Accesos a la ciudad colapsan durante ingreso y egreso. Foto de Pánfilo Leguizamón, publicada en La Nación. |
El tráfico se convirtió
en la tortura diaria de la mayoría de los habitantes de la Gran
Asunción, un flagelo que comienza muy temprano, a las 5 de la mañana
antes de que siquiera salga el sol.
Los vehículos se van
acumulando en colas que son legendarias y que compiten en longitud.
Quizá la más complicada se produce en la Autopista desde Madame
Lynch hasta casi la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF) para
los que vienen de Luque. Desde el viaducto de 4 Mojones hasta
prácticamente la embotelladora de Coca Cola en Ñemby, para los que
vienen por el Acceso Sur.
En Artigas se avanza a
paso de hombre y el tramo entre el viaducto sobre la ruta Mariscal
Estigarribia hasta el campus de la Universidad Nacional de Asunción
(UNA), ofrecen el espectáculo de la aglomeración, el humo y el
enfado de miles de personas.
Explicar lo que ocurre en
el microcentro Asunceno es abundar en lo mismo.
Alrededor de 1,2 millones
de vehículos circulan por la capital y alrededores durante el día
de acuerdo a estudios urbanísticos, en un país donde ya hay 67
vehículos por cada 1.000 habitantes según datos del informe de
Ciudades Emergentes y Sostenibles del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID). Esta tasa viene creciendo merced a la baja calidad
del transporte público que se usa cada vez menos: Cayó del 64% en
1998 al 52% en estos días.
En el famoso Plan Ceta
(http://www.mca.gov.py/seta.html) que financió la agencia de
cooperación japonesa (JICA, su sigla en inglés) se estimaba que
para este 2015 sino se encaraban tareas preventivas, la circulación
de vehículos se daría a una velocidad de 5 km/h, prácticamente a
paso de hombre.
El inspector Mario Peña,
coordinador de la Policía Caminera ante el Consejo Nacional de
Seguridad Vial llegó a sugerír un plan de ingresos a la Capital con
un horario escalonado. Así por ejemplo a las 7 ingresarían los
estudiantes, a las 8 los funcionarios públicos y a las 9
comerciantes y trabajadores de bancos etc. Contó que medidas
similares se aplican en otras ciudades con este tipo de conflictos.
“Esto es un loquero,
trabajamos al límite”, dice Mario Capdevila, inspector de la
Policía Municipal de Tránsito (PMT). “Me parece que hay que
asfaltar más calles”, dice el hombre.
Las respuestas técnicas
pasan por obras de infraestructura en la red vial, un plan de
semaforización, establecer restricciones paulatinas a la
circulación, un sistema de estacionamiento controlado y un
mejoramiento del servicio de transporte público. Exigir en este año
electoral que se trabaje en esto, es una obligación ciudadana.
Jorge Zárate
“Ya no hay paciencia”
“Me
parece que lo peor de todo es que ya no hay paciencia, la amabilidad,
el buen trato en la calle”, dice Raúl Verdina, asombrado por cómo
el tráfico hace aflorar los fondos de la mala conducta de la gente y
cuenta: “El otro día me detuve ante la luz amarilla del semáforo
y el que venía atrás me aturdió a bocinazos, con gestos ofuscados,
olvidando que es falta de tránsito cruzar con luz amarilla. Tiene
multa de 4 jornales, me tomé el trabajo de averiguar”. Para
Verdina, “es importante este tema de la educación porque todo el
mundo se cree el dueño de la calle, no podemos perder la amabilidad
y el respeto”, apuntó señalando que los problemas estructurales
de la ciudad merecen una discusión seria para encontrarle soluciones
duraderas, cuestiones que no se disputan “a los gritos, desde el
habitáculo del vehículo”.
“Es un desastre”
“Hace
muchos años que el tráfico no es fluido”, se queja Alexis Agüero.
“No hay caso, ni a la mañana, ni a la siesta, ni a la tarde, el
microcentro es súper dificil, no se puede estacionar, se pierde
mucho tiempo, algo habría que hacer”, agrega. Lo dice integrando
el paisaje de la doble fila de autos que se forma frente al Banco
Nacional de Fomento (BNF), un clásico del microcentro, que por
momentos alcanza un orden propio merced a la costumbre de los
automovilistas. “Es la manera que tenemos de alcanzar a hacer un
trámite, si hay que parar, ya se complica y se pierde mucho tiempo.
Así que de esta manera baja mi compañero, lo espero un ratito y ya
seguimos con nuestra tarea”, explica.
Las peores del mundo
Según un estudio elaborado por la compañía de lubricantes Castrol Magnatec basándose en datos de los dispositivos de navegación TomTom, que analiza la fluidez del tráfico a partir del número de frenadas y acelerones durante la circulación, Yakarta, capital de Indonesia, es la ciudad con peor tráfico del mundo. El mismo analizó datos de ciudades de 78 países, se dio que los yakartenses hicieron un total de 33.240 frenadas y arranques mientras conducían. La segunda metrópoli con peor tráfico del mundo es Estambul (Turquía), seguida por Ciudad de México (México), Surabaya (Indonesia), las ciudades rusas de San Petersburgo y Moscú, Roma (Italia), Bangkok (Tailandia), Guadalajara (México) y, cerrando el 'top ten', la capital de Argentina, Buenos Aires. Al otro lado de la lista, la ciudad con el flujo de tráfico más rápido es Tampere (Finlandia). Otras de las metrópolis con pocos atascos son Rotterdam (Países Bajos), Bratislava (Eslovaquia) y Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos).
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