29 de septiembre de 2025

Arqueología en Fortín Boquerón: Vestigios de la “guerra industrial”

 

Detalles del asedio de 20 días del ejército paraguayo al estratégico punto tomado en ese momento por los bolivianos surge de la exvacación realizada por un equipo de expertos de la Universidad de Alcalá de Henares de España. Aquí un anticipo de sus conclusiones.

 “La guerra del Chaco es desconocida a nivel internacional aunque haya sido el conflicto más importante del siglo XX en América Latina, así que la del Fortín Boquerón es una intervención arqueológica importante para un lugar de memoria tan fundamental”, dice Andrés San José Gutiérrez, jefe del equipo de la Universidad de Alcalá de Henares, España que durante agosto de 2024 realizó una prospección cuyos resultados anticipó a Nación Media

 

Actualmente en revisión las conclusiones se publicarán próximamente en revistas científicas. “Generamos 3 artículos diferentes para darle conocimiento al gran público y al mundo académico: Un artículo general, un segundo sobre el aprovechamiento de los recursos alimenticios y un tercero de las conclusiones desde el punto de vista balístico”, anticipó. 

San José Gutiérrez y Jorge Gutiérrez Pociña fueron codirectores de la prospección en el Chaco asistidos por la arqueóloga Ruth Alison Benítez de la Secretaría de Cultura (SNC). “También debemos agradecer a Manuel Castro Priego, vicedecano de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras y Profesor del Área de Arqueología por apoyar la actividad”, dice el profesional. 

El trabajo

Este equipo tuvo experiencias de excavación en sitios de la Guerra Civil Española; de la Segunda Guerra Mundial; en temas de prehistoria y la edad media, llegó al Fortín Boquerón en agosto del año 2024 haciendo “una primera toma de contacto para entender el sitio, ver qué había y disponernos a hacer”.

En las excavaciones encontraron “materiales del puro conflicto, muchas municiones de diversos tipos, principalmente casquillos que fueron sometidos a trabajo de laboratorio, análisis, etc”. 

 Lo principal conclusión que surge “es la llegada de la guerra industrial a uno de los lugares más recónditos de América Latina, que se verifica en las balas fabricadas en Alemania; Bélgica; Francia; Inglaterra, alguna de Estados Unidos y alguna también de Noruega. Los casquillos tienen una marca que permite identificar el lugar de procedencia y la fabricación, son claramente excedentes de la Primera Guerra Mundial, materiales que quedaron almacenados en los Europa y luego fueron vendidos al ejército boliviano en los años 20 y durante el conflicto: Tenemos documentados los envíos y hemos sido capaces de vincular una resolución del parlamento noruego que quería prohibir la venta de armas, por ejemplo”, revela.

También se encontraron armas estadounidenses como los famosos rifles Winchester.

Un elemento curioso de la arqueología es “que nos permite tener como una fotografía de un momento. Por ejemplo en uno de los caminos que lleva al Fortín por donde incursionaba el ejército paraguayo encontramos una serie de casquillos disparados por un boliviano que hacen entender que lo iba haciendo reemplazando un “peine”, un cargador que tiene 5 balas, que fueron cayendo a su alrededor”.

Supervivencia

La batalla de Boquerón, la primera de la Guerra del Chaco tuvo lugar entre el 9 y el 29 de septiembre de 1932 en torno al fortín Boquerón y “una zona en forma de arco, de 10 a 11 km de profundidad, que va desde el fortín Ramírez hasta el fortín Yujra. Culminó con la recuperación del fortín por parte del ejército paraguayo, la captura de sus ocupantes, la caída de los fortines circundantes y la retirada hacia el fortín Arce de las fuerzas bolivianas que intentaban prestar ayuda desde el exterior al fortín Boquerón”, recuerda la Wikipedia

Soldados paraguayos colocando cañones Schneider de 75mm.
 Ese asedio de 20 días se puede verificar en la arqueología: “Vemos que lo pasaron realmente mal, preocupados de la pura supervivencia”, dice el arqueólogo San José Gutiérrez. “Hallamos los restos de una hoguera donde se hacía un fuego para cocinar y allí descubrimos huesos de animales, algún tipo de pajarito, restos de tatú, de oso hormiguero, lo que nos dice que las condiciones del asedio eran tan duras que no les llegaba prácticamente nada”, apunta. “No tenían de nada, encontramos restos de clavos pequeños de las cajas de materiales bélicos que pudieran tener que utilizaban para alimentar el fuego… encontramos también restos de botellas de bebidas alcohólicas, aguardiente, caña, son fragmentos pequeños con alguna letra, terminaban la botella y la echaban para allá”, especula. 

 Otro punto importante fue el hallazgo de restos de un impacto de mortero del ejército paraguayo. “Era un arma que se estrenaba en esa guerra, lanzan el proyectil con curva y al explotar, a un metro de altura desperdiga un racimo de bolitas de metal, de plomo o acero. Encontramos estos perdigones y también restos de un pequeño hueso de un pie, entendemos que de un bolviano afectado, también una hebilla de cinturón de algún soldado que destrozó la bomba”.

Continuidad

San José Gutiérrez espera que prosperen los planes de seguir adelante con la investigación. Las primeras prospecciones se hicieron en las trincheras y cerca de las chozas de alojamiento de los soldados en el Fortín Boquerón, pero entiende que es posible “excavar más para terminar de entender cómo fue el asedio, la toma por el ejército paraguayo”. 

Las prospecciones y sus trabajos vinculados requieren de una inversión de decenas de miles de dólares pero entregan aprendizajes de gran valor.  Según expone “estamos pendientes de conseguir financiación para poder incorporar más a las universidades paraguayas para ayudar a formar nuevos arqueólogos que puedan sumarse a esta tarea”.

En estos días el arqueólogo y un equipo de la SNC trabajan para hacer un levantamiento de imágenes con un drone “que subirá a 50 metros y viajará por encima del sitio formando una cuadrícula, de norte a sur y de este a oeste, abarcando unas 20 hectáreas. Con las fotos seremos capaces de hacer una reconstrucción en 3D para dársela a la gobernación de Boquerón y a la SNC y sugerir sitios para futuras excavaciones. Así que esperamos volver el año que viene”, se esperanza.

Una visita obligada

El Fortín Boquerón es hoy un museo al que su puesta en valor durante los últimos años, transformó en una visita obligada para quienes recorren el departamento Boquerón.

“Tenemos un creciente turismo, recibimos aproximadamente unas 500 personas por mes”, cuenta Arturo Cristaldo, uno de los guías que acompañan a los visitantes al interesante recorrido por trincheras, senderos y la estrella del lugar, el Samuhú (Palo Borracho) que fue calado como escondite para un soldado.

“La mayoría son del interior, viene gente de Concepción, Caaguazu, Itapuá, Ciudad del Este y también este año recibimos a extranjeros, italianos; ingleses y norteamericanos”, cuenta desde este sitio histórico ubicado a 60 kilómetros de Filadelfia, capital del departamento Boquerón, a unos 435 kilómetros de Asunción. “Estamos como en el centro del distrito Boquerón, también a 60 kilómetros de Lompa Plata y a 30 de Neuland y hay una buena cantidad de comunidades indígenas alrededor”, precisa Cristaldo de esa zona en la que habitan unas 21 mil personas.  

Arturo Cristaldo
 “Es uno de los museos más completos sobre la contienda, sobre todo en el acervo del material que utilizaron ambos ejércitos. Tenemos el motor de un avión Potez 25 de nuestra Fuerza Aérea y  restos de un avión que uso Bolivia; también cañones: uno de los bolivianos y cuatro de los nuestros; variedad de fusiles de ambos ejércitos; un telémetro que se usaba para medir la distancia al enemigo”.

El sitio se emplaza en el centro de las 94 hectáreas que tiene el terreno, declarado Patrimonio Cultural desde 2012.

“De lo que se conserva, la mayor parte es trabajo boliviano, porque se prepararon para defender, están las trincheras, un búnker, que ellos llaman “tuca” o “tuco”, del teniente coronel Manuel Marzana que está intacto. En ese lugar desarrollaba la estrategia de defensa”, relata. .

“Está el puesto de vigilancia que es un Samuhu (palo Borracho), que hoy sorprende por las dimensiones que tiene el árbol y hay tres cementerios en el predio”. Se estima que hay entre 1200 y 1300 muertos en el cementerio paraguayo y unos 850 en la fosa común de los bolivianos, cifras que dan cuenta de lo cruento de los combates de aquellos 20 dantescos días de la batalla de Boquerón.

Tuca del teniente coronel Marzana, jefe boliviano
 Cristaldo destaca la historia de los contendientes que eligieron descansar juntos. Se trata del teniente paraguayo Fernando Velázquez y el capitán boliviano Tomás Manchego. “La historia cuenta que se habían conocido antes de comenzar la guerra. Luego, en el primer intento boliviano de tomar el Fortín en 1931 fue atrapado Manchego. “Ya areko petei boli”, decían nuestros soldados y Velázquez, que era parte de ese grupo, se acercó para ver quién era el boliviano. Cuando ve que es su amigo, se ofrece para ser custodio. Fue su ángel guardián, le daba comida a escondidas y después se le liberó y pudo volver. Después, ya en plena guerra combaten aquí y curiosamente, ambos mueren por herida de cabeza, el 21 de septiembre de 32 cae Velázquez y dos días después lo hace Manchego. Allí es cuando el médico boliviano es cuenta de la última voluntad de ambos combatientes por lo que concluida la contienda ambos fueron enterrados juntos”, memora. 

 Hoy en día, el intercambio con los bolivianos es casi cotidiano en la zona y la guerra aparece como un fantasma lejano. “Lo miramos como si fuera que nunca pasó, siempre tuvimos una relación amistosa con los bolivianos y cuando vienen por aquí tratamos de entender analizando cómo pasaron los hechos. Todo indica que ellos querían el Chaco para recuperar de alguna manera su salida al mar. Pudo haber sido otra la historia si se hacían negociaciones diplomáticas”, reflexiona Cristaldo.

El museo abre todos los días de 7 a 17 horas y tiene guía permanente. “Estoy estudiando en la Senatur, dando los primeros pasos para ser guía local y voy rindiendo para ser guía internacional. También estoy estudiando alemán e inglés”, dice este luqueño de 37 años que desde hace 7 vive en el Departamento Boquerón.

Actividades

Gladys Ojeda, del área de turismo de la gobernación de Boquerón recordó las difentes actividades que se realizarán para conmemorar la batalla. “Realizamos el desfile estudiantil, cívico y militar, del que participan reservistas, bomberos, que se suman al emblemático momento”, dice de la actividad principal que ocurrirá desde las 8 del 29/9 frente al Museo del Fortín Boquerón. 

 

Hoy domingo desde las 8 se puede visitar la exposición de artesanías y la muestra de libros de autores locales y asistir, a partir de las 15, al interesante concurso de Historia en el que alumnos de los distintos colegios responden preguntas alusivas a la contienda en un evento muy celebrado por la población. Habrá también una exposición de autos antiguos y a partir de las 18 tendrá lugar un Festival en homenaje a los Héroes del que participarán Tania Duarte, Dos raíces y academias de danzas locales y regionales. 

Los rusos y su aporte crucial

Miguel Stanichevsky, es presidente de la Asociación de Rusos y Descendientes en el Paraguay (Arydep) que se encuentra preparando un festejo especial para este 29 de septiembre, aniversario de la batalla de Boquerón.

“Entendemos que es importante celebrar la fecha para recordar a nuestros padres y abuelos que participaron de la contienda, especialmente al capitán Basilio Orefiev de Serebriakoff que murió heroicamente liderando el asalto final”, apunta. Todavía resuena la frase que se le atribuye: “Es un lindo día para morir”, habría dicho cuando expiró a metros de conseguir el objetivo de retomar el Fortín Boquerón.

Por eso a partir de las 17.30 en la sede de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) sita en Teniente Coronel Ayala Velázquez 376 de esta capital, se llevará a cabo un acto en la que se recordará esta importante participación con testimonios de familiares. La velada tendrá un intermedio musical a cargo del maestro José Carlos Cabrera y la pianista rusa Linda Kuznetsova para posteriormente pasar a un brindis. 

“Mi abuelo fue el capitán honoris causa Vladimiro Sryvalin, que fue parte del grupo de 75 rusos voluntarios que se enrolaron en las fuerzas armadas paraguayas y participaron de la Guerra del Chaco”, comenta. “Lo cuidé mucho tiempo y a pesar de que era joven cuando él falleció, lo conocí muy bien. Estuvo destacado en Bahía Negra donde tuvo a su encargo varios cadetes y oficiales de alto rango que estaban cuidando esa zona norte del país. También estuvo en las trincheras, porque era capitán topógrafo ingeniero”, recuerda.

 La idea del encuentro es “recordar la motivación especial que tuvieron, los sacrificios que hicieron por su patria adoptiva a la que tanto amaron”.

Los datos acerca del número de los oficiales rusos que combatieron del lado de Paraguay, varían en distintas fuentes, pero en el núcleo de mando de las tropas paraguayas había veintitrés capitanes rusos, trece mayores, cuatro tenientes coroneles, ocho coroneles y dos generales, Iván Beliáev y Nikolái Ern.

Jorge Zárate

 Links

https://elfulgor.com/noticias/nacional/boqueron-la-feroz-batalla-la-bandera-aun-oculta-y-los-hallazgos-forenses-en-el-chaco

https://www.lapoliticaonline.com/paraguay/politica-py/pena-busca-avanzar-con-un-nuevo-puente-para-la-ruta-bioceanica-pero-para-milei-no-es-prioridad/

https://www.youtube.com/watch?v=mTZR39YJmho

https://www.lanacion.com.py/gran-diario-domingo/2024/09/29/con-prospeccion-arqueologica-buscan-entender-dureza-de-la-batalla-de-boqueron/

https://senatur.gov.py/noticias/el-fortin-boqueron-te-invita-a-vivir-el-turismo-historico-de-la-guerra/

https://www.ip.gov.py/ip/2024/09/29/boqueron-20-dias-que-definieron-el-destino-de-paraguay-en-la-guerra-del-chaco/

https://es.gw2ru.com/historia/17625-rusos-heroes-paraguay

https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Boquer%C3%B3n_(1932)

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