Grandes lluvias e inundaciones se anuncian hasta marzo. |
“El clima no es una cosa sencilla”, dice Óscar Rodríguez de la gerencia de Climatología de la Dirección de Aeronáutica Civil (Dinac). El experto explica que el fenómeno del Niño no puede leerse en cada evento, en cada tormenta, pero que tiene una preponderancia de fondo sobre todo porque “el de este año será un Niño fuerte”.
“Este fenómeno se llama ENOS (El Niño Oscilación del Sur) y tiene tres fases una caliente (Niño), una neutra y una fría (Niña). Para nosotros significa mayores acumulados de precipitación”, apuntó, recordando que para otras regiones como el nordeste del Brasil el Niño les significa sequía. Agregó que estas lluvias potenciarán el crecimiento de los ríos y que se vivirán inundaciones en el período que se extenderá hasta marzo.
Recordó que hubo Niños fuertes anteriormente 82/83, 85/86 y 97/98 y también se registraron otros moderados y leves. “El río Paraguay tiene un pico de ascenso entre julio y principios de agosto y uno de descenso, en marzo y abril pero además de estos cuando está el niño tiene otros picos de altura, que pueden darse en estos meses”, apuntó.
Expuso que el clima nacional no ha sufrido grandes variaciones en los últimos 30 años pero que la deforestación está haciendo lo suyo en el interior. “Hay zonas donde se podría hablar de desertificación”, señaló.
“En estos casos se da que la tierra es calentada por la radiación de onda corta y la vuelve a emitir en onda larga, actúa como un gran condensador, por eso cuando lo libera como onda larga es capaz de calentar los cuerpos”, señaló. “Por eso al quitar los árboles esto actúa como un disparador que genera cientos de cambios, hay un mayor grado de calentamiento, poca oxigenación del aire, porque los árboles son los que hacen el oxígeno y se da un impacto en todos los órdenes”, indicó.
“Imagine que hace unos años teníamos información muy forestada, información verde, le decimos en climatología y hoy es de color marrón porque está muy deforestada, no es el mismo ambiente, la zona se llamaba Caaguazú y ahora parece un contrasentido”, ejemplifica.
“Esto tiene un impacta en el clima, porque es diferente la condición del “albedo”, que es el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre la misma, el campo se vuelve oscuro y tiene muchas más condiciones para absorver radiaciones de onda corta y liberar radiaciones de onda larga haciendo todo más caliente”, concluyó.
Cambio climático
Para Oscar Rodríguez, de la gerencia de Climatología e Hidrología de la Dirección de Aeronáutica Civil (Dinac) el cambio climático “tiene relación pero es un apartado diferente, porque hace referencia a un calentamiento global, anormal. En 50 años estamos hablando de un calentamiento de 1 o 2 grados. Probablemente esto incida en el Niño, pero no tenemos cómo corroborar”. Agregó que “la naturaleza tiene sus componentes y se reorganiza constantemente, está caliente en un lado, bueno, entonces lo enfría, en fin, opera como un sistema, por eso es dificil señalar si se puede sentir y medir el cambio climático”. El técnico atribuyó a “condiciones microclimáticas” los fríos que se vivieron en octubre y el calor de julio: “Son cosas particulares, son cosas que ocurren, el año pasado hubo también días frescos en octubre”, dijo.
“Este fenómeno se llama ENOS (El Niño Oscilación del Sur) y tiene tres fases una caliente (Niño), una neutra y una fría (Niña). Para nosotros significa mayores acumulados de precipitación”, apuntó, recordando que para otras regiones como el nordeste del Brasil el Niño les significa sequía. Agregó que estas lluvias potenciarán el crecimiento de los ríos y que se vivirán inundaciones en el período que se extenderá hasta marzo.
Recordó que hubo Niños fuertes anteriormente 82/83, 85/86 y 97/98 y también se registraron otros moderados y leves. “El río Paraguay tiene un pico de ascenso entre julio y principios de agosto y uno de descenso, en marzo y abril pero además de estos cuando está el niño tiene otros picos de altura, que pueden darse en estos meses”, apuntó.
Expuso que el clima nacional no ha sufrido grandes variaciones en los últimos 30 años pero que la deforestación está haciendo lo suyo en el interior. “Hay zonas donde se podría hablar de desertificación”, señaló.
“En estos casos se da que la tierra es calentada por la radiación de onda corta y la vuelve a emitir en onda larga, actúa como un gran condensador, por eso cuando lo libera como onda larga es capaz de calentar los cuerpos”, señaló. “Por eso al quitar los árboles esto actúa como un disparador que genera cientos de cambios, hay un mayor grado de calentamiento, poca oxigenación del aire, porque los árboles son los que hacen el oxígeno y se da un impacto en todos los órdenes”, indicó.
“Imagine que hace unos años teníamos información muy forestada, información verde, le decimos en climatología y hoy es de color marrón porque está muy deforestada, no es el mismo ambiente, la zona se llamaba Caaguazú y ahora parece un contrasentido”, ejemplifica.
“Esto tiene un impacta en el clima, porque es diferente la condición del “albedo”, que es el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre la misma, el campo se vuelve oscuro y tiene muchas más condiciones para absorver radiaciones de onda corta y liberar radiaciones de onda larga haciendo todo más caliente”, concluyó.
Cambio climático
Para Oscar Rodríguez, de la gerencia de Climatología e Hidrología de la Dirección de Aeronáutica Civil (Dinac) el cambio climático “tiene relación pero es un apartado diferente, porque hace referencia a un calentamiento global, anormal. En 50 años estamos hablando de un calentamiento de 1 o 2 grados. Probablemente esto incida en el Niño, pero no tenemos cómo corroborar”. Agregó que “la naturaleza tiene sus componentes y se reorganiza constantemente, está caliente en un lado, bueno, entonces lo enfría, en fin, opera como un sistema, por eso es dificil señalar si se puede sentir y medir el cambio climático”. El técnico atribuyó a “condiciones microclimáticas” los fríos que se vivieron en octubre y el calor de julio: “Son cosas particulares, son cosas que ocurren, el año pasado hubo también días frescos en octubre”, dijo.
Jorge Zárate
jdzarate@gmail.com
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