Así cuentan los geológos todavía sorprendidos por el conmovedor hallazgo. Ya sin actividad, la línea de volcanes en territorio nacional requiere de estudios para descifrar sus riquezas.
Son volcánicas se dijeron al ver las primeras imágenes de la
gente en redes sociales.
Por eso partieron, en una lancha, el geólogo Moisés Gadea y
el tecnólogo en producción, Rodrigo Osorio, para confirmar el hallazgo en el desconocido
“islote” que asomó frente a Ita Pyta Punta-
Así, navegando la extraordinaria bajante del río Paraguay: “Fuimos
por curiosidad para saber que litología (tipo de piedra) era exactamente la que
quedó al descubierto en la bajante y nos encontramos con rocas volcanoclásticas”,
cuenta Gadea, que se desempeña en el Laboratorio de sismología de la Facultad
de Ciencias Exactas y Naturales (Facen), donde también es docente de Petrología
Sedimentaria.
Es allí donde vienen estudiando los materiales y los
secretos de nuestros volcanes dormidos. “Se tienen que hacer dataciones radiométricas
para saber cuántos millones de años tiene, aunque por ejemplo, el Lambaré tiene
48; el Ñemby 45; y el Tacumbu, entre 41 a 46 millones de años”, explica. Esto
porque todo indica que el recién descubierto sería un miembro más de esta
familia, todos alineados en una falla geológica.
Volcán oculto y Asunción en impresionante imagen de Fotociclo |
“Cuando erupciona un volcán, los materiales son expulsados y se depositan en la ladera o en los adyacentes y aquí estamos ante una roca intermedia entre ígnea y sedimentaria”, señaló para puntualizar que “desde el punto de vista geológico es importante para conocer más lo que tenemos en el país como patrimonio”.
Todavía conmovido considera que los estudios ayudarán a
determinar su contenido mineralógico. “Sin análisis no se puede saber, algo de
interés puede haber, quizá oro; cobre; hierro; azufre; puzolana”, comenta.
La Universidad Nacional de Asunción (UNA) y el Consejo de
Ciencia y Técnica (Conacyt), serían los gestores de los fondos para esta
investigación que puede deparar más de una sorpresa.
Gadea insiste en señalar que el descubrimiento “no conlleva
ningún riesgo para la población, no es un peligro”. También que el paso del río
provocó un “proceso de erosión bastante importante, no le puedo decir la
cantidad de material removido, pero por eso vemos la superficie plana en forma
de islote”.
El geólogo recordó que el manto terrestre está “en la cuenca
del Paraná a entre 35 y 40 kilómetros por debajo de la superficie” y que es
difícil que el magma vuelva a subir desde allí por estos volcanes apagados
Diamantes
Jaime Báez es doctor en Ciencias Geológicas y asegura que
allí puede haber diamantes. “También hay formaciones volcánicas en Cerro Verde;
en Puente Remanso; también el expuesto parcialmente en Loma San Gerónimo, es
decir estamos ante un nuevo elemento que apuntala la existencia de un
vulcanismo explosivo que se dió en el eje del río Paraguay en Asunción y
alrededores”, comenta.
Especializado en Geología del Diamante, estudioso del área
de Concentración Mineralógica y en Petrología cuenta que Paraguay está situado
en el medio de la Placa Sudamericana que tiene al oeste como límite la
Cordillera de los Andes y al este se expande hasta más o menos la mitad del
Océano Atlántico.
“Asi que es un ambiente tectónico tranquilo y los volcanes,
por decirlo en pocas palabras, son casi inofensivos o fueron inofensivos en los
alrededores de Asunción. Se sitúan sobre una región cratónica espesa, muy
sólida, rígida y profunda, lo que permitiría que ellos carguen con algunos
minerales muy especiales, entre ellos, los diamantes”, indica.
La datación de las rocas volcánicas pasa a ser importante
porque los mismos “se van encontrando en rocas en torno de los 130 millones de
años. Paraguay es un país muy rico en diamantes y lo que pude ver de las fotos
de Moisés Gadea de Ita Pyta Punta es prometedor”, señala.
El magma, de calor sideral, al encontrar abierta la corteza
sube velozmente y no alcanza a quemar los diamantes, que al enfriarse, quedan
entre las rocas volcánicas. Abriga esa posibilidad por la “posicion
preferencial estructural en la zona de fallas o de fuerte quiebre de la corteza
en el eje Asuncion-Rio Paraguay-Villa Hayes que facilita la rápida subida del
material fundido y así lo puede hacer conservando diamantes que haya podido
traer de las profundidades, hablamos de más de 130 kilómetros de profundidad”.
Báez, que es también presidente de la Asociación de Geólogos
(AGP), dice que al observar el tipo de rocas volcánicas se ve que Ita Pyta
Punta “es muy sugestiva y creo que fue una buena caracterizacion del profesor
Moises porque parece parte de un conducto volcánico con material que podría
contener diamantes de micros a macros”, es decir de pequeño y gran tamaño.
El especialista dice que el lugar “tal vez no sirva para tener una mina encima pero
como elemento raro de la naturaleza podría ser digno de visitas turísticas
locales e internacionales porque da la oportunidad a que alguien quiera ponerse
a buscar diamantes sueltos en sus alrededores, con las herramientas artesanales
corrientes y que en una de esas encuentren diamantes grandes, es cuestion de
suerte”, especula.
Entre tanto, los lancheros de Ita Pyta Punta ya están
ofreciendo turismo volcánico al que numerosas familias comenzaron a acudir.
Sinforiano Vázquez, un veterano lanchero del antiguo barrio
capitalino le dice al canal GEN: “Después de 40 años que sale de vuelta de esta
forma, antes se veía pero una pequeña parte, pero ahora es mayor la extensión
por la bajante del río. Hace 15 días que la gente está viniendo, quiere conocer
la roca volcánica, viene con la criatura y hacen sus paseos. Invitamos a la
gente que venga a disfrutar de la maravilla que tenemos en el medio del río”.
Lo hizo ofreciendo un servicio con protocolo sanitario y
distanciamiento a 5 mil guaraníes por persona. Así se puede recorrer el islote de
unas 2 hectáreas, con un perímetro de 1,2 kilómetros
Dormidos
Ana María Castillo Clerici, es la directora del departamento
de Geología de la Facen, recordó que la seríe de volcanes de la que el islote
es familia, habrían aparecido en la era cenozoica o terciaria, hace 66 millones
de años.
“La zona del lago
Ypacaraí se encuentra en la parte de baja de una estructura tectónica, mientras
que la cordillera de Altos, en la parte elevada, ambas estructuras chocaron
entre sí hace 450 millones de años y la falla que tiene dirección
noroeste-sureste y todos esos tipos de rocas se encuentran alineados sobre esa
estructura, en la misma dirección”, explicó Castillo.
Los estudiosos sitúan el episodio en el Terciario Inferior,
durante el ciclo tectónico Sud-Atlántico, oportunidad en que los magmas se
hicieron paso hacia la superficie terrestre.
“Es una falla muy profunda,
por la cual se ponen en contacto todo tipo de rocas, pero esta que podemos ver
en el lecho del río, específicamente proviene del manto terrestre, que es una
estructura muy profunda. Son las mismas rocas que vemos en Lambaré o en
Tacumbú”, le dijo en la semana a La Nación.
“Es muy rara la presencia de este tipo de rocas en zonas
continentales, generalmente se las encuentra en las islas, donde las fallas aún
están activas, pero en el continente sudamericano solo se han encontrado en
Paraguay, algo que siempre ha llamado mucho la atención a los colegas
extranjeros y lo más posible es que dentro de millones de años esa falla
termine abriéndose para producir algo similar a lo que sucedió cuando África y
Sudamérica comenzaron a separarse", contó.
Sin embargo, los registros de la actividad sísmica local con
epicentro en lo que se llama “fallamiento del rift de Asunción”, fueron
atribuidos a acomodos finales de esta estructura geológica hoy considerada
extinta.
Los tiempos de la tierra aparecen entonces siempre
imposibles, inabarcables: “El origen y modelado principal del cabo Itá Pytã
Punta se relaciona con procesos litorales marinos… El ciclo evolutivo del arco
fue interrumpido en el Mioceno Superior-Plioceno Inferior, cuando se produce la
regresión del Mar Chaqueño. Desde la retirada del mar hasta la aparición del
río Paraguay en su posición actual (Pleistoceno Superior o límite Pleistoceno
Holoceno) tuvo lugar un lapso importante, de aproximadamente 7 a 3.5 millones
de años”, cuenta un estudio de Gadea y compañeros.
Allí donde se vió el mar, el río dejó asomar un volcán y su
misterio.
Jorge Zárate
Montañas y algo másAquí una lista de los volcanes en Paraguay:
Cantera de Ypacaraí.
Cerro Sapucai.
Cerro Ybypyté, La Colmena.
Cerro Tres Marías, Fuerte Olimpo.
San Carlos del Apa, Concepción.
Isla Acaray en el río Paraná.
Cerro Lambaré.
Cantera de Tacumbú.
Cordillera del Ybyturuzu
En el mundo
Creciendo
El pasado 10 de septiembre Investigadores del Centro Alemán
de Investigación de Geociencias GFZ presentaron un estudio fotogramétrico
documentando el "ciclo de vida" de un volcán.
Lo curioso del caso, es que descubrieron que los volcanes
tienen memoria. Lo hicieron midiendo imágenes tomadas durante siete décadas al
volcán Bezymianny, en la península de Kamchatka, y se dieron con que el volcán
renació después de haber colapsado.
El rebrote inicial comenzó en diferentes respiraderos a unos
400 metros de distancia. Después de dos décadas, la actividad aumentó y a los
cincuenta años, los movimientos se concentraron en un solo respiradero, “lo que
permitió el crecimiento de un cono nuevo y empinado”, reportó la agencia Europa
Press.
Según el estudio crece unos 26.400 metros cúbicos diarios,
un volumen que transportarían mil camiones volcadores. "Nuestros
resultados muestran que la descomposición y el nuevo crecimiento de un volcán
tiene un gran impacto en las vías del magma en la profundidad. Por lo tanto,
desintegrados y nuevos, los volcanes crecidos muestran una especie de recuerdo
de su campo alterado de estrés".
Ecuador oscurece
Una lluvia de cenizas volcánicas oscureció los cielos de al
menos 6 provincias del Ecuador el pasado 20 de septiembre. Reportes de 33
ciudades así lo notificaron tras la erupción del volcán Sangay, uno de los
cuatro activos en el país.
Fue la actividad eruptiva más fuerte registrada desde 1628,
hace casi 400 años, con “emisiones de ceniza mucho más energéticas que en meses
anteriores”, reportó el Instituto Geofísico.
“Agricultores, ganaderos, empresarios turísticos, comunidades,
en fin, los afectados por la caída de ceniza de este domingo se contabilizan
por miles” consignó el colega El Universo.
Además de la emergencia por Sangay, ubicado en la provincia
amazónica de Morona Santiago al oriente del país, en el Ecuador hay tres
volcanes más activos: Fernandina y Sierra Negra, en Galápagos y El Reventador,
también en el oriente. En total, el Ecuador tiene 97 volcanes.
El “Popo”
Con 126 exhalaciones el pasado 22 de septiembre el
Popocatépetl puso en alerta a México.
Activo y en riesgo de erupción, “el Popo” está a 72 km al
sureste de la Ciudad de México, a 43 km de Puebla, a 63 km de Cuernavaca y a 53
km de Tlaxcala y tiene una altitud de 5,500 metros sobre el nivel del mar.
En ese país existen al menos 46 volcanes activos de acuerdo
al Centro de Prevención de Desastres (Cenapred) que recomendó “no hacer caso a
rumores y estar atentos a la información oficial”.
Los volcanes de alto riesgo son: el Popocatépetl; el Volcán
de Fuego, en Colima; el Ceboruco, en Nayarit; el Pico de Orizaba, en los
límites de Veracruz y Puebla; el Chichón, en Chiapas y el Tacaná, que está en
la frontera con Guatemala.
De fuego
El volcán de Fuego, de 3.763 metros de altura, registró el 3 de junio de 2018 una potente erupción que provocó una avalancha de gases, ceniza y rocas ardientes que arrasó una comunidad y dejó 202 muertos y 229 desaparecidos en Guatemala. También están activos el Pacaya, cercano a la capital, y El Santiaguito, unos 100 km al oeste de Ciudad de Guatemala.
Tambora
El Tambora marcó un récord insuperado el 10 de abril de
1815, cuando tuvo lugar la mayor erupción registrada en la historia, cuatro
veces más fuerte que la del Krakatoa unos 20 años después. En la explosión
perdió 1.500 metros de su montaña, tenía 4.500 metros y se quedó en 3 mil; generó
un Tsunami y sus cenizas llegaron a oscurecer los cielos de Estados Unidos y
Europa.
Kawah, su lava azul
Situado en la isla de Java, Indonesia, mide 2,386 metros de
altura y tiene un cráter de 20 kilómetros: Kawah, el único que derrama lava azul.
Atractivo turístico mundial, el fenómeno se produce por las
extraordinarias cantidades de azufre que alberga en su interior este gigante
activo y peligroso. “El azufre, al ser sometido a grandes presiones y alcanzar
temperaturas de hasta 600 grados centígrados, sale desprendido por la abertura
hacia la atmósfera y teniendo contacto con el oxígeno, los gases arden y
provoca el líquido azul brillante, provocando un espectáculo de luces.
Indonesia posee alrededor de 400 volcanes, 143 en actividad,
entre ellos el mítico Krakatoa que en abril de este año erupcionó por última
vez.
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