Reinaldo Sanabria, un fenómeno de la alfarería. Foto de Aníbal Gauto, publicado en La Nación |
Por Jorge Zárate
Hay giros en el arte popular que
necesitan destacarse, brisas frescas que ayudan a releer lo propio.
De eso se trata la obra de Reinaldo Sanabria, “El Rey del Barro”,
un alfarero de 30 años que encontró la manera de presentar una
mirada diferente de los tradicionales pesebres paraguayos. Pensó en
hacer mil pesebres y ofreció exponerlos en la plaza Uruguaya y
generó una movida más que interesante.
“Se me ocurrió que podrían tener
vida, entonces puse en uno de los pesebres a María dando de mamar al
niño, en otro al San José abrazándolo y luego jugué también con
los emplazamientos”, contó el dinámico muchacho.
“Fue increíble como le gustó a la
gente y también la repercusión que tuvo en la prensa”, dice
mientras cuenta que tiene citas para entrevistas televisivas y
todavía no sale de su asombro por la nota que le hiciera la agencia
española de noticias Efe. “Rey del Barro Paraguayo bate récord de
mil pesebres” la tituló El Comercio de Ecuador, por ejemplo.
Sanabria incorpora a las piezas trozos
de ñandutí, o se juega por introducir un pesebre en miniatura en
una semilla de Jacarandá, o usa tacuaras y otros elementos para
combinar cerámica con otras expresiones del arte popular paraguayo.
El resultado es de una belleza particular.
Pero no se queda allí, también tiene
mucho de showman: “Para esta muestra de los mil pesebres se me
ocurrió que podría moldear uno mientras cantaba un villancico, así
que me hice acompañar por un amigo en la guitarra y me salió bien,
fue muy emotivo para mí y para el público que es lo importante”,
cuenta.
Este aspecto mediático que tiene su
capacidad de hacer piezas a gran velocidad, le dieron un lugar
destacado en programas televisivos que él aprovechó para hacer
crecer las posibilidades de este oficio del que vive hace unos 10
años.
“También me preocupa que la gente
pueda comprar las piezas, por eso las ofrezco desde 20 mil guaraníes,
es importante que la gente pueda tener un pesebre, no sólo que lo
venga a mirar y sabemos que no hay mucha plata por la calle”, dice.
“Me llamo Reinaldo y la mayoría de
mis amigos me llaman Rey... y como hago alfarería, en un grupo de
baile que teníamos bromeando me decían “Rey del Barro”... y
bue... me gustó”, contó sobre el origen de su particular nombre
artístico.
Un paseo en Lambaré
Hiperactivo, el Rey del Barro tuvo una
idea. “Se me ocurrió hacer un Paseo del Barro en Lambaré, ciudad
en la que vivo desde hace unos años porque soy de Itapúa”,
cuenta. Así fue que en as calles Arasá y Paz del Chaco, pudo
desarrollar una historia de la ciudad con burreritas, galoperas, con
el Cacique Lambaré, la India Juliana, con pájaros típicos y una
ornamentación que llama a visitar un espacio de recreación. Con el
apoyo de la municipalidad espera también poder montar un taller de
alfarería en la zona “para enseñarles a los más chicos” y
poder seguir trabajando en “aportes solidarios a la comunidad.
Hicimos un festival muy importante gracias a la colaboración de Juan
Cancio Barreto y otros grandes artistas para juntar fondos y
alimentos para el Hospital de Itauguá y estoy formando una ONG para
estos fines”, comentó.
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