comentario:
Muy bueno! Comparto!
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