Rentas: organizaciones políticas y sociales plantean alternativas impositivas para mejorar la recaudación destinada a obras y lograr fondos que, de otra manera, saldrán del sistema previsional. Falta dinero para infraestructura pero existen partidas presupuestarias mal ejecutadas en las áreas sociales, de salud y educación. La discusión no sólo busca determinar de dónde sale el dinero sino también la forma en que se distribuye.
La vieja receta tiene en el presidente Horacio Cartes un anacrónico ejemplo continental. Ahora arremetió con la posibilidad de utilizar mil quinientos millones de dólares que tiene el Instituto de Previsión Social (IPS) en obras de infraestructura. La iniciativa despertó la rápida reacción de organizaciones sociales y partidos políticos de izquierda y centro-izquierda.
Tras movilizaciones y manifiestos de los trabajadores organizados del campo y la ciudad el asesor jurídico de la presidencia, Sergio Godoy, aclaró que el Ejecutivo no tiene intenciones de utilizar los fondos jubilatorios. “Que vean los jubilados a través del consejo de administración la forma de obtener la rentabilidad que sea conveniente”, expresó. Ante la posibilidad de que se concrete la operación, las organizaciones plantean la derogación de la Ley 5.074 que habilita a usar fondos jubilatorios para financiar inversiones.
La posibilidad se disparó con la renuncia del presidente del IPS, Aníbal Filártiga, quien tras haber asumido apenas 15 días antes reiteró que había avisado que dimitiría en caso de proponérsele el uso de estos fondos. Las presunciones cobraron forma cuando el renunciante fue reemplazado por Benigno López, un hombre que tiene en sus antecedentes haber sido parte del órgano de gobierno del Banco Central del Paraguay (BCP) y director paraguayo de la Binacional Itaipú, dos sitios a los que arribó merced a su manejo de lo financiero.Las organizaciones políticas y sociales anticiparon que la lucha continuará. Para el cierre de esta edición se preparaban movilizaciones de protesta en las principales ciudades del país. Habían comprometido asistencia a las marchas médicos, docentes, trabajadores públicos y privados y las principales organizaciones campesinas del país.
Esto era interpretado por los organizadores como un ensayo para una segunda huelga general tras la exitosa jornada del 26 de marzo pasado, cuando tras 20 años se paralizó el país en demanda de aumentos salariales, baja del pasaje del transporte público, reforma agraria y un sinnúmero de demandas clásicas de una plataforma reivindicativa.
Impuestos a los ricos
Tras movilizaciones y manifiestos de los trabajadores organizados del campo y la ciudad el asesor jurídico de la presidencia, Sergio Godoy, aclaró que el Ejecutivo no tiene intenciones de utilizar los fondos jubilatorios. “Que vean los jubilados a través del consejo de administración la forma de obtener la rentabilidad que sea conveniente”, expresó. Ante la posibilidad de que se concrete la operación, las organizaciones plantean la derogación de la Ley 5.074 que habilita a usar fondos jubilatorios para financiar inversiones.
La posibilidad se disparó con la renuncia del presidente del IPS, Aníbal Filártiga, quien tras haber asumido apenas 15 días antes reiteró que había avisado que dimitiría en caso de proponérsele el uso de estos fondos. Las presunciones cobraron forma cuando el renunciante fue reemplazado por Benigno López, un hombre que tiene en sus antecedentes haber sido parte del órgano de gobierno del Banco Central del Paraguay (BCP) y director paraguayo de la Binacional Itaipú, dos sitios a los que arribó merced a su manejo de lo financiero.Las organizaciones políticas y sociales anticiparon que la lucha continuará. Para el cierre de esta edición se preparaban movilizaciones de protesta en las principales ciudades del país. Habían comprometido asistencia a las marchas médicos, docentes, trabajadores públicos y privados y las principales organizaciones campesinas del país.
Esto era interpretado por los organizadores como un ensayo para una segunda huelga general tras la exitosa jornada del 26 de marzo pasado, cuando tras 20 años se paralizó el país en demanda de aumentos salariales, baja del pasaje del transporte público, reforma agraria y un sinnúmero de demandas clásicas de una plataforma reivindicativa.
Impuestos a los ricos
El presidente Cartes se escuda en la llamada Ley de Responsabilidad Fiscal, un corset aprobado el año pasado, condición del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional para aventurarse a votar a libro cerrado. La excusa es que esta norma establece un límite de déficit fiscal de 1,5% del Producto Interno Bruto (PIB) que el proyecto del Ejecutivo ya contempla.Esto significa que no se podrán superar los 62 billones de guaraníes (unos 14 mil millones de dólares) que en su gran mayoría serán destinados a salarios e insumos para las instituciones.
El Ministerio de Hacienda asegura que incrementó en 14% el gasto social, cuestión que sin embargo no es garantía de que finalmente se ejecute. Sucede que en Paraguay el presupuesto, de por sí bajo, no alcanza al 3% del gasto en educación, ni al 5% el de salud. Y no suele ejecutarse completamente en las áreas sociales.El Frente Guasú (FG) presentó un proyecto de ley que aumentaría hasta un 15% la exportación de granos en estado natural, especialmente soya, maíz y trigo.
La iniciativa es rechazada por los líderes del agronegocio en el país, que merced a un fuerte lobby traban legislaciones similares desde hace más de una década en el corrupto congreso paraguayo.Otro de los proyectos pretende el aumento de la alícuota a la tenencia de inmuebles tanto en el área urbana como rural. Este Impuesto Inmobiliario ha sido trabajado durante cuatro meses con diversas organizaciones campesinas, indígenas y sociales, “para una alternativa que considere el enfoque de la función social de la tierra, la protección de la agricultura familiar, los asentamientos y los propietarios urbanos de escasos recursos”.
La propuesta del FG considera también que “en la Cámara de Diputados se están trabajando proyectos de modificación que empeorarían las condiciones fiscales para estos sectores”.Otros proyectos hablan de la desconcentración de la propiedad de los capitales y de los medios de producción como son la tierra, la tecnología y los canales de venta y también el aumento al impuesto al tabaco, que en Paraguay es el más bajo de toda la región.“La recaudación final favorecería, entre otras cosas, la compra de tierras para la reforma agraria, el apoyo a la producción familiar campesina y más inversiones en salud en el campo paraguayo”, expresó el Frente Guasú.
Participación social
Si bien las presentaciones son simbólicas, van ofreciendo respuestas del arco social a la ortodoxia fiscal del Gobierno que pretende se apruebe “a libro cerrado” un presupuesto a todas luces deficitario en las áreas de salud, educación y asistencia social.El enojo de los trabajadores públicos viene a raíz de la decisión oficial de negar todo aumento salarial en el próximo año. “Las trabajadoras y trabajadores de la educación no nos dejaremos arrinconar en nuestras aulas por este gobierno autoritario.
Levantaremos nuestra voz de protesta y rebeldía, ganaremos las calles y participaremos activamente en los dos días movilizaciones” expresó Blanca Avalos, secretaria general de la Organización de Trabajadores de la Educación (Otep-SN)También se reclama una política de infraestructura ya que el Ministerio de Educación tiene presupuesto para construir 850 escuelas y “las autoridades en su manejo autoritario pretenden ejecutar estas construcciones de manera arbitraria. La Otep-SN reclama que el MEC dé a conocer públicamente la política y plan de cobertura de construcciones de escuelas, para brindar participación a la comunidad educativa y la sociedad nacional”.
El Ministerio de Hacienda asegura que incrementó en 14% el gasto social, cuestión que sin embargo no es garantía de que finalmente se ejecute. Sucede que en Paraguay el presupuesto, de por sí bajo, no alcanza al 3% del gasto en educación, ni al 5% el de salud. Y no suele ejecutarse completamente en las áreas sociales.El Frente Guasú (FG) presentó un proyecto de ley que aumentaría hasta un 15% la exportación de granos en estado natural, especialmente soya, maíz y trigo.
La iniciativa es rechazada por los líderes del agronegocio en el país, que merced a un fuerte lobby traban legislaciones similares desde hace más de una década en el corrupto congreso paraguayo.Otro de los proyectos pretende el aumento de la alícuota a la tenencia de inmuebles tanto en el área urbana como rural. Este Impuesto Inmobiliario ha sido trabajado durante cuatro meses con diversas organizaciones campesinas, indígenas y sociales, “para una alternativa que considere el enfoque de la función social de la tierra, la protección de la agricultura familiar, los asentamientos y los propietarios urbanos de escasos recursos”.
La propuesta del FG considera también que “en la Cámara de Diputados se están trabajando proyectos de modificación que empeorarían las condiciones fiscales para estos sectores”.Otros proyectos hablan de la desconcentración de la propiedad de los capitales y de los medios de producción como son la tierra, la tecnología y los canales de venta y también el aumento al impuesto al tabaco, que en Paraguay es el más bajo de toda la región.“La recaudación final favorecería, entre otras cosas, la compra de tierras para la reforma agraria, el apoyo a la producción familiar campesina y más inversiones en salud en el campo paraguayo”, expresó el Frente Guasú.
Participación social
Si bien las presentaciones son simbólicas, van ofreciendo respuestas del arco social a la ortodoxia fiscal del Gobierno que pretende se apruebe “a libro cerrado” un presupuesto a todas luces deficitario en las áreas de salud, educación y asistencia social.El enojo de los trabajadores públicos viene a raíz de la decisión oficial de negar todo aumento salarial en el próximo año. “Las trabajadoras y trabajadores de la educación no nos dejaremos arrinconar en nuestras aulas por este gobierno autoritario.
Levantaremos nuestra voz de protesta y rebeldía, ganaremos las calles y participaremos activamente en los dos días movilizaciones” expresó Blanca Avalos, secretaria general de la Organización de Trabajadores de la Educación (Otep-SN)También se reclama una política de infraestructura ya que el Ministerio de Educación tiene presupuesto para construir 850 escuelas y “las autoridades en su manejo autoritario pretenden ejecutar estas construcciones de manera arbitraria. La Otep-SN reclama que el MEC dé a conocer públicamente la política y plan de cobertura de construcciones de escuelas, para brindar participación a la comunidad educativa y la sociedad nacional”.
Desde Asunción, Jorge Zárate
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