Un observatorio astronómico instalado en Bahía Negra brindará conocimientos ancestrales de cómo ven el cielo los antiguos chamacocos, la relación de éste con el agua y las danzas rituales completan la escena. La idea de poder ofrecer un servicio turístico diferenciado para gente amante de la naturaleza es comentada aquí por quienes la llevan adelante.
"Ahora estamos trabajando en hacer un guiado turístico de la astronomía Ishir, a través de los relatos que nos cuentan los ancianos de cómo interpretaban el cielo según esta cultura”, cuenta Saúl Arias, director de la Asociación Eco Pantanal, un grupo social de conservación que trabaja en educación ambiental y el rescate de la cultura de este pueblo originario.
Lo hace en diálogo con La Nación desde la ciudad de 2500 habitantes ubicada en el departamento de Alto Paraguay, a 360 kilómetros al norte de Asunción: “Es un trabajo conjunto con la Secretaría de Turismo (Senatur) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), que financian un observatorio para hacer este trabajo de rescate de la cultura. Lo venimos haciendo con las comunidades en un lugar donde la gente pueda conocer y explorar estos saberes”, dice satisfecho. Nos cuenta que entre los antiguamente llamados Chamacocos, “los relatos de cada constelación tienen que ver con sus rituales, con sus seres míticos, y cada una tiene un nombre y se le da vida a través de los rituales”, agrega y recuerda los tradicionales, exquisitos tocados de plumas, sus tejidos con fibras de caraguatá que admiran en el mundo.
“Estamos identificando quienes pueden hacer el guiado y
conversando con los adultos, queremos que se pueda hacer un autoguíado, este
21/12 se inaugurará este observatorio astronómico y se comenzará a recibir
turistas y visitantes”, relata entusiasmado.
Patrimonio mundial
Para Sofía Montiel, la ministra de Turismo se trata de “una
experiencia ancestral de una comunidad emblemática. El encuentro del agua con
el cielo, nos van a relatar eso y lo harán jóvenes que se preparan para ser
guías gracias a una cooperación con el gobierno de Chile que nos transmite su
experiencia”, comentó.
Montiel recordó que en este momento la Senatur, preside el comité que busca la declaración de patrimonio mundial del Pantanal Paraguayo. “Ya está inscripto en la lista indicativa de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco, su sigla en inglés) desde 2018”, cuenta.
Enumera luego que por ello se encaran una serie de gestiones con miras a garantizar un desarrollo sostenible. Y esa es la idea del observatorio, hacer que los propios conocimientos de la comunidad puedan generar empleo y “que sea rentable para ellos y de esa manera para Bahía Negra donde tenemos jóvenes creativos que llevan adelante la iniciativa”.
Montiel dice que la idea es que la zona tenga un público muy
selecto, para los que realmente aman la conservación de la biodiversidad. “La
idea es generar un atractor no de volumen sino de calidad de personas, con una
mirada crítica hacia la conservación, con la incorporación de los actores
locales”, expone.
Entonces es allí que el Pnud ayuda para la instalación del
centro astronómico porque necesitamos generar el puntapie inicial de una oferta
diferenciada para la zona, generar empleo, propiciar la inversión, que haya
empresas, emprendedores, empresarios que quieran mejorar el servicio de
alojamiento, los gastronómicos, el Servicio de Promoción Profesional (SNPP) nos
ayuda para la formación de mano de obra calificada, para brindar servicios de
mucamas y de oficios técnicos necesarios en la zona para poder brindar una
oferta que pueda ser competitiva con mano de obra calificada”.
Recordó también que la Administración de Electricidad (Ande)
brindará energía de todo tiempo dejando atrás al viejo generador que funcionaba
por horas. También el Instituto de Previsión Social (IPS) está próximo a inaugurar
un hospital en Bahía Negra y que se trabaja con la Dirección de Aeronáutica
(Dinac) en el proyecto para concretar “una pista de todo tiempo para tener un
puerto no solo de carga, sino también turístico”.
Para ello ya se avanzó en conversaciones con Pilar Cancela
Rodríguez, secretaria de Estado de Cooperación Internacional de España para “seguir
estrechando lazos y sumar acciones de cooperación relacionadas a un Plan de
Gestión para el Pantanal paraguayo, que beneficie de forma integral y sólida a
las comunidades de Bahía Negra y de Alto Paraguay”, recordó la ministra.
La zona delimitada como Pantanal Paraguayo abarca el Parque
Nacional Río Negro, la reserva Pantanal y estación biológica los tres Gigantes,
la ciudad de Bahía Negra y las comunidades nativas, forman parte de la zona a
ser trabajada y fortalecida para generar un turismo respetuoso, accesible y
sustentable.
El Pantanal es un gran delta interior donde anualmente las
aguas suben varios metros, inundando un extenso territorio, y luego retroceden
creando un escenario natural de gran belleza, refugio de aves, peces, anfibios,
reptiles y mamíferos.
Cubre aproximadamente 15 mil km²3 en la cuenca alta del río Paraguay. Considerado como uno de los más más ricos en biodiversidad de América por su entorno natural y cultural.
Jorge Zárate
Con Fotos de René González
Imágenes de cielo y
agua
Por René González
Tuve la oportunidad de vivir una experiencia similar cuando
realicé un reportaje fotográfico para una publicación, en el marco el
Bicentenario del Paraguay.
Después de una década, no es tan distinto para llegar a
Bahía Negra. Hay que recorrer 1.000 km de los cuales casi 200 son de tierra que
si llueve mucho, el barro es imposible atravesar y a la falta de lluvias, el
polvo también es un peligro. Pero llegar y conectarse con la naturaleza y la
Cultura Ishir es sublime, es como uno de esos retiros de espiritualidad donde
al vivir la experiencia, volvés a donde tengas que volver lleno de paz y con
ganas de valorar lo mucho o lo poco que tengas.
Ishir significa Hombre, ser humano. La sabiduría ancestral
cuando se trasmite con palabras y cantos produce una energía que se siente en
el aire. Alejo Barras es maestro de escuela, enseña a niños a leer y a escribir
pero su esfuerzo principal está en que las costumbres no se pierdan.
Estoy escribiendo un libro desde hace un año y lo hago a
puño y letra sobre nuestra cultura y los Ishir que hace 200 años ya defendieron
esta zona del Chaco donde una las batallas fue la más sangrienta y fue por el
agua, según nos contaban nuestros abuelos que fueron líderes y Chamanes, me
dice Alejo mientras observamos el agua calma en la costa del río y el sol
dibuja un atardecer increíble con una mezcla de colores que se convierten en
una escena única que apreciamos en silencio después de su relato, hasta que nos
interrumpieron los mosquitos.
Para ingresar a una comunidad Ishir como en cualquier otra
casa hay que pedir permiso. Es el inicio de una ceremonia de acompañamiento con
amabilidad, con diálogos, las mujeres ofrecen sus artesanías, los Líderes
danzan, algunos jóvenes reclaman por más atención por parte del Estado y los
Chamanes bendicen las buenas intenciones.
El universo de agua, cielo y tierra que Los Ishir
manifiestan en sus conocimientos y el significado de las cosas. Sus trajes, el
deporte, las festividades y el Pantanal muy cerca invitan a conocer esta
cultura y toda esta mágica zona donde Instituciones buscan el desarrollo
turístico y la creación de oportunidades económicas para los pobladores de
Bahía Negra y las comunidades nativas.
Como fotógrafo y documentalista que registró humildemente
estos paisajes humanos y naturales no me queda más que alentarlos a llegar a
Bahía Negra.
Quedan invitados
Territorio amenazado
A modo de ejemplo, explican que en el Pantanal convergen
tres grandes ecosistemas –cerrado, bosque seco chiquitano y chaco– que
sustentan una de las más altas concentraciones de vida silvestre de América
Latina.
Además de la riqueza de especies fauna y flora, reseñan que
el Pantanal también ofrece servicios ambientales subvalorados adicionales como
el mantenimiento y la purificación de las fuentes de agua, necesarias para
múltiples necesidades humanas; la protección de los recursos del suelo; hábitat
de plantas y animales de valor comercial; control biológico; la recarga de
acuíferos y la regulación climática local. Sus habitantes agregan un tesoro
adicional, que es la riqueza cultural de la zona.
Es el hogar de 4,700 especies de flora y fauna, incluídas
especies en peligro de extinción como el jaguar, el oso hormiguero gigante, el
armadillo gigante, y el guacamayo jacinto. Miles de habitantes locales viven de
la tierra, dedicados a la agricultura de tiempo parcial o la pesca. Según
encuestas realizadas por investigadores de la región, el bioma tiene 2.000
tipos de plantas y es hogar de varias especies de aves (582), mamíferos (132),
reptiles (113) y anfibios (41).
Durante los dos últimos años sufrió episodios de sequía que
algunos estudios vinculan al aumento de la deforestación en la Amazonía, que en
el 2019 aumentó en un 85 % y tanto en 2020 como en 2021 siguió en niveles
alarmantes. Esto debido a que una parte de la humedad que recibe el Pantanal
proviene del mayor bosque tropical del planeta a través de un fenómeno
denominado “ríos voladores”. Se trata de masas de aire cargadas de vapor de
agua que vienen del Océano Atlántico traídas por los vientos alisios y llegan a
la Amazonía para después ir en dirección sur, pasando por el Pantanal.
De acuerdo con la WWF Brasil, alrededor del 40% del área
total de la cuenca fluvial alta del Río Paraguay en Brasil ya ha sido
deforestada, y 30% de los manantiales que alimentan al Pantanal se encuentran
bajo riesgo ecológico y requieren acción urgente.
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